La póci­ma de la aus­te­ri­dad y la evo­lu­ción de la eco­no­mía en 2011 – Marshall Auerback

El ini­cio de un nue­vo año siem­pre pare­ce un buen momen­to para abor­dar aque­llos gran­des temas que cobra­rán rele­van­cia duran­te el mis­mo, para bien o para mal. Así que ahí van algu­nos de ellos:

Una pri­me­ra bue­na noti­cia es que el défi­cit fis­cal de los EEUU pare­ce que va a seguir sien­do sufi­cien­te­men­te gran­de para sos­te­ner un cre­ci­mien­to mode­ra­do y esta­bi­li­zar la ren­ta y los ingre­sos, aun­que no sea lo bas­tan­te abul­ta­do para gene­rar los pues­tos de tra­ba­jo nece­sa­rios. Como he sos­te­ni­do nume­ro­sas veces en el pasa­do, los défi­cits públi­cos ele­va­dos faci­li­tan el des­apa­lan­ca­mien­to del sec­tor pri­va­do y van aña­dién­do­se pau­la­ti­na­men­te a los ingre­sos y el aho­rro. No es una coin­ci­den­cia que las car­gas finan­cie­ras de las fami­lias y las empre­sas no hayan deja­do de redu­cir­se (aumen­tan­do, pues, su aho­rro) a medi­da que cre­cía el défi­cit público.

Des­gra­cia­da­men­te, el nue­vo Con­gre­so pare­ce obce­ca­do en una reduc­ción del défi­cit total­men­te des­en­ca­mi­na­da. La pró­xi­ma sema­na, la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes va a dis­po­ner de una mayo­ría de his­té­ri­cos del défi­cit, muchos de ellos com­pro­me­ti­dos con una enmien­da a favor del equi­li­brio fis­cal. Y pare­ce el mun­do se enca­mi­na por doquie­ra hacia un endu­re­ci­mien­to de las medi­das de con­ten­ción fis­cal. El pro­gra­ma de sub­si­dio de paro se ha pro­lon­ga­do, pero los pagos toda­vía duran sola­men­te 99 sema­nas, o menos en muchos esta­dos. El gas­to neto esta­tal sigue redu­cién­do­se a medi­da que los gobier­nos esta­ta­les y loca­les siguen recor­tan­do sus déficits.

Es cier­to que la recau­da­ción de impues­tos de los esta­dos ha esta­do aumen­tan­do recien­te­men­te. Pero inclu­so con esta mejo­ría la recau­da­ción men­sual de muchos esta­dos sigue estan­do a los nive­les de 2007/​2008, por lo que no pue­den plan­tear­se la opción de relan­zar el gas­to. Los comen­ta­ris­tas que no paran de hablar del pre­sen­te aumen­to de los ingre­sos no entien­den la sig­ni­fi­ca­ción his­tó­ri­ca de la gran debi­li­dad que hemos teni­do duran­te los dos últi­mos años. Como me seña­ló Phi­lip­pa Dun­ne (coau­to­ra del exce­len­te Infor­me Lis­cio), la recau­da­ción del los impues­tos al con­su­mo empe­zó a tener ya pro­ble­mas en 2007. Y poner al día los fon­dos nece­sa­rios para pagar las pen­sio­nes no con­tri­bu­ti­vas va a seguir sien­do tam­bién un pro­ble­ma persistente.

