Bra­sil. Pes­ti­ci­das de para­quat y gli­fo­sa­to mata­ron a 214 bra­si­le­ños en la últi­ma década

Por Thays Lavor, Bruno Fon­se­ca e Pedro Gri­go­ri. Bra­sil de Fato. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de sep­tiem­bre de 2020.

Más de 14.000 per­so­nas uti­li­za­ron pes­ti­ci­das para sui­ci­dar­se, según datos del Minis­te­rio de Salud.

Dos de los pes­ti­ci­das más popu­la­res del país fue­ron res­pon­sa­bles de la muer­te de 214 bra­si­le­ños en la últi­ma déca­da. Los her­bi­ci­das de para­quat y gli­fo­sa­to lle­va­ron a cin­co per­so­nas a la sema­na a aten­ción médi­ca de emer­gen­cia entre 2010 y 2019. En el mis­mo perío­do, la Agen­cia Nacio­nal de Vigi­lan­cia Sani­ta­ria (Anvi­sa) estu­dió si reti­rar o no pro­duc­tos del mer­ca­do, y con­si­de­ró que solo el para­quat repre­sen­ta­ba ries­go de salud. Pero debi­do a que será reti­ra­do de las estan­te­rías en Bra­sil el 22 de sep­tiem­bre de este año, la deci­sión está aho­ra bajo la pre­sión del lobby de las empre­sas de pes­ti­ci­das, que están tra­tan­do de levan­tar la prohibición.

Solo en 2018 se ven­die­ron más de 200.000 tone­la­das de gli­fo­sa­to y para­quat en Bra­sil, según Iba­ma. Pero una encues­ta sin pre­ce­den­tes de Agên­cia Públi­ca y Repór­ter Bra­sil reve­la que los dos her­bi­ci­das enca­be­zan la lis­ta de pla­gui­ci­das per­mi­ti­dos en Bra­sil que más enve­ne­na­ron y mata­ron en la últi­ma déca­da. El 92% de las muer­tes cau­sa­das por estos pro­duc­tos se cla­si­fi­ca­ron como suicidio.

Los núme­ros son par­te del Sis­te­ma de Infor­ma­ción de Enfer­me­da­des Noti­fi­ca­bles (Sinan) del Minis­te­rio de Salud y fue­ron obte­ni­dos a tra­vés de la Ley de Acce­so a la Infor­ma­ción. Reve­lan que entre 2010 y 2019 se pro­du­je­ron 45,7 mil casos de into­xi­ca­cio­nes por pla­gui­ci­das. En 29,4 mil se con­fir­mó la rela­ción entre into­xi­ca­ción y con­tac­to con pla­gui­ci­das. De estos, 1.800 per­so­nas murie­ron. Cada regis­tro pro­vie­ne de un for­mu­la­rio con 86 cam­pos relle­na­dos por médicos.

El infor­me, con la ayu­da del labo­ra­to­rio de inves­ti­ga­ción Advan­ced Research in Data­ba­se (ÁRi­Da), de la Uni­ver­si­dad Fede­ral de Cea­rá (UFC), reali­zó un mapeo sin pre­ce­den­tes para des­cu­brir qué prin­ci­pios acti­vos mata­ron e into­xi­ca­ron más en Bra­sil. Hoy, Agên­cia Públi­ca y Repór­ter Bra­sil comien­zan a publi­car una serie de infor­mes basa­dos​en estos datos.

De las más de 45.000 noti­fi­ca­cio­nes, menos de la mitad (solo 19.852) tenían el nom­bre del ingre­dien­te acti­vo, y muchos de estos regis­tros eran ilegibles.

Así, ÁRi­da estan­da­ri­zó 13.392 regis­tros, o el 29% de las noti­fi­ca­cio­nes. El aná­li­sis mos­tró que el gli­fo­sa­to, el aldi­carb, el para­quat, el piclo­ram y el car­bo­fu­rano son los pes­ti­ci­das que más into­xi­ca­ron a los bra­si­le­ños en la últi­ma déca­da. En cuan­to a las muer­tes, Aldi­carb, para­quat, gli­fo­sa­to, Diu­rom y Car­bo­fu­ran son los más encontrados.

Dos de estos pla­gui­ci­das están prohi­bi­dos en el país: Aldi­carb des­de 2012, y Car­bo­fu­ran des­de 2017. Es decir, se ori­gi­nan en el comer­cio ilegal.

