2011: ¿Por fin la paz en el País Vas­co? – Car­los Tena

La dis­cre­ción y una leve son­ri­sa de com­pli­ci­dad y espe­ran­za, resal­tan en el ros­tro de los pasean­tes con los que me cru­zo, mien­tras camino por las calles de la impo­lu­ta villa de Usúr­bil (Gipuz­koa), en la que su alcal­de Xavier Mikel Erre­kon­do (EAE-ANV), que fue­ra uno de los juga­do­res más galar­do­na­dos en el balon­mano inter­na­cio­nal, con­ti­nua sien­do un obli­ga­do refe­ren­te como ges­tor efi­caz, capaz de mos­trar una más que hones­ta trans­pa­ren­cia en las cuen­tas muni­ci­pa­les, impul­sor de todo tipo de acti­vi­da­des cul­tu­ra­les, defen­sor de un medio ambien­te envi­dia­ble en la villa (la lim­pie­za es impre­sio­nan­te y la basu­ra se reco­ge has­ta en seis tipos de enva­ses dife­ren­tes) y mece­nas impres­cin­di­ble, al fren­te de su joven­cí­si­mo equi­po de gobierno, para el desa­rro­llo del depor­te y la músi­ca en todas sus manifestaciones.

Esa deli­ca­da son­ri­sa de ilu­sión en las gen­tes del entorno nacio­na­lis­ta, con­tras­ta con el ric­tus de ven­gan­za y odio que des­ti­la bue­na par­te de la mili­tan­cia del PPSOE, com­pro­ba­do no solo por las mani­fes­ta­cio­nes de los líde­res nacio­na­les o esta­ta­les de sus dos corrien­tes inter­nas (Fran­quis­ta y Feli­pis­ta), sino en bue­na par­te de los edi­to­ria­les de la pren­sa neo libe­ral, don­de los perio­dis­tas no aban­do­nan la idea (impues­ta por órde­nes de la Zar­zue­la) de echar leña al fue­go de la repre­sa­lia en sesión con­ti­nua, el silen­cio ante la tor­tu­ra y la exi­gen­cia de una expia­ción sin un gra­mo de gene­ro­si­dad, de cara a la pró­xi­ma fina­li­za­ción del con­flic­to polí­ti­co que lace­ra al País Vas­co des­de hace más de 50 años.

En cien­tos de pue­blos, dece­nas de ciu­da­des, no se habla de otra cosa que de las recien­tes decla­ra­cio­nes de Arnal­do Ote­gi a un dia­rio nor­te­ame­ri­cano, de las que se des­pren­de la posi­bi­li­dad de que ETA anun­cie el final de sus accio­nes, aban­do­ne la vio­len­cia, mos­tran­do su con­for­mi­dad con la media­ción inter­na­cio­nal en la solu­ción del con­flic­to vas­co y asu­ma el desa­rro­llo de las vías polí­ti­cas como úni­co camino para defen­der sus obje­ti­vos. La pata­ta calien­te está en el teja­do del gobierno espa­ñol, pero nadie quie­re que­mar­se los dedos.

Que nadie me tache de inge­nuo o cur­si, soña­dor o fus­ti­ga­dor de demó­cra­tas-de-toda-la-vida (si Rodol­fo Ares, Alfre­do Rubal­ca­ba o Patxi López lo son, la Cate­dral de Bur­gos es de esti­lo chu­rri­gue­res­co) por­que algo hue­le a fres­co en Eus­kalhe­rría, sobre todo des­de que el dia­rio eco­nó­mi­co más influ­yen­te de los USA, The Wall Street Jour­nal, deci­die­ra entre­vis­tar al cita­do máxi­mo repre­sen­tan­te polí­ti­co de la izquier­da aber­tza­le (hoy toda­vía encar­ce­la­do en Logro­ño por esos demó­cra­tas a lo Juan Car­los de Bor­bón), deci­sión que no tuvo más reme­dio que acep­tar el minis­tro del Inte­rior, aun­que refun­fu­ña­ra como un niño sin rega­lo de los Reyes Magos, dada la capa­ci­dad de man­do que tie­nen las auto­ri­da­des polí­ti­cas y mediá­ti­cas yan­quis sobre todos los miem­bros el gobierno espa­ñol. Me figu­ro que a más de un direc­tor de perió­di­co le habrá cabrea­do, por aque­llo del nin­gu­neo pro­fe­sio­nal, no poder hacer lo pro­pio con Arnal­do Ote­gi para una entre­vis­ta en cual­quie­ra de los dia­rios nacio­na­les o de ámbi­to estatal.

La espe­ran­za de un nue­vo esce­na­rio, don­de la excar­ce­la­ción de pre­sos figu­ra como una de las pri­me­ras medi­das a estu­diar con abso­lu­ta serie­dad, inun­da las calles de Usúr­bil, Her­na­ni, Zarautz, Orio, y has­ta entre los miles de afi­cio­na­dos al fút­bol que hoy ani­man a los equi­pos nacio­na­les de Vene­zue­la y Eus­ka­di, en un par­ti­do que se jue­ga en San Mamés. Nadie esca­pa al anhe­lo de esa paz que trae­rá el 2011, si es que no comien­zan a sonar los sables, las men­ti­ras y dia­tri­bas de polí­ti­cos (es un eufe­mis­mo) como Anto­nio Basa­goi­ti y sus Palan­ga­ne­ros (repre­sen­tan­tes de la ultra­de­re­cha más mez­qui­na y ras­tre­ra de cuan­tas azo­tan Euro­pa), ínti­mo ami­go del pis­to­le­ro falan­gis­ta Gon­za­lo de la Peña Gumu­zio (can­di­da­to en las lis­tas del PP para el ayun­ta­mien­to de Gor­liz), y de su her­ma­na Cris­ti­na (tam­bién ele­gi­da por el mis­mo par­ti­do como can­di­da­ta en el de Bal­ma­se­da), como de dece­nas de radi­ca­les fran­quis­tas, todos ellos pro­vis­tos de armas, que entre­na­ban en un mon­te cer­cano a La Sal­ve, con el cono­ci­mien­to del CNI (Cen­tro Nacio­nal de Inte­li­gen­cia) en Madrid. Al res­pec­to, acon­se­jo al lec­tor que se dé una vuel­ta por You­tu­be y vea el docu­men­to titu­la­do Pis­to­le­ros falan­gis­tas conec­ta­dos con Basa­goi­ti (PP) y la Guar­dia Civil en Hego Eus­kal Herria. Un video bien mon­ta­do, con­tras­ta­do y veraz has­ta la últi­ma imagen.

El año que ter­mi­na debe ser el de la puer­ta hacia la paz defi­ni­ti­va. No hay más sali­da para la con­vi­ven­cia y la demo­cra­cia ver­da­de­ra que el diá­lo­go, la gene­ro­si­dad, el des­tie­rro del odio, la ven­gan­za y el terro­ris­mo de esta­do. Todos los ciu­da­da­nos de bue­na volun­tad con­fían en ello. Zapa­te­ro tie­ne la opor­tu­ni­dad más dora­da de demos­trar que, aun­que solo fue­ra en esta oca­sión, la inte­li­gen­cia y el talan­te polí­ti­co, no la cobar­día y la medio­cri­dad, deben estar pre­sen­tes en su mesa de tra­ba­jo. Hago votos por ello.

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