Argen­ti­na. Per­pe­tua para el femi­ci­da de Julie­ta Rie­ra: “Esto va a impac­tar en la vida de otras chicas”

Por Inés Hayes y Melis­sa Zeno­bi, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de abril de 2021.

Un jui­cio por jura­dos de 12 per­so­nas encon­tró cul­pa­ble a Jor­ge Julián Chris­te de gol­pear y tirar por el bal­cón a su ex novia, Julie­ta Rie­ra. Masi­vas movi­li­za­cio­nes logra­ron impul­sar este fallo duran­te meses en los que el joven goza­ba de dis­tin­tos bene­fi­cios por ser hijo de una jue­za de la pro­vin­cia; su ver­sión era que Julie­ta se había caí­do, y su defen­sa amplió en el jui­cio sobre los supues­tos ras­gos pro­ble­má­ti­cos de la joven. Sin embar­go, peri­tos ofi­cia­les fue­ron cla­ve para des­car­tar estas revic­ti­mi­za­cio­nes y cul­par al femi­ci­da, que aho­ra debe­rá cum­plir la pena de 25 años. Lo que hay que hacer para con­se­guir jus­ti­cia de un hijo del poder: “Hoy sen­tí mucho ali­vio, y de a poco el cuer­po se va aflo­jan­do de tan­ta ten­sión”, dice Ana Bru­go, mamá de Julie­ta, lue­go de cono­cer la sen­ten­ca. “El fallo en sí no me ale­gra, por­que lo que se esta­ba juz­gan­do es una muer­te, pero final­men­te se hizo jus­ti­cia, y esto va a impac­tar en la vida de otras chicas”.

El femi­ci­da de Julie­ta Rie­ra, Jor­ge Julián Chris­te, fue con­de­na­do a pri­sión per­pe­tua. Se tra­ta del hijo de una ex jue­za de Entre Ríos que gozó duran­te el pro­ce­so el bene­fi­cio de pri­sión domi­ci­lia­ria. Pero final­men­te, gra­cias a las masi­vas movi­li­za­cio­nes socia­les en Para­ná, el vere­dic­to de 12 jura­dos y del juez téc­ni­co Elvio Gar­zón encon­tró cul­pa­ble a Chris­te del deli­to de «homi­ci­dio tri­ple­men­te agra­va­do por el víncu­lo, ale­vo­sía y por haber sido come­ti­do median­do vio­len­cia de género».

En el jui­cio se pudo com­pro­bar que el hijo de la ex jue­za de Entre Ríos Ana María Stag­na­ro arro­jó a Julie­ta – en ese enton­ces su novia- de un bal­cón del octa­vo piso de un edi­fi­cio del cen­tro de Para­ná, el 30 de abril del año pasa­do. Él tie­ne 32, ella tenía 24.

Chris­te debe­rá cum­plir la pena de 25 años en la Uni­dad Penal 1 de la capi­tal entre­rria­na. “Hoy sen­tí mucho ali­vio, y de a poco el cuer­po se va aflo­jan­do de tan­ta ten­sión”, dice Ana Bru­go, mamá de Julie­ta, a lava­ca lue­go de cono­cer el fallo. “El fallo en sí no me ale­gra, por­que lo que se esta­ba juz­gan­do es una muer­te, pero final­men­te se hizo jus­ti­cia, y esto va a impac­tar en la vida de otras chicas”.

El caso

Julie­ta con­vi­vía con Chris­te des­de hacía un año y medio; se habían cono­ci­do por ami­gos en común. A su fami­lia le con­ta­ba poco sobre su rela­ción, pero su mamá per­ci­bía que ella había cam­bia­do: “Ella tenía muchos ami­gos, era muy ami­gue­ra. Pero se jun­tó con este chi­co y como que se ais­ló de sus ami­gos. Al prin­ci­pio de noso­tros tam­bién nos comu­ni­cá­ba­mos solo por men­sa­jes”, con­tó en una exten­sa entre­vis­ta con lava­ca.

Ambos vivían en San Mar­tín al 300, en una de las dos pro­pie­da­des que tie­ne la ex fun­cio­na­ria judi­cial, madre de Chris­te, en el octa­vo piso de ese edi­fi­cio, a pocas cua­dras de su casa en pleno cen­tro de Para­ná. Habi­ta­ban el que da a la calle pea­to­nal, con bal­cón cubier­to al fren­te; pero el femi­ci­dio ocu­rrió en el otro inmue­ble del mis­mo piso, que tie­ne un bal­cón sin pro­tec­ción que da a un pul­món de manzana.