Sin duda, bue­na par­te del des­aso­sie­go gene­ra­do por los défi­cits públi­cos podría rela­ti­vi­zar­se si se los vie­se como lo que real­men­te son. El balan­ce fis­cal es la dife­ren­cia entre los ingre­sos tota­les y las obli­ga­cio­nes de pago tota­les. A nivel del gobierno fede­ral, si los ingre­sos tota­les supe­ran a los com­pro­mi­sos va a haber supe­rá­vit, y vice­ver­sa. Es una for­ma de con­ta­bi­li­dad muy sen­ci­lla sin nada de teo­ría detrás. Eso es todo. O sea, si no hay cam­bios de polí­ti­ca dis­cre­cio­na­les, por defi­ni­ción el balan­ce fis­cal va a variar auto­má­ti­ca­men­te a lo lar­go del ciclo eco­nó­mi­co. Cuan­do la eco­no­mía esté debi­li­ta­da, los ingre­sos por impues­tos caen y aumen­tan los pagos rela­ti­vos a la pro­tec­ción social, así que el balan­ce fis­cal entra en défi­cit (o aumen­ta un défi­cit ya exis­ten­te). Cuan­do en cam­bio la eco­no­mía pros­pe­ra, aumen­tan los ingre­sos de los impues­tos y caen los gas­tos de pro­tec­ción social, de modo que la situa­ción de las finan­zas públi­cas mejo­ra por sí sola. Los esta­bi­li­za­do­res auto­má­ti­cos ate­núan, pues, la ampli­tud del ciclo eco­nó­mi­co al expan­dir el gas­to duran­te una rece­sión y con­traer­lo duran­te un boom [para una expli­ca­ción didác­ti­ca de eso, véa­seAQUÍAQUÍ].

Ni la dere­cha ni la sedi­cen­te izquier­da pare­cen enten­der un pro­ble­ma que no es de teo­ría eco­nó­mi­ca, sino de ele­men­tal contabilidad

A juz­gar por las decla­ra­cio­nes des­de ambas, la dere­cha y tam­bién la sedi­cen­te la izquier­da, está cla­ro que muy pocos polí­ti­cos entien­den esta cues­tión de con­ta­bi­li­dad bási­ca, lo que aumen­ta las pro­ba­bi­li­da­des de que los pro­gra­mas socia­les sigan sien­do ata­ca­dos duran­te todo el 2011. Esto ya está sien­do así en el Rei­no Uni­do des­de los últi­mos meses. Allí, un gobierno de coa­li­ción lide­ra­do por los tories se ha tra­ga­do total­men­te el cuen­to de la reduc­ción del défi­cit. En lugar de que el sec­tor públi­co lide­re la crea­ción de empleo en un momen­to en que el sec­tor pri­va­do toda­vía no está lis­to para hacer­lo, el Gobierno de David Came­ron se ha dedi­ca­do a recor­tar los pues­tos de tra­ba­jo y relan­zar el des­em­pleo (sólo hay que ver las esta­dís­ti­cas ofi­cia­les sobre el mer­ca­do de tra­ba­jo). A medi­da que el giro hacia la aus­te­ri­dad se pro­fun­di­za, el impac­to defla­cio­na­rio de ese recor­te en los pues­tos de tra­ba­jo va a debi­li­tar la capa­ci­dad del sec­tor pri­va­do de gene­rar empleo. Pero no pen­se­mos que ello vaya a evi­tar esos mis­mos recor­tes aquí en los EEUU. Esta espe­cie de van­da­lis­mo eco­nó­mi­co se ha meta­mor­fo­sea­do en una «actua­ción fis­cal res­pon­sa­ble», si uno hace caso a la gran mayo­ría de «exper­tos» del esta­blish­ment.

Los medios de comu­ni­ca­ción se olvi­dan de los soció­pa­tas de Wall Street y se ceben en los sin­di­ca­tos obreros

