Hon­du­ras: Fren­te a la Polí­ti­ca Impe­rial esta­mos obli­ga­dos a la Unidad

El pue­blo hon­du­re­ño en resis­ten­cia es indu­da­ble­men­te una enor­me fuer­za de cam­bio que bus­ca una vía de expre­sión y par­ti­ci­pa­ción. La pre­sión que esta fuer­za es capaz de gene­rar es bas­tan­te más poten­te que cual­quier cosa que la socie­dad haya vis­to a lo lar­go de sus his­to­ria post inde­pen­den­tis­ta; la oli­gar­quía por el momen­to pre­fie­re sol­tar ata­ques sobre la mis­ma, tra­tan­do de apro­ve­char las debi­li­da­des con­sus­tan­cia­les a orga­ni­za­cio­nes popu­la­res en su eta­pa ini­cial. Al mis­mo tiem­po, la dere­cha con­ti­nen­tal, guia­da por el impe­rio, tra­ta de curar­se en salud, “colom­bia­ni­zan­do” el país; ya exis­te una inten­si­va acti­vi­dad del nar­co­trá­fi­co, por un lado; por el otro, se comen­za­rá a dis­cu­tir una Ley Antiterrorista.

El terro­ris­mo, es en gene­ral una defi­ni­ción polí­ti­ca (de acuer­do a los pre­cep­tos impe­ria­les que cali­fi­can a su anto­jo quien es y quien no es terro­ris­ta), y, por lo tan­to, una ley anti terro­ris­ta es de carác­ter polí­ti­co y no va diri­gi­da a con­tro­lar la delin­cuen­cia ni al cri­men orga­ni­za­do. La ley pro­mo­vi­da por el minis­tro de segu­ri­dad, va diri­gi­da a incre­men­tar la repre­sión con­tra los miem­bros de la resis­ten­cia hon­du­re­ña, y nues­tra lucha debe diri­gir­se a denun­ciar esta legis­la­ción que sigue agre­dién­do­nos, mien­tras mien­te y mien­te argu­men­tan­do que está ocu­pa­da de los dere­chos humanos.

Debe­mos estar aten­tos a la fal­se­dad detrás de los “avan­ces” del régi­men en mate­ria de derechos
huma­nos, y la posi­ción impe­rial que ya ha des­car­ta­do la peti­ción de 30 de sus con­gre­sis­tas, argu­men­tan­do que la sola elec­ción de Lobo Sosa fue un acto de for­ta­le­ci­mien­to de la demo­cra­cia en Hon­du­ras. La agen­da que nos impo­ne el impe­rio sin que nos demos cuen­ta, es ver­ti­gi­no­sa, bien pla­ni­fi­ca­da y audaz; no hay cabos suel­tos, lo úni­co que no pue­den cal­cu­lar, pero si influir, es la reac­ción popular.

Este plan se bene­fi­cia direc­ta­men­te de nues­tra mayor debi­li­dad: la fal­ta de uni­dad. De hecho la fomen­ta, y no debe­ría sor­pren­der­nos que exis­tan agen­tes espe­cia­li­za­dos infil­tra­dos en todos los nive­les del Fren­te Nacio­nal de Resis­ten­cia Popu­lar cum­plien­do una misión desin­te­gra­do­ra. Los recur­sos dis­po­ni­bles para des­ar­ti­cu­lar el fren­te de resis­ten­cia son sus­tan­cial­men­te mayo­res que los que noso­tros pode­mos uti­li­zar para lle­var ade­lan­te este pro­ce­so libe­ra­dor; en con­se­cuen­cia, nues­tra úni­ca posi­bi­li­dad es hacer uso de la uni­dad para cerrar filas alre­de­dor de las luchas populares.

La asam­blea del día 19 de octu­bre, fue lamen­ta­ble­men­te orien­ta­da por muchos par­ti­ci­pan­tes a una dis­cu­sión esté­ril, y ter­mi­nó sin acuer­dos de fon­do sig­ni­fi­ca­ti­vos. Increí­ble­men­te lo úni­co que se apro­bó fue no asis­tir al dia­lo­go absur­do plan­tea­do por el régi­men de fac­to, aun­que muchas repre­sen­ta­cio­nes hicie­ron plan­tea­mien­tos mucho más com­ple­tos de posi­cio­na­mien­to fren­te a la dic­ta­du­ra. Pro­ba­ble­men­te fue un error poner a dis­cu­sión el aná­li­sis de coyun­tu­ra y el aná­li­sis de corre­la­ción de fuer­zas, que pasa­ron de ser ele­men­tos auxi­lia­res a pun­tos de inten­sa dis­cu­sión, lo que calen­tó el ambien­te e impi­dió que se dis­cu­tie­ran asun­tos estra­té­gi­cos de mayor relevancia.

