Femi­nis­mos. Así ve Ange­la Davis las pro­tes­tas anti­rra­cis­tas en EEUU: «Me sien­to agra­de­ci­da por estar viva y poder presenciarlo»

Por Icíar Gutié­rrez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 13 de junio de 2020.

La his­tó­ri­ca filó­so­fa y acti­vis­ta afro­ame­ri­ca­na par­ti­ci­pó el pasa­do sába­do en un deba­te y com­par­tió sus refle­xio­nes sobre la ola de pro­tes­tas anti­rra­cis­tas que atra­vie­sa Esta­dos Unidos

Para Ange­la Davis no hay duda. Las dos sema­nas de pro­tes­tas en todo Esta­dos Uni­dos con­tra el racis­mo y la bru­ta­li­dad poli­cial son un momen­to his­tó­ri­co. En con­cre­to, con­si­de­ra que es la expre­sión «más inten­sa» del anti­rra­cis­mo que ha vivi­do nun­ca el país, algo que acha­ca en bue­na medi­da a años de tra­ba­jo acti­vis­ta que ha logra­do cam­biar la men­ta­li­dad de bue­na par­te de la pobla­ción. Hablar de racis­mo sis­té­mi­co o estruc­tu­ral, a jui­cio de la pro­mi­nen­te acti­vis­ta femi­nis­ta afro­ame­ri­ca­na, ya no es algo mino­ri­ta­rio, empie­za a ser par­te de la cul­tu­ra dominante.

Estas fue­ron algu­nas de las refle­xio­nes que com­par­tió Davis el pasa­do sába­do en un deba­te onli­ne orga­ni­za­do por los colec­ti­vos Rising Majo­rity y el Movi­mien­to por las Vidas Negras. A lo lar­go de la char­la, en la que par­ti­ci­pa­ron varios acti­vis­tas anti­rra­cis­tas, la céle­bre filó­so­fa com­par­tió su pun­to de vis­ta sobre las cau­sas que han con­flui­do has­ta el actual esta­lli­do social, el papel del acti­vis­mo o las deman­das del movi­mien­to en estos momen­tos que, según ase­gu­ró la mujer de 76 años, se sien­te afor­tu­na­da de poder pre­sen­ciar tras toda una vida dedi­ca­da a la lucha por los dere­chos civi­les. «Sigo apren­dien­do de las gene­ra­cio­nes más jóve­nes de acti­vis­tas que están hacien­do todo esto posi­ble, per­mi­tién­do­nos ima­gi­nar­nos real­men­te lo que, como dijo Nina Simo­ne, se pue­de sen­tir al ser libre», apuntó.

Son varios los fac­to­res que, en su opi­nión, expli­can las pro­tes­tas que han lle­na­do las calles de más de 100 ciu­da­des esta­dou­ni­den­ses tras el caso de Geor­ge Floyd, asfi­xia­do por un poli­cía en Min­nea­po­lis. «La con­fluen­cia de la pan­de­mia de COVID-19, la pre­si­den­cia actual por supues­to, la increí­ble orga­ni­za­ción del femi­nis­mo anti­rra­cis­ta duran­te la pasa­da déca­da, espe­cial­men­te des­de la revuel­ta de Fer­gu­son [pro­tes­tas de 2014] y los recien­tes ase­si­na­tos de Ahmaud Arbery, Breon­na Tay­lor, Tony McDa­de y Geor­ge Floyd han crea­do esta com­bi­na­ción úni­ca», afir­mó Davis. Que todo el mun­do pudie­ra ver sus últi­mos nue­ve minu­tos de vida, dijo por video­con­fe­ren­cia, fue la «chis­pa» que pren­dió la llama.

«La orga­ni­za­ción anti­rra­cis­ta que ha habi­do duran­te este perio­do recien­te, inclu­so cuan­do pare­cía que no había nadie escu­chan­do fue­ra de las comu­ni­da­des negras, ha mar­ca­do una gran dife­ren­cia. Lo des­ta­co por­que no siem­pre tene­mos la opor­tu­ni­dad de ser tes­ti­gos de los resul­ta­dos, de for­ma tan espec­ta­cu­lar, del acti­vis­mo y su tra­ba­jo inte­lec­tual, que cam­bian la men­ta­li­dad de la gen­te y comien­zan a modi­fi­car las narra­ti­vas de la cul­tu­ra domi­nan­te en muy poco tiem­po», agre­gó. «Aho­ra, den­tro de la cul­tu­ra domi­nan­te, escu­cha­mos comen­ta­rios sobre el racis­mo sis­té­mi­co, el racis­mo estruc­tu­ral, el racis­mo institucional».

