Gue­rra y liber­tad. Vigen­cia de la doc­tri­na de Simón Bolivar

«Cuan­do fue ya evi­den­te la vic­to­ria de los sira­cu­sa­nos […] los ate­nien­ses esta­ban en el más com­ple­to des­áni­mo y sen­tían un gran des­en­ga­ño y un arre­pen­ti­mien­to aún mayor de la expe­di­ción1

«Si quie­res la paz, pre­pá­ra­te para la gue­rra2

«Los sui­zos son muy libres por­que dis­po­nen de armas pro­pias3

«Un gobierno socia­lis­ta no pue­de enca­be­zar un país, si no exis­ten sufi­cien­tes con­di­cio­nes para poder tomar ense­gui­da las medi­das reque­ri­das, y para espan­tar a la bur­gue­sía, con el fin de con­se­guir las con­di­cio­nes pri­ma­rias de una polí­ti­ca con­se­cuen­te4

Leyes de la guerra

Para enten­der en su actua­li­dad la doc­tri­na polí­ti­co-mili­tar y social de Bolí­var y del boli­va­ria­nis­mo, debe­mos estu­diar­la a la luz de las expe­rien­cias his­tó­ri­cas y de las cons­tan­tes –o leyes de la gue­rra– que de ellas se dedu­cen. Por ejem­plo, el reac­cio­na­rio5 Sun Tzu (~ s. ‑VI) tra­ta­ba a los sol­da­dos como igno­ran­tes que debían obe­de­cer y macha­car sin pie­dad a las suble­va­cio­nes cam­pe­si­nas. Sun Tzu emplea el tér­mino de «armo­ni­zar» las rela­cio­nes entre el pue­blo explo­ta­do y el Esta­do para for­ta­le­cer polí­ti­ca­men­te al ejér­ci­to opre­sor. Para Sun Tzu: «La gue­rra es un tema de vital impor­tan­cia para el Esta­do, un asun­to de vida o muer­te, el camino a la super­vi­ven­cia o a la rui­na. Por tan­to, es impe­rio­so estu­diar­la dete­ni­da­men­te […] La polí­ti­ca es aque­llo que armo­ni­za al pue­blo con su gober­nan­te, de tal mane­ra que lo siga, con des­pre­cio de su pro­pia vida y sin temer nin­gún peli­gro»6.

Sun Tzu dejó cons­tan­cia de lo que era una cer­ti­dum­bre empí­ri­ca des­de hacía siglos, al menos des­de que las socie­da­des comu­na­les se rom­pie­ron entre una amplí­si­ma masa tra­ba­ja­do­ra super­ex­plo­ta­da por un lado y una mino­ría explo­ta­do­ra por el con­tra­rio. Ya des­de el dinás­ti­co anti­guo meso­po­tá­mi­co (c. 2850 – 2340 a.e.c.) se cono­ce la explo­ta­ción social, sobre todo de la mujer en los tex­ti­les7. En las pri­me­ras ciu­da­des-Esta­do de Sumer:

La masa de cam­pe­si­nos y tra­ba­ja­do­res sin cua­li­fi­car, que suma­ban pro­ba­ble­men­te el 90% de la pobla­ción, vivían como sier­vos, si no como escla­vos, care­cien­do de dere­cho alguno, ni siquie­ra el de pro­pie­dad. La tie­rra per­te­ne­cía al tem­plo (o a su dei­dad) y la admi­nis­tra­ban los repre­sen­tan­tes de esta, es decir, los sacer­do­tes. En una fecha algo pos­te­rior –pero no más tar­de del prin­ci­pio del ter­cer mile­nio– una cla­se gue­rre­ra cuyo man­do osten­ta­ban reyes o jefes impu­so su auto­ri­dad jun­to a la de los sacer­do­tes o por enci­ma de la de estos8.

A la vez, la gue­rra injus­ta desa­rro­lla­ba la inhu­ma­ni­dad en su for­ma más cru­da: apar­te del exter­mi­nio y/​o el saqueo prac­ti­ca­do des­de hacía mile­nios, inclui­do el cani­ba­lis­mo, des­de hace apro­xi­ma­da­men­te 5.000 años se gene­ra­li­zó tam­bién la escla­vi­za­ción huma­na en cuan­to fuer­za de tra­ba­jo explo­ta­ble en todos los sen­ti­dos, tam­bién el repro­duc­tor y el sexual; y por fin sur­gió la impor­tan­cia cre­cien­te de la cap­tu­ra de «los mejo­res arte­sa­nos o arte­sa­nas»9. La Roma repu­bli­ca­na orde­nó que en la toma de Sira­cu­sa en el año ‑212 se apre­sa­se vivo al sabio Arquí­me­des, para que tra­ba­ja­se como escla­vo crean­do máqui­nas de gue­rra para las legio­nes, pero fue ase­si­na­do por un sol­da­do romano.

Tene­mos aquí un ejem­plo bri­llan­te de las vici­si­tu­des de las leyes de la gue­rra, por­que la orden de man­te­ner­lo vivo no fue cum­pli­da por los ava­ta­res del com­ba­te. Pero tam­bién tene­mos ejem­plos extre­mos de esas lec­cio­nes que siguen dán­do­se casi 2.200 años des­pués: la terri­ble bata­lla de arra­sa­mien­to de Car­ta­go10 en el año ‑146 por Roma, que ade­lan­ta­ba pre­mo­ni­to­ria­men­te masa­cres simi­la­res has­ta hoy mis­mo: pue­blos que lucha­ban has­ta el final sabien­do que no tenían nin­gu­na espe­ran­za de vic­to­ria, sim­ple­men­te por el orgu­llo de morir libres. Es impor­tan­te acep­tar que pese a todas sus difi­cul­ta­des, estas leyes de la gue­rra exis­ten y se repi­ten en con­tex­tos muy dife­ren­tes, por­que así no cae­mos en el rela­ti­vis­mo abso­lu­to, tan dañino como reaccionario.

Otro ejem­plo de la exis­ten­cia de cons­tan­tes bási­cas en la gue­rra des­de que se impu­so la pro­pie­dad pri­va­da y la explo­ta­ción a ella inhe­ren­te es que todas las mino­rías explo­ta­do­ras han bus­ca­do siem­pre «armo­ni­zar», en el len­gua­je de Sun Tzu, las rela­cio­nes entre el pue­blo explo­ta­do y la mino­ría pro­pie­ta­ria de las fuer­zas pro­duc­ti­vas, obse­sión deses­pe­ra­da de las cla­ses domi­nan­tes, de sus Esta­dos y ejér­ci­tos, como se con­fir­ma leyen­do el Poe­ma de Gil­ga­mesh11 de hace ~4.400 años.