Tuvi­mos com­pa­ñe­ros que se expre­sa­ron abier­ta­men­te en con­tra de pro­ce­sos elec­to­ra­les, y man­te­nían que se esta­ba bus­can­do arras­trar­nos a un pro­ce­so que no desea­mos. Pare­ce que hemos caí­do en un bache en el que esco­gi­mos creer que cuan­do habla­mos de “refun­da­ción”, nos refe­ri­mos a un país en el que solo vivi­mos noso­tros, y se mane­ja la idea de la “auto con­vo­ca­to­ria” que igno­ra el hecho de que el país es de todos los hon­du­re­ños, inclu­so aque­llos com­pa­trio­tas que nos adver­san. Nin­gún pro­ce­so que empren­da­mos aho­ra mis­mo pue­de dejar por fue­ra a hon­du­re­ños que han deci­di­do seguir polí­ti­ca­men­te la posi­ción de la oli­gar­quía; qui­zá muchos de ellos ni siquie­ra saben de la mani­pu­la­ción maca­bra del impe­rio en toda esta crisis.

Hemos come­ti­do un des­acier­to al tra­tar de enca­si­llar­nos en una posi­ción de para­le­lis­mo, que si ha sido útil en la cons­truc­ción de la vida orgá­ni­ca del fren­te, pero que no sir­ve para resol­ver la cri­sis ni para lle­var­nos a defi­nir el fin con­cre­to, la razón de exis­tir del Fren­te Nacio­nal de Resis­ten­cia Popu­lar: la bús­que­da del poder real en el país. Es un error pen­sar que el fren­te tie­ne la mis­ma natu­ra­le­za que alguno o todos sus com­po­nen­tes; el FNRP es un órgano polí­ti­co, y su obje­ti­vo pri­ma­rio es la toma del poder, de otra mane­ra no se pue­de expli­car su existencia.

Este asun­to no pue­de seguir sien­do el pun­to álgi­do de la dis­cu­sión cen­tral del fren­te, aho­ra debe­mos estar dis­pues­tos y abier­tos a dis­cu­tir las for­mas posi­bles de con­so­li­dar esta lucha por ganar pre­sen­cia den­tro de la esfe­ra de poder del país; trans­for­mar esta socie­dad solo es posi­ble por la vía de la movi­li­za­ción popu­lar con fines polí­ti­cos, creer otra cosa es un obs­tácu­lo para el enten­di­mien­to de la cosa concreta.

En este sen­ti­do, el anun­cio que hizo el Comi­té Eje­cu­ti­vo sobre la for­ma­ción de una Comi­sión Polí­ti­ca encar­ga­do de dar vida a la estruc­tu­ra, a la inte­gra­ción posi­ble de una Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te, vie­ne a dar una luz, y segu­ra­men­te es un paso que todos y todas debe­mos apo­yar sin reser­vas. Lamen­ta­ble­men­te, el des­or­den de la asam­blea del 19 no per­mi­tió la dis­cu­sión alre­de­dor de este pun­to. Es impor­tan­te la con­for­ma­ción de esta comi­sión polí­ti­ca nacio­nal, que debe tra­ba­jar ardua­men­te en muchos pun­tos de agen­da, y que debe inte­grar­se con las per­so­nas más idó­neas de todo el FNRP, sin dejar de lado a nadie. Si nos fija­mos bien, la meta del fren­te debe­ría fijar­se en acce­der al poder, por la vía que sea, pero tomar el poder.

Se habla mucho de Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te como una pana­cea y como obje­ti­vo últi­mo de toda la lucha, nada pue­de ser más erró­neo que esto, si se pien­sa que esta es la sali­da revo­lu­cio­na­ria que habrá de traer­nos una patria socia­lis­ta. En pri­mer lugar, el poder cons­ti­tu­yen­te, y todo lo que se deri­va de él, per­ma­ne­ce den­tro de la esfe­ra del Esta­do Bur­gués; es par­te de la doc­tri­na bur­gue­sa. LA VIA CONSTITUYENTE NO NOS LLEVA AL SOCIALISMO. Enton­ces, debe­mos acla­rar al pue­blo en resis­ten­cia que se logra­ran cam­bios sig­ni­fi­ca­ti­vos, pero segui­re­mos den­tro de la mis­ma estruc­tu­ra de poder que cono­ce­mos. Es posi­ble que gane­mos muchos espa­cios, y, qui­zá inclu­so sen­tar las bases para fun­dar una socie­dad socia­lis­ta en el futu­ro, pero no tene­mos un cam­bio auto­má­ti­co de sistema.

