Entre­vis­ta a la Coor­di­na­do­ra de Tra­ba­ja­do­res del Metal de Cádiz

  1. En pri­mer lugar, que­rría­mos pre­gun­ta­ros acer­ca de la CTM. ¿Podéis hablar­nos de sus orí­ge­nes? ¿Qué le dis­tin­gue de otros sin­di­ca­tos o agru­pa­cio­nes de tra­ba­ja­do­res que pue­de haber tan­to en el sec­tor del metal gadi­tano como en el res­to del país? Espe­cial­men­te intere­san­te sería que hicie­seis hin­ca­pié en qué dis­tin­gue su polí­ti­ca sin­di­cal prác­ti­ca, dia­ria, de la del res­to de corrien­tes sin­di­ca­les con las que convivís.

La CTM nació, en un pri­mer momen­to, como CPM (Coor­di­na­do­ra de pro­fe­sio­na­les del metal), un colec­ti­vo for­ma­do por tra­ba­ja­do­res del metal de Navan­tia, de sub­con­tra­tas, even­tua­les. Des­pués de ser un colec­ti­vo pasa­mos a ser un sin­di­ca­to hace año y medio. La dife­ren­cia es que somos tra­ba­ja­do­res, no acti­vis­tas ni sin­di­ca­lis­tas de toda la vida. Des­pués de una vida pro­fe­sio­nal en los asti­lle­ros, deci­di­mos for­mar un sin­di­ca­to en el que los tra­ba­ja­do­res deci­día­mos, con el pro­ta­go­nis­mo pre­ci­sa­men­te para los trabajadores.

  1. ¿Creéis que la CTM es una alter­na­ti­va sin­di­cal capaz de refor­zar la auto­no­mía de los tra­ba­ja­do­res del metal? Es decir, de faci­li­tar­les una orga­ni­za­ción capaz de rom­per con la polí­ti­ca de con­ci­lia­ción y cesio­nes a la patro­nal de las gran­des orga­ni­za­cio­nes sindicales.

Inten­ta­mos ser una alter­na­ti­va al sin­di­ca­lis­mo ofi­cial, que nos ha lle­va­do a la pre­ca­rie­dad, que nos ha ven­di­do, que no nos ha per­mi­ti­do ni siquie­ra opi­nar… Un sin­di­ca­lis­mo sin tra­ba­ja­do­res, en fin. Nos enfren­ta­mos al mode­lo de sub­con­tra­ta­ción, que no nos deja prác­ti­ca­men­te espa­cio para rei­vin­di­car. Es muy com­pli­ca­do haber orga­ni­za­do un sin­di­ca­to de tra­ba­ja­do­res even­tua­les, defen­der­nos a noso­tros mis­mos es bas­tan­te difí­cil cuan­do prác­ti­ca­men­te no pode­mos ele­gir dele­ga­dos ni pre­sen­tar­nos a los comi­tés: se nece­si­ta un tiem­po tra­ba­ja­do de seis meses, que a veces no lo esta­mos, o des­pi­den a los dele­ga­dos ele­gi­dos. Ante esta impo­si­bi­li­dad de tener dele­ga­dos, debe­mos lle­var la lucha por otro lado, cam­biar el mode­lo sin­di­cal, adap­tán­do­lo a las cir­cuns­tan­cias que nece­si­ta­mos. No pode­mos pedir a un com­pa­ñe­ro con 3 meses de anti­güe­dad y un con­tra­to por obra y ser­vi­cio que se eche a la calle con noso­tros. Que­re­mos ser la alter­na­ti­va, pero sabe­mos que debe ser un tra­ba­jo a lar­go pla­zo, en el que hay que actuar de otra for­ma. Posi­ble­men­te sacan­do los con­flic­tos de la fac­to­ría, expli­can­do a la gen­te que hay sali­da, que aun­que haya­mos nor­ma­li­za­do los incum­pli­mien­tos de con­ve­nio y la pér­di­da de dere­chos no debe ser así. Una labor peda­gó­gi­ca que nos per­mi­te lle­gar a la ciu­da­da­nía con asam­bleas, expli­can­do a gen­te que no tie­ne el pro­ble­ma de ser des­pe­di­da… Y todo eso inten­tan­do cam­biar el mode­lo de sub­con­tra­ta­ción, muy com­pli­ca­do por nues­tros lími­tes eco­nó­mi­cos, por­que somos even­tua­les y muchos repre­sa­lia­dos… Hemos lle­ga­do a hacer reunio­nes en las que nin­guno esta­ba en Cádiz… Nues­tras ganas de cam­biar la situa­ción son mayo­res que las dificultades.