Las cifras reve­lan solo una peque­ña par­te del esce­na­rio. Según la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud (OMS), por cada caso de into­xi­ca­ción noti­fi­ca­do, hay otros 50 no con­ta­dos. Como resul­ta­do, el núme­ro de into­xi­ca­cio­nes por pla­gui­ci­das en Bra­sil supe­ra­ría los 1,4 millo­nes en una década.

La indus­tria y el gobierno mini­mi­zan los ries­gos del gli­fo­sa­to y el paraquat

El gli­fo­sa­to es, con mucho, el ingre­dien­te acti­vo más comer­cia­li­za­do en el país, según Iba­ma: se ven­de cua­tro veces más que el segun­do cla­si­fi­ca­do, el her­bi­ci­da 2,4‑D. El para­qua­te apa­re­ce en sex­to lugar.

Estos pro­duc­tos se uti­li­zan en cul­ti­vos como la soja, el arroz y el taba­co, que son fun­da­men­ta­les para el PIB agrí­co­la bra­si­le­ño. Se con­si­de­ran vita­les para el sec­tor agrí­co­la, que sue­le inver­tir fuer­te­men­te en el lobby con­tra la prohi­bi­ción de estos pro­duc­tos, des­ta­can­do posi­bles pér­di­das económicas.

Anvi­sa comen­zó a reeva­luar para­qua­te en 2008 y en 2017 deci­dió que el pro­duc­to se prohi­bi­ría en sep­tiem­bre de 2020 por­que está aso­cia­do con el desa­rro­llo de muta­cio­nes gené­ti­cas y la enfer­me­dad de Parkinson.

El para­quat fue crea­do por Syn­gen­ta, una empre­sa sui­za com­pra­da recien­te­men­te por el gru­po chino Chem­Chi­na, pero está prohi­bi­do en el país de ori­gen des­de 1987, en toda la Unión Euro­pea des­de 2017 y en Chi­na des­de 2015. Se pro­du­ce en estos paí­ses solo para expor­ta­ción. Nues­tro infor­me infor­mó que este pro­duc­to se esta­ba «gene­ran­do» en Brasil.

El para­quat es tan mor­tal que solo se nece­si­ta un sor­bo para tomar vida. Por esta razón, el pro­duc­to agrí­co­la tam­bién se ha uti­li­za­do como veneno. De las 138 muer­tes por inge­rir para­quat, 129 se regis­tra­ron como sui­ci­dio. Una de cada cua­tro per­so­nas into­xi­ca­das por el pro­duc­to ter­mi­nó muerta.

El esta­do bra­si­le­ño con más casos de muer­te por para­quat fue Ron­dô­nia, que tie­ne pro­duc­ción agrí­co­la de café, arroz, maíz, cul­ti­vos que usan el her­bi­ci­da. El 71% de las víc­ti­mas mor­ta­les en Bra­sil son hom­bres y el 78% tie­ne entre 19 y 59 años. Solo en el 13% de los casos la víc­ti­ma com­ple­tó la escue­la secundaria.

Según la Orga­ni­za­ción Mun­dial de la Salud, el 20% de los sui­ci­dios en todo el mun­do se pro­du­cen por auto­en­ve­ne­na­mien­to con pes­ti­ci­das, la mayo­ría de los cua­les ocu­rren en áreas rura­les de paí­ses de ingre­sos bajos y medios. En 2009, un infor­me de las Orga­ni­za­cio­nes Uni­das (ONU) advir­tió de la pre­cau­ción con­tra el sui­ci­dio rela­cio­na­do con pla­gui­ci­das y des­ta­có la nece­si­dad de reti­rar del mer­ca­do todos los pro­duc­tos con­si­de­ra­dos alta­men­te y extre­ma­da­men­te tóxicos.

Pero los infor­mes de muer­tes mues­tran incon­sis­ten­cias. De las 138 víc­ti­mas, dos tenían has­ta 1 año de edad. Uno de los niños, de un año, fue víc­ti­ma de homi­ci­dio: el autor la enve­ne­nó den­tro de la casa. El otro caso fue un bebé de 6 meses, obvia­men­te inca­paz de qui­tar­se la vida.

El infor­me pre­gun­tó al Minis­te­rio de Salud si la muer­te de un bebé menor de un año se pue­de cla­si­fi­car como sui­ci­dio, pero no ha reci­bi­do respuesta.

