«Nues­tra inten­ción es ir más allá y con­truir un fren­te de la izquier­da sobe­ra­nis­ta anda­lu­za». Boltxe entre­vis­ta a Nación Andaluza

Boltxe entre­vis­ta a Nación Anda­lu­za y con­ver­sa con Car­los Rios, su coor­di­na­dor nacional

Car­los Ríos es el coor­di­na­dor Nación Anda­lu­za (N.A.), una orga­ni­za­ción polí­ti­ca inde­pen­den­tis­ta y socia­lis­ta, cuya meta es lograr la libe­ra­ción nacio­nal y social de Anda­lu­zía. Tam­bién es miem­bro de la Comi­sión Terri­to­rial del Sin­di­ca­to Anda­luz de trabajadores(SAT) de Granada.

Car­los nació en el seno de una fami­lia tra­ba­ja­do­ra y se crió en el barrio obre­ro de “la Cha­na” en Gra­na­da don­de aún sigue vivien­do. Comen­zó a mili­tar cuan­do era más joven en “Jaleo!!!”, movi­mien­to oku­pa, antirepresivo…

Dice que las señas de iden­ti­dad de Anda­lu­zía son ocul­ta­das y agre­di­das por el espa­ño­lis­mo, median­te tác­ti­cas de alie­na­ción colec­ti­va y a tra­vés de la impo­si­ción de la cas­te­lla­ni­za­ción en su cultura.
He escri­to un par de libros com­par­ti­dos con otras manos «La iden­ti­dad anda­lu­za en el fla­men­co» con la cola­bo­ra­ción de Lola Ros y «La memo­ria des­mon­ta­ble» con José Herre­ra. Tra­ba­ja en la docen­cia de for­ma intermitente.

¿Qué aná­li­sis de cla­ses hacéis en Andaluzía?

Para enten­der la estruc­tu­ra de cla­ses en la Anda­lu­cía actual, hay que ana­li­zar el pro­ce­so his­tó­ri­co en que se con­for­ma la mis­ma. Anda­lu­cía pade­ce his­tó­ri­ca­men­te una estruc­tu­ra social con unas des­igual­da­des socio­eco­nó­mi­cas carac­te­ri­za­das por su ampli­tud y por ser cre­cien­tes. La ausen­cia de poder polí­ti­co, una estruc­tu­ra eco­nó­mi­ca de carác­ter neo­co­lo­nial y la alie­na­ción cul­tu­ral del Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz han sido cau­sas y con­se­cuen­cias de esta situación.

La con­quis­ta de Anda­lu­cía por par­te de los rei­nos del nor­te penin­su­lar favo­re­ció la con­for­ma­ción de gran­des pro­pie­da­des entre­ga­das a la noble­za. Esas gran­des pro­pie­da­des han sido uno de los ele­men­tos que, secu­lar­men­te, han deter­mi­na­do la for­ma­ción de una bur­gue­sía terra­te­nien­te, here­de­ra físi­ca y sen­ti­men­tal­men­te de la noble­za con­quis­ta­do­ra. Y a su vez de un amplio pro­le­ta­ria­do. His­tó­ri­ca­men­te el pro­le­ta­ria­do anda­luz res­pon­de a lo que cono­ce­mos popu­lar­men­te como jornaleros.

Pero no pode­mos cul­pa­bi­li­zar total­men­te a la con­quis­ta cas­te­llano-ara­go­ne­sa de nues­tro país de esta situa­ción. Las des­amor­ti­za­cio­nes rea­li­za­das en el siglo XIX, para finan­ciar al Esta­do espa­ñol y sal­var­lo de sus recu­rren­tes quie­bras eco­nó­mi­cas, pusie­ron en ven­ta bue­na par­te de las tie­rras comu­na­les que fue­ron a parar a las manos de la bur­gue­sía. La úni­ca que tenía sufi­cien­tes capi­ta­les para poder com­prar tie­rra. De esta for­ma se con­fir­ma­ba la gran pro­pie­dad como ele­men­to carac­te­rís­ti­co de la estruc­tu­ra eco­nó­mi­ca anda­lu­za. Jun­to a esta cir­cuns­tan­cia el ascen­so de la lucha de cla­ses en este perio­do ayu­da tam­bién a la con­for­ma­ción de un pac­to táci­to de las cla­ses domi­nan­tes anda­lu­zas con el Esta­do espa­ñol, y su sos­te­ni­mien­to como esta­do-nación bur­gués. De esta for­ma la posi­bi­li­dad del nacio­na­lis­mo anda­luz de base bur­gue­sa que­da defi­ni­ti­va­men­te abor­ta­do a cam­bio de que el Esta­do defien­da con la apli­ca­ción de la vio­len­cia el sta­tus quo cons­truí­do a par­tir de la con­quis­ta. No es casua­li­dad que el duque de Ahu­ma­da cree la Guar­dia Civil a media­dos de este siglo (en 1844) para, según los esta­tu­tos fun­da­cio­na­les del cuer­po, estar «siem­pre dis­po­ni­ble para pro­te­ger a las per­so­nas y a las pro­pie­da­des y aca­bar con el ban­do­le­ris­mo». La gran pro­pie­dad fren­te al pro­le­ta­ria­do agrí­co­la. Una gran pro­pie­dad que sigue exis­tien­do, y de hecho ha aumen­ta­do sus dimen­sio­nes des­de 1900 has­ta hoy.
Por otra par­te hemos de des­ta­car tam­bién la exis­ten­cia de una bur­gue­sía mer­can­til radi­ca­da sobre todo en el bajo Gua­dal­qui­vir naci­da al calor del «Comer­cio con las Indias» (es decir del saqueo ame­ri­cano). Una bur­gue­sía mer­can­til extran­je­ra (ya que las cla­ses domi­nan­tes anda­lu­síes fue­ron en su inmen­sa mayo­ría des­po­seí­das y «lami­na­das» por los con­quis­ta­do­res) cuyas ren­tas o bien retor­na­ron al lugar de ori­gen o se uti­li­za­ron para com­prar tie­rras con el obje­ti­vo de equi­pa­rar­se a la noble­za con­quis­ta­do­ra. Es decir la reper­cu­sión de la con­quis­ta ame­ri­ca­na fue esca­sa­men­te bene­fi­cio­sa para el Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz, mien­tras la bur­gue­sía seguía extra­yen­do rique­zas hacia Euro­pa o se situa­ba entre la cas­ta de «seño­ri­tos» que secu­lar­men­te han gober­na­do Andalucía.