Que es una obse­sión actual vuel­ve a que­dar cla­ro siguien­do los varios deba­tes que está rea­li­zan­do el Pen­tá­gono para ver de salir del agu­je­ro en el que se está hun­dien­do, des­ta­ca el que se libra des­de 2019 sobre los nue­vos méto­dos de expo­lio de los pue­blos, en base al desa­rro­llo del con­cep­to de «mar­co de con­di­cio­nes explo­ta­bles»: todos los impe­rios se han crea­do y sos­te­ni­do extra­yen­do ganan­cias múl­ti­ples de los pue­blos y cla­ses opri­mi­das. El Pen­tá­gono ha ela­bo­ra­do un sis­te­ma de estu­dio de los pro­ble­mas, debi­li­da­des y con­tra­dic­cio­nes de esos pue­blos para uti­li­zar­los en su bene­fi­cio: la «explo­ta­ción» se defi­ne no en el sen­ti­do mar­xis­ta, sino en su anta­gó­ni­co, en el de ganan­cia empre­sa­rial y polí­ti­co-mili­tar, etc., obte­ni­ble. Es el con­jun­to de tác­ti­cas, méto­dos y estra­te­gias que Esta­dos Uni­dos emplea para obte­ner bene­fi­cios y ganan­cias de toda índo­le «explo­tan­do» las debi­li­da­des de los pue­blos que expo­lia y quie­re saquear12.

Y que segui­rá sien­do una obse­sión enfer­mi­za del impe­ria­lis­mo para man­te­ner su poder en el mun­do se des­pren­de de los esfuer­zos de toda índo­le redo­bla­dos para ampliar la inago­ta­ble gama de pul­sio­nes cons­cien­tes e incons­cien­tes que van de la ansie­dad al terror páni­co pasan­do por el mie­do13, uni­da esta exci­ta­ción de la «reser­va de reac­ción» a las exhor­ta­cio­nes tan­to «demo­crá­ti­cas» como filo fas­cis­tas y fas­cis­tas de lla­ma­mien­to «al deber, al sacri­fi­cio y a la devo­ción»14, cada una en sus áreas res­pec­ti­vas. Sin ir muy lejos, la lla­ma­da «gue­rra cog­ni­ti­va»15 está idea­da para masa­crar las resis­ten­cias futu­ras simul­tá­nea­men­te des­de su exte­rior e inte­rior, por­que es una gue­rra de lar­go plazo.

Cri­sis y guerras

El nue­vo méto­do de estu­dio yan­qui para ase­gu­rar su poder empe­zó a ser desa­rro­lla­do en 2019, cuan­do le era urgen­te ampliar las «con­di­cio­nes explo­ta­bles» por­que, sin ser exhaus­ti­vos, en 2017 su anti­gua estra­te­gia había sido derro­ta­da en Vene­zue­la pese a la bru­ta­li­dad inhu­ma­na de la gua­rim­ba. ¿Por qué fue inter­na­cio­nal­men­te tan impor­tan­te esta derro­ta? Por­que se suma­ba a la que ya se esta­ba dan­do en Siria, Afga­nis­tán, Irak…; por­que a cada ins­tan­te se incre­men­ta­ba la ten­den­cia a la «mul­ti­po­la­ri­dad», a la acep­ta­ción de las pro­pues­tas de Chi­na Popu­lar, etc.; por­que ya se empe­za­ba a ralen­ti­zar la tími­da recu­pe­ra­ción pos­te­rior a la deba­cle de 2007 – 2008, has­ta tal pun­to que en 2019 casi el 40% de los bene­fi­cios de las trans­na­cio­na­les huye­ron a los paraí­sos fis­ca­les16 en vez de poten­ciar la eco­no­mía pro­duc­ti­va, la rama de pro­duc­ción de bie­nes de producción.

Esta hui­da gigan­tes­ca hacia la «eco­no­mía de casino», alre­de­dor del 40% de las ganan­cias, mues­tra la debi­li­dad pro­fun­da del capi­ta­lis­mo y, por ello, el refor­za­mien­to del mili­ta­ris­mo y del auto­ri­ta­ris­mo. Se com­pren­de así que, entre otras medi­das, en 2018 Esta­dos Uni­dos rom­pie­ra uni­la­te­ral­men­te el Tra­ta­do sobre armas nuclea­res de cor­to y medio alcan­ce para com­pen­sar con el aumen­to de esas armas terro­rí­fi­cas la pér­di­da del inmen­so botín vene­zo­lano, que daba por segu­ro. Tam­bién expli­ca el avan­ce de la OTAN hacia las fron­te­ras rusas incre­men­tan­do el ase­si­na­to sis­te­má­ti­co de miles de habi­tan­tes de las repú­bli­cas popu­la­res del Don­bass por el nazis­mo ucra­niano, así como el endu­re­ci­mien­to de las pre­sio­nes con­tra Chi­na Popu­lar, Irán, Siria, Vene­zue­la, Cuba… Las leyes de la gue­rra, ten­den­cia­les en sí mis­mas, se con­fir­man otra vez aho­ra por­que todo indi­ca que en la medi­da en que se agu­di­cen las con­tra­dic­cio­nes del impe­ria­lis­mo, lo más pro­ba­ble es que el Pen­tá­gono des­en­ca­de­ne otro ata­que con­tra Vene­zue­la median­te una gua­rim­ba más terro­rí­fi­ca que la de 2017.

Apo­de­rar­se de Vene­zue­la en 2017 hubie­se dado un impul­so bru­tal a la ofen­si­va mun­dial de Esta­dos Uni­dos en unos años en los que el impe­ria­lis­mo esta­ba pre­pa­rán­do­se para ven­cer defi­ni­ti­va­men­te en la lar­ga épo­ca de «gue­rras lar­gas»17 que esta­ba dise­ñan­do. ¿A qué fue debi­da la derro­ta del Pen­tá­gono? Dicho muy sin­té­ti­ca­men­te, a que Vene­zue­la había desa­rro­lla­do una doc­tri­na mili­tar, con sus corres­pon­dien­tes sis­te­mas, estra­te­gias y tác­ti­cas, basa­da en las ideas de polí­ti­cos y mili­ta­res entre los que esta­ba Simón Bolí­var, como vere­mos. Más aún, sabe­do­res del peli­gro, a par­tir de ese 2017, por cen­trar­nos en una fecha sig­ni­fi­ca­ti­va, se pro­du­jo un impre­sio­nan­te enri­que­ci­mien­to de la doc­tri­na polí­ti­co-mili­tar boli­va­ria­na. Vamos a ver algu­nas de sus apor­ta­cio­nes centrales.

Solo dos años des­pués, en 2019, el gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra publi­ca­ba un impres­cin­di­ble libro que es, en la pra­xis, el con­tra­rio incon­ci­lia­ble de lo que en ese mis­mo año se empe­za­ba en Esta­dos Uni­dos a cavi­lar sobre lo que al poco sería el méto­do del «mar­co de con­di­cio­nes explo­ta­bles». El gene­ral dijo: «La par­ti­ci­pa­ción popu­lar en la tarea de defen­sa nacio­nal ha de tener como eje fun­da­men­tal des­mon­tar el apa­ra­to ideo­ló­gi­co del sis­te­ma neo­co­lo­nia­lis­ta que, a su vez, per­mi­ta ir pre­pa­rán­do­nos para asu­mir las deli­ca­das tareas de la defen­sa de la patria […] en la pre­pa­ra­ción para la defen­sa, la tarea de pri­mer orden de cada ciu­da­dano y ciu­da­da­na es cono­cer qué le corres­pon­de hace en caso de ser agre­di­dos por una poten­cia mili­tar extran­je­ra»18.