El lobby aún inten­ta pos­po­ner la prohi­bi­ción del paraquat

El mes pasa­do, Repór­ter Bra­sil y Agên­cia Públi­ca reve­la­ron el lobby del lla­ma­do “Gru­po de Tra­ba­jo Para­qua­te” para pre­ve­nir la prohi­bi­ción. For­ma­do por 12 fabri­can­tes de pla­gui­ci­das, inclui­das las mul­ti­na­cio­na­les Syn­gen­ta y la empre­sa chi­na Ada­ma, este gru­po de tra­ba­jo finan­cia inves­ti­ga­cio­nes y par­ti­ci­pa en reunio­nes en la pro­pia Anvi­sa; for­ma más de vein­te des­de que la agen­cia deci­dió prohi­bir el producto.

Los esfuer­zos die­ron sus fru­tos. El 18 de agos­to, la prohi­bi­ción del para­quat fue nue­va­men­te obje­to de una reu­nión de la Jun­ta Cole­gia­da de Anvi­sa. Según Apro­so­ja, el sec­tor sufri­rá una pér­di­da de R $ 500 millo­nes por año si el para­quat sale del mercado.

“Todos los estu­dios apun­tan a la prohi­bi­ción del para­quat, que ya ha sido reti­ra­do del mer­ca­do en varios paí­ses. No tie­ne sen­ti­do que Anvi­sa regre­se aho­ra”, dice el inves­ti­ga­dor de la Fio­cruz Luiz Cláu­dio Mei­re­lles, quien fue geren­te gene­ral de toxi­ci­dad en Anvi­sa en 2008, cuan­do el pes­ti­ci­da entró en reevaluación.

El infor­me cues­tio­na a Anvi­sa sobre las muer­tes por para­quat y si el pla­zo para dejar el pro­duc­to en el mer­ca­do bra­si­le­ño sigue sien­do el 22 de sep­tiem­bre. El orga­nis­mo infor­mó que el pro­ce­so aún se encuen­tra en deli­be­ra­ción por par­te de la Direc­ción Cole­gia­da de Anvi­sa, ya que la soli­ci­tud de opi­nio­nes del caso fue rea­li­za­da por el Direc­tor Suplen­te de la Cuar­ta Direc­ción, para el aná­li­sis y jus­ti­fi­ca­ción de su posi­ción con res­pec­to al caso.

Tam­bién con­tac­ta­mos a Syn­gen­ta, el prin­ci­pal pro­duc­tor de pes­ti­ci­das a base de para­quat, que no respondió.

El gli­fo­sa­to, por otro lado, per­ma­ne­ce más tiempo

Según datos del Minis­te­rio de Salud, 76 per­so­nas murie­ron lue­go de tener con­tac­to con gli­fo­sa­to en la últi­ma déca­da, 68 de las cua­les fue­ron repor­ta­das como sui­ci­dio. Ade­más, 2.430 fue­ron aten­di­dos en hos­pi­ta­les por into­xi­ca­cio­nes con­fir­ma­das por el producto.

En febre­ro del año pasa­do, lue­go de un pro­ce­so de revi­sión ini­cia­do en 2008, Anvi­sa deci­dió man­te­ner el gli­fo­sa­to en el mer­ca­do. Según la agen­cia, el her­bi­ci­da no cum­ple con los cri­te­rios prohi­bi­ti­vos pre­vis­tos en la legis­la­ción bra­si­le­ña: no está cla­si­fi­ca­do como mutá­geno, can­ce­rí­geno, tóxi­co para la repro­duc­ción y tera­to­gé­ni­co (que pro­vo­ca mal­for­ma­cio­nes feta­les). Anvi­sa tam­bién redu­jo la cla­si­fi­ca­ción toxi­co­ló­gi­ca de 93 pro­duc­tos for­mu­la­dos a base de gli­fo­sa­to. Los 24 que se con­si­de­ra­ron «Extre­ma­da­men­te tóxi­cos» comen­za­ron a ser cla­si­fi­ca­dos como «Pro­duc­to impro­ba­ble que cau­se daño agudo».