En cuan­to a la indus­tria­li­za­ción, hemos de des­ta­car que fue un pro­ce­so falli­do. A pesar de que los pri­me­ros altos hor­nos de la Penín­su­la se ins­ta­la­ron en Mar­be­lla, el pro­ce­so indus­tria­li­za­dor duró poco. La falli­da indus­tria­li­za­ción anda­lu­za fue víc­ti­ma de la divi­sión esta­tal del tra­ba­jo ins­ta­la­da en el siglo XIX. Anda­lu­cía esta­ba des­ti­na­da a con­ti­nuar su papel como terri­to­rio con­quis­ta­do. Por lo tan­to solo cabían acti­vi­da­des con­for­mes a una eco­no­mía de colo­nia, es decir acti­vi­da­des extrac­ti­vas. Aquí se sitúan la agri­cul­tu­ra de la que ya hemos habla­do, la mine­ría con­ce­di­da a mul­ti­na­cio­na­les ingle­sas y sobre todo fran­ce­sas o la pro­pia pro­duc­ción de mano de obra anda­lu­za para la emi­gra­ción. Los miem­bros de las cla­ses posee­do­ras (tam­bién en su mayo­ría ubi­ca­dos en Anda­lu­cía de for­ma más o menos recien­te) inser­tos en la acti­vi­dad indus­trial pre­fi­rie­ron ir aco­mo­dan­do sus inver­sio­nes a la com­pra de tie­rras y a los hábi­tos pro­duc­ti­vos de sus cole­gas. Con­for­me al papel agra­rio que se le iba a otor­gar a Andalucía.

En todos estos pro­ce­sos pode­mos ver dos ele­men­tos comu­nes que per­ma­ne­cen has­ta hoy. Por una par­te el exce­den­te pro­du­ci­do por la eco­no­mía anda­lu­za siem­pre se redi­ri­ge hacia el exte­rior o hacia el engran­de­ci­mien­to del poder de las cla­ses domi­nan­tes. No exis­ten ni ins­tru­men­tos polí­ti­co-eco­nó­mi­cos ni una peque­ña bur­gue­sía sufi­cien­te­men­te desa­rro­lla­da que posi­bi­li­ten una redis­tri­bu­ción míni­ma de la rique­za gene­ra­da en Anda­lu­cía en bene­fi­cio del Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz. En con­se­cuen­cia cuan­do el Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz tomó la vía de redis­tri­buir los mis­mos usan­do la vio­len­cia revo­lu­cio­na­ria no solo las cla­ses domi­nan­tes sino el Esta­do espa­ñol en toda su ampli­tud res­pon­de a esta osa­día con con­tun­den­cia. En segun­do lugar con­for­me el sis­te­ma eco­nó­mi­co capi­ta­lis­ta pene­tra en la estruc­tu­ra eco­nó­mi­ca anda­lu­za aumen­ta nues­tra depen­den­cia como pue­blo y cre­cen las des­igual­da­des socia­les entre una bur­gue­sía cada vez más pode­ro­sa, pero tam­bién más aje­na al Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz, y este Pue­blo cada vez más empo­bre­ci­do y que sufre peo­res con­di­cio­nes materiales.

Pero es nece­sa­rio obser­var lo ocu­rri­do en las últi­mas déca­das para com­pren­der la dia­léc­ti­ca de la lucha de cla­ses en Anda­lu­cía. Hemos vis­to cómo esta situa­ción social explo­si­va cris­ta­li­zó en un pode­ro­so movi­mien­to popu­lar y nacio­na­lis­ta en los años 70. El ascen­so de la lucha social en Anda­lu­cía se acom­pa­ñó de la rei­vin­di­ca­ción nacio­nal. La emi­gra­ción de trabajadores/​as andaluces/​zas había lle­ga­do a supo­ner más de dos millo­nes de anda­lu­ces emi­gra­dos según la esta­dís­ti­ca ofi­cial. La cla­se obre­ra anda­lu­za se encon­tró en los «tajos» de Bar­ce­lo­na, de Dus­sel­dorf o de Lie­ja. Cuan­do Euro­pa empie­za a devol­ver andaluces/​zas a cau­sa de la cri­sis del petró­leo esos sec­to­res obre­ros vuel­ven al país con un gra­do de con­cien­cia mucho más ele­va­do. Lo que ayu­da a expli­car la inten­si­dad de las movi­li­za­cio­nes vivi­da en esa etapa.

Pero tan­to la rei­vin­di­ca­ción nacio­nal como la lucha social fue­ron hábil­men­te cabal­ga­dos por el régi­men bor­bó­ni­co y sus secua­ces polí­ti­cos y sin­di­ca­les. Los Pac­tos de Ante­que­ra, fir­ma­dos el 4 de diciem­bre de 1978, fue­ron una repro­duc­ción a esca­la anda­lu­za de los Pac­tos de la Mon­cloa. Unos pac­tos que fir­ma­ron des­de Alian­za popu­lar has­ta el PTE. Y se recon­du­je­ron los pro­ce­sos hacia los cau­ces esta­ble­ci­dos por el con­ti­nuis­mo con el fran­quis­mo. Aplas­ta­mien­to de la cla­se obre­ra anda­lu­za y con­ti­nui­dad en los meca­nis­mos fun­da­men­ta­les de poder, en pue­blos y ciu­da­des. En bue­na par­te para los hijos o nie­tos de los «seño­ri­tos» que habían orga­ni­za­do y paga­do el gol­pe de esta­do fran­quis­ta y que habían man­da­do duran­te el franquismo.

