Argen­ti­na. Unas pri­ma­rias muy des­ca­fei­na­das: la apa­tía y el desin­te­rés domi­nan el escenario

Por Eduar­do Luci­ta, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 6 de sep­tiem­bre de 2021. 

No pare­cie­ra que los resul­ta­dos cam­bien nada sus­tan­cial, mien­tras que la cri­sis plan­tea incer­ti­dum­bres para el día después. 

El cli­ma pre­elec­to­ral no es el mejor. No es solo por la pan­de­mia y los temo­res al con­ta­gio. La apa­tía y el desin­te­rés domi­nan el esce­na­rio como refle­jo de una cam­pa­ña caren­te de ideas y de deba­te polí­ti­co serio. «Argen­ti­na es una socie­dad que se agi­ta en la super­fi­cie, pero poco alte­ra sus pla­cas más pro­fun­das», nos dice la poli­tó­lo­ga Lilia­na de Riz.

Todo es rela­ti­vo. Si mira­mos des­de la pers­pec­ti­va del poder real, más allá de los vai­ve­nes del poder polí­ti­co de turno, lo que vemos es que el blo­que de las cla­ses domi­nan­tes es el mis­mo que se cons­ti­tu­yó duran­te el mene­mis­mo, lo que se modi­fi­có en cada momen­to o perío­do es el coman­do de ese blo­que. Por el con­tra­rio si mira­mos des­de la estruc­tu­ra social vemos cam­bios sus­tan­ti­vos, como la emer­gen­cia de una pobre­za estruc­tu­ral que ha cre­ci­do perío­do tras perío­do mien­tras la rique­za se con­cen­tra. Ergo: des­igual­dad social en aumento.

Si apli­cá­ra­mos el con­cep­to al actual pro­ce­so elec­to­ral vería­mos en la super­fi­cie muchos fue­gos de arti­fi­cio, denun­cias cru­za­das y has­ta agra­vios de todo tipo en una cam­pa­ña vacia­da de con­te­ni­dos. Pero al mis­mo tiem­po los resul­ta­dos espe­ra­dos no alte­ra­rían dema­sia­do la rela­ción de fuer­zas par­la­men­ta­rias Es que ni el ofi­cia­lis­ta (FdT), ni la prin­ci­pal opo­si­ción dere­chis­ta (JxC) logra­rían los obje­ti­vos plan­tea­dos. Para unos se tra­ta de ganar 10 nue­vas ban­cas en dipu­tados, para lograr quó­rum y mayo­ría pro­pia. Para los otros sim­ple­men­te impe­dir esos obje­ti­vos, con el argu­men­to de «Esta­mos a 7 ban­cas de ser Vene­zue­la». Mien­tras que en sena­do­res a prio­ri no pare­cie­ra peli­gre la mayo­ría oficialista.

Har­taz­go, desin­te­rés, descontento…

Las recien­tes elec­cio­nes en Corrien­tes con­fir­ma­ron, con un 35% de ausen­tis­mo y 13% de votos blan­cos, la ten­den­cia ya anun­cia­da en elec­cio­nes ante­rio­res para inten­den­te en Río Cuar­to, Sal­ta y Misio­nes. Se supo­ne que la par­ti­ci­pa­ción nacio­nal cae­rá en pro­me­dio no menos de un 10%.

Más allá de dis­tin­tos indi­ca­do­res uti­li­za­dos, lo que resal­ta es una suer­te de des­co­ne­xión de la ciu­da­da­nía con la polí­ti­ca y los polí­ti­cos por un lado y, por el otro, la acti­tud nega­ti­va ante la fal­ta de un deba­te serio sobre los pro­ble­mas con­cre­tos del país. La fal­ta de invo­lu­cra­mien­to de la juven­tud (7 millo­nes de elec­to­res tie­nen entre 16 y 25 años), con­tra­ria­men­te a hace una déca­da atrás, com­ple­ta el cua­dro. Tal es lo que sur­ge de los aná­li­sis cuan­ti­ta­ti­vos (encues­tas) ‑resis­ten­cia a ser entre­vis­ta­dos (pasa­ron del 10 al 25%)- y cua­li­ta­ti­vos (focus group) ‑eno­jo y bron­ca por la fal­ta de solu­cio­nes (infla­ción, empleo, seguridad).

La eco­no­mía está repun­tan­do pero no trac­cio­na ni el empleo ni los sala­rios, JxC no tie­ne mucho para cues­tio­nar en este pun­to des­pués de su fra­ca­sa­da ges­tión eco­nó­mi­ca, mien­tras que la cam­pa­ña de vacu­na­ción lue­go de los pri­me­ros tro­pie­zos está avan­zan­do rápi­da­men­te y ha sali­do del radar electoral.

En una cam­pa­ña tan ano­di­na como vacía, el pasa­do (quién endeu­dó más o si fue correc­to la exten­sa cua­ren­te­na ori­gi­nal) se dis­cu­te más que el futu­ro (pro­pues­tas para salir de la cri­sis o que pro­yec­to de país pos­pan­dé­mi­co). Mien­tras que el Vacu­na­to­rio VIP, el Oli­vos­ga­te y la docen­te «mili­tan­te» son los entre­te­ni­mien­tos del pre­sen­te que lesio­nan al FdT.