Bayer, pro­pie­ta­ria de Mon­san­to, la pri­me­ra empre­sa en ven­der pes­ti­ci­das a base de gli­fo­sa­to, res­pon­de a más de 18.000 accio­nes debi­do a los efec­tos del gli­fo­sa­to solo en los Esta­dos Uni­dos. Agên­cia Públi­ca y Repór­ter Bra­sil reve­la­ron un caso en Espí­ri­to San­to, don­de un agri­cul­tor pre­sen­tó una deman­da con­tra la empre­sa por haber con­traí­do enfer­me­da­des como esqui­zo­fre­nia, epi­lep­sia y depre­sión por con­tac­to con gli­fo­sa­to, según infor­mes médicos.

“¿Cómo pue­de un pro­duc­to que Anvi­sa redu­ce la toxi­ci­dad ser el que tie­ne más into­xi­ca­ción? Según Anvi­sa, el gli­fo­sa­to no es tan tóxi­co. La agen­cia envía un men­sa­je a las fami­lias de que el pro­duc­to no pre­sen­ta ries­gos para la salud, lo que los datos prue­ban que no es cier­to ”, pre­gun­ta el agró­no­mo Leo­nar­do Mel­ga­re­jo, vice­pre­si­den­te de la región sur de la Aso­cia­ción Bra­si­le­ña de Agro­eco­lo­gía (ABA). y miem­bro de la Cam­pa­ña Per­ma­nen­te con­tra los Plaguicidas.

La eli­mi­na­ción del gli­fo­sa­to de la cla­si­fi­ca­ción máxi­ma trae con­si­go cam­bios en las eti­que­tas de los pro­duc­tos ven­di­dos en el mer­ca­do, que aho­ra ya no lle­van el sím­bo­lo de peli­gro, la cala­ve­ra, mos­tran­do solo un signo de aten­ción. “El empa­que será aho­ra el mis­mo que cual­quier pro­duc­to de uso domés­ti­co”, dice Luiz Cláu­dio Mei­re­lles. Entre las per­so­nas que murie­ron por con­tac­to con el gli­fo­sa­to, solo el 19% había lle­ga­do al sex­to año de la escue­la primaria.

La leta­li­dad del gli­fo­sa­to es mucho menor que la del para­quat, con una muer­te por cada 32 infor­mes de into­xi­ca­ción. “El gli­fo­sa­to tie­ne con­se­cuen­cias a lar­go pla­zo. Enton­ces, ade­más de las con­se­cuen­cias agu­das que mues­tran los datos, ten­dre­mos muchas con­se­cuen­cias cró­ni­cas en el tiem­po, que sur­gi­rán y muchas veces ni siquie­ra los médi­cos rela­cio­na­ron eso con el uso de pes­ti­ci­das hace años ”.

El agró­no­mo des­ta­ca la nece­si­dad de infor­mar sobre la leta­li­dad de los her­bi­ci­das. “Tene­mos al gobierno y a los for­ma­do­res de opi­nión que lla­man a estos pro­duc­tos ‘plan­tas medi­ci­na­les’. Pre­sen­tan­do los her­bi­ci­das como pro­duc­tos que requie­ren menos preo­cu­pa­ción, y hoy son los pla­gui­ci­das más uti­li­za­dos en Bra­sil. Es nece­sa­rio expli­car que estos pro­duc­tos son peli­gro­sos ”, expli­ca Melgarejo.

Según Anvi­sa, la meto­do­lo­gía de aná­li­sis uti­li­za­da para la eva­lua­ción toxi­co­ló­gi­ca del gli­fo­sa­to está en línea con las mejo­res prác­ti­cas regu­la­to­rias inter­na­cio­na­les. La agen­cia infor­mó que los datos de into­xi­ca­ción del Minis­te­rio de Salud de 2007 a 2015 fue­ron obje­to de eva­lua­ción por par­te del equi­po téc­ni­co y sir­vie­ron como base para la reevaluación.

“Los resul­ta­dos de la into­xi­ca­ción por gli­fo­sa­to en Bra­sil se han com­pa­ra­do con datos sobre la comer­cia­li­za­ción de este ingre­dien­te acti­vo en el país. Se encon­tró que hubo un incre­men­to en la comer­cia­li­za­ción de Gli­fo­sa­to en alre­de­dor de 1,5 veces de 2009 a 2015, con rela­ti­va esta­bi­li­za­ción en la can­ti­dad comer­cia­li­za­da a par­tir de 2012. En cuan­to a las noti­fi­ca­cio­nes, se obser­vó un incre­men­to lineal a par­tir de 2010, pero sin la esta­bi­li­dad obser­va­da en el grá­fi­co de comer­cia­li­za­ción. Por lo tan­to, no hubo rela­ción entre un aumen­to en la can­ti­dad de comer­cia­li­za­ción y la inci­den­cia de into­xi­ca­cio­nes en el país. El aumen­to de las noti­fi­ca­cio­nes rela­cio­na­das con el gli­fo­sa­to a lo lar­go de los años se expli­ca por una mejo­ra en la vigi­lan­cia de into­xi­ca­cio­nes exóge­nas ”, infor­ma la nota.