Des­de fina­les de los 70 se pro­du­ce un pro­ce­so basa­do fun­da­men­tal­men­te en la des­mo­vi­li­za­ción, para el que se uti­li­za las fuer­zas regio­na­lis­tas (Par­ti­do Anda­lu­cis­ta) y la izquier­da del régi­men (PSOE, PCE, UGT y CCOO). A par­tir de aho­ra estos serán los agen­tes encar­ga­dos de ges­tio­nar el con­flic­to social. Entre ellos des­ta­ca el PSOE, com­pues­to de ele­men­tos de la peque­ña bur­gue­sía pero tam­bién de muchos tra­ba­ja­do­res que los apa­ra­tos van «a ir que­man­do», trai­cio­nán­do­los y enga­ñán­do­los cons­tan­te­men­te, has­ta que se mar­chen a casa.

El régi­men actual, basa­do en el esta­tu­to anda­luz de la depen­den­cia, no ha alte­ra­do nin­gún ele­men­to de la reali­dad que here­da­mos del fran­quis­mo. Ni siquie­ra el boom del ladri­llo de prin­ci­pios de siglo XXI ha dife­ren­cia­do esen­cial­men­te del desa­rro­llo turís­ti­co actual del vivi­do en la cos­ta mala­gue­ña en los 60 y 70. La lucha de cla­ses ha per­di­do inten­si­dad tenien­do muchas difi­cul­ta­des para des­bor­dar al sistema.

Esta con­ti­nui­dad en las estruc­tu­ras expli­ca que aún hoy, se pro­duz­can ocu­pa­cio­nes de fin­cas, como la que está lle­ván­do­se a cabo des­de hace unos meses en Pal­ma del Río por el Sin­di­ca­to Anda­luz de Trabajadores/​as. Anda­lu­cía sigue sien­do ese país depen­dien­te y colo­nial, don­de la des­igual­da­des socia­les cam­pan a sus anchas y la pola­ri­za­ción de la rique­za sigue sien­do la tóni­ca dominante.

¿Qué es el Movi­mien­to de Libe­ra­ción Nacio­nal de Anda­lu­zía? ¿Podrías expli­car­nos un poco cómo estáis orga­ni­za­dos y cuá­les son vues­tros obje­ti­vos? ¿La Anda­lu­zía inde­pen­dien­te por la que estáis tra­ba­jan­do es una Anda­lu­zía socialista?

El Movi­mien­to de Libe­ra­ción Nacio­nal Anda­luz (uti­li­za­mos sobre todo el tér­mino Izquier­da Sobe­ra­nis­ta Anda­lu­za) se carac­te­ri­za por ser un con­jun­to de orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas, aso­cia­cio­nes, colec­ti­vos… que luchan por la libe­ra­ción social y nacio­nal de Anda­lu­cía. En esta defi­ni­ción tan abier­ta pode­mos encon­trar orga­ni­za­cio­nes polí­ti­cas como el Colec­ti­vo de Uni­dad de los Tra­ba­ja­do­res (CUT), Anda­lu­cía Comu­nis­ta o Nación Anda­lu­za. Orga­ni­za­cio­nes juve­ni­les como Jaleo!!! o Juven­tud Inde­pen­den­tis­ta Revo­lu­cio­na­ria Anda­lu­za (JIRA). Espa­cios libe­ra­dos como los Cen­tros Anda­lu­ces del Pue­blo o el Sin­di­ca­to Anda­luz de Trabajadores.

Se han hecho diver­sos inten­tos de estruc­tu­ra­ción de la izquier­da sobe­ra­nis­ta. Des­de las Jun­tas por la Auto­de­ter­mi­na­ción de prin­ci­pios de los 90 has­ta la recien­te Mesa de la Izquier­da Sobe­ra­nis­ta Anda­lu­za (MAIS).

La MAIS es el órgano de coor­di­na­ción de la izquier­da sobe­ra­nis­ta vigen­te en la actua­li­dad. Crea­da hace poco más de un año la for­man Anda­lu­cía Comu­nis­ta, Jaleo!!!, JIRA, Red Roja Anda­lu­cía y Nación Anda­lu­za. Así como per­so­nas a nivel indi­vi­dual. La MAIS es un nue­vo inten­to de coor­di­nar las orga­ni­za­cio­nes que lucha­mos por la libe­ra­ción de Anda­lu­cía. En este pro­ce­so, las orga­ni­za­cio­nes que com­po­ne­mos la Mesa ya hemos apos­ta­do públi­ca­men­te por pro­fun­di­zar esta coor­di­na­ción como res­pues­ta a la situa­ción actual que está sufrien­do Anda­lu­cía. Nues­tra inten­ción es lle­gar más allá en este pro­ce­so de uni­dad para cons­truir un fren­te de la izquier­da sobe­ra­nis­ta anda­lu­za. Y segui­mos hablan­do con orga­ni­za­cio­nes y colec­ti­vos. Aspi­ra­mos a seguir suman­do fuer­zas para con­so­li­dar un ver­da­de­ro Movi­mien­to de Liberación.

La Mesa Anda­lu­za de la Izquier­da Sobe­ra­nis­ta rei­vin­di­ca la rup­tu­ra con el actual régi­men monár­qui­co y auto­nó­mi­co naci­do de la cons­ti­tu­ción de 1978, la sobe­ra­nía nacio­nal y popu­lar como ins­tru­men­to para cons­truir un futu­ro mejor para nues­tro pue­blo y la nega­ción del capitalismo.

Des­pués de todo lo dicho, es evi­den­te que no pode­mos hablar de una Anda­lu­cía libre si no es una Anda­lu­cía socia­lis­ta. El pro­pio gri­to del nacio­na­lis­mo revo­lu­cio­na­rio «¡Viva Anda­lu­cía libre!» ema­na de un momen­to álgi­do de la lucha de cla­ses en Anda­lu­cía; el Trie­nio Bol­che­vi­que anda­luz. Este gri­to tie­ne su ori­gen en una mani­fes­ta­ción obre­ra en la ciu­dad de Cór­do­ba en el año 1919. Enton­ces unos jor­na­le­ros por­ta­ban una pan­car­ta que reza­ba «¡Muer­te a los caci­ques! ¡Viva Anda­lu­cía libre!» Dicho lema gene­ró mucho revue­lo en la pren­sa de la épo­ca. Blas Infan­te lo defen­dió y adop­tó como san­to y seña de su nacio­na­lis­mo anda­luz. Hoy esta pan­car­ta sigue sien­do ple­na­men­te vigen­te en la Anda­lu­cía de prin­ci­pios de siglo XXI.