Esta­dos Uni­dos, pro­si­guió la teó­ri­ca anti­rra­cis­ta duran­te el deba­te, tam­po­co había vivi­do nun­ca mani­fes­ta­cio­nes «tan masi­vas y sos­te­ni­das» tan­to en las gran­des ciu­da­des como en los pue­blos peque­ños. «A la vez, es impor­tan­te reco­no­cer que esta con­cien­cia del racis­mo es glo­bal. Nues­tras her­ma­nas y her­ma­nos en el con­ti­nen­te afri­cano, en Suda­mé­ri­ca….», ase­gu­ró Davis, que men­cio­nó en con­cre­to el ejem­plo de Bra­sil: «Sufren los mis­mos pro­ble­mas [de vio­len­cia poli­cial] que noso­tros en este país y con fre­cuen­cia con mayor inten­si­dad». Para ella, el papel de los acti­vis­tas en este momen­to, sos­tu­vo una vez más, «debe ser demos­trar las cone­xio­nes entre el capi­ta­lis­mo mun­dial y el racis­mo glo­ba­li­za­do, el capi­ta­lis­mo racial des­de la épo­ca de la escla­vi­tud has­ta el presente».

«La pre­gun­ta va a ser qué hace­mos después»

«Diría que esta­mos en medio de la más inten­sa expre­sión de sen­ti­mien­to colec­ti­vo anti­rra­cis­ta que este país nun­ca ha vis­to», agre­gó Davis en otra de sus inter­ven­cio­nes. Sin embar­go, opi­na que, des­pués de más de 10 días de pro­tes­tas, los esfuer­zos deben con­cen­trar­se en el «aho­ra qué».

«Hemos vis­to 11 días de mani­fes­ta­cio­nes masi­vas y mar­chas de todo tipo. Pero esto pasa­rá. Las mani­fes­ta­cio­nes no con­ti­nua­rán para siem­pre y creo que es nues­tra res­pon­sa­bi­li­dad como orga­ni­za­do­res y acti­vis­tas», ase­ve­ró, como invo­lu­crar a «aque­llos que han sen­ti­do que par­ti­ci­par en las mani­fes­ta­cio­nes es un pri­mer paso para hablar en con­tra de los sis­te­mas racis­tas de siglos de anti­güe­dad en este país». «Hay mucha gen­te nue­va ahí fue­ra», aña­dió Davis, quien puso el ejem­plo de su joven sobri­na, que ha sido has­ta aho­ra «bas­tan­te apo­lí­ti­ca». «Nos escri­bió hace poco una car­ta a mis her­ma­nos y a mí agra­de­cién­do­nos el tra­ba­jo que hemos hecho y aho­ra está ahí, en las mani­fes­ta­cio­nes (…) Tene­mos que pre­pa­rar­nos para una orga­ni­za­ción tan inten­sa como lo han sido estas espe­ra­das manifestaciones».

Los manifestantes se concentran frente al Capitolio en una nueva jornada de protestas en EEUU.
Los mani­fes­tan­tes se con­cen­tran fren­te al Capi­to­lio en una nue­va jor­na­da de pro­tes­tas en EEUU. G1PAS YURI/​ABACA | GTRES

«Así que la pre­gun­ta va a ser qué hace­mos des­pués. ¿Cómo apro­ve­char este momen­to? Por­que todos cono­ce­mos el tra­ba­jo real, no impor­ta cuán impre­sio­nan­tes sean las mani­fes­ta­cio­nes, el tra­ba­jo real no está gra­ba­do en video, no sale en tele­vi­sión, es el tra­ba­jo que todos voso­tros habéis esta­do hacien­do día a día orga­ni­zan­do y con­cien­cian­do, así que la pre­gun­ta es cómo pasa­mos de este momen­to al siguien­te», seña­ló. Tam­bién sub­ra­yó el papel del arte y la cul­tu­ra, así como de la músi­ca, en el cam­bio de men­ta­li­dad y «la glo­ba­li­za­ción de la con­cien­cia antirracista».

A dife­ren­cia del res­to de par­ti­ci­pan­tes, que has­ta enton­ces no habían saca­do el tema, Davis se refi­rió a las pró­xi­mas elec­cio­nes pre­si­den­cia­les de noviem­bre. «Con el can­di­da­to demó­cra­ta sien­do quien es [Joe Biden], no creo que haya mucha incli­na­ción hacia este deba­te, pero tene­mos que tener­lo: hablar de cómo uti­li­zar la polí­ti­ca elec­to­ral de for­ma que nos ayu­de a ampliar la are­na para orga­ni­zar­nos. Así que no se tra­ta de ele­gir a alguien que cree­mos que nos va a repre­sen­tar, sino de ele­gir a alguien sobre el que poda­mos ejer­cer el tipo de pre­sión que amplíe el terreno de la polí­ti­ca radi­cal», opinó.