En segun­do lugar, el auto con­vo­ca­to­rio nos lle­va a una legi­ti­mi­dad “par­cial” pues el país es de todos. Sin el acuer­do explí­ci­to con los adver­sa­rios que ejer­cen el poder, aun sien­do de fac­to, nues­tra cons­ti­tu­yen­te no pasa de ser una qui­me­ra. En este sen­ti­do, debe tener­se mucho cui­da­do con el men­sa­je que se le da al pue­blo, pues los resul­ta­dos pue­den ser bas­tan­te frus­tran­tes. “Dia­lo­gar” bajo las reglas de la dic­ta­du­ra es una locu­ra, pero dejar entre­ver que por la vía para­le­la se lle­ga a cons­truir la patria nue­va es algo poco responsable.

Tam­po­co es correc­to sata­ni­zar los pro­ce­sos elec­to­ra­les, pues son una vía obvia a la con­se­cu­ción de par­te de nues­tras aspi­ra­cio­nes. Natu­ral­men­te, cada cosa tie­ne un momen­to his­tó­ri­co espe­ci­fi­co, y par­ti­ci­par en elec­cio­nes en este mis­mo ins­tan­te es des­ca­be­lla­do, pero las elec­cio­nes en si cons­ti­tu­yen un camino; y no es que esto lo este­mos des­cu­brien­do aho­ra; los pro­ce­sos lati­no­ame­ri­ca­nos han ido mar­can­do una ten­den­cia, y has­ta la fecha, nin­gu­na de las expe­rien­cias se con­si­guió des­de la oposición.

Si nos damos cuen­ta, nues­tra debi­li­dad fren­te a un pro­ce­so, radi­ca prin­ci­pal­men­te en la orga­ni­za­ción. Si bien es cier­to hemos alcan­za­do mucho en mate­ria orga­ni­za­ti­va en estos 16 meses de lucha, dis­ta­mos mucho de alcan­zar los nive­les reque­ri­dos para enfren­tar un reto mayor. Hemos lucha­do por la cons­ti­tu­yen­te, pero si aho­ra mis­mo obtu­vié­ra­mos todas las con­di­cio­nes que exi­gi­mos, ten­dría­mos serias difi­cul­ta­des para enfren­tar las elec­cio­nes de constituyentes.

Una de las razo­nes para la len­ti­tud en nues­tro pro­ce­so de orga­ni­za­ción se encuen­tra en la des­unión que arras­tra­mos des­de tiem­pos bana­ne­ros. Todas las orga­ni­za­cio­nes luchan por man­te­ner su vida orgá­ni­ca al mar­gen del fren­te, con excep­ción de una que ha mez­cla­do su iden­ti­dad con la del fren­te mis­mo. Esto gene­ra, evi­den­te­men­te un retra­so en la cons­truc­ción de vida pro­pia para el FNRP; tam­bién por esa vía encon­tra­mos la sepa­ra­ción entre resis­ten­cia y Fren­te Nacio­nal de Resis­ten­cia Popular.

En este pro­ce­so son muchos los mar­gi­na­dos, y muy pocos los que aca­rrean la enor­me res­pon­sa­bi­li­dad de cons­truir poder. Por el momen­to, somos como una fede­ra­ción de orga­ni­za­cio­nes peque­ñas, cada una tra­ba­jan­do por su cuen­ta, aun cuan­do esto afec­te al fren­te. Hemos lle­ga­do a un pun­to en el que lo que hace­mos está deter­mi­na­do por lo que hacen las otras orga­ni­za­cio­nes, lo que le ha dado una enor­me dosis de este­ri­li­dad a nues­tras discusiones.