Algu­nos movi­mien­tos inde­pen­den­tis­tas anda­lu­ces que exis­tie­ron duran­te la tran­si­ción espa­ño­la habla­ban de Al Ánda­lus, voso­tros habláis de Anda­lu­zia, ¿es lo mismo?

Al Ánda­lus for­ma par­te de nues­tra his­to­ria como pue­blo. En sus 781 años de exis­ten­cia Al Ánda­lus ha apor­ta­do muchos ele­men­tos a la cul­tu­ra anda­lu­za actual. En la moda­li­dad lin­güís­ti­ca anda­lu­za, en la topo­ni­mia, en la gas­tro­no­mía, en la músi­ca popu­lar, en nues­tras ciu­da­des… Al Ánda­lus for­ma par­te de noso­tros y noso­tras como una eta­pa his­tó­ri­ca que ha con­for­ma­do la for­ma­ción social andaluza.

Por supues­to, no bus­ca­mos una «vuel­ta a Al Ánda­lus». Para empe­zar por­que es mate­rial­men­te impo­si­ble vol­ver a un perio­do his­tó­ri­co pasa­do. Y tam­po­co prac­ti­ca­mos nin­gún tipo de esencialismo.

Pero obser­va­mos y lucha­mos por apren­der de nues­tra his­to­ria inde­pen­dien­te­men­te del dis­cur­so de la his­to­rio­gra­fía espa­ño­lis­ta ofi­cial. Esta pre­ten­de mos­trar­nos Al Ánda­lus como algo ajeno al pue­blo anda­luz, pero no lo es.

Des­de ese pun­to de vis­ta, por ejem­plo, en con­tras­te con la visión que se ofre­ce del Pue­blo Anda­luz como pue­blo his­tó­ri­ca­men­te desahu­cia­do pode­mos afir­mar a Al Ánda­lus como el últi­mo perio­do en que esta tie­rra dis­fru­tó de sobe­ra­nía polí­ti­ca, cons­ti­tu­yen­do uno de los Esta­dos del Medi­te­rrá­neo occi­den­tal más avan­za­dos. O tam­bién pode­mos hablar del ejer­ci­cio de resis­ten­cia con­ti­nua­da plan­tea­do por los moris­cos tras la con­quis­ta de Gra­na­da en 1492. Una resis­ten­cia que duran­te tres años (1568−1571) puso en jaque al ejér­ci­to más pode­ro­so de la épo­ca, el de Feli­pe II. Enton­ces la rebe­lión de la Alpu­ja­rra no pode­mos sino ver­la como un epi­so­dio de resis­ten­cia popu­lar anda­lu­za. Fren­te nues­tra his­to­ria está esa fal­sa ima­gen de una Anda­lu­cía sumi­sa, depen­dien­te y espa­ño­lis­ta que nos quie­ren impo­ner des­de los cen­tros impe­ria­lis­tas de Madrid, Bru­se­las y Washington.

Nues­tra visión de Al Ánda­lus se plas­ma, por ejem­plo, en las luchas que hemos desa­rro­lla­do con­tra las dis­tin­tas «Tomas» que se cele­bran en muchas ciu­da­des anda­lu­zas. Estas fies­tas, impues­tas por el poder como una for­ma de «cele­brar» la con­quis­ta de nues­tras ciu­da­des por la noble­za cas­te­lla­na cons­ti­tu­yen una osten­ta­ción de Anda­lu­cía como nación ocu­pa­da mili­tar­men­te por el impe­rio espa­ñol. Se pasea y ondea el pen­dón de los reyes de Cas­ti­lla y Ara­gón, se jura por Espa­ña y por sus «reyes cató­li­cos». Noso­tros nos hemos nega­do a estas cele­bra­cio­nes y lle­va­mos más de vein­te años denun­cian­do y con­tes­tan­do dichas cele­bra­cio­nes. Como andaluces/​zas y como revo­lu­cio­na­rios y revolucionarias.

Rei­vin­di­cáis el «anda­lú» como vues­tra len­gua, ¿nos podrías expli­car un poco en qué con­sis­te y como plan­teáis esta reivindicación?

Fun­da­men­tal­men­te el anda­lú es la len­gua en la que la mayo­ría del pue­blo anda­luz se comu­ni­ca y expre­sa coti­dia­na­men­te. El anda­lú es obje­to de mar­gi­na­ción por par­te de los pode­res esta­ble­ci­dos, que lo iden­ti­fi­can con gen­tes poco ins­trui­das, en una evi­den­te aso­cia­ción de anda­lú con Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz. En la mar­gi­na­ción del anda­lú se plas­ma la situa­ción colo­nial de Anda­lu­cía, de la que has­ta su expre­sión lin­güís­ti­ca más genui­na es con­si­de­ra­da «un sub­pro­duc­to». El anda­lú no tie­ne un poder polí­ti­co ver­da­de­ra­men­te autó­no­mo que lo defien­da y pro­mue­va. Expre­sio­nes lin­güís­ti­cas anda­lu­zas como el ceceo o el heheo, y en menor gra­do el seseo, sufren una estig­ma­ti­za­ción bru­tal que no tie­nen mayor jus­ti­fi­ca­ción que nues­tra situa­ción como pue­blo colo­ni­za­do. Cuan­do exis­ta un ver­da­de­ro gobierno autó­no­mo, es decir sobe­rano para deci­dir sobre los pro­ble­mas y cues­tio­nes de nues­tro país, una de las cues­tio­nes a tra­tar será nor­ma­li­zar el anda­lú como un ele­men­to legí­ti­mo de la cul­tu­ra andaluza.

