Argen­ti­na. Pre­si­den­te: son muchos los argen­ti­nos que no vinie­ron de Europa

Por Juan Gua­ján, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de junio de 2021.

Alber­to Fer­nán­dez reci­bió a su debi­li­ta­do cole­ga espa­ñol, el Pre­si­den­te Pedro Sán­chez. Ambos se con­si­de­ran “pro­gre­sis­tas” y Alber­to que­ría que­dar bien con el invi­ta­do. Los dos Pre­si­den­tes die­ron su habi­tual Con­fe­ren­cia de Pren­sa. En lo que qui­so ser una fra­se que agra­da­ra al visi­tan­te, a la máxi­ma auto­ri­dad ins­ti­tu­cio­nal de nues­tro país le bro­ta­ron ideas que reve­lan las inti­mi­da­des de su pen­sa­mien­to y el peso que tie­ne la his­to­ria fal­sea­da y las ideas colo­nia­les en nues­tro sis­te­ma edu­ca­ti­vo y la cultura. 

Des­pués de decir: “Soy un euro­peís­ta, Soy alguien que cree en Euro­parema­tó afir­man­do: Escri­bió algu­na vez Octa­vio Paz que los mexi­ca­nos salie­ron de los indios, los bra­si­le­ros salie­ron de la sel­va, pero noso­tros los argen­ti­nos lle­ga­mos de los bar­cos. Eran bar­cos que venían de Euro­pa”. A la cita equi­vo­ca­da y al cipa­yis­mo de su pen­sa­mien­to euro­cén­tri­co hay que agre­gar­le erro­res his­tó­ri­cos y agra­vios a la his­to­ria de nues­tros pue­blos. Qui­so dar tes­ti­mo­nio, ade­más de sus sim­pa­tías per­so­na­les a una con­quis­ta y colo­ni­za­ción que la his­to­ria está cues­tio­nan­do, que somos un país de inmi­gra­ción ‑fun­da­men­tal­men­te euro­pea- a dife­ren­cia de otros de la región. Eso es rela­ti­va­men­te –sólo rela­ti­va­men­te- cier­to y cons­ti­tu­ye otra de las cues­tio­nes que está en la raíz de nues­tros problemas.

Sobre la cita, hay que recor­dar que el Pre­mio Nobel meji­cano Octa­vio Paz nun­ca escri­bió ese con­cep­to. Según múl­ti­ples fuen­tes, men­cio­nó ‑en sor­na- cosas pare­ci­das en char­las per­so­na­les que reco­gió el escri­tor Car­los Fuen­tes. En ellas no cita a Bra­sil, sí hace refe­ren­cia a Méxi­co y Perú alu­dien­do a los azte­cas e incas, como sus ances­tros y allí men­cio­na a los bar­cos como pun­to de ori­gen de los argentinos. 

La cita pre­si­den­cial está más cer­ca del tex­to del can­tau­tor Lito Neb­bia, quien lo gra­bó en 1982 en su can­ción “Lle­ga­mos de los barcos”.

Pero lo ante­rior es algo sin impor­tan­cia, una ton­ta por­te­ña­da, com­pa­ra­do con el sig­ni­fi­ca­do pro­fun­do de esa decla­ra­ción. Ella está arrai­ga­da en el vigen­te sis­te­ma de poder y se mete en las hon­du­ras de esta Patria nues­tra, de cómo igno­ra y sub­es­ti­ma a lo que se lla­ma “inte­rior” y a los demás pue­blos de nues­tra Amé­ri­ca. Vie­ne des­de el pro­pio tex­to de la Cons­ti­tu­ción de 1853 cuan­do esta­ble­ce, en su vigen­te Artícu­lo 25: “El gobierno fede­ral fomen­ta­rá la inmi­gra­ción euro­pea…” Sobre ese prin­ci­pio, esca­sa­men­te cues­tio­na­do, se hizo un país que mira para otro lado cuan­do se habla del geno­ci­dio de los pue­blos ori­gi­na­rios. Ese país, que mira para arri­ba y para afue­ra, es el que cons­tru­yó la “Gene­ra­ción del 80” y que sigue sien­do la reali­dad del actual sistema.

Pero ¡Cui­da­do! Ese es el país de la pam­pa húme­da, el país del actual mode­lo eco­nó­mi­co, que hege­mo­ni­zan los agro expor­ta­do­res. Le da via­bi­li­dad una par­te del Gran Bue­nos Aires ‑resi­duo empo­bre­ci­do del inten­to de hacer una Argen­ti­na indus­trial- dán­do­le el voto a un pero­nis­mo, cuya diri­gen­cia sin rum­bo, per­dió la fuer­za y las ganas de modi­fi­car el mode­lo actual.

Sin embar­go, fue­ra de esa área pam­pea­na, ade­más de los des­cen­dien­tes de euro­peos hay una fuer­te pre­sen­cia de crio­llos, de des­cen­dien­tes de indí­ge­nas y muchos pro­ve­nien­tes de cul­tu­ras no euro­peas ‑entre otros- los ára­bes, cono­ci­dos como “tur­cos”, entre nosotros.

Es por eso que esta Argen­ti­na por­tua­ria está hacien­do peli­grar no solo el fede­ra­lis­mo, sino la pro­pia exis­ten­cia de una Patria saquea­da y des­ga­rra­da, que sigue ham­brean­do a sus hijos y matan­do ‑como ocu­rrie­ra hace pocas horas- a los ori­gi­na­rios pobla­do­res de la misma. 