El gene­ral Menry sos­tie­ne esta tesis sobre un rigu­ro­so estu­dio de muchas gue­rras popu­la­res con­tra inva­so­res: des­de las resis­ten­cias con­tra Napo­león, has­ta Irak, pasan­do por Afga­nis­tán, Moga­dis­cio, Arge­lia, Viet­nam, Indo­chi­na, Chi­na, URSS y la Euro­pa ocu­pa­da con­tra el nazis­mo19. Simul­tá­nea­men­te, la doc­tri­na boli­va­ria­na de la gue­rra se sus­ten­ta, como no podría ser menos, en un impre­sio­nan­te papel de teó­ri­cos, filó­so­fos, eco­no­mis­tas, mili­ta­res, etcé­te­ra, ya estu­dia­dos minu­cio­sa­men­te por Bolí­var20 y lue­go amplia­da por los desa­rro­llos de la doc­tri­na boli­va­ria­na. Las expe­rien­cias his­tó­ri­cas que la sus­ten­tan lle­van en su inte­rior muchas luchas váli­das hoy mis­mo sobre la dia­léc­ti­ca de las rebe­lio­nes e insu­rrec­cio­nes den­tro de gue­rras pro­lon­ga­das en paí­ses con mayo­ría social cam­pe­si­na. Es muy ilus­tra­ti­vo a este res­pec­to que ya en 1928 la siem­pre actual obra colec­ti­va La insu­rrec­ción arma­da, publi­ca­da por la Inter­na­cio­nal Comu­nis­ta, inclu­ye­ra un artícu­lo sobre «el tra­ba­jo mili­tar del par­ti­do entre los cam­pe­si­nos»21.

Son muchas las lec­cio­nes que el gene­ral extrae de estas gue­rras popu­la­res libra­das des­de el siglo XIX, de las que aho­ra nos intere­san dos: una y muy impor­tan­te, la Gue­rra Popu­lar Pro­lon­ga­da ya fue ana­li­za­da por Clau­se­witz22, lo que sig­ni­fi­ca que ya era una for­ma de gue­rra de libe­ra­ción asen­ta­da para su épo­ca. Yván Sal­ga­do Uzcá­te­gui sos­tie­ne la mis­ma idea que esta apor­ta­ción de Clau­se­witz pero con otro nom­bre: «La nación en armas»23. Engels ya había ana­li­za­do al deta­lle qué es una «nación en armas», espe­cial­men­te en su artícu­lo sobre los gue­rri­lle­ros pru­sia­nos24 con­tra la inva­sión napo­leó­ni­ca. Con­cep­tos cla­ves que nos guia­rán duran­te todo el texto.

Y dos, «la expe­rien­cia ha demos­tra­do, a lo lar­go de la his­to­ria, que la gue­rra impe­rial nun­ca ha sido un ins­tru­men­to para con­se­guir cam­bios socia­les pro­gre­si­vos; los tér­mi­nos de “demo­cra­cia y moder­ni­dad” no vie­nen impues­tos por la fuer­za, ade­más, la sobe­ra­nía no se trans­fie­re. […] la his­to­ria de la resis­ten­cia ha hecho refle­xio­nar acer­ca de que los “impe­rios” pue­den ser derro­ta­dos, y Esta­dos Uni­dos […] ya ha pro­ba­do “el ger­men de la derro­ta” en más de un esce­na­rio»25. Pero derro­tar a los impe­rios exi­ge antes que nada «la orga­ni­za­ción del pue­blo rebel­de»26.

Si algo tie­ne un «pue­blo rebel­de» es moral de com­ba­te, de lucha y sacri­fi­cio. Clau­se­witz insis­te mucho en la impor­tan­cia de estos «fac­to­res mora­les»27, entre los que des­ta­can la intre­pi­dez y la per­se­ve­ran­cia, cua­li­da­des mora­les espe­cial­men­te cul­ti­va­das por Bolí­var, en con­cre­to, y, tam­bién, por los ejér­ci­tos popu­la­res de libe­ra­ción, sean gue­rri­llas o ejér­ci­tos más orga­ni­za­dos. Clau­se­witz insis­te más ade­lan­te en este fac­tor deci­si­vo: «el cora­zón y el espí­ri­tu de una nación for­man un fac­tor impor­tan­tí­si­mo en los pro­duc­tos que repre­sen­tan la fuer­za nacio­nal, gue­rre­ra y de com­ba­te»28. Por esto, la gra­ve­dad de una derro­ta depen­de mucho del impac­to que el revés haya teni­do en la moral de lucha: «Como en una derro­ta la fuer­za moral del ven­ci­do que­da des­he­cha en alto gra­do, resul­ta a menu­do una inca­pa­ci­dad com­ple­ta para resis­tir, y toda la acción se limi­ta a ceder, es decir, se cam­bia en derro­ta, en hui­da»29. Clau­se­witz actua­li­za­ba así en las con­di­cio­nes de ini­cios del siglo XIX, una cons­tan­te his­tó­ri­ca ya des­cri­ta por Tucídides.

La impor­tan­cia de la moral es incues­tio­na­ble, aun­que debié­ra­mos pro­fun­di­zar un poco en el anta­go­nis­mo entre la moral de las cla­ses y nacio­nes opri­mi­das, y la de la mino­ría opre­so­ra. No exis­te una éti­ca y una moral úni­cas, por lo que for­ta­le­cer la opri­mi­da y debi­li­tar la opre­so­ra es deci­si­vo. Aquí entra­mos de lleno en la dia­léc­ti­ca entre gue­rra y polí­ti­ca, más con­cre­ta­men­te entre pro­pie­dad pri­va­da y luchas sociales.

Clau­se­witz tam­po­co pro­fun­di­za has­ta estas con­tra­dic­cio­nes de fon­do, con­di­cio­na­do por su ori­gen de cla­se y por el muy débil desa­rro­llo del uto­pis­mo crí­ti­co en la Ale­ma­nia de aque­llos años, por no hablar aún del socia­lis­mo utó­pi­co. Sin embar­go, ello no anu­la la gran con­tri­bu­ción a la teo­ría de la gue­rra: «La gue­rra es un ins­tru­men­to de la polí­ti­ca»30, tal como lo escri­be en el comien­zo del capí­tu­lo VI (B), aun­que su fra­se más cono­ci­da es que la gue­rra es la con­ti­nua­ción de la polí­ti­ca por otros medios.

La fuer­za inter­na de esta con­tri­bu­ción radi­ca en que Clau­se­witz enten­día la gue­rra de tal modo que, sin reco­no­cer­lo explí­ci­ta­men­te, admi­tía que lo esen­cial de las leyes de la gue­rra con­ven­cio­nal tam­bién se apli­can a la lla­ma­da «gue­rra social» en sus dos for­mas bási­cas: la lucha de cla­ses en un Esta­do no opri­mi­do nacio­nal­men­te y la lucha de libe­ra­ción nacio­nal de un pue­blo opri­mi­do. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui sin­te­ti­za en tres prin­ci­pios la idea del mili­tar ale­mán: uno, la gue­rra con­sis­te en ven­cer al enemi­go; dos, mien­tras no se le haya derro­ta­do del todo, siem­pre podrá recu­pe­rar­se y con­tra­ata­car; y tres, se pue­de regu­lar la dure­za de la gue­rra para obte­ner una vic­to­ria sufi­cien­te, según los recur­sos dis­po­ni­bles31. Son tres prin­ci­pios que se dedu­cen de las leyes ten­den­cia­les de la gue­rra en cual­quie­ra de sus formas.