El anda­lú es una plas­ma­ción de la plas­ti­ci­dad de la cul­tu­ra anda­lu­za. Pare­ce ser que la resis­ten­cia a hablar cas­te­llano no ha sido el úni­co caso en este país. His­tó­ri­ca­men­te, las gen­tes que habi­ta­mos entre el estre­cho de Gibral­tar y Sie­rra More­na nos hemos nega­do a asu­mir tal cual las impo­si­cio­nes lin­güís­ti­cas de todo ori­gen, trans­for­mán­do­las y adap­tán­do­las a una for­ma pro­pia de enten­der el len­gua­je. En pleno siglo II es cono­ci­do que Adriano, empe­ra­dor romano naci­do en el valle del Gua­dal­qui­vir, era obje­to de mofa en Roma por su for­ma de hablar latín no ade­cua­da a la orto­do­xia roma­na. En el siglo X Al-Zubay­di se que­ja en su obra Defec­tos del habla del vul­go del uso que el pue­blo hace de la len­gua roman­ce de Al Ánda­lus, ale­ján­do­se del «correc­to uso» de la mis­ma. Por ello el 23 de noviem­bre de 1925 se cele­bró en Anda­lu­cía «la cru­za­da del bien hablar», por nues­tra resis­ten­cia lin­güís­ti­ca incons­cien­te a lo que se con­si­de­ra «len­gua española».

Noso­tros plan­tea­mos la dig­ni­fi­ca­ción del anda­lú como la nece­si­dad de reco­no­cer al anda­lú como la len­gua uti­li­za­da a dia­rio por casi más de 8 millo­nes de habi­tan­tes en este país. Tam­bién el reco­no­ci­mien­to de todas las varian­tes dia­lec­ta­les del anda­lú como igual­men­te váli­das, sesean­te, cecean­te y hehean­te. Como el recha­zo a un inven­to arti­fi­cial lla­ma­do «anda­luz cul­to» que pre­ten­de eli­mi­nar aque­llos ras­gos dife­ren­cia­do­res del anda­lú con res­pec­to al castellano.

En esta línea hay com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras de la orga­ni­za­ción que plan­tean la nece­si­dad de una nor­ma orto­grá­fi­ca para alcan­zar un anda­lú escri­to. Aquí tene­mos diver­si­dad de opi­nio­nes en el seno de la orga­ni­za­ción, res­pe­tan­do todas las pos­tu­ras que estén por la dig­ni­fi­ca­ción y reco­no­ci­mien­to del andalú.

¿Exis­te una cul­tu­ra anda­lu­za? ¿Cómo se des­mar­ca de esa «cul­tu­ri­lla espa­ño­la» que nos quie­ren vender?

La cul­tu­ra anda­lu­za exis­te. Es un hecho. Es una cul­tu­ra popu­lar, fuer­te­men­te arrai­ga­da en pue­blos y barrios. La «cul­tu­ri­lla» o cul­tu­ra espa­ño­la es en bue­na par­te una defor­ma­ción intere­sa­da de la cul­tu­ra popu­lar anda­lu­za, para ser uti­li­za­da como pro­yec­ción de cara al exte­rior de lo genui­na­men­te español.

Esta defor­ma­ción fue prac­ti­ca­da espe­cial­men­te duran­te el régi­men fran­quis­ta. Aun­que con­tra­ria­men­te a lo que se pien­sa, duran­te la II Repú­bli­ca Espa­ño­la ya comen­zó a des­pe­gar una indus­tria cine­ma­to­grá­fi­ca en la que el anda­luz apa­re­cía tipi­fi­ca­do con­for­me a los tópi­cos al uso. Pero es ver­dad que fue el fran­quis­mo quien desa­rro­lló esta prác­ti­ca en toda su ampli­tud, pri­me­ro como una for­ma de ofre­cer algo de espec­tácu­lo que miti­ga­ra los dolo­res pro­du­ci­dos por la car­ni­ce­ría del nacio­na­lis­mo espa­ñol duran­te la Gue­rra Civil, lue­go como una for­ma de atraer al turis­mo y sus divi­sas que el minis­tro Fra­ga supo uti­li­zar hábilmente.

En este pro­ce­so fren­te al fla­men­co se desa­rro­lló un nacio­nal-fla­men­quis­mo chus­co y super­fi­cial. Mien­tras otras expre­sio­nes musi­ca­les anda­lu­zas como los tro­vos alpu­ja­rre­ños (empa­ren­ta­dos con el repen­tino cubano y los ber­tso­la­ris vas­cos) fue­ron igno­ra­dos. Y el anda­lú se repro­du­jo dis­tor­sio­na­do y limi­ta­do a esca­sos ele­men­tos de la varian­te sesean­te, mani­pu­lan­do esta y olvi­dan­do al res­to de varian­tes dia­lec­ta­les. Has­ta las for­mas de cons­truc­ción se modi­fi­ca­ron, y pasa­mos de casas medi­te­rrá­neas con anchos muros y patios, idea­les para reser­var a sus habi­tan­tes del frío en invierno y el calor sofo­can­te en verano, a vivir en unos edi­fi­cios fríos en invierno y cáli­dos en verano. Des­apa­re­cie­ron las casas de veci­nos con patios comu­ni­ta­rios para la socia­li­za­ción coti­dia­na y nos han deja­do los blo­ques de pisos para desa­rro­llar una vida individual.

¿En qué sec­to­res encon­tráis más eco y sois más fuer­tes? ¿En qué regiones?

Apar­te de nues­tra implan­ta­ción entre la cla­se obre­ra anda­lu­za, como orga­ni­za­ción inde­pen­den­tis­ta y revo­lu­cio­na­ria, uno de los sec­to­res don­de más se ha desa­rro­lla­do el pro­yec­to de la izquier­da inde­pen­den­tis­ta ha sido en la juven­tud. La juven­tud anda­lu­za ha asu­mi­do como suyas las tareas de la libe­ra­ción de Anda­lu­cía y me atre­vo a decir que en la últi­ma déca­da las orga­ni­za­cio­nes juve­ni­les inde­pen­den­tis­tas son las que movi­li­zan a más jóve­nes repar­ti­dos por toda Andalucía.