“PESCADAZO”, “PANAZO, “VERDULAZO”, DE HECHOS AISLADOS A UN MODO DE ORGANIZACIÓN ECONÓMICA

Este miér­co­les pasa­do un gru­po de orga­ni­za­cio­nes socia­les ven­dió, en la Pla­za del Con­gre­so, unas 12 tone­la­das de pro­duc­tos de la pes­ca arte­sa­nal a $100 el kilo­gra­mo. Los pes­ca­do­res arte­sa­na­les venían de Mar del Pla­ta, San­ta Fe, Rosa­rio, Hel­ve­cia, Con­cor­dia, Ense­na­da y Pun­ta Indio; ofre­cie­ron cor­vi­na, besu­go, sába­lo, patí, dora­do, boga, entre otros.

Los obje­ti­vos plan­tea­dos, por sus orga­ni­za­do­res, eran diver­sos. Entre ellos se des­ta­can: Hacer visi­ble el pro­ble­ma de estos tra­ba­ja­do­res que arries­gan salud y vida para ape­nas lograr sobre­vi­vir. Pero tam­bién pro­cu­ra­ban dejar cons­tan­cia de las ven­ta­jas de un mode­lo de comer­cia­li­za­ción que supo­nía una rela­ción más direc­ta entre pro­duc­to­res y consumidores.

No es la pri­me­ra vez que orga­ni­za­cio­nes socia­les des­plie­gan este tipo de acti­vi­da­des. Lo han hecho y lo están hacien­do en dife­ren­tes pun­tos del país y tuvo sus expre­sio­nes más altas en “pana­zos” y “ver­du­la­zos” rea­li­za­dos en dis­tin­tos luga­res, inclui­da la emble­má­ti­ca Pla­za de Mayo. 

Según sus orga­ni­za­do­res, el 30% del pre­cio va des­ti­na­do al trans­por­te de los pro­duc­tos. El res­to per­mi­te un ingre­so a los pes­ca­do­res arte­sa­na­les supe­rior al que reci­ben actual­men­te de los fri­go­rí­fi­cos que les pagan entre 20 y 50 pesos el kilogramo.

Has­ta aquí la infor­ma­ción sobre un hecho sen­ci­llo, posi­ble, efi­caz (para pro­duc­to­res y con­su­mi­do­res) y que sería per­fec­ta­men­te repro­du­ci­ble para ésta y otras acti­vi­da­des o pro­duc­cio­nes semejantes.

La cues­tión es poner en mar­cha y dar­le con­ti­nui­dad a estas expe­rien­cias. Allí está la cla­ve de un nue­vo mode­lo eco­nó­mi­co. Su actor prin­ci­pal son las orga­ni­za­cio­nes de los pro­duc­to­res y el desa­rro­llo de otro tipo de rela­cio­nes con los consumidores.

Las orga­ni­za­cio­nes socia­les que lo pro­mue­ven tie­nen la opor­tu­ni­dad de ser per­se­ve­ran­tes en estas moda­li­da­des para que ellas no se ago­ten en una cues­tión pun­tual o mera­men­te publicitaria.

Este tipo de acti­vi­da­des no debe ser algo excep­cio­nal, exhi­bi­do pro­pa­gan­dís­ti­ca­men­te en una pla­za por­te­ña. NO! Debie­ra gene­ra­li­zar­se, abar­car nues­tros dife­ren­tes terri­to­rios y ser la regla de una pers­pec­ti­va eco­nó­mi­ca distinta.

En su pues­ta en mar­cha, el Esta­do –si fue­ra otro y tuvie­ra obje­ti­vos distintos‑, es mucho lo que podría apor­tar. Si lo hicie­ra per­mi­ti­ría que los recur­sos que hoy se des­ti­nan al asis­ten­cia­lis­mo y cuyos bene­fi­cios ter­mi­nan en la acu­mu­la­ción de los gran­des gru­pos eco­nó­mi­cos pudie­ran ser­vir al desa­rro­llo de sec­to­res hoy subal­ter­nos y a la cons­truc­ción de una eco­no­mía diferente.

Esta expe­rien­cia abre un nue­vo pano­ra­ma a la acción esta­tal y la acti­vi­dad de los inte­gran­tes de las orga­ni­za­cio­nes sociales.

Para el Esta­do pue­de sig­ni­fi­car una sali­da res­pec­to a un asis­ten­cia­lis­mo, nece­sa­rio en la coyun­tu­ra pero con­tra­pro­du­cen­te en el lar­go plazo. 

Para las orga­ni­za­cio­nes socia­les es un camino supe­ra­dor de su acción mera­men­te rei­vin­di­ca­ti­va por mejo­ras que poco des­pués de reci­bi­das los hace vol­ver al mis­mo lugar del cual arran­ca­ron. De ese modo se con­for­ma un círcu­lo vicio­so por el cual ter­mi­nan siem­pre en igual sitio y sin pers­pec­ti­vas de futu­ro, con modos de orga­ni­za­ción y lucha que no con­tri­bu­yen a supe­rar las limi­ta­cio­nes que pade­cen y que los va trans­for­man­do en poleas de tras­mi­sión depen­dien­tes del Estado.

De este modo las orga­ni­za­cio­nes socia­les, que hoy son uti­li­za­das por el Esta­do para que –median­te el asis­ten­cia­lis­mo- amor­ti­güen las luchas socia­les, podrían trans­for­mar­se en la pun­ta de lan­za de un nue­vo mode­lo de orga­ni­za­ción eco­nó­mi­ca. Ello les per­mi­ti­ría poner­se al fren­te de este pro­ce­so y ser la cabe­za de su cons­truc­ción, en lugar del actual rol ‑que se les pre­ten­de asig­nar- de cubrir las mise­rias que este mode­lo produce.

Itu­rria /​Fuen­te

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