No hace fal­ta nin­gún esfuer­zo men­tal para com­pren­der que cual­quier con­flic­to, al mar­gen de su ubi­ca­ción, exten­sión e inten­si­dad, tran­si­ta total o par­cial­men­te por este pro­ce­so, un trán­si­to que pue­de ser derro­ta­do según cómo vaya la lucha. Un poco más ade­lan­te Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui rea­li­za un mag­ní­fi­co resu­men de las ideas clau­se­witzia­nas de la dia­léc­ti­ca entre los fines y los medios en la gue­rra, en la que expli­ca cómo pue­den evo­lu­cio­nar cada uno de esos tres prin­ci­pios según inter­ac­túan fines y medios de la gue­rra, resu­men que pue­de apli­car­se con esca­sas adap­ta­cio­nes a la gue­rra social, de cla­ses, y a la gue­rra de libe­ra­ción de los pue­blos32, por­que, en últi­ma ins­tan­cia, se mue­ven mar­ca­dos por las mis­mas leyes tendenciales.

Las leyes socia­les son ten­den­cia­les, sobre todo las que expre­san con­flic­tos que pue­den lle­gar a ser de super­vi­ven­cia, de vida o muer­te, por­que siem­pre lle­van en sí deter­mi­nan­tes obje­ti­vos, mate­ria­les, insal­va­ble, como la base pro­duc­ti­va y ener­gé­ti­ca, los recur­sos vita­les, etc. Bolí­var leyó con aten­ción al con­de de Mon­te­cuc­co­li que insis­tía en esta cues­tión deci­si­va33, la de ase­gu­rar los recur­sos mate­ria­les nece­sa­rios para sos­te­ner una gue­rra. El ham­bre y las caren­cias derro­tan a los ejér­ci­tos, a las huel­gas y a las revo­lu­cio­nes. Las leyes del aho­rro ener­gé­ti­co y de la pla­ni­fi­ca­ción racio­nal de su con­su­mo son obje­ti­vas en su esen­cia bio­so­cial, varian­do en sus for­mas. Por esto, la lucha de cla­ses y de libe­ra­ción nacio­nal tie­ne un fon­do de pla­ni­fi­ca­ción polí­ti­co-mili­tar incues­tio­na­ble, sin el cual va a la derrota.

Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui mues­tra cómo el Mani­fies­to de Car­ta­ge­na, escri­to por Bolí­var el 15 de diciem­bre de 1812, coin­ci­de ple­na­men­te con el pen­sa­mien­to de Clau­se­witz y que, sobre todo y segu­ra­men­te por eso mis­mo, acer­tó de pleno «como si Bolí­var hubie­se con­sul­ta­do un orácu­lo»34, lo que se con­fir­mó entre otras muchas cosas al acer­tar en el papel alie­na­dor y explo­ta­dor que iba a jugar la Igle­sia espa­ño­la. El autor se detie­ne con espe­cial énfa­sis en la impor­tan­cia crí­ti­ca del «obje­ti­vo polí­ti­co» de la gue­rra de libe­ra­ción anti­co­lo­nial. Bolí­var tam­bién coin­ci­de con Clau­se­witz, y con otros gran­des mili­ta­res y polí­ti­cos aña­di­mos noso­tros, en la efi­ca­cia de la gue­rra psi­co­ló­gi­ca y de derro­ta moral del inva­sor espa­ñol inser­ta en el Decre­to de Gue­rra a Muer­te de 15 de junio de 1813 que demos­tró su efec­ti­vi­dad al des­mo­ra­li­zar al cada vez más ago­ta­do ejér­ci­to espa­ñol, temi­do ini­cial­men­te por su bru­ta­li­dad repre­si­va35, terror que fue sien­do supe­ra­do por el pue­blo vene­zo­lano en la medi­da en que este iba derro­tan­do a los invasores.

Nación en armas

En las con­di­cio­nes de aque­llos años, el con­cep­to cla­ve de «nación en armas» o «pue­blo en armas», o «gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da», etcé­te­ra, ya anun­cia­ba las tre­men­das vir­tu­des polí­ti­co-mili­ta­res que tie­ne en la actua­li­dad no solo en su for­ma extre­ma y defi­ni­ti­va de mate­ria­li­za­ción para derro­tar a un ejér­ci­to inva­sor sino tam­bién, y como vere­mos, como doc­tri­na gene­ral con sus sis­te­mas, estra­te­gias y tác­ti­cas ade­cua­das a cada momen­to y fase de la lucha de libe­ra­ción nacio­nal de cla­se. Pero empe­ce­mos por esto: «Un pue­blo en armas, o que toma par­ti­do por un ban­do, faci­li­ta la des­truc­ción de la base mate­rial y moral del ejér­ci­to enemi­go, no median­te un enfren­ta­mien­to direc­to, sino más bien a tra­vés de accio­nes que obli­guen al enemi­go a des­alo­jar el terri­to­rio ocu­pa­do o inva­di­do, antes de que ese enemi­go –pue­blo en armas– lo des­tru­ya defi­ni­ti­va­men­te»36.

La doc­tri­na de la «nación en armas» o de la «gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da» para decir­lo de una for­ma más ade­cua­da al tema que vamos a ana­li­zar aho­ra, posee múl­ti­ples nive­les de plas­ma­ción, nive­les que no tie­nen que lle­gar exclu­si­va­men­te al «máxi­mo» de la deses­pe­ra­da gue­rra defen­si­va con­tra el inva­sor, por­que tam­bién se mate­ria­li­za en los «míni­mos» tác­ti­cos inte­gra­dos en la estra­te­gia a lar­go pla­zo de des­truc­ción del poder esta­tal bur­gués para ins­tau­rar el Esta­do obre­ro. Una de las razo­nes de la inca­pa­ci­dad o cegue­ra abso­lu­ta de la «izquier­da» euro­cén­tri­ca para asu­mir el poten­cial revo­lu­cio­na­rio y heu­rís­ti­co de la «gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da», es pre­ci­sa­men­te el recha­zo de la dia­léc­ti­ca de entre lo popu­lar y lo pro­le­ta­rio, media­da por el con­cep­to de pue­blo trabajador.

Pero, se quie­ra o no acep­tar­lo, toda estra­te­gia está inser­ta en alguno o en todos de los sis­te­mas median­te los que se apli­ca la doc­tri­na comu­nis­ta. Es des­de esta pers­pec­ti­va des­de la que debe­mos enten­der el con­cep­to de «gue­rra social per­ma­nen­te» entre la bur­gue­sía y el pro­le­ta­ria­do, o de «gue­rra anti­im­pe­ria­lis­ta per­ma­nen­te» para la libe­ra­ción nacio­nal de cla­se de los pue­blos opri­mi­dos. El con­cep­to mar­xis­ta ela­bo­ra­do en 1850 de «revo­lu­ción per­ma­nen­te»37 es la sín­te­sis dia­léc­ti­ca de todas estas for­mas. Aquí nos encon­tra­mos de nue­vo con la impres­cin­di­ble media­ción del con­cep­to de pue­blo tra­ba­ja­dor explo­ta­do38.

