Cuba 2011: la eli­mi­na­ción de los sub­si­dios y la asis­ten­cia social – Rena­to Recio

Trabajo por Cuenta Propia

El 31 de diciem­bre pasa­do, la pren­sa nacio­nal dio a cono­cer una escue­ta nota (seis líneas) del Minis­te­rio de Comer­cio Inte­rior en la cual se anun­cia­ba que no habría más sub­si­dios para los pro­duc­tos de higie­ne y aseo per­so­nal inclui­dos en la lla­ma­da libre­ta de abas­te­ci­mien­to. Se ase­gu­ra­ba allí que la ven­ta libe­ra­da de esos pro­duc­tos comen­za­ría a par­tir del mes de enero del año 2011.

Para mi gus­to, a la escue­ta nota le fal­ta­ba información.

Por lo menos habría sido bueno dilu­ci­dar en la nota ofi­cial, o en tra­ba­jos perio­dís­ti­cos ale­da­ños, sobre tres inte­rro­gan­tes que que­da­ron en el aire: ¿a qué pre­cios?, ¿capa­ci­dad del mer­ca­do para enfren­tar una deman­da libe­ra­da?, ¿qué ocu­rri­rá con los indi­vi­duos sin cober­tu­ra para enfren­tar los nue­vos gas­tos, sobre todo los ancia­nos sin ampa­ro familiar?

La pri­me­ra pre­gun­ta fue res­pon­di­da por los hechos, pues rápi­da­men­te las bode­gas y los mer­ca­dos indus­tria­les de todo el país, muchos de los cua­les ven­die­ron con los nue­vos pre­cios des­de el mis­mo pri­me­ro de enero el jabón de toca­dor, en dos for­ma­tos, a cin­co pesos; el de lavar, según tama­ño y peso dife­ren­cia­dos, pue­de valer seis, cin­co, o cua­tro pesos. La cre­ma den­tal se ven­de a ocho pesos y el deter­gen­te líqui­do a veinticinco.

El vier­nes sie­te de enero se res­pon­día en gran par­te la segun­da inte­rro­gan­te en el perió­di­co Gran­ma, con un mate­rial en que varios fun­cio­na­rios de los sec­to­res invo­lu­cra­dos infor­ma­ban cómo, des­de antes, el comer­cio y la indus­tria se pre­pa­ra­ron para enfren­tar repen­ti­na­men­te un cam­bio radi­cal en el expen­dio de un trío de pro­duc­tos de pri­me­ra nece­si­dad, que duran­te déca­das la tota­li­dad de la pobla­ción reci­bía de acuer­do con una nor­ma de con­su­mo, fija y para muchos insu­fi­cien­te, y a pre­cios casi sim­bó­li­cos por el fuer­te sub­si­dio que los amparaba.

Es obvio que la deci­sión de libe­rar tales artícu­los deman­da de una pre­sen­cia mayor en la red mino­ris­ta, don­de quien desee adqui­rir­los y en la can­ti­dad que requie­ra, pue­da hacerlo.

Las tien­das recau­da­do­ras de divi­sas man­tie­nen, ade­más, una moda­li­dad eco­nó­mi­ca de jabón de toca­dor, a 0,25 CUC, y de jabón de lavar, a 0,40 o 0,45 CUC, que com­ple­men­tan las ofer­tas en mone­da nacio­nal, expli­có a Gran­ma Pilar Fer­nán­dez Gon­zá­lez-Par­do, jefa del Gru­po de Ven­ta Mino­ris­ta de Pro­duc­tos No Alimenticios.

Por lo pron­to, el plan del 2011 ya vie­ne con núme­ros cre­ci­dos en la pro­duc­ción y en la ven­ta de los artícu­los de aseo, según se informó.

Pero es de supo­ner que muchas per­so­nas que com­ple­ta­ban sus nece­si­da­des de con­su­mos invir­tien­do pesos con­ver­ti­bles (CUC) se tras­la­den aho­ra, en todo o en par­te, hacia el con­su­mo de estos pro­duc­tos adqui­ri­dos aho­ra más bara­tos en la mone­da corriente.

Ade­más, tan­to el apa­ra­to comer­cial como los pro­duc­to­res e impor­ta­do­res de mate­ria pri­ma, están cons­cien­tes de que en los pri­me­ros tiem­pos, pue­de haber per­so­nas con ten­den­cia a com­prar en dema­sía por temor a even­tua­les desabastecimientos.