Como resul­ta­do del pro­ce­so de reeva­lua­ción, Anvi­sa infor­mó que aho­ra reque­ri­rá accio­nes de miti­ga­ción de ries­gos por par­te de los regis­tran­tes para redu­cir los casos de into­xi­ca­ción por gli­fo­sa­to exógeno en Bra­sil, inclui­dos pro­gra­mas de capa­ci­ta­ción in situ para tra­ba­ja­do­res, con pla­ni­fi­ca­ción de ubi­ca­cio­nes y cul­tu­ras. accio­nes prio­ri­ta­rias. En cuan­to a los inten­tos de sui­ci­dio, el Depar­ta­men­to de Vigi­lan­cia de Enfer­me­da­des y Enfer­me­da­des No Trans­mi­si­bles y Pro­mo­ción de la Salud (DANTPS) de la Secre­ta­ría de Vigi­lan­cia de la Salud inves­ti­ga­rá la impor­tan­cia del gli­fo­sa­to como agen­te tóxi­co uti­li­za­do en los inten­tos de sui­ci­dio para suge­rir medi­das de pre­ven­ción y control. .

Con­sul­te la res­pues­ta com­ple­ta de Anvi­sa al informe.

Para Cro­pLi­fe, una aso­cia­ción que repre­sen­ta a empre­sas pro­duc­to­ras de pes­ti­ci­das como Bayer, Basf y Syn­gen­ta, los casos de sui­ci­dios con gli­fo­sa­to son una des­via­ción del uso y no están rela­cio­na­dos con la segu­ri­dad del pro­duc­to. “El gli­fo­sa­to, en el mer­ca­do des­de hace unos 50 años, es uno de los her­bi­ci­das más estu­dia­dos del mun­do, con más de 800 estu­dios cien­tí­fi­cos pre­sen­ta­dos en los Esta­dos Uni­dos. Varias auto­ri­da­des regu­la­do­ras revi­san el prin­ci­pio acti­vo y sus for­mu­la­cio­nes de for­ma ruti­na­ria y exhaus­ti­va. Las con­clu­sio­nes apun­tan con­sis­ten­te­men­te a la segu­ri­dad del her­bi­ci­da cuan­do se uti­li­za de acuer­do con las ins­truc­cio­nes, la pres­crip­ción agro­nó­mi­ca y los cui­da­dos obli­ga­to­rios que exi­ge la ley en la apli­ca­ción, como el uso de equi­pos de pro­tec­ción per­so­nal (EPI) ”, infor­mó en una nota.

Cro­pli­fe reite­ra que los pla­gui­ci­das para uso agrí­co­la ocu­pan el sex­to lugar entre los pro­duc­tos que cau­san into­xi­ca­cio­nes, detrás de las dro­gas de abu­so, ali­men­tos y bebi­das, pro­duc­tos de uso domés­ti­co y rati­ci­das. Tam­bién inten­ta­mos pre­gun­tar a res­pon­sa­bles de Bayer/​Monsanto, el prin­ci­pal pro­duc­tor de pes­ti­ci­das a base de gli­fo­sa­to, pero no res­pon­dió. Y por su par­te la Unión Nacio­nal de la Indus­tria de Pro­duc­tos de Defen­sa Vege­tal (Sin­di­veg) infor­mó que no comen­ta sobre ingre­dien­tes acti­vos específicos.