Los ata­ques a los sin­di­ca­tos del sec­tor públi­co refle­jan otro fren­te de esta impla­ca­ble tena­za sobre los esta­dou­ni­den­ses de cla­se media y tra­ba­ja­do­ra, como mues­tra este artícu­lo del NY Times. Es fas­ci­nan­te ver cómo el foco del dis­cur­so domi­nan­te en los medios de comu­ni­ca­ción ha ido des­pla­zán­do­se duran­te este últi­mo año des­de las prác­ti­cas soció­pa­tas de Wall Street –res­pon­sa­bles direc­tas de la crea­ción de la cri­sis— hacia la supues­ta ava­ri­cia impu­tada a los sin­di­ca­tos del sec­tor públi­co y las pen­sio­nes que estos defien­den, muchas de las cua­les fue­ron el resul­ta­do de nego­cia­cio­nes sala­ria­les y acuer­dos en los que estos sin­di­ca­tos reci­bían esas pen­sio­nes a cam­bio de renun­ciar a mejo­res suel­dos. Duran­te 2008, se nos dijo que el gobierno tenía las manos ata­das y que la san­ti­dad de los con­tra­tos debía res­pe­tar­se. Eso fue cuan­do la Reser­va Fede­ral auto­ri­zó que se paga­ra a Gold­man Sachs el 100% de los CDS (cre­dit default swaps) de AIG (lo que en la prác­ti­ca per­mi­tía a la FED actuar como un nue­vo meca­nis­mo pre­su­pues­ta­rio del Teso­ro, lo que vio­la la Cons­ti­tu­ción y mues­tra como son de fal­sas las decla­ra­cio­nes de inde­pen­den­cia de la FED). Pero no recuer­do a mucha gen­te de Wall Street men­cio­nan­do lo sagra­do de los con­tra­tos cuan­do se rees­truc­tu­ra­ron los acuer­dos con la UAW (Inter­na­tio­nal Union, Uni­ted Auto­mo­bi­le, Aeros­pa­ce and Agri­cul­tu­ral Imple­ment Wor­kers of Ame­ri­ca, uno de los prin­ci­pa­les sin­di­ca­tos de EEUU – N. del T.) para sal­var a Gene­ral Motors, o aho­ra que los fon­dos de pen­sio­nes de los fun­cio­na­rios están sien­do ata­ca­dos. El argu­men­to pare­ce ser que los esta­dos están sufrien­do una genui­na cri­sis de sol­ven­cia en la cuál todo el mun­do debe­ría hacer sacri­fi­cios, inclui­dos los «ava­ri­cio­sos» sin­di­ca­tos. ¿Así que por qué debe­rían ser dis­tin­tas las gran­des fir­mas finan­cie­ras, las cua­les no hace tan­to se habrían ido a pique de no ser por la mag­ni­fi­cen­cia de los sufri­dos con­tri­bu­yen­tes? Si los ata­ques que des­cri­be el artícu­lo del NY Times se con­so­li­dan este año, ello ten­drá nefas­tas con­se­cuen­cias para todo el país.

El aumen­to de los pre­cios del crudo

Otra preo­cu­pa­ción rela­cio­na­da con la poten­cial dis­mi­nu­ción de la capa­ci­dad de gas­to es la preo­cu­pan­te subi­do del pre­cio del cru­do. La deman­da neta no se apre­cia que haya aumen­ta­do, y la pro­duc­ción de Ara­bia Sau­dí se man­tie­ne rela­ti­va­men­te baja. Podría­mos estar en una situa­ción don­de ope­re una cier­ta diná­mi­ca de techo de pro­duc­ción. En un sen­ti­do amplio, lo que dice Paul Krug­man – «vivi­mos en un mun­do fini­to, en el cual el rápi­do cre­ci­mien­to de las eco­no­mías emer­gen­tes ejer­ce pre­sión sobre una ofer­ta limi­ta­da de mate­rias pri­mas, hacien­do subir sus pre­cios» – podría muy bien reve­lar­se cier­to. Lo que, en ausen­cia de un apo­yo com­pen­sa­to­rio de los ingre­sos median­te la polí­ti­ca fis­cal o gra­cias a un aumen­to de la acti­vi­dad en el sec­tor pri­va­do que aumen­te el empleo, va a con­lle­var recor­tes dis­cre­cio­na­les en muchas otras áreas del gas­to. Malas noti­cias para un mun­do que ya está asfi­xia­do por una deman­da insu­fi­cien­te. La subi­da del pre­cio del petró­leo ha sido ya lo bas­tan­te pro­nun­cia­da para repre­sen­tar un fuer­te gol­pe sobre la deman­da de los con­su­mi­do­res esta­dou­ni­den­ses, que pro­ba­ble­men­te haya ya con­tra­rres­ta­do cual­quie­ra que haya sido la deman­da agre­ga­da aña­di­da por el últi­mo paque­te de estí­mu­los fiscales.