  1. Al fina­li­zar esta huel­ga inde­fi­ni­da de 9 días, ¿qué posi­bi­li­da­des veis de con­so­li­dar un míni­mo de orga­ni­za­ción autó­no­ma ‑tipo CTM- entre los tra­ba­ja­do­res del metal? ¿Y fue­ra de este sec­tor, en el res­to de la Bahía de Cádiz?

Se han dado situa­cio­nes que no se habían dado has­ta aho­ra. La con­cien­cia logra­da estos días es muy impor­tan­te. Hay que tra­ba­jar mucho en orga­ni­za­ción, pen­sar mucho, el hecho de que sea­mos un sin­di­ca­to muy inde­pen­dien­te del sec­tor del metal de Cádiz no sig­ni­fi­ca que deba­mos estar solos, hay que ayu­dar a otros colec­ti­vos de cla­se de otros sec­to­res y por ahí inten­tar que la CTM sea una alter­na­ti­va. Si tene­mos que sacar una con­clu­sión de estos 9 días (y de los 2 días de huel­ga pre­vios) es que los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res auxi­lia­res y el rayo de espe­ran­za que hemos man­da­do a otros tra­ba­ja­do­res han teni­do una gran relevancia.

La huel­ga del metal ha sido la huel­ga de todo Cádiz. Íba­mos por la calle hacien­do mani­fes­ta­cio­nes por don­de que­ría­mos, sin obe­de­cer a la poli­cía y en todas par­tes tenía­mos apo­yo. Esta huel­ga da luz, no eclip­sa, a nin­gún otro sec­tor. Las fac­to­rías tie­nen mucho múscu­lo obre­ro y es más fácil la huel­ga en ellas que en el sec­tor ser­vi­cios. Den­tro que es com­pli­ca­do por­que somos tra­ba­ja­do­res sub­con­tra­ta­dos, pero esta fuer­za debe ser­vir como avan­za­di­lla a otros sec­to­res. Aun­que las posi­bi­li­da­des de rei­vin­di­car para un sub­con­tra­ta­do son peque­ñas, son mayo­res que para un tra­ba­ja­dor de la hos­te­le­ría. Si algo hemos logra­do es que otros sec­to­res, en Cádiz y más allá, es que otros sec­to­res vean que se pue­de hacer cosas. El pue­blo de Cádiz está con noso­tros y eso debe­mos saber tra­ba­jar­lo y canalizarlo.

  1. ¿Con­si­de­ráis que una huel­ga tan dura como la que habéis libra­do pue­de tener reper­cu­sio­nes más allá del sec­tor del metal? Es decir, dado que es la pri­me­ra huel­ga real­men­te con­tun­den­te que se libra en años, ¿podrá tener eco fue­ra de vues­tro sec­tor y ser un ejem­plo para rom­per con tan­tos años de horri­ble paz social?

Está cla­ro que el eco y la reper­cu­sión ha sido en todo el mun­do. Podría­mos pasar­nos el día agra­de­cien­do a los colec­ti­vos que nos han apo­ya­do. Noso­tros somos tra­ba­ja­do­res del metal de la pro­vin­cia de Cádiz pero sobre todo somos tra­ba­ja­do­res: tene­mos cla­ro que sólo hay una cla­se, sólo hay una lucha, con peque­ñas bata­llas. La nues­tra ha sido ésta: una bata­lla muy poten­te, que esta­mos segu­ros que va a mar­car un antes y un des­pués por­que las con­di­cio­nes de la cla­se obre­ra del metal y de cual­quier otro sec­tor son muy pre­ca­rias, por lo que el tra­ba­jo no es sólo aquí, sino que se debe dar en cual­quier lugar don­de hay injus­ti­cias, es decir, en cual­quier lugar. Y tene­mos que cana­li­zar todas estas ener­gías, vol­ver a pen­sar en la cla­se tra­ba­ja­do­ra como una, en el orgu­llo de cla­se, estas cosas que han suce­di­do estos días tene­mos que ser capa­ces de cana­li­zar­lo, tra­ba­jar­lo des­de los colec­ti­vos con­cre­tos, coor­di­nán­do­nos por­que si no lo esta­mos no damos la bata­lla que que­rría­mos dar. Somos muchos pero debe­mos estar uni­dos y remar en una mis­ma dirección.