En con­clu­sión, es tiem­po de que ace­le­re­mos el paso, y de aban­do­nar pos­tu­ras incon­ve­nien­tes al fren­te; si la uni­dad total no se pue­de alcan­zar aho­ra mis­mo, debe­mos al menos lle­gar a un acuer­do entre todas las orga­ni­za­cio­nes, para cons­ti­tuir una pla­ta­for­ma míni­ma de tra­ba­jo con­jun­to, y de res­pe­to a las orga­ni­za­cio­nes. Se debe inte­grar la Comi­sión Polí­ti­ca, en base al acuer­do del Comi­té Eje­cu­ti­vo en Mana­gua, y la inte­gra­ción de la mis­ma debe ser dis­cu­ti­da y con­sen­sua­da entre todas las par­tes, Ade­más, todos debe­mos com­pro­me­ter­nos a apo­yar las deci­sio­nes que haya de tomar el Comi­té Eje­cu­ti­vo como resul­ta­do del tra­ba­jo de esta comisión.

Las orga­ni­za­cio­nes socia­les deben apo­yar el pro­ce­so de orga­ni­za­ción de las comu­ni­da­des, esta­ble­cien­do cri­te­rios sim­ples que defi­nan la Uni­dad Pobla­cio­nal Míni­ma de repre­sen­ta­ción de los colec­ti­vos popu­la­res, y gene­rar con­sen­sos regio­na­les, todo con miras a dina­mi­zar las Asam­bleas Nacio­na­les, y per­mi­tir que las mis­mas cuen­ten con legitimidad.

Otra cosa que debe defi­nir­se de inme­dia­to es la estruc­tu­ra for­mal y los regla­men­tos que regu­len la vida del Fren­te, defi­nien­do ade­más las con­di­cio­nes míni­mas que regu­len la mili­tan­cia en el FNRP. No se debe seguir mane­jan­do la idea de que la demo­cra­cia se arma abrien­do las puer­tas a todos y todas; la demo­cra­cia se for­ma con la par­ti­ci­pa­ción de todos en la dis­cu­sión a par­tir de los colec­ti­vos; sin espe­rar que sean los colec­ti­vos mis­mos los que defi­nan indi­vi­dual­men­te el rum­bo de las cosas.

Debe­mos ver con bue­nos ojos la ini­cia­ti­va de la Comi­sión de For­ma­ción del Fren­te Nacio­nal de Resis­ten­cia Popu­lar, que ha ini­cia­do la divul­ga­ción de ins­tru­men­tos cla­ve para el fren­te, inclu­yen­do la pro­pues­ta envia­da por el pre­si­den­te José Manuel Zela­ya Rosa­les. Ade­más, debe­mos uti­li­zar estos ins­tru­men­tos como herra­mien­tas para cum­plir con el pro­ce­so de orga­ni­za­ción. Es impor­tan­te tomar el pro­ce­so de dis­cu­sión de inme­dia­to, y lle­gar a noviem­bre con posi­cio­nes cla­ras des­de los colec­ti­vos en resistencia.

Se debe con­vo­car inme­dia­ta­men­te un encuen­tro de todas las orga­ni­za­cio­nes, inclu­yen­do a los libe­ra­les en resis­ten­cia, para fun­da­men­tar, con áni­mo cons­truc­ti­vo, las bases de la pla­ta­for­ma míni­ma de tra­ba­jo. A la vez, bajo las con­di­cio­nes tec­no­ló­gi­cas favo­ra­bles, debe abrir­se la comu­ni­ca­ción direc­ta entre el Coor­di­na­dor Gene­ral, y todas las orga­ni­za­cio­nes inte­gra­das al FNRP. Igual­men­te impor­tan­te, es que el com­pa­ñe­ro Zela­ya comien­ce de inme­dia­to a ejer­cer ope­ra­ti­va­men­te su coor­di­na­ción del frente.

Muchas cosas no han sido cubier­tas en este peque­ño docu­men­to, pero se dan bases para comen­zar un tra­ba­jo más com­ple­jo, que diri­ja la mira­da a asun­tos crí­ti­cos, como la Ley Anti Terro­ris­ta, y otras sal­va­ja­das de este régi­men. Debe­mos orien­tar nues­tra lucha a demos­trar la vali­dez de nues­tros argu­men­tos, y pasar del “NO” como una for­ma de lucha y tomar la ofen­si­va plan­tean­do opcio­nes rea­lis­tas y váli­das para for­ta­le­cer la lucha.

Si duran­te quin­ce meses hemos teni­do como meta dis­cu­tir nues­tras dife­ren­cias, aho­ra ha lle­ga­do el momen­to de dis­cu­tir nues­tras poten­cia­li­da­des des­de la uni­dad, des­de el FNRP. No pode­mos demo­rar más, todos esta­mos en la obli­ga­ción de empu­jar en la mis­ma dirección.

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