Por otro lado, se ha pro­pues­to que se con­ge­len los gas­tos fede­ra­les. Y la con­ti­nua­ción de la polí­ti­ca de un tipo de inte­rés cero de la FED y su «fle­xi­bi­li­za­ción cuan­ti­ta­ti­va» sir­ve para redu­cir los ingre­sos netos a tra­vés de intere­ses que gene­ra la economía.

Los regu­la­do­res ban­ca­rios siguen impo­nien­do polí­ti­cas que ope­ran en con­tra de los prés­ta­mos de los ban­cos peque­ños, cuyos cos­tes pri­ma­rios de finan­cia­ción son bas­tan­te más altos que los de sus her­ma­nos mayo­res, «dema­sia­do gran­des para caer». La «refor­ma finan­cie­ra» de Dodd-Frank for­ta­le­ce la domi­na­ción de aque­llas ins­ti­tu­cio­nes que resul­tan sis­té­mi­ca­men­te peli­gro­sas, a cos­ta de los más de 6.000 peque­ños ban­cos que se dedi­can a las clá­si­cas acti­vi­da­des de inter­me­dia­ción pres­ta­ta­ria – pre­ci­sa­men­te lo que que­re­mos que se dedi­quen a hacer nues­tros bancos.

Más allá de nues­tras fron­te­ras, la zona euro ape­nas se las arre­gla con sus pro­ble­mas de una baja deman­da inte­rior. Las per­tur­ba­cio­nes perió­di­cas que sacu­den los mer­ca­dos finan­cie­ros han sido, has­ta aho­ra, miti­ga­das por las repe­ti­das com­pras en los mer­ca­dos secun­da­rios de bonos de deu­da nacio­nal por par­te del Ban­co Cen­tral Euro­peo, pero a expen­sas de una mayor aus­te­ri­dad fis­cal impues­ta a los paí­ses periféricos.

¿Y qué ocu­rre en el mun­do en vías de desa­rro­llo, el cual ha resul­ta­do ser la mejor línea de defen­sa para sal­var el cre­ci­mien­to glo­bal? ¿Se va a fre­nar Chi­na como resul­ta­do de su lucha con­tra la infla­ción? ¿O Bra­sil? ¿Tal vez India también?

El pro­ble­ma de la corrup­ción polí­ti­ca: las puer­tas gira­to­rias entre los gran­des nego­cios y la política

Final­men­te, está el odio­so pro­ble­ma de la corrup­ción polí­ti­ca, el cuál se mani­fies­ta en múl­ti­ples for­mas, pero últi­ma­men­te a tra­vés de la cíni­ca polí­ti­ca de «puer­tas gira­to­rias» entre Wall Street y el gobierno. La recien­te incor­po­ra­ción de Peter Ors­zag a Citi­group, des­pués de pasar­se meses calum­nian­do a la Segu­ri­dad Social des­de su posi­ción en la OMB [Offi­ce of Mana­ge­ment and Bud­get, la Ofi­ci­na de Ges­tión y Pre­su­pues­to, una de las prin­ci­pa­les ins­ti­tu­cio­nes con fun­cio­nes eje­cu­ti­vas y pre­su­pues­ta­rias de la Casa Blan­ca;T.] , ha sido coro­na­da por un autén­ti­co ejer­ci­cio de cinis­mo por par­te del NY Times. Nadie espe­ra que un alto fun­cio­na­rio viva como un mon­je des­pués de haber esta­do un cier­to tiem­po en el sec­tor públi­co. Pero el que alguien que ha tra­ba­ja­do en pla­ni­fi­car, defen­der, y lle­var a cabo una polí­ti­ca eco­nó­mi­ca que jugó un papel cru­cial en la super­vi­ven­cia de una ins­ti­tu­ción finan­cie­ra lva­ya lue­go, menos de dos años des­pués de que su gobierno lle­ga­ra al poder, y acep­te un tra­ba­jo que a) ejem­pli­fi­ca las cre­cien­tes des­igual­da­des que la admi­nis­tra­ción dice que­rer corre­gir, y b) sin lugar a dudas requie­re de los con­tac­tos y el cono­ci­mien­to que adqui­rió pre­ci­sa­men­te cuan­do tra­ba­ja­ba para la OMB, resul­ta en extre­mo irri­tan­te. Y que su suce­sor resul­te que tam­bién pro­vie­ne de Citi­group, sim­ple­men­te per­pe­túa mi incre­du­li­dad. Todo esto, enci­ma, bajo una admi­nis­tra­ción demo­cra­ta «paten­te­men­te progresista».

