Con­tra el cul­to a los libros

  1. Convocar reuniones de investigación e investigar en ellas por medio de discusiones.

    Esta es la única manera que le permite a uno acercarse a la verdad y extraer conclusiones. En cambio, el método de ceñirse a escuchar las experiencias de una sola persona sin celebrar reuniones de investigación para averiguar los hechos por medio de discusiones, conduce fácilmente a errores. No es posible sacar conclusiones más o menos correctas en reuniones en las que sólo se formulan preguntas al azar en vez de someter a debate cuestiones especiales.

  2. ¿A quién se debe convocar a las reuniones de investigación?

    A los que estén familiarizados con las condiciones socioeconómicas. Respecto de la edad, son preferibles los viejos, porque tienen rica experiencia y no sólo conocen el estado actual de las cosas sino también sus causas y efectos. También debe incluirse a jóvenes que posean experiencia de lucha, pues éstos tienen ideas progresistas y un agudo sentido de observación. En cuanto al tipo de observación, entre los asistentes debe haber obreros, campesinos, comerciantes, intelectuales, y a veces soldados e incluso vagabundos. Naturalmente, cuando se trate de un tema específico, no será necesaria la presencia de aquellos que no tengan nada que ver con el asunto. Por ejemplo, no hace falta la asistencia de obreros, campesinos y estudiantes cuando se trate de una investigación sobre el comercio.

  3. ¿Una reunión de investigación debe ser numerosa o reducida?

    Eso depende de la capacidad que tenga el investigador para conducir una reunión. Para el que sea idóneo en esta materia, el número de los asistentes puede llegar a una docena o pasar de veinte. Una reunión numerosa tiene sus ventajas: permite obtener estadísticas relativamente precisas (por ejemplo, sobre el porcentaje que los campesinos pobres ocupan dentro del campesinado) y sacar conclusiones más o menos acertadas (por ejemplo, ¿cuál de estas dos formas de distribución de la tierra es mejor: la distribución por igual o la diferenciada?). Por supuesto, una reunión, así también tiene sus desventajas: para el que no sepa manejarla, le será difícil mantener el orden. En fin de cuentas, el número de los concurrentes a una reunión depende de la competencia del investigador, pero la reunión debe tener por lo menos tres participantes. De otra manera, la información obtenida será demasiado limitada como para que corresponda a la situación real.

  4. Confeccionar un plan detallado para la investigación.

    Es necesario preparar de antemano un plan detallado; de acuerdo con éste, el investigador hará preguntas para que la respondan los participantes. Los puntos que no estén claros o encierren dudas deben ser sometidos a discusión. El plan de investigación debe constar de capítulos y renglones específicos. Por ejemplo, si el capítulo es el comercio, puede haber renglones como: telas, cereales, artículos diversos, hierbas medicinales; y bajo el renglón «telas», pueden incluirse puntos como percal, telas de fabricación cacera, seda y satén, etc.

  5. Participar personalmente.

    Todos los que ocupen cargos dirigentes, desde los presidentes de gobierno cantonal hasta el presidente del gobierno central, desde los jefes de destacamento hasta el comandante en jefe, desde los secretarios de células hasta el secretario general del Partido, deben haber personalmente investigaciones sobre la realidad socio-económica y no depositar su confianza tan sólo en los informes escritos, pues investigar es distinto a leer informes.

  6. Investigar a fondo.

    Todo el que emprenda por primera vez la labor de la investigación, debe hacer una o dos investigaciones profundas para adquirir conocimiento cabal de un lugar (digamos una aldea o una ciudad) o de un problema (por ejemplo, los cereales o la moneda). Logrado este conocimiento, se orientará más fácilmente en las futuras investigaciones sobre otros lugares o problemas.

  7. Tomar uno mismo los apuntes.

    El investigador no sólo debe presidir él mismo las reuniones de investigación y dirigir de manera apropiada a los concurrentes, sino también tomar personalmente los apuntes para registrar los resultados. No es conveniente que otros lo hagan por él.

Mao Zedong

Mayo de 1930

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