«Quie­ren chi­vos expia­to­rios»: Jus­ti­cia rápi­da como res­pues­ta a la revuel­ta de los últi­mos días en el Esta­do francés

En toda Fran­cia, perio­dis­tas y obser­va­do­res de los dere­chos huma­nos cons­ta­