  1. ¿Habéis segui­do las recien­tes huel­gas del metal en La Mari­na y en Ali­can­te? ¿Podéis decir­nos unas pala­bras sobre ellas?

Pri­me­ro nues­tra soli­da­ri­dad con estos con­flic­tos y con cual­quier otros. En la medi­da de lo posi­ble, esta­mos para apor­tar nues­tro gra­ni­to de are­na. En el caso de la Mari­na (Vigo), sabe­mos que es algo muy pare­ci­do a lo que ha suce­di­do en la pro­vin­cia de Cádiz, que han veni­do des­man­te­lan­do la indus­tria des­de los años ´80 y han deja­do sólo bares y sec­tor ser­vi­cios. Esto es muy nega­ti­vo para la eco­no­mía de cual­quier lugar por­que dedi­car­se sólo a ser­vi­cios es muy difí­cil, algo que se ha vis­to aho­ra con la pan­de­mia, pero tam­bién por los pro­pios tra­ba­ja­do­res. La hos­te­le­ría, etc. son tra­ba­jos mal paga­dos, con incum­pli­mien­tos a la orden del día. Con res­pec­to a los com­pa­ñe­ros de Ali­can­te, es un con­flic­to por el con­ve­nio colec­ti­vo de las pymes… Eso es muy com­pli­ca­do, por­que aun­que lo tene­mos un poco más sen­ci­llo que en la hos­te­le­ría, el mode­lo de sub­con­tra­ta­ción es muy com­pli­ca­do… Ahí es don­de tene­mos que tra­ba­jar de mane­ra con­jun­ta, en pro­ble­mas comu­nes, inten­tar ata­car el mode­lo, que no sólo nos per­ju­di­ca por la even­tua­li­dad y la inse­gu­ri­dad, sino por­que impo­si­bi­li­ta la rei­vin­di­ca­ción por car­ga de tra­ba­jo y con­ve­nios: esta­mos muy divi­di­dos, con empre­sas prin­ci­pa­les y sus comi­tés de empre­sa hacien­do sin­di­ca­lis­mo por unos cuan­tos, con unas plan­ti­llas que tie­nen con­di­cio­nes más o menos acep­ta­bles pero con unos cum­pli­mien­tos de con­ve­nios tota­les y, lue­go, unos tra­ba­ja­do­res de con­tra­tas con los que se incum­ple el con­ve­nio, con dere­chos dife­ren­tes, sala­rios dis­tin­tos… Una cla­se obre­ra divi­di­da. Esto pasa en Cádiz, en Ali­can­te y en todo el Esta­do, evi­den­te­men­te tene­mos que bus­car solu­cio­nes comunes.

  1. Según la CTM, una polí­ti­ca sin­di­cal que real­men­te sea de cla­se, que defien­da exclu­si­va­men­te los intere­ses de los tra­ba­ja­do­res, ¿qué pun­tos bási­cos debe tener?