Como orga­ni­za­ción tam­bién hemos teni­do his­tó­ri­ca­men­te una implan­ta­ción más con­cen­tra­da en los entor­nos urba­nos media­nos y gran­des. Entor­nos en los que ha cala­do más fácil­men­te un pro­yec­to his­tó­ri­co rela­ti­va­men­te nue­vo como el de la izquier­da soberanista.

Aho­ra esta­mos obser­van­do cómo el pro­yec­to inde­pen­den­tis­ta está comen­zan­do a asen­tar­se en el medio rural. La pro­pia diná­mi­ca del Capi­tal está moti­van­do la bús­que­da de un pro­yec­to polí­ti­co revo­lu­cio­na­rio pero con pro­fun­das raí­ces en nues­tra tie­rra. En esta bús­que­da muchos com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras están encon­tran­do res­pues­tas a la Anda­lu­cía actual en la izquier­da independentista.

¿La juven­tud anda­lu­za está movi­li­za­da? ¿Se iden­ti­fi­ca con la idea de una Anda­lu­zía independiente?

A la mayo­ría de la juven­tud anda­lu­za le que­da un lar­go camino por andar hacia la movi­li­za­ción social. El tra­ba­jo para su des­mo­vi­li­za­ción es con­ti­nuo. Los medios de comu­ni­ca­ción, la des-edu­ca­ción, los hábi­tos de ocio basa­dos en el hedo­nis­mo… Todos los cami­nos esta­ble­ci­dos des­de el sis­te­ma con­du­cen a la juven­tud a la pasi­vi­dad. Sin embar­go cada vez más sec­to­res de la juven­tud anda­lu­za se movi­li­zan y par­ti­ci­pan acti­va­men­te en política.

Como comen­ta­ba antes, la juven­tud que es polí­ti­ca­men­te acti­va ha asu­mi­do la idea de la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo para Anda­lu­cía con natu­ra­li­dad y dina­mis­mo. Has­ta el pun­to que tene­mos cono­ci­mien­to de que orga­ni­za­cio­nes espa­ño­lis­tas como el PCE están usan­do en actos públi­cos car­te­les de la orga­ni­za­cio­nes juve­ni­les inde­pen­den­tis­tas anda­lu­zas o la arbo­nai­da, nues­tra ban­de­ra nacio­nal con la estre­lla roja de la libe­ra­ción popu­lar, como for­mas de conec­tar en lo sim­bó­li­co con los sec­to­res más com­ba­ti­vos de la juven­tud andaluza.

Exis­te el Sin­di­ca­to Anda­luz de Tra­ba­ja­do­res, ¿tenéis rela­cio­nes con él? ¿Cómo veis el tra­ba­jo que está rea­li­zan­do? ¿Hay otros sin­di­ca­tos con los que trabajéis?

Los y las mili­tan­tes de Nación Anda­lu­za somos par­te del Sin­di­ca­to Anda­luz de Tra­ba­ja­do­res (SAT). Par­ti­ci­pa­mos en el pro­ce­so de cons­ti­tu­ción del mis­mo y tra­ba­ja­mos en él codo con codo con el res­to de com­pa­ñe­ros y compañeras.

Con­si­de­ra­mos que el SAT está rea­li­zan­do un tra­ba­jo fun­da­men­tal en estos momen­tos en que la cla­se obre­ra esta sufrien­do un ata­que bru­tal por par­te de la bur­gue­sía. La rei­vin­di­ca­ción de un sin­di­ca­to anda­luz de cla­se ha sido una rei­vin­di­ca­ción cons­tan­te para Nación Anda­lu­za, y cele­bra­mos que se ini­cia­ra en 2005 el pro­ce­so de cons­ti­tu­ción del mis­mo. Son malos tiem­pos para el tra­ba­jo sin­di­cal, ya que el terro­ris­mo patro­nal está impo­nien­do el mie­do en los tajos. El Pue­blo Tra­ba­ja­dor Anda­luz está pasan­do momen­tos muy duros. Hemos vis­to revi­ta­li­zar­se fenó­me­nos como la emi­gra­ción tem­po­ral a Fran­cia o a Sui­za que pare­cían en fran­co retro­ce­so hace unos años. Aun­que siem­pre hubo miles de andaluces/​zas en los cami­nos de la ven­di­mia fran­ce­sa. Inclu­so en los momen­tos de mayor opu­len­cia del «ladri­lla­zo».
El SAT es ade­más un sin­di­ca­to con una fuer­te car­ga socio­po­lí­ti­ca, que le con­fie­re un espí­ri­tu revo­lu­cio­na­rio excep­cio­nal den­tro del pano­ra­ma sin­di­cal anda­luz. Esto le per­mi­te des­bor­dar la lógi­ca del régi­men con actua­cio­nes basa­das en la acción direc­ta y la movi­li­za­ción mili­tan­te. No obs­tan­te su con­ti­nuo cre­ci­mien­to pue­de gene­rar en un futu­ro pró­xi­mo ten­den­cias a con­ver­tir al SAT en un sin­di­ca­to al uso. Lucha­mos por man­te­ner la iden­ti­dad com­ba­ti­va del Sin­di­ca­to Anda­luz de Trabajadores.
Tam­bién tene­mos mili­tan­tes tra­ba­jan­do en el sin­di­ca­to USTEA, dedi­ca­do al ámbi­to de la enseñanza.

En Anda­lu­cía siem­pre han sido muy impor­tan­tes las luchas de los tra­ba­ja­do­res agrí­co­las, del pro­le­ta­ria­do agrí­co­la, ¿toda­vía tie­nen fuer­za? ¿Han hecho últi­ma­men­te algu­nas accio­nes? ¿Cómo están organizados?

El movi­mien­to jor­na­le­ro se ha orga­ni­za­do tra­di­cio­nal­men­te en base al asam­blea­ris­mo y la orga­ni­za­ción hori­zon­tal. Des­de que los jor­na­le­ros anda­lu­ces nutrían las filas anar­quis­tas de la CNT has­ta la cons­ti­tu­ción del Sin­di­ca­to de Obre­ros del Cam­po (SOC), a media­dos de los 70, las for­mas de orga­ni­za­ción han sido siem­pre asamblearias.

