Gaza: El moderno ghet­to de Varsovia

El médi­co fran­cés Rafael Petit, pasó 15 días en la Fran­ja de Gaza jun­to a otro gru­po de gale­nos. A su regre­so, des­cri­bió las masa­cres per­pe­tra­das con­tra civi­les en la región, las con­di­cio­nes huma­ni­ta­rias «catas­tró­fi­cas» que los rodean y las com­pa­ró con el Ghet­to de Var­so­via o el Holo­caus­to judío.

En una entre­vis­ta en la emi­so­ra Sud Radio que repro­du­ce el dia­rio liba­nés Al Akh­bar, Petit, un exmé­di­co mili­tar que tra­ba­jó en Siria, Ucra­nia y Chad, deta­lló los esfuer­zos para entrar al terri­to­rio pales­tino pues las fuer­zas de ocu­pa­ción no per­mi­ten la entra­da de nin­gu­na Orga­ni­za­ción No Guber­na­men­tal (ONG).

Según el médi­co, 15 de las prin­ci­pa­les ONG del mun­do unie­ron sus voces para para pro­tes­tar por no poder rea­li­zar su trabajo.

Final­men­te, des­pués de obte­ner per­mi­sos de «Israel» y Egip­to, el galeno y sus cole­gas acce­die­ron a la zona ase­dia­da como par­te de una misión médi­ca huma­ni­ta­ria que tra­ba­jó en el Hos­pi­tal Euro­peo, ubi­ca­do en Khan Yunis, al sur de la Franja.

De acuer­do con sus impre­sio­nes, los gaza­tíes les die­ron la bien­ve­ni­da y agra­de­cie­ron con una son­ri­sa aún pre­sen­te en sus ros­tros a pesar de las con­di­cio­nes catas­tró­fi­cas que sufren. Esa impre­sión, des­cri­be, impac­tó fuer­te­men­te a todo el grupo.

Más allá de las duras con­di­cio­nes, el médi­co pre­ci­bió el sen­ti­mien­to que embar­ga­ba a los habi­tan­tes de dife­ren­tes áreas de la Fran­ja, de que Hamas los defiende.

Según agre­ga, el ata­que israe­lí radi­ca­li­zó las posi­cio­nes a favor de la resis­ten­cia, pues la gen­te ase­gu­ra que los com­ba­tien­tes están en algún lugar de la Fran­ja, defen­dien­do su dignidad.

Los ciu­da­da­nos, aña­de, nun­ca hablan de los túneles.

El médi­co tam­bién des­min­tió la idea de que Hamas uti­li­za a civi­les como escu­dos huma­nos. En cam­bio, «Israel» los des­arrai­ga y obli­ga a su des­pla­za­mien­to, aseguró.

El hos­pi­tal europeo

En el Hos­pi­tal Euro­peo, con capa­ci­dad para 400 camas, alber­ga a más de 900 pacien­tes. Ade­más, varios gru­pos de per­so­nas están con­gre­ga­das en sus pasi­llos y for­man una espe­cie de peque­ña aldea con una pobla­ción de entre 25 y 30.000 palestinos.

El médi­co fran­cés habló de un «caos» desen­fre­na­do den­tro y fue­ra del hos­pi­tal, pues los médi­cos atien­den a los pacien­tes por un lado y, al pro­pio tiem­po, lidian con los heri­dos por bom­bar­deos y fran­co­ti­ra­do­res que a menu­do apun­tan a la cabeza.

En muchos casos están obli­ga­dos a ampu­tar par­tes de algu­nos pacien­tes en lugar de tra­tar­los y tie­nen que dejar morir a quie­nes sufren heri­das muy gra­ves debi­do a la satu­ra­ción de las salas de cui­da­dos inten­si­vos y la fal­ta de morfina.

Una situa­ción así nun­ca vis­ta «en nin­gún otro lugar del mun­do», de acuer­do con las pro­pias pala­bras del doctor.

Vivien­das improvisadas

Tam­bién abor­dó la situa­ción de los des­pla­za­dos en medio de la prohi­bi­ción de las fuer­zas de ocu­pa­ción de per­mi­tir la entra­da de tien­das de cam­pa­ña y la cons­truc­ción de cam­pa­men­tos organizados.

Ade­más, deta­lló sobre las filas de per­so­nas espe­ran­do obte­ner agua y pan, inclu­so el uso de baños.

Las con­di­cio­nes opre­si­vas crean un ambien­te explo­si­vo en cual­quier momen­to, pues en varias oca­sio­nes un des­acuer­do indi­vi­dual lle­ga a con­ver­tir­se en algo simi­lar a «dis­tur­bios» que invo­lu­cran a un mayor núme­ro de ciudadanos.

Con­fe­ren­cia del equi­po médico

Ade­más del doc­tor Rafael Petit, un gru­po par­la­men­ta­rio fran­cés que visi­tó Rafah recien­te­men­te, orga­ni­zó una con­fe­ren­cia para el equi­po de médi­cos fran­ce­ses de la Fun­da­ción Pal­Med, quie­nes estu­vie­ron antes en Gaza.

Los asis­ten­tes no duda­ron en afir­mar que «el geno­ci­dio avan­za a paso fir­me» en esa zona ase­dia­da y muchos pacien­tes, espe­cial­men­te niños, mue­ren a cada hora.

En este con­tex­to, una de las enfer­me­ras par­ti­ci­pan­tes en la misión des­cri­bió que muchos pales­ti­nos car­ga­ban los cuer­pos de sus hijos y corrían con ellos des­pués de infor­mar­les de su muer­te. Aún aun así, nos tra­ta­ban con mucho res­pe­to, afirmó.

24 de febre­ro de 2024

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