Una de las cosas que tene­mos cla­ro es que el men­sa­je que lan­za­mos es muy impor­tan­te, pero el men­sa­je­ro, los tra­ba­ja­do­res, somos más impor­tan­tes: no pode­mos sub­con­tra­tar­lo. Un sin­di­ca­to es un gru­po de tra­ba­ja­do­res orga­ni­za­do y no pode­mos olvi­dar­nos de este hecho. Evi­den­te­men­te hay que tener abo­ga­dos o ase­so­res, pero somos los tra­ba­ja­do­res quie­nes tene­mos que tomar las deci­sio­nes. A par­tir de aquí, tene­mos que remon­tar 30 años de no-sin­di­ca­lis­mo, de sin­di­ca­lis­mo comer­cial y de una fal­ta de con­cien­cia crea­da por estos… Maña­na, si lla­ma­mos a los tra­ba­ja­do­res no van a apa­re­cer todos sin más, hay una gran des­con­fian­za hacia los sin­di­ca­tos pero debe­mos hacer ver que noso­tros somos sol­da­do­res, elec­tri­cis­tas, pin­to­res… Y con ello debe­mos crear con­fian­za. Por supues­to, sien­do lo más hon­ra­do posi­ble, defen­dien­do la con­cien­cia de cla­se como ele­men­to prin­ci­pal y a lar­go pla­zo. Los tra­ba­ja­do­res debe­mos vol­ver a un sin­di­ca­lis­mo puro, ceñi­do a las cir­cuns­tan­cias. En nues­tro caso es la sub­con­tra­ta­ción y debe­mos par­tir de este hecho, que es una difi­cul­tad para luchar y salir a la calle. Con estas cir­cuns­tan­cias debe­mos rea­li­zar un tra­ba­jo de fon­do, orien­ta­do a cam­biar el mode­lo de sub­con­tra­ta­ción pero siem­pre, la cla­ve, es que lo haga­mos los trabajadores.

  1. Una pre­gun­ta sobre la his­to­ria de las luchas del metal en Cádiz. Es obvio que el sec­tor del metal tie­ne un inmen­so peso a nivel esta­tal en lo que se refie­re a las movi­li­za­cio­nes, si no como el de la mine­ría en el nor­te muy pare­ci­do… Sin embar­go la impre­sión que se tie­ne es que des­pués de 40 años de luchas durí­si­mas, la derro­ta ha sido la tóni­ca, si no a cor­to sí a lar­go pla­zo. ¿Es esto cier­to? Si es así, ¿por qué?. ¿Podéis hacer una valo­ra­ción, aun­que sea muy esque­má­ti­ca, de estos años de movi­li­za­cio­nes? ¿Cómo se ha lle­ga­do a esta situa­ción en la que exis­te un altí­si­mo índi­ce de tem­po­ra­li­dad, sub­con­tra­ta­ción, sala­rios tan bajos, etc.?

Noso­tros tene­mos los tres asti­lle­ros de Navan­tia abier­tos, por la lucha de los ´80. El obje­ti­vo era cerrar­los y des­in­dus­tria­li­zar la zona. Al cabo de los años, con el mode­lo de sub­con­tra­ta­ción, mar­ca­do por Euro­pa, se ha ido des­man­te­lan­do poco a poco. Pero con la lucha de los ´80 se logró que no se des­pi­die­se a nadie. Res­pec­to a aque­llas, las de aho­ra han teni­do algu­nas dife­ren­cias. Aun­que estas han sido muy de calle, muy con­tun­den­tes, y con el apo­yo de toda la ciu­da­da­nía, han sido pro­ta­go­ni­za­das por tra­ba­ja­do­res de las sub­con­tra­tas. Antes eran huel­gas de los tra­ba­ja­do­res de las empre­sas prin­ci­pa­les. Aho­ra es muy com­pli­ca­do: hay unos tra­ba­ja­do­res de las prin­ci­pa­les, pri­vi­le­gia­dos entre comi­llas, y unos tra­ba­ja­do­res de las sub­con­tra­tas muy pre­ca­ri­za­dos. A esto se suma un sin­di­ca­lis­mo que no mira por los dere­chos de todos los tra­ba­ja­do­res. Esto nos ha debi­li­ta­do, pre­ci­sa­men­te por­que nos ha lle­va­do a no luchar, por­que cuan­do se lucha­ba no se per­dían pues­tos de tra­ba­jo. Cla­ro, cuan­do se lucha­ba en la calle, lo que dicen con vio­len­cia… Lue­go, poco a poco fue­ron des­apa­re­cien­do las empre­sas por­que se fir­mó la paz social y se impu­so un sin­di­ca­lis­mo que ador­me­ció a los tra­ba­ja­do­res. Pero cuan­do se ha lucha­do, se ha saca­do bas­tan­te rédito.

  1. Un par de pre­gun­tas más con­cre­tas sobre la huel­ga. ¿Con una subi­da sala­rial tan exigua como la que al final pac­ta­ron CC.OO. y UGT, que ade­más decís que es pro­ba­ble que no se res­pe­te, ¿aguan­ta­rán los tra­ba­ja­do­res? ¿Creéis que vol­ve­rán a la calle?