En la actua­li­dad el SOC se encuen­tra inte­gra­do en el SAT. De los sin­di­ca­tos que se inte­gra­ron en el pro­yec­to del SAT es el más nume­ro­so. Por lo tan­to en la actua­li­dad ese pro­le­ta­ria­do agrí­co­la for­ma par­te del SAT, aho­ra orga­ni­zán­do­se con­jun­ta­men­te los cam­pos y ciu­da­des anda­lu­ces. Sigue sien­do un movi­mien­to vigo­ro­so y con altos índi­ces de acti­vis­mo polí­ti­co que han dado lugar a fenó­me­nos tan intere­san­tes como el de Marinaleda.

El pasa­do mes de mar­zo el SAT ocu­pó una fin­ca en Pal­ma del Río. Una fin­ca lla­ma­da Somon­te que for­ma par­te del patri­mo­nio del Ins­ti­tu­to Anda­luz de Refor­ma Agra­ria (IARA). Una ins­ti­tu­ción crea­da por la Jun­ta en los 80 que se supo­nía iba a ser­vir para repar­tir tie­rras y crear pues­tos de tra­ba­jo. Trein­ta años des­pués hay más de una dece­na de fin­cas del IARA que el gobierno cipa­yo de la lla­ma­da Jun­ta «de Anda­lu­cía» quie­re ven­der a empre­sa­rios pri­va­dos para cua­drar su pre­su­pues­to pri­va­ti­zan­do unas tie­rras que son del Pue­blo Anda­luz. Una de ellas es Somon­te. Des­de mar­zo Somon­te está ocu­pa­da por mili­tan­tes del SAT. Y a pesar de que han sido des­alo­ja­dos por la Guar­dia Civil, la fin­ca ha vuel­to a ser ocu­pa­da y aho­ra mis­mo está sien­do tra­ba­ja­da por sus legí­ti­mos pro­pie­ta­rios, los tra­ba­ja­do­res de la comarca.

¿Qué aná­li­sis hacéis de las últi­mas elec­cio­nes en Anda­lu­zía? ¿Qué papel jue­gan los par­ti­dos espa­ño­les (IU, PSOE y PP) en Andaluzía?

Las últi­ma elec­cio­nes en Anda­lu­cía han sido con­ti­nuis­tas. Han con­fir­ma­do la línea que veni­mos expe­ri­men­tan­do des­de hace déca­das. Y no podía ser de otra for­ma tenien­do en cuen­ta el pano­ra­ma polí­ti­co andaluz.

Como decía más arri­ba, des­de el 4 de diciem­bre de 1977 se ini­ció una lógi­ca de des­mo­vi­li­za­ción social y polí­ti­ca, des­ple­ga­da prin­ci­pal­men­te por la izquier­da del régi­men, que lle­ga has­ta nues­tros días. Den­tro de esta lógi­ca, el PSOE se ha mos­tra­do como el par­ti­do más efi­caz para imple­men­tar las polí­ti­cas del Capi­tal en nues­tro país. La polí­ti­ca com­bi­na­da de infil­tra­ción de las lógi­cas neo­li­be­ra­les y de «limos­nas» socia­les en la, cada vez más, des­es­truc­tu­ra­da eco­no­mía anda­lu­za se ha mos­tra­do como la polí­ti­ca más útil en la estruc­tu­ra social de Anda­lu­cía. El PSOE es un par­ti­do que lle­va más de tres déca­das gober­nan­do esa admi­nis­tra­ción colo­nial lla­ma­da «Jun­ta de Anda­lu­cía» y que ha dado mues­tras de corrup­ción y podre­dum­bre has­ta sus más altas esfe­ras. Pero a pesar de ello ha con­se­gui­do de nue­vo un gobierno en esta legis­la­tu­ra, con el apo­yo des­de el minu­to cero de IU.

El con­glo­me­ra­do Izquier­da Uni­da por su par­te ha faci­li­ta­do una nue­va legis­la­tu­ra cómo­da para el PSOE. IU ha mos­tra­do su carác­ter de fuer­za social­de­mó­cra­ta así como su des­ca­ra­do opor­tu­nis­mo polí­ti­co. La fuer­za prin­ci­pal de IU, el PCE, ha juga­do his­tó­ri­ca­men­te un acti­vo papel en la des­mo­vi­li­za­ción social y la ins­ti­tu­cio­na­li­za­ción de las luchas. Aho­ra que la nece­si­dad es agu­di­zar las con­tra­dic­cio­nes en un país como Anda­lu­cía, que cons­ti­tu­ye uno de los esla­bo­nes débi­les de la Unión Euro­pea, Izquier­da Uni­da ha apos­ta­do por co-ges­tio­nar el gobierno de retro­ce­so social que va a supo­ner la pare­ja Gri­ñán-Val­de­ras. Por lo pron­to la legis­la­tu­ra ha comen­za­do con nue­vos recor­tes socia­les y una Jun­ta al bor­de la quie­bra téc­ni­ca que el gobierno PSOE-IU pre­ten­de salvar.

En este sen­ti­do es de des­ta­car el papel del Colec­ti­vo de Uni­dad de los Tra­ba­ja­do­res (CUT) del reele­gi­do par­la­men­ta­rio y alcal­de de Mari­na­le­da Juan Manuel Sán­chez Gor­di­llo. La CUT vuel­ve a optar por pro­por­cio­nar­le a IU el sem­blan­te de izquier­da cohe­ren­te a cam­bio de nada. La CUT es, a nive­les sim­bó­li­cos, la esca­sa repu­tación que le que­da a Izquier­da Uni­da entre la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Aun­que más allá de ese nivel sim­bó­li­co su capa­ci­dad de influen­ciar en el deve­nir del gobierno auto­nó­mi­co, inclu­so aho­ra que hay gobierno PSOE-IU, pare­ce muy reducida.

Por últi­mo tene­mos al Par­ti­do Popu­lar, que ha man­te­ni­do un ascen­so modes­to, fru­to de su visua­li­za­ción per­sis­ten­te como la cara más arcai­ca y retró­gra­da del capi­ta­lis­mo en Andalucía.