Pues bien, el gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra enla­za direc­ta­men­te la «gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da» con el impres­cin­di­ble tex­to de Lenin sobre el socia­lis­mo y la gue­rra39, insis­tien­do en que «exis­te un lazo inevi­ta­ble que une las gue­rras con la lucha de cla­ses en el inte­rior del país»40. Un minis­tro pru­siano ya dijo a fina­les del siglo XIX que en toda huel­ga se escon­día la revo­lu­ción: el con­te­ni­do polí­ti­co-mili­tar de cual­quier resis­ten­cia popu­lar y obre­ra es com­pren­di­do más rápi­da y fácil­men­te por la bur­gue­sía que por el pro­le­ta­ria­do y aún más tar­día­men­te por la izquier­da revo­lu­cio­na­ria. El gene­ral Menry tie­ne razón una vez más cuan­do sos­tie­ne que el prin­ci­pio del «pue­blo en armas» es una «par­te de la teo­ría social del mar­xis­mo leni­nis­mo»41. El autor des­cri­be las gran­des luchas popu­la­res, cam­pe­si­nas y obre­ras, sus rela­cio­nes con la direc­ción polí­ti­ca siem­pre den­tro de los sus con­tex­tos par­ti­cu­la­res y sin­gu­la­res, pero man­te­nien­do la pre­sen­cia de lo uni­ver­sal en todas ellas, has­ta cen­trar­se en Venezuela.

Por impe­ra­ti­vos del espa­cio y en aras del obje­ti­vo de este artícu­lo, nos cen­tra­mos en la impor­tan­cia capi­tal que el autor da a la edu­ca­ción del pue­blo, no solo del ejér­ci­to popu­lar: «El obje­to de la edu­ca­ción, por par­te de las fuer­zas de resis­ten­cia, va diri­gi­do a obte­ner la mayor volun­tad de lucha por par­te del pue­blo, y pro­fun­di­zar la unión cívi­co-mili­tar»42. La unión cívi­co-mili­tar es un avan­ce enri­que­ce­dor de la efec­ti­va línea de tra­ba­jo den­tro de los ejér­ci­tos ela­bo­ra­da por la Inter­na­cio­nal Comu­nis­ta43, expues­ta en el tex­to de 1928 arri­ba cita­do. Esta inter­ven­ción den­tro de las fuer­zas repre­si­vas fue tan efi­caz en deter­mi­na­dos momen­tos, que, ade­más de por otras razo­nes, la bur­gue­sía empe­zó a impul­sar el fas­cis­mo en gru­pos de «vigi­lan­cia y segu­ri­dad» como denun­ció Dimi­trov44 en ese mis­mo año de 1928. Des­de enton­ces la fas­cis­ti­za­ción de las poli­cías pri­va­das no ha hecho sino aumen­tar. Ade­más, pro­fe­sio­na­li­za ejér­ci­tos, fana­ti­za a sus uni­da­des espe­cia­les y poten­cia «las putas del impe­ria­lis­mo»45, o mercenariado.

Estas medi­das van espe­cial­men­te diri­gi­das con­tra el avan­ce del socia­lis­mo y, sobre todo, cuan­do ese socia­lis­mo diri­ge la lucha de libe­ra­ción nacio­nal de un pue­blo opri­mi­do, al que se le repri­me vio­len­ta­men­te el dere­cho al Esta­do y a la auto­de­fen­sa pro­pia. Por tan­to, la «edu­ca­ción» y la auto­de­fen­sa de una nación opri­mi­da ha de desa­rro­llar una peda­go­gía revo­lu­cio­na­ria en la que, de algún modo u otro, apa­rez­can los con­te­ni­dos bási­cos de una estra­te­gia nacio­nal que abar­que, como indi­ca Menry Fer­nán­dez, mode­los eco­nó­mi­cos, socia­les, polí­ti­cos, cul­tu­ra­les, geo­grá­fi­cos, ambien­ta­les y mili­ta­res46. Por la puer­ta de estos mode­los entra­mos a un espa­cio deci­si­vo para las doc­tri­nas polí­ti­co-mili­ta­res, socio­eco­nó­mi­cas, cul­tu­ra­les, etcé­te­ra, de todas las nacio­nes anti­im­pe­ria­lis­tas para luchar con­tra el capi­ta­lis­mo actual que depen­de cada vez más de la «indus­tria de la matan­za de hom­bres»47.

Dicha «indus­tria» ya era cru­cial en la mitad del siglo XIX, pero aho­ra es impres­cin­di­ble, es vital para el impe­ria­lis­mo, como se apre­cia con la gue­rra injus­ta con­tra Rusia del régi­men ucro­na­zi sos­te­ni­do por la OTAN que es abier­ta­men­te un «nego­cio»48. O tam­bién: «Para el capi­ta­lis­mo, la gue­rra no es más que la con­ti­nua­ción del mer­ca­do por otros medios»49. Las doc­tri­nas polí­ti­co-mili­ta­res anti­im­pe­ria­lis­tas, como la boli­va­ria­na, saben que des­de aho­ra y para lo que se ave­ci­na, la inde­pen­den­cia nacio­nal y el inter­na­cio­na­lis­mo solo pue­den ampliar­se si se apli­ca la «Defen­sa Inte­gral»50. Más concretamente:

La con­cep­ción estra­té­gi­ca de la Gue­rra Popu­lar Pro­lon­ga­da devie­ne de la con­cep­ción estra­té­gi­ca de la Defen­sa Inte­gral y abar­ca todos los cam­pos del poder nacio­nal, por­que la gue­rra moder­na es un fenó­meno glo­bal que envuel­ve a todos los sec­to­res de la Nación. Es de mayor jerar­quía que la Doc­tri­na Mili­tar Boli­va­ria­na, por­que esta repre­sen­ta solo un ámbi­to par­ti­cu­lar51.

La ela­bo­ra­ción de esta doc­tri­na, a par­tir de las ideas de Bolí­var, ha sido impul­sa­da tam­bién por la nece­si­dad de Vene­zue­la y de toda Nues­tra­mé­ri­ca de resis­tir pri­me­ro y lue­go ven­cer al impe­ria­lis­mo allí don­de era posi­ble. Chris­tian Arias Baro­na, en un artícu­lo bri­llan­te, des­cri­be el avan­ce del peor capi­ta­lis­mo repri­mien­do a los pue­blos rebel­des con pla­nes de con­tra­in­sur­gen­cia, con el mili­ta­ris­mo ase­sino: «La huma­ni­dad y la tie­rra, que en modo más abs­trac­to pode­mos lla­mar el tra­ba­jo y los bie­nes comu­nes, están en la mira del sis­te­ma-mun­do capi­ta­lis­ta ante una fase de agu­di­za­ción de la super­ex­plo­ta­ción»52.

La explo­ta­ción sal­va­je del tra­ba­jo y de los bie­nes comu­na­les exi­ge de un Esta­do fuer­te, mili­ta­ri­za­do e impla­ca­ble cuan­do la bur­gue­sía lo nece­si­te: «Un Esta­do cor­po­ra­ti­vo de la bur­gue­sía mono­pó­li­ca y las Fuer­zas Arma­das»53 tal como lo defi­nió R.M. Mari­ni. La his­to­ria mili­tar mues­tra que un pue­blo des­ar­ma­do está inde­fen­so, y tam­bién mues­tra que la depen­den­cia mili­tar con­lle­va depen­den­cia nacio­nal. Todas las gran­des poten­cias han bus­ca­do siem­pre des­ar­mar a los pue­blos o, al menos, man­te­ner­los en la depen­den­cia en lo rela­ti­vo a su arma­men­to: «La depen­den­cia tec­no­ló­gi­ca y téc­ni­ca mili­tar pue­de ser con­si­de­ra­da como una herra­mien­ta de domi­na­ción»54.