«Se arres­ta a poli­cías, pero la estruc­tu­ra es aún racista»

La temá­ti­ca del deba­te era cómo for­jar una «estra­te­gia abo­li­cio­nis­ta para la defen­sa de las comu­ni­da­des negras». Davis, férrea crí­ti­ca del sis­te­ma peni­ten­cia­rio que apo­ya abier­ta­men­te la abo­li­ción de las cár­ce­les, vol­vió a pro­nun­ciar­se sobre esta cues­tión y enmar­có en este movi­mien­to algu­nas de las deman­das que están cobran­do fuer­za en las actua­les pro­tes­tas, como la des­fi­nan­cia­ción de la poli­cía. «Lo que para mí es más emo­cio­nan­te de este momen­to es la for­ma en que los jóve­nes están cons­tru­yen­do sobre las luchas que tuvie­ron lugar antes y lle­ván­do­las mucho más lejos de lo que cual­quie­ra de noso­tros podría haber ima­gi­na­do», recal­có. «Me sien­to muy agra­de­ci­da de seguir viva en este momen­to para pre­sen­ciar, en nom­bre de todos mis cama­ra­das que han caí­do, cómo todos voso­tros nos estáis hacien­do avanzar».

«Hace muchos años, cuan­do empe­za­mos a hablar de la abo­li­ción, la gen­te pen­sa­ba que está­ba­mos com­ple­ta­men­te locos. ¿Qué quie­re decir abo­lir nues­tras pri­sio­nes, qué vamos a hacer con todos los ase­si­nos y los vio­la­do­res? ¿Qué quie­re decir con­tro­lar la poli­cía? Toda esa deman­da de con­trol comu­ni­ta­rio de la Poli­cía se ha movi­do hacia una posi­ción de cues­tio­nar por qué las estruc­tu­ras de la poli­cía tie­nen que estar tan satu­ra­das de racis­mo y capi­ta­lis­mo», prosiguió.

«Por supues­to, segui­mos vien­do que el impul­so inme­dia­to es pedir al sis­te­ma penal, al sis­te­ma legal, que tra­te a los poli­cías como a toda la gen­te que come­te deli­tos. Pero hemos hecho eso duran­te déca­das y cada vez que un poli­cía es arres­ta­do y juz­ga­do, o inclu­so con­de­na­do en algu­nos casos, las estruc­tu­ras poli­cia­les siguen sien­do tan vio­len­tas, tan repre­si­vas, tan racis­tas, tan misó­gi­nas, como lo eran antes», ase­gu­ró la his­tó­ri­ca acti­vis­ta. «Cuan­do mira­mos la his­to­ria del sis­te­ma peni­ten­cia­rio de este país nos damos cuen­ta de que siem­pre se han pedi­do refor­mas y estas se han ins­ti­tui­do, pero la ins­ti­tu­ción se ha vuel­to aún más vio­len­ta, aún más repre­si­va, aún más racis­ta», enfatizó.

En este sen­ti­do, Davis defen­dió que «uno de los aspec­tos crí­ti­cos del com­ple­jo indus­trial peni­ten­cia­rio» hoy en día es la deten­ción de inmi­gran­tes. «No solo en EEUU, sino en Euro­pa, Aus­tra­lia, en todo el mun­do». «Cuan­do deci­mos que que­re­mos abo­lir la poli­cía, tene­mos que seña­lar tam­bién que que­re­mos abo­lir el ICE (Ser­vi­cio de Inmi­gra­ción y Con­trol de Adua­nas). ¿Hemos refor­mu­la­do la pre­gun­ta, no sobre hacer las pri­sio­nes más huma­nas o la Poli­cía más efi­caz? ¿Qué pasa si nos pre­gun­ta­mos qué aspec­to ten­dría nues­tro mun­do si no exis­tie­ran tales ins­ti­tu­cio­nes? Nece­si­ta­ría­mos mejo­res escue­las, mejor aten­ción médi­ca, des­pri­va­ti­zar la asis­ten­cia sani­ta­ria, la vivien­da y la comi­da. Si mira­mos estos temas a tra­vés de una len­te abo­li­cio­nis­ta, tam­bién nos exi­gi­ría usar enfo­ques femi­nis­tas, por­que el femi­nis­mo anti­rra­cis­ta y anti­ca­pi­ta­lis­ta nos ayu­da a man­te­ner todos estos temas en ten­sión», subrayó.

«Deman­de­mos la reduc­ción de la Poli­cía, pero al mis­mo tiem­po tene­mos que ima­gi­nar nue­vas for­mas de segu­ri­dad. ¿Cómo sería la segu­ri­dad si no estu­vie­ra basa­da en la vio­len­cia? ¿Cómo sería la segu­ri­dad inter­re­la­cio­na­da con nues­tras nece­si­da­des de comi­da, vivien­da, aten­ción sani­ta­ria, tra­ba­jo y cul­tu­ra?», zanjó.

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