¿Veis algu­na posi­bi­li­dad de con­fluir en algún momen­to con IU? ¿Y con otros par­ti­dos de izquier­da, si los hay?

Con el apa­ra­to de Izquier­da Uni­da es impo­si­ble mien­tras IU con­ti­núe sien­do una fuer­za polí­ti­ca ins­ti­tu­cio­nal y españolista.

Otra cosa bien dis­tin­ta son sus bases, entre las toda­vía que­dan luchadores/​as con­se­cuen­tes, y con los que antes o des­pués habrá que cons­truir un pro­yec­to polí­ti­co para una Anda­lu­cía libre y socialista.

¿Qué pen­sáis de la lucha del pue­blo vas­co y de los otros pue­blos sin Esta­do opri­mi­dos por el Esta­do español?

Para noso­tros y noso­tras la lucha del Pue­blo Tra­ba­ja­dor Vas­co ha sido siem­pre una refe­ren­cia impres­cin­di­ble. En Eus­kal Herria se han dado unos pro­ce­sos de movi­li­za­ción social y polí­ti­ca de gran inte­rés, excep­cio­na­les en el mun­do desa­rro­lla­do y que han de ser para todas las per­so­nas revo­lu­cio­na­rias obje­to de obser­va­ción y estu­dio. Por supues­to somos soli­da­rios con la lucha por su libe­ra­ción social y nacio­nal de vas­cos, cana­rios, cata­la­nes, gallegos…

Tene­mos el con­ven­ci­mien­to de la nece­si­dad de que los dife­ren­tes movi­mien­tos de libe­ra­ción que se dan en el Esta­do espa­ñol bus­quen pun­tos de coin­ci­den­cia. Momen­tos y bata­llas en las que luchar jun­tos con­tra Espa­ña y el Capi­tal. Por supues­to man­te­nien­do un res­pe­to escru­pu­lo­so por los pro­ce­sos y nece­si­da­des par­ti­cu­la­res de cada pueblo.

¿Qué papel tie­ne la mujer en Andaluzía?

La for­ma­ción social anda­lu­za se carac­te­ri­za por ser de tipo patriar­cal. Des­de este pun­to de vis­ta la mujer obre­ra anda­lu­za sufre una tri­ple opre­sión como mujer, como miem­bro de la cla­se obre­ra y como andaluza.

La mujer anda­lu­za es el eje cen­tral de la vida domés­ti­ca. Sobre ella recaen las tareas de la repro­duc­ción de la pro­le, pero tam­bién de la pro­pia cul­tu­ra popu­lar anda­lu­za que la mujer trans­mi­te de gene­ra­ción en gene­ra­ción. La bea­te­ría pro­pia de fes­ti­vi­da­des como la Sema­na San­ta ejer­cen una espe­cial exal­ta­ción de lo feme­nino a tra­vés de mul­ti­tud de vír­ge­nes que se ado­ran en los pue­blos y barrios anda­lu­ces. Sin embar­go, la mujer en Anda­lu­cía sigue estan­do en una situa­ción de supe­di­ta­ción con res­pec­to al hom­bre. Todo lo que a la mujer anda­lu­za se le con­ce­de en lo sim­bó­li­co, se le nie­ga en la vida real.

En el ima­gi­na­rio colec­ti­vo el impe­ria­lis­mo ha uni­do la cul­tu­ra popu­lar anda­lu­za a ras­gos con un mar­ca­do carác­ter de géne­ro como la sen­si­bi­li­dad o la pasión. Unos valo­res que son tam­bién, curio­sa­men­te, aso­cia­dos por todos los impe­ria­lis­mo a los pue­blos que some­te. Es decir aso­cia­dos al sub­de­sa­rro­llo. Y jun­to a estos valo­res tam­bién ha aso­cia­do algu­nos de los empleos carac­te­rís­ti­cos que las emi­gran­tes anda­lu­zas desem­pe­ñan en los luga­res de des­tino, como, por ejem­plo, emplea­da de hogar.
La mujer anda­lu­za es ade­más víc­ti­ma de un enga­ño. A gene­ra­cio­nes de jóve­nes anda­lu­zas se les ha esta­do ven­dien­do la incor­po­ra­ción al mer­ca­do de tra­ba­jo como una «libe­ra­ción». Lo cier­to es que esa «libe­ra­ción» se está plas­man­do en peo­res tra­ba­jos y peor paga­dos para mayor bene­fi­cio de la patro­nal. Ade­más por las pro­pias carac­te­rís­ti­cas de la eco­no­mía anda­lu­za, atra­sa­da y de carác­ter extrac­ti­vo, la mujer ocu­pa un papel subal­terno y en sec­to­res como la agri­cul­tu­ra es excluí­da cuan­do por su edad deja de «ren­dir» mien­tras a los hom­bres se les siguen dan­do jor­na­les cada campaña.

En la actua­li­dad sobre los hom­bros de la mujer anda­lu­za está cayen­do gran par­te del peso de la cri­sis. En Anda­lu­cía, don­de los núcleos fami­lia­res abar­can muchas veces tres gene­ra­cio­nes, recae en la mujer el cui­da­do de los miem­bros enfer­mos (abue­los, padre o hijos), pero tam­bién el sos­te­ni­mien­to de unas fami­lias en las que el paro está hacien­do mella. Hoy uno de cada tres tra­ba­ja­do­res anda­lu­ces está en paro y el 19,7% de los hoga­res anda­lu­ces tie­nen a todos sus miem­bros en paro. La mujer anda­lu­za, como eje de la vida domés­ti­ca, es la que se ve obli­ga­da a sol­ven­tar estas cir­cuns­tan­cias crí­ti­cas a cos­ta de su tra­ba­jo y su salud.

Bueno, pues sólo nos que­da desea­ros suer­te en la jus­ta lucha del pue­blo tra­ba­ja­dor anda­luz en su lucha por la inde­pen­den­cia nacio­nal y el socia­lis­mo y agra­de­ce­ros tan­to el tiem­po que nos habeis dedi­ca­do, como la soli­da­ri­dad que nos cons­ta teneis hacia Eus­kal Herria. Eske­rrik asko

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