Lle­ga­dos a este pun­to y antes de fina­li­zar con el deba­te sobre las tesis, debe­mos vol­ver de nue­vo la mira­da a la his­to­ria mili­tar, a las leyes de la gue­rra para apre­ciar la pro­fun­da razón obje­ti­va de la doc­tri­na boli­va­ria­na de la «nación en armas» que prac­ti­ca la «defen­sa inte­gral» y la «gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da». N. Sekun­da escri­be algo siem­pre deci­si­vo apren­di­do de su rigu­ro­sa inves­ti­ga­ción sobre el ejér­ci­to persa:

La mayo­ría de las nacio­nes del impe­rio hacía tiem­po que habían deja­do de pro­por­cio­nar ins­truc­ción mili­tar a sus jóve­nes, de acuer­do con la polí­ti­ca per­sa. Tras la con­quis­ta de Lidia, por ejem­plo, se anu­ló cual­quier tipo de ins­truc­ción mili­tar, y en muy poco tiem­po los lidios per­die­ron todo espí­ri­tu de revuel­ta. Inclu­so en el caso de que­rer resis­tir al impe­rio no hubie­ran sabi­do cómo hacer­lo. Así pues, la mayo­ría de los mer­ce­na­rios ten­dían a reclu­tar­se de nacio­nes que toda­vía per­ma­ne­cían «libres». En la anti­güe­dad esta pala­bra se podía usar casi como sinó­ni­mo de cual­quier socie­dad que pro­por­cio­na­ra algu­na for­ma de ins­truc­ción mili­tar orga­ni­za­da a su juven­tud55.

La Vene­zue­la boli­va­ria­na es libre por­que está arma­da, no tie­ne depen­den­cia mili­tar, tie­ne uni­dad cívi­co-mili­tar y edu­ca a su pue­blo en la gue­rra popu­lar pro­lon­ga­da, la úni­ca doc­tri­na que ame­dren­ta y asus­ta al impe­ria­lis­mo, por aho­ra ya que, vol­vien­do al prin­ci­pio, el Pen­tá­gono estu­dia sus pun­tos fla­cos median­te El mar­co de con­di­cio­nes explo­ta­bles. Estra­te­gias de inves­ti­ga­ción y aná­li­sis socio­cul­tu­ral, para abrir bre­cha por ellos. La liber­tad exi­ge vigi­lan­cia y lucha permanentes.

Tesis para el debate

  1. La casi tota­li­dad de la izquier­da occi­den­tal ha sido derro­ta­da teó­ri­ca, polí­ti­ca y éti­ca­men­te en la cru­cial visión de la uni­dad entre gue­rra y polí­ti­ca, uni­dad que se diver­si­fi­ca con varia­das inten­si­da­des y exten­sio­nes en todas y cada una de las for­mas de lucha de cla­ses. Pero esa derro­ta no se ha dado o se ha dado en mucha menor medi­da en otros con­ti­nen­tes, en aque­llos en los que el mul­ti­fa­cé­ti­co refor­mis­mo no ha podi­do rea­li­zar su doble tarea: una, con­ven­cer al capi­tal de la nece­si­dad de refor­mas super­fi­cia­les que disi­mu­la­sen la explo­ta­ción asa­la­ria­da; y otra, divi­dir y debi­li­tar a la izquier­da revo­lu­cio­na­ria, faci­li­tan­do así la repre­sión de la izquier­da irre­duc­ti­ble y la per­vi­ven­cia del capitalismo.

  2. Las razo­nes del fra­ca­so abso­lu­to o rela­ti­vo del blo­que refor­mis­ta en su tota­li­dad o en sus expre­sio­nes más fuer­tes han de ser ana­li­za­das en cada situa­ción con­cre­ta pero hay una espe­cie de cons­tan­te más o menos visi­ble que les reco­rre: tan­to la resis­ten­cia popu­lar como la debi­li­dad de la bur­gue­sía en esos con­tex­tos impi­die­ron que se asen­ta­sen sóli­da­men­te sis­te­mas de coop­ta­ción, inte­gra­ción y divi­sión efi­ca­ces, que­dan­do casi siem­pre la bru­ta­li­dad repre­si­va como el úni­co o más efec­ti­vo méto­do de super­vi­ven­cia del capi­ta­lis­mo. La repre­sión es legi­ti­ma­da por sec­tas reli­gio­sas reac­cio­na­rias, ade­más de por la indus­tria cul­tu­ral impe­ria­lis­ta y otros medios cono­ci­dos reade­cua­dos perió­di­ca­men­te a las nece­si­da­des explotadoras.

  3. Lo polí­ti­co-mili­tar, y en sí la «gue­rra» en gene­ral, es un com­po­nen­te inelu­di­ble en la pra­xis mar­xis­ta que se sos­tie­ne en la obje­ti­vi­dad de la dia­léc­ti­ca de la uni­dad y lucha de con­tra­rios. Si se le ampu­ta esto, el mar­xis­mo es des­trui­do en su esen­cia, deján­do­lo en vul­gar refor­mis­mo paci­fis­ta, elec­to­ra­lis­ta, que acep­ta incon­di­cio­nal­men­te el hori­zon­te de tole­ran­cia del capi­tal. Por el con­tra­rio, la defi­ni­ción del Esta­do bur­gués como la for­ma polí­ti­co-mili­tar del capi­tal se basa, ade­más de en la expe­rien­cia his­tó­ri­ca, tam­bién en la coti­dia­ni­dad de todas las for­mas de lucha de cla­ses y de libe­ra­ción nacio­nal, así como en el con­te­ni­do vio­len­to de todas las medi­das bur­gue­sas para inten­tar recu­pe­rar la tasa media de ganan­cia. Cada vez más direc­ta y públi­ca­men­te, el Esta­do es la garan­tía últi­ma del capi­tal para sobre­vi­vir. Des­truir ese Esta­do es, así, deci­si­vo para la liber­tar huma­na median­te la extin­ción de todo Estado.

  4. Las leyes de la gue­rra social, de la lucha de cla­ses, como encua­dre obje­ti­vo de las gue­rras con­ven­cio­na­les, impo­nen a la izquier­da revo­lu­cio­na­ria obli­ga­cio­nes inelu­di­bles cuyo incum­pli­mien­to aca­rrea la derro­ta, ace­le­ra­da por la ado­ra­ción irra­cio­nal y con­tra toda evi­den­cia del feti­che par­la­men­ta­ris­ta y paci­fis­ta. La lucha de cla­ses y de libe­ra­ción nacio­nal exis­ten al mar­gen y en con­tra de fan­ta­sías refor­mis­tas por­que la explo­ta­ción es una reali­dad obje­ti­va que nin­gu­na sub­je­ti­vi­dad deli­ran­te pue­de ocul­tar por mucho tiem­po. De la mis­ma for­ma que un dedo no tapa ni el sol ni la luna, el fana­tis­mo fas­cis­ta no pue­de negar la obje­ti­vi­dad de la ley gene­ral de la acu­mu­la­ción del capi­tal y de la ley ten­den­cial de caí­da de la tasa de ganancia.