Cam­bios de tác­ti­cas electorales

Las dos prin­ci­pa­les coa­li­cio­nes polí­ti­cas se han vis­to obli­ga­das a modi­fi­car sus estra­te­gias elec­to­ra­les. El derrum­be de la ima­gen pre­si­den­cial de Alber­to Fer­nán­dez (pro­duc­to de la acu­mu­la­ción de erro­res no for­za­dos) lle­vó al FdT a endu­re­cer sus inter­ven­cio­nes de cam­pa­ña, dejan­do de lado la orien­ta­ción al cen­tro seña­la­da por Cris­ti­na Fer­nán­dez, mien­tras que la emer­gen­cia de una dere­cha ultra­li­be­ral con ras­gos facis­toi­des tra­jo a esce­na nue­va­men­te a Mau­ri­cio Macril y debi­li­tó la estra­te­gia no con­fron­ta­cio­nis­ta de H. Larre­ta y M. E. Vidal. En ambos casos bus­can for­ta­le­cer sus núcleos duros para evi­tar fuga de votos, sea por des­ilu­sión ante una ges­tión ofi­cia­lis­ta que no los con­for­ma o a favor de una dere­cha más a dere­cha que la pro­pia oposición.

A pesar de ser una elec­ción legis­la­ti­va, las futu­ras pre­si­den­cia­les están pre­sen­tes. ¿Quién resul­ta­rá gana­dor en la suma total de votos? Si lo es el FdT se for­ta­le­ce­rá Alber­to Fer­nán­dez y su posi­ble reelec­ción; por el con­tra­rio, si resul­ta per­di­do­so, se ave­ci­nan cam­bios minis­te­ria­les con fuer­te pre­sen­cia kirch­ne­ris­ta y la posi­bi­li­dad de una segun­da vuel­ta (de incier­to resul­ta­do) se per­fi­la en el hori­zon­te 2023.

Espa­cios para la izquierda

En estos años la izquier­da anti­ca­pi­ta­lis­ta en sus diver­sas ver­tien­tes, pero par­ti­cu­lar­men­te el FIT‑U, ha gana­do visi­bi­li­dad públi­ca y pre­sen­cia nacio­nal. Estas elec­cio­nes de medio camino le per­mi­ten inter­ve­nir en la cri­sis polí­ti­ca actual con auto­ri­dad propositiva.

La deu­da, que el gobierno ha denun­cia­do como frau­du­len­ta pero la legi­ti­ma­rá con el acuer­do que fir­ma­rá con el FMI y que será una hipo­te­ca para esta y las pró­xi­mas gene­ra­cio­nes, es el tema cen­tral. La izquier­da siem­pre ha levan­ta­do el carác­ter ile­gí­ti­mo y odio­so de la mis­ma y tie­ne la auto­ri­dad de haber bre­ga­do por el no pago o la sus­pen­sión y su inves­ti­ga­ción. Adi­cio­nal­men­te el tema de la repri­va­ti­za­ción de la vía nave­ga­ble (hidro­vía) faci­li­ta un fren­te de acción común con diver­sos sec­to­res opues­tos a la mis­ma. La izquier­da es cohe­ren­te aquí, con la car­ga de la deu­da y la repri­va­ti­za­ción del Para­ná no habrá sobe­ra­nía de nin­gún tipo.

La pro­fun­di­dad de la cri­sis favo­re­ce una inter­ven­ción crí­ti­ca del sis­te­ma, mos­tran­do cómo la lógi­ca de la acu­mu­la­ción es la que impi­de resol­ver los pro­ble­mas que el pro­pio capi­tal pro­vo­ca. Fren­te a la pobre­za, la des­ocu­pa­ción y la exclu­sión social, las pro­pues­tas de la izquier­da de recom­po­si­ción de los sala­rios e ingre­sos popu­la­res, de reduc­ción de la jor­na­da y repar­to del tra­ba­jo exis­ten­te y de un sala­rio uni­ver­sal que satis­fa­ga las nece­si­da­des de los más nece­si­ta­dos son per­fec­ta­men­te comprensibles.

Más allá de lo elec­to­ral será en las calles y con la movi­li­za­ción popu­lar, hoy mayo­ri­ta­ria­men­te subor­di­na­da a las nece­si­da­des del gobierno, que será posi­ble hacer reali­dad estas rei­vin­di­ca­cio­nes inme­dia­tas. De ahí las impor­tan­cia de com­ple­men­tar­las refor­zan­do un ban­ca­da de izquier­da anti­ca­pi­ta­lis­ta en el parlamento.

Para este colum­nis­ta un voto a izquier­da en esta coyun­tu­ra pue­de ser un avan­ce en una pers­pec­ti­va de futu­ro dife­ren­te de la medio­cri­dad actual.

Fuen­te: ANRed

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