La inves­ti­ga­ción indi­có que la madru­ga­da del 30 de abril, hace casi un año, Chris­te gol­peó a Julie­ta y la arro­jó al vacío. Julie­ta falle­ció al ins­tan­te. Esa mis­ma noche el joven mane­jó su moto has­ta la casa de la ex jue­za, y des­pués a la comi­sa­ría en el cen­tro de la ciu­dad, don­de denun­ció que su novia se había caí­do. En ese momen­to fue revi­sa­do por los médi­cos: su cuer­po tenía sig­nos de pelea.

El 2 de mayo ‑dos días des­pués del hecho‑, el juez Mau­ri­cio Mayer dic­tó la pri­sión pre­ven­ti­va de Chris­te en la Uni­dad Penal Nº1 de Para­ná, lue­go de que el fis­cal Igna­cio Aram­berry lo impu­tara por “homi­ci­dio tri­ple­men­te agra­va­do por el víncu­lo, ale­vo­sía y vio­len­cia de género”.

Fue ese mis­mo fis­cal que había pre­sen­ta­do al juez Mayer los resul­ta­dos de la autop­sia que reali­zó el Cuer­po Médi­co Foren­se: María Julie­ta, entre las 2:20 y 2:50 de esa noche, sufrió mal­tra­to físi­co y falle­ció por los gol­pes al caer de un bal­cón a 19 metros de altura.

Cuan­do ven­cie­ron los 60 días de pri­sión pre­ven­ti­va, fue María Caro­li­na Cas­tro, vocal de Jui­cios y Ape­la­cio­nes Nº1 de Para­ná, quien dio lugar al pedi­do de la defen­sa le otor­gó pri­sión domiciliaria.

Así, dete­ni­do en la casa de su madre, Chris­te lle­gó al juicio.

El jui­cio

El jui­cio – que tuvo la par­ti­cu­la­ri­dad de que fue por jura­dos- duró dos semanas.

Ana, su mamá, rela­ta cómo fue­ron esos días: «Han sido terri­bles. Hay cosas que yo venía sabien­do, pero fue muy impac­tan­te ente­rar­me de más situa­cio­nes que vivió mi hija, fue muy dolo­ro­so». La fami­lia, que­re­llan­te en la cau­sa, des­de el pri­mer momen­to pidió pri­sión per­pe­tua: «Yo no juz­gué por­que sí, fui inves­ti­gan­do, bus­can­do, inte­rio­ri­zán­do­me, y con la infor­ma­ción, las prue­bas y los tes­ti­mo­nios que apa­re­cie­ron en el jui­cio, no podía ser otro el resultado».

Al cono­cer­se la sen­ten­cia, lue­go de dos sema­nas de jui­cio, Ana abra­zó a Andrea Ovie­do, acti­vis­ta femi­nis­ta de Para­ná, y entre llan­tos le agra­de­ció el acom­pa­ña­mien­to: “Sin uste­des no lo hubié­se­mos logra­do», le dijo.

Es que en ple­na cua­ren­te­na, aún con res­tric­cio­nes de cir­cu­la­ción, En Para­ná hubie­ron movi­li­za­cio­nes para que el femi­ci­dio no que­da­ra impune.

“Des­de la defen­sa todo el tiem­po han que­ri­do ins­ta­lar la idea de que Julie­ta se cayó sola, de que tenía pro­ble­mas de con­su­mo, que se gol­pea­ba sola. La mamá de Chris­te dijo que cuan­do Julie­ta no tenía los ante­ojos se las­ti­ma­ba”, seña­ló Andrea Ovie­do a lava­ca. Ella jun­to a otras com­pa­ñe­ras acom­pa­ña­ron a la fami­lia de Julie­ta en la bús­que­da de jus­ti­cia: “Para noso­tras esta sen­ten­cia es un triun­fo. Él es hijo de una jue­za y sabe­mos que las influen­cias del poder eco­nó­mi­co y polí­ti­co que hace que muchas veces que­den impu­nes estos casos. Por eso este es un logro, ade­más de saber que la jus­ti­cia patriar­cal y machis­ta pue­de revertirse”.

Andrea Ovie­do advir­tió ade­más lo impor­tan­te que fue la decla­ra­ción de las peri­tos ofi­cia­les, que fue­ron con­tun­den­tes al demos­trar que Chris­te está situa­do en tiem­po y espa­cio, y que no tie­ne nin­gún pro­ble­ma o pato­lo­gía psi­quiá­tri­ca como qui­sie­ron ins­ta­lar. Asi­mis­mo las peri­tos ‑psi­quia­tra y psi­có­lo­ga- demos­tra­ron que en la rela­ción era vio­len­ta: “Enten­di­mos la impor­tan­cia de tener per­so­nal pre­pa­ra­do para que estas peri­cias pue­dan rea­li­zar­se con pers­pec­ti­va. Esto es fun­da­men­tal para encon­trar algu­nas grie­tas den­tro de un poder judi­cial que es patriarcal”.

Fuen­te: Lava­ca.

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