  5. La sub­je­ti­vi­dad es par­te de las con­tra­dic­cio­nes obje­ti­vas que hacen esta­llar cri­sis y gue­rras. La sub­je­ti­vi­dad revo­lu­cio­na­ria orga­ni­za­da como fuer­za polí­ti­co-mili­tar mate­rial pue­de hacer que esas gue­rras y cri­sis se vuel­van con­tra el capi­tal impul­san­do la liber­tad. Bolí­var, como toda per­so­na revo­lu­cio­na­ria, era muy cons­cien­te del poten­cial libe­ra­dor de la con­cien­cia en esos momen­tos deci­si­vos y por ello insis­tía en la edu­ca­ción his­tó­ri­ca, éti­co-moral y polí­ti­ca del pue­blo para que actua­se deci­so­ria­men­te antes, duran­te y des­pués de esas gue­rras y crisis.

  6. La exiz­quier­da occi­den­tal des­pre­cia estas lec­cio­nes y loa ese engru­do insí­pi­do que es la ideo­lo­gía bur­gue­sa. Derro­tar al refor­mis­mo es una exi­gen­cia sin la cual no hay liber­tad con­cre­ta, pue­de haber una fic­ción de liber­tad abs­trac­ta en una exis­ten­cia míse­ra, nada más, pero bajo las pre­sio­nes de una esqui­zo­fre­nia social galo­pan­te. La derro­ta del refor­mis­mo sola­men­te es posi­ble en las luchas con­cre­tas, median­te su cre­cien­te coor­di­na­ción e inte­gra­ción en una pra­xis eman­ci­pa­to­ria superior.

  7. Se ha de ser cons­cien­te de que cada uno de los avan­ces espe­cí­fi­cos en esa pra­xis, sufre más tem­prano que tar­de dosis repre­si­vas siem­pre un poco más duras que lo que corres­pon­de­ría según el mito de la jus­ti­cia bur­gue­sa. Toda coer­ción siem­pre es más dura que el peli­gro real que esa lucha popu­lar repri­mi­da con­tie­ne para la bur­gue­sía: esto tam­bién es una ley de la gue­rra injus­ta. Y el terror fas­cis­ta des­en­ca­de­na­do con­tra la revo­lu­ción siem­pre es cua­li­ta­ti­va e incon­men­su­ra­ble­men­te supe­rior a la jus­ta vio­len­cia defen­si­va ejer­ci­da por la nación tra­ba­ja­do­ra en armas: esta tam­bién es una ley de la gue­rra reaccionaria.

  8. La doc­tri­na polí­ti­co-mili­tar es adap­ta­ble a la lucha de cla­ses en Esta­dos impe­ria­lis­tas o sumi­sos al impe­ria­lis­mo. Hay que pre­pa­rar sis­te­má­ti­ca­men­te los obje­ti­vos, fines y medios del comu­nis­mo. La dia­léc­ti­ca entre par­ti­do, inde­pen­den­cia de cla­se y espa­cios de con­tra­po­der es impres­cin­di­ble, orien­ta­da hacia la exten­sión y defen­sa a ultran­za de esos con­tra­po­de­res con­quis­ta­dos. La «cues­tión del poder» debe diri­gir todas las luchas por meno­res que sean y debe bus­car tan­to la neu­tra­li­za­ción y diso­lu­ción de las fuer­zas repre­si­vas ofi­cia­les y pri­va­das, como el tra­ba­jo mili­tan­te en el inte­rior del ejér­ci­to con­ven­cio­nal, cuan­do fue­ra posible.

  9. En las nacio­nes tra­ba­ja­do­ras opri­mi­das esto requie­re un deba­te más pre­ci­so por­que todo, abso­lu­ta­men­te todo el apa­ra­to mate­rial y sim­bó­li­co, «demo­crá­ti­co» o abier­ta­men­te dic­ta­to­rial, que sus­ten­ta el impe­ria­lis­mo está en fun­ción de des­na­cio­na­li­zar al pue­blo opri­mi­do. Bajo la explo­ta­ción, opre­sión y domi­na­ción nacio­nal de cla­se, no pue­de exis­tir ni exis­te ins­tan­cia polí­ti­ca algu­na que sea míni­ma­men­te neu­tral: todas son pro impe­ria­lis­tas, y las deci­si­vas lle­gan a ser­lo bru­tal­men­te. Esta reali­dad lo con­di­cio­na todo.

  10. Recor­de­mos a Maquia­ve­lo: «Los sui­zos son muy libres por­que dis­po­nen de armas pro­pias». Armas mora­les y mate­ria­les para que­bran­tar o asus­tar, según otra tra­duc­ción de esta sabia adver­ten­cia de Marx, a la bur­gue­sía pro­pia y al impe­ria­lis­mo, aña­di­mos nosotros.