No se des­cuen­ta la posi­ble acción de aca­pa­ra­do­res, pero, en mi opi­nión, las posi­bi­li­da­des de una reven­ta ganan­cio­sa son muy limi­ta­das, por­que los pre­cios esta­ble­ci­dos se pare­cen bas­tan­te a los que esta­ble­cía el mer­ca­do infor­mal, antes de que la ofer­ta se liberara.

Por otra par­te, los fun­cio­na­rios inte­rro­ga­dos advir­tie­ron que habrá che­queos sis­te­má­ti­cos y con­ti­nuos (cada diez días) para que el plan flu­ya y no haya baches pro­duc­ti­vos o de abas­te­ci­mien­tos que dañen el proceso.

Res­pec­to a la ter­ce­ra pre­gun­ta, qui­zás la que más preo­cu­pa­ción des­en­ca­de­nó, es intere­san­te pen­sar cómo se ins­tru­men­ta­rá en la prác­ti­ca la nue­va polí­ti­ca basa­da en el prin­ci­pio de que no se sub­si­dia­rán los pro­duc­tos sino a las per­so­nas que por una u otra razón real­men­te lo necesiten.

En este sen­ti­do, el Pre­si­den­te cubano Raúl Cas­tro Ruz rati­fi­có en el pasa­do diciem­bre, que el Esta­do Socia­lis­ta, median­te el sis­te­ma de asis­ten­cia social ase­gu­ra­ría la pro­tec­ción míni­ma reque­ri­da, tan­to a las per­so­nas impe­di­das para tra­ba­jar, como a los que nece­si­ten ser asis­ti­dos lue­go de la eli­mi­na­ción del sub­si­dio a los pro­duc­tos que tra­di­cio­nal­men­te se adqui­rían a tra­vés de la ven­ta normada.

En Cuba, des­de los pri­me­ros años del triun­fo revo­lu­cio­na­rio, el régi­men de Asis­ten­cia Social pro­te­ge espe­cial­men­te a los adul­tos mayo­res, a las per­so­nas con dis­ca­pa­ci­dad y en gene­ral a todas aque­llas per­so­nas cuyas nece­si­da­des esen­cia­les no estén ase­gu­ra­das o que, por sus con­di­cio­nes de vida o de salud, requie­ren pro­tec­ción y no pue­dan solu­cio­nar­las sin el apo­yo de la sociedad.

La asis­ten­cia social es un dere­cho refren­da­do en la Cons­ti­tu­ción, que en su artícu­lo 48 expre­sa: “El Esta­do pro­te­ge, median­te la asis­ten­cia social, a los ancia­nos sin recur­sos ni ampa­ro, y a cual­quier per­so­na no apta para tra­ba­jar que carez­ca de fami­lia­res en con­di­cio­nes de pres­tar­le ayuda.”

Es decir que no es una nove­dad para el Esta­do cubano el tra­ta­mien­to a los pro­ble­mas que aho­ra se enfren­tan, pero hay que reco­no­cer que el núme­ro de núcleos fami­lia­res que nece­si­ta­rán ayu­da ha cre­ci­do y va a cre­cer mucho más en un tiem­po rela­ti­va­men­te corto.

Se tra­ta de una tarea com­ple­ja y de gran­des dimen­sio­nes. Por­que ha de haber un pro­ce­so con­ti­nuo de apro­ba­ción y extin­ción de pres­ta­cio­nes y en cada caso es pre­ci­so eva­luar la situa­ción socio­eco­nó­mi­ca de cada fami­lia, la edad de sus inte­gran­tes, el esta­do de salud, la situa­ción labo­ral, los ingre­sos y los gas­tos fundamentales.

Afor­tu­na­da­men­te Cuba cuen­ta con una nume­ro­sa y capa­ci­ta­da red de tra­ba­ja­do­res socia­les que fue crea­da hace diez años y que entre sus fun­cio­nes tie­ne la de iden­ti­fi­car y aten­der a indi­vi­duos y fami­lias sin cober­tu­ra para sus nece­si­da­des básicas.

La gen­te espe­ra el movi­mien­to más rápi­do posi­ble de esa gran maqui­na­ria y tam­bién mayor infor­ma­ción sobre el tema, pen­san­do sobre todo que los artícu­los de aseo son ese tipo de con­su­mo que no per­mi­te pau­sa, una nece­si­dad bien arrai­ga­da en la cul­tu­ra de todos los cubanos.

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