Con el con­tra­ban­do, los pro­duc­tos prohi­bi­dos siguen matando

Inclu­so los pro­duc­tos que Anvi­sa prohi­bió hace casi una déca­da con­ti­núan sien­do víc­ti­mas en el país, según la encues­ta. El prin­ci­pal es el insec­ti­ci­da Aldi­car­be, cono­ci­do popu­lar­men­te como chum­binho. Fue prohi­bi­do en 2012 debi­do a su uso irre­gu­lar e indis­cri­mi­na­do en el país como roden­ti­ci­da, agen­te abor­ti­vo e inten­to de homi­ci­dio y sui­ci­dio. Según Anvi­sa, Aldi­car­be se ha con­ver­ti­do en «un gra­ve pro­ble­ma de salud públi­ca, de alcan­ce nacio­nal, dada la faci­li­dad con la que es acce­si­ble, espe­cial­men­te en los cen­tros urbanos».

Los datos de Sinan mues­tran que la prohi­bi­ción de Aldi­carb no puso fin a su uso. Por el con­tra­rio, las noti­fi­ca­cio­nes han cre­ci­do. En 2013, el núme­ro de muer­tes por el pro­duc­to se tri­pli­có y el núme­ro de into­xi­ca­cio­nes aumen­tó a más del doble.

El segun­do pro­duc­to prohi­bi­do que más enve­ne­na­mien­to tie­ne un uso simi­lar. El car­bo­fu­rano tam­bién se usó ile­gal­men­te para matar rato­nes, debi­do a su alta toxi­ci­dad. Fue prohi­bi­do en Bra­sil en 2017 por sus efec­tos neu­ro­tó­xi­cos, dañi­nos para el sis­te­ma ner­vio­so, como la muer­te de neu­ro­nas y otras con­se­cuen­cias. El infor­me tam­bién con­clu­yó que el pro­duc­to dejó resi­duos en ali­men­tos y agua.

Des­pués de la prohi­bi­ción del Aldi­carb, aumen­tó el enve­ne­na­mien­to por car­bo­fu­rano, que tomó su lugar debi­do a un efec­to simi­lar. Un año des­pués de su prohi­bi­ción, las into­xi­ca­cio­nes han dis­mi­nui­do, pero aún ocurren.

Pero, ¿qué cau­sa que el enve­ne­na­mien­to de ambos pro­duc­tos con­ti­núe ocu­rrien­do inclu­so des­pués de que sal­gan del mercado?

La prin­ci­pal posi­bi­li­dad es el con­tra­ban­do. “El aldi­carb pro­du­ci­do en Bra­sil ya debe­ría haber­se ago­ta­do. Lo que pasa es que otros paí­ses toda­vía están pro­du­cien­do y comer­cia­li­zan­do, y este pro­duc­to pue­de que se esté tra­yen­do aquí ”, expli­ca Luiz Cláu­dio Meirelles.

En cuan­to al uso de pes­ti­ci­das en los sui­ci­dios, Cro­pLi­fe Bra­sil dice que cada año, en todo el mun­do, miles de per­so­nas se qui­tan la vida de dife­ren­tes mane­ras. “Inclu­so beber dema­sia­da agua pue­de matar. En el caso de los pla­gui­ci­das quí­mi­cos, la des­via­ción de uso con­du­ce a la muer­te. En otras pala­bras, un pes­ti­ci­da quí­mi­co se fabri­ca como una herra­mien­ta para ayu­dar a los pro­duc­to­res rura­les a pro­te­ger sus cul­ti­vos de los daños que pue­den cau­sar las pla­gas y no para nin­gún otro uso humano, como la inges­tión inten­cio­nal ”, dijo en una nota.

Cro­pLi­fe refor­zó que fun­cio­na a dia­rio para que los pes­ti­ci­das se uti­li­cen de for­ma correc­ta y segu­ra. “El tra­ba­jo, sin embar­go, va más allá de los lími­tes de la indus­tria pri­va­da. Hay cues­tio­nes socia­les y públi­cas invo­lu­cra­das, como edu­ca­ción, finan­cia­ción, empleo, ingre­sos, etc. Tan­to el sec­tor pri­va­do como la ciu­da­da­nía deben estar aler­ta y actuar ante esta reali­dad de salud públi­ca, que es el sui­ci­dio ”, dice en una nota.

Anvi­sa infor­mó que dado que el pro­duc­to está prohi­bi­do en el país, la lucha con­tra su con­tra­ban­do está fue­ra de su alcan­ce. Iba­ma, que for­ma par­te de la estruc­tu­ra de ins­pec­ción para el uso de pla­gui­ci­das, no res­pon­dió has­ta la publi­ca­ción del informe.

Fuen­te: Bra­sil de Fato /​/​Agên­cia Pública

Itu­rria /​Fuen­te

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