Iña­ki Gil de San Vicente

Eus­kal Herria, 21 de agos­to de 2023

  1. Tucí­di­des: La gue­rra del Pelo­po­ne­so, siglo ‑V.
  2. Vege­cio: Epi­to­ma rei mili­ta­ris, siglo IV.
  3. N. Maquia­ve­lo: El prín­ci­pe, 1531.
  4. K. Marx: Car­ta a Dome­la Nieu­wenhuys, 22 de febre­ro de 1881.
  5. Tao Hanzhang: El Arte de la Gue­rra de Sun Tzu. Una inter­pre­ta­ción chi­na moder­na, Dis­tal, Bue­nos Aires, 1997, pp. 83 – 85.
  6. Tao Hanzhang: Idib., p. 89.
  7. Pepe Rodrí­guez: Dios nació mujer, Sine­qua­non, Bar­ce­lo­na 1999, p. 293.
  8. Ron­do Came­ron: His­to­ria eco­nó­mi­ca mun­dial, Alian­za Uni­ver­sal Madrid 1995, pp. 53 – 54.
  9. J. Guilaine‑J. Zam­mit: El camino de la gue­rra, Ariel, Bar­ce­lo­na 2002, pp. 54 – 60.
  10. Fer­nan­do Que­sa­da Sanz: «La muer­te de Car­ta­go. La gue­rra más sal­va­je», Des­per­ta Ferro. ¡Car­ta­go debe ser des­trui­da!, Madrid, Anti­gua y Medie­val, nº 31, sep­tiem­bre-octu­bre 2015, pp. 46 – 50.
  11. Abel Rebo­llo: «Una his­to­ria de rebe­lión y dilu­vio», Días rebel­des, Octae­dro, Bar­ce­lo­na 2009, pp. 10 – 12.
  12. N.M. Las­ter-Loucks y B. A. Oko­no­fua: «El mar­co de con­di­cio­nes explo­ta­bles. Estra­te­gias de inves­ti­ga­ción y aná­li­sis socio­cul­tu­ral», julio-agos­to 2023, Mili­tary Review (https://​www​.arm​yu​press​.army​.mil/​J​o​u​r​n​a​l​s​/​M​i​l​i​t​a​r​y​-​R​e​v​i​e​w​/​E​n​g​l​i​s​h​-​E​d​i​t​i​o​n​-​A​r​c​h​i​v​e​s​/​J​u​l​y​-​A​u​g​u​s​t​-​2​0​2​3​/​E​x​p​l​o​i​t​a​b​l​e​-​C​o​n​d​i​t​i​o​n​s​-​F​r​a​m​e​w​o​rk/).
  13. F. Neu­mann: «Ansie­dad y polí­ti­ca», Mie­do y socie­dad, Edi­to­rial Escue­la, Argen­ti­na, 1976, pp. 43 – 78.
  14. Paul A. Robin­son: La izquier­da freu­dia­na, Grá­ni­ca Edi­tor, Argen­ti­na, Bue­nos Aires 1971, p. 140.
  15. Paul A. Robin­son: Ven­cer en la gue­rra cog­ni­ti­va, 3 de mar­zo de 2023, a dis­po­si­ción en la red.
  16. Vijay Prashad: Hay sufi­cien­tes recur­sos en el mun­do para satis­fa­cer las nece­si­da­des de la huma­ni­dad, pero no los sufi­cien­tes para satis­fa­cer la codi­cia capi­ta­lis­ta, 3 de agos­to de 2023 (https://​the​tri​con​ti​nen​tal​.org/​e​s​/​n​e​w​s​l​e​t​t​e​r​i​s​s​u​e​/​n​u​e​v​a​-​a​g​e​n​d​a​-​p​a​z​-​o​nu/).
  17. Rómu­lo Par­do Sil­va: Se pre­pa­ra un futu­ro de gue­rras lar­gas, 27 de junio de 2023 (https://​rebe​lion​.org/​s​e​-​p​r​e​p​a​r​a​-​u​n​-​f​u​t​u​r​o​-​d​e​-​g​u​e​r​r​a​s​-​l​a​r​g​as/).
  18. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Gue­rra Popu­lar de Resis­ten­cia, CESCI, 3ª edi­ción amplia­da y corre­gi­da, Cara­cas, noviem­bre de 2019, p. 208.
  19. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Ibid., pp. 37 – 67.
  20. Ana­to­li Shul­govs­ki: «Cáte­dra boli­va­ria­na. El pro­yec­to polí­ti­co del Liber­ta­dor», Bolí­var vis­to por mar­xis­tas, Fon­do Edi­to­rial «Car­los Apon­te», Cara­cas 2006, pp. 34 – 162.
  21. A. Neu­berg (pseu): La insu­rrec­ción arma­da, Fon­ta­ma­ra, Bar­ce­lo­na 1978, pp. 267 – 285. [Publi­ca­do en Euro­pa por Boltxe libu­ruak, Bil­bo 2013.]
  22. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Gue­rra Popu­lar de Resis­ten­cia, op. cit., p. 45.
  23. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Bolí­var y Clau­se­witz. Vidas para­le­las en la polí­ti­ca y en la gue­rra (1812−1813), Mon­te Ávi­la, Cara­cas 2021, pp. 36 – 38.
  24. F. Engels: Temas mili­ta­res, Edit. Car­ta­go, Bue­nos Aires 1974, pp. 252 y ss.
  25. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Gue­rra Popu­lar de Resis­ten­cia, op. cit., p. 67.
  26. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Ibid., p. 76.
  27. Karl von Clau­se­witz: De la gue­rra, Edi­cio­nes Ejér­ci­to, Madrid 1980, pp. 162 y ss.
  28. Karl von Clau­se­witz: Ibid., p. 204.
  29. Karl von Clau­se­witz: Ibid., p. 26.
  30. Karl von Clau­se­witz: Ibid., pp. 715 y ss.
  31. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Bolí­var y Clau­se­witz. Vidas para­le­las en la polí­ti­ca y en la gue­rra (1812−1813), op. cit., p. 16.
  32. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Ibid., pp. 21 – 26.
  33. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Ibid., p. 56.
  34. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Ibid., pp. 74 y ss.
  35. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Ibid., pp. 81 y ss.
  36. Yván Sal­ce­do Uzcá­te­gui: Ibid., p. 110.
  37. K. Marx y F. Engels: Cir­cu­lar al Comi­té Cen­tral de la Liga Comu­nis­ta, mar­zo de 1850 (https://www.marxists.org/espanol/m‑e/1850s/50_circ.htm).
  38. V.I. Lenin: Decla­ra­ción de los dere­chos del pue­blo tra­ba­ja­dor y explo­ta­do, enero de 1918 (https://​www​.mar​xists​.org/​e​s​p​a​n​o​l​/​l​e​n​i​n​/​o​b​r​a​s​/​1​9​1​8​/​e​n​e​r​o​/​0​3​.​htm).
  39. V.I. Lenin: El socia­lis­mo y la gue­rra, julio-agos­to de 1915 (https://​www​.mar​xists​.org/​e​s​p​a​n​o​l​/​l​e​n​i​n​/​o​b​r​a​s​/​1​9​1​0​s​/​1​9​1​5​s​o​g​u​.​htm).
  40. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Gue­rra Popu­lar de Resis­ten­cia, op. cit., p. 122.
  41. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Ibid., p. 123.
  42. Gene­ral Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Ibid., p. 190.
  43. A, Neu­berg (pseu): La insu­rrec­ción arma­da, op. cit., pp. 147 – 170.
  44. J. Dimi­trov: Acer­ca de las medi­das de lucha con­tra el fas­cis­mo y los sin­di­ca­tos ama­ri­llos (https://​www​.mar​xists​.org/​e​s​p​a​n​o​l​/​d​i​m​i​t​r​o​v​/​1​9​2​8​.​htm).
  45. MPR21: Mer­ce­na­rios: pun­ta de lan­za de las gue­rras impe­ria­lis­tas, 13 de abril de 2023 (https://​mpr21​.info/​m​e​r​c​e​n​a​r​i​o​s​-​p​u​n​t​a​-​d​e​-​l​a​n​z​a​-​d​e​-​l​a​s​-​g​u​e​r​r​a​s​-​i​m​p​e​r​i​a​l​i​s​t​as/).
  46. Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Pen­sa­mien­to estra­té­gi­co del Coman­dan­te Supre­mo Hugo Chá­vez Frías, CESDI, Cara­cas 2023, pp. 93 – 95.
  47. K. Marx: «Car­ta a Engels, 7 de julio de 1866», Car­tas sobre El Capi­tal, Edi­cio­nes Bol­si­llo, Bar­ce­lo­na 1974, p. 119.
  48. ECF: La gue­rra es un nego­cio, 19 de agos­to de 2023 (https://​www​.lahai​ne​.org/​m​m​_​s​s​_​m​u​n​d​o​.​p​h​p​/​l​a​-​g​u​e​r​r​a​-​e​s​-​u​n​-​n​e​g​o​cio).
  49. Gabriel Kol­ko: El siglo de las gue­rras, Pai­dós, Bar­ce­lo­na 2005, p. 343.
  50. Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Pen­sa­mien­to estra­té­gi­co del Coman­dan­te Supre­mo Hugo Chá­vez Frías, op. cit., pp. 128 y ss.
  51. Menry Fer­nán­dez Perei­ra: Ibid., pp. 137 y ss.
  52. Chris­tian Arias Baro­na: «Depen­den­cia, mili­ta­ris­mo y con­tra-insur­gen­cia: rela­cio­nes de domi­na­ción y acu­mu­la­ción de capi­tal en Amé­ri­ca Lati­na», Teo­ría del Impe­ria­lis­mo y de la Depen­den­cia, Nés­tor Kohan (com­pi­la­dor), Edit. Trin­che­ra, Cara­cas 2023, p. 405.
  53. Chris­tian Arias Baro­na: Ibid., p. 411.
  54. Chris­tian Arias Baro­na: Ibid., p. 414.
  55. Nick Sekun­da: El ejér­ci­to per­sa 560 – 330 a.C., Edic. del Pra­do, Ejér­ci­tos y Bata­llas, nº 38, 1994, p. 23.

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