Está cla­ro que sali­mos a la calle por­que los con­ve­nios no se cum­plen. Está recién fir­ma­do el acuer­do y ya no se cum­ple, se ha des­pe­di­do a tra­ba­ja­do­res por luchar. Los tra­ba­ja­do­res aho­ra esta­mos más fuer­tes. Podría pare­cer que el hecho de haber sido empu­ja­dos a vol­ver a las fac­to­rías nos iba a debi­li­tar, pero la gen­te está fuer­te. Aho­ra hay que hacer un tra­ba­jo sin­di­cal fuer­te para que la pró­xi­ma oca­sión nos pille con más fuer­zas, sobre todo en orga­ni­za­ción y en con­cien­cia de cla­se. Se vol­ve­rá a la calle con más fuer­za e inte­li­gen­cia que ahora.

  1. A todos nos sor­pren­dió como, en lo que pare­cía lo más duro de la huel­ga, CC.OO. y UGT die­ron orden de vol­ver al tra­ba­jo y, con enga­ños, malas artes, etc. logra­ron que se hicie­ra. Voso­tros por vues­tra par­te, con­ti­nuas­teis con la con­vo­ca­to­ria. ¿Qué pen­sáis que hizo que esta vuel­ta al tra­ba­jo tuvie­se lugar? ¿Por qué los tra­ba­ja­do­res no qui­sie­ron, o segu­ra­men­te no pudie­ron, con­ti­nuar con la huelga?

Es una pre­gun­ta muy difí­cil por­que tie­ne muchas rami­fi­ca­cio­nes. Lo pri­me­ro que no tene­mos repre­sen­ta­ción real, de comi­té… En Sevi­lla se esta­ba nego­cian­do, por par­te de nues­tros repre­sen­tan­tes lega­les, que no reales, una subi­da sala­rial y en Cádiz está­ba­mos pre­ci­sa­men­te en la calle por cosas como que no se nego­cia­ba lo que que­ría­mos que se nego­cia­se, por­que hay incum­pli­mien­tos con­ti­nuos del con­ve­nio… Por­que si en Sevi­lla se nego­cia 30 euros de subi­da sala­rial en Cádiz había com­pa­ñe­ros con 400 por deba­jo del con­ve­nio. Era impo­si­ble que se fir­ma­se lo que pedía­mos noso­tros por­que no se esta­ba nego­cian­do. El acuer­do se fir­mó por la noche, a las diez y media se lla­mó a los dele­ga­dos, a los sufi­cien­tes para dar­le vali­dez legal a la fir­ma. No se hizo asam­blea, la huel­ga aca­bó sin asam­blea, como en los últi­mos con­ve­nios. Con una repre­sen­ta­ción sin­di­cal que no exis­te de madru­ga­da se lla­mó a los tra­ba­ja­do­res para incor­po­rar­se al pues­to de tra­ba­jo, sin dejar­nos capa­ci­dad para reac­cio­nar… Aun­que CGT tenía una pape­le­ta de huel­ga abier­ta, noso­tros deci­di­mos entrar con los tra­ba­ja­do­res. Se había hecho un gran tra­ba­jo y, habien­do tra­ba­ja­do­res que sufrían una gran pre­sión, no podía­mos divi­dir a los tra­ba­ja­do­res. Se había esta­do en los pique­tes, con mucha fuer­za, pero no que­ría­mos crear una pelea entre los pro­pios tra­ba­ja­do­res. Está­ba­mos de acuer­do con man­te­ner la huel­ga como CGT, pero no lla­ma­mos a man­te­ner la huel­ga por­que era nece­sa­rio un pun­to y apar­te, vol­ver en otro momen­to, con otras con­di­cio­nes, estu­dian­do mejor las con­di­cio­nes en que nos move­mos, sobre todo el nulo blin­da­je de los trabajadores.

Fuen­te: Valla­do­lor.

La entra­da Entre­vis­ta a la Coor­di­na­do­ra de Tra­ba­ja­do­res del Metal de Cádiz se publi­có pri­me­ro en La otra Anda­lu­cía.

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