La puer­ta gira­to­ria entre Wall Street y Washing­ton debe­ría lla­mar la aten­ción sobre la podre­dum­bre que impreg­na el cora­zón de la cla­se polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se de hoy en día: lo que James Gal­braith ha feliz­men­te bau­ti­za­do como «el Esta­do depre­da­dor». El Esta­do ha aca­ba­do sien­do dema­sia­do débil, y se ha con­ver­ti­do en otro ins­tru­men­to en manos de la depre­da­ción capi­ta­lis­ta. La polí­ti­ca de puer­tas gira­to­rias (gra­ta­men­te acep­ta­da por el actual pre­si­den­te, al igual que hicie­ron sus pre­de­ce­so­res) per­pe­túa el pro­ble­ma por­que poten­cia la capa­ci­dad del lla­ma­do sec­tor FIRE [finan­zas, segu­ros y bie­nes raí­ces, por sus siglas en inglés; T.] de con­tro­lar la eco­no­mía. El sec­tor FIRE actúa sim­ple­men­te como un pará­si­to de la pro­duc­ción y el con­su­mo que for­man el cora­zón del sis­te­ma eco­nó­mi­co, extra­yen­do ren­tas finan­cie­ras que no son cos­tes nece­sa­rios tec­no­ló­gi­ca o eco­nó­mi­ca­men­te. Sus ganan­cias toman la for­ma de lo que los eco­no­mis­tas clá­si­cos lla­ma­ban «ren­tas eco­nó­mi­cas», una cla­si­fi­ca­ción amplia que inclu­ye intere­ses, gran­des bene­fi­cios mono­po­lís­ti­cos (median­te la fija­ción ile­gal de pre­cios) y ren­tas de la tie­rra, así como las ganan­cias «de capi­tal». Y su esen­cia con­sis­te en des­po­jar al Esta­do de la pro­vi­sión de ser­vi­cios públi­cos, pri­va­ti­zan­do el domi­nio públi­co y eri­gien­do pea­jes para cobrar tasas por ser­vi­cios bási­cos como el segu­ro médi­co, el uso del sue­lo, el acce­so a la vivien­da, todo el espec­tro de las comu­ni­ca­cio­nes (el dere­cho al acce­so a inter­net y al telé­fono), las paten­tes médi­cas, agua y elec­tri­ci­dad, y demás ser­vi­cios públi­cos, inclu­yen­do la uti­li­za­ción de tar­je­tas de cré­di­to o sim­ple­men­te el acce­so a la finan­cia­ción nece­sa­ria para salir ade­lan­te. Es una acti­vi­dad eco­nó­mi­ca de suma cero. Lo que gana una de las par­tes (habi­tual­men­te, Wall Street), es lo que pier­de la otra. Pare­ce, pues, que vamos a tener mucho más de lo mis­mo en este 2011.

«Feliz» Año Nue­vo a todo el mundo.

Marshall Auer­back es un reco­no­ci­do ana­lis­ta eco­nó­mi­co nor­te­ame­ri­cano. Inves­ti­ga­dor vete­rano del pres­ti­gio­so Roo­se­velt Ins­ti­tu­te, cola­bo­ra regu­lar­men­te con New Eco­no­mic Pers­pec­ti­ves con NewDeal2.0.

Tra­duc­ción para www​.sin​per​mi​so​.info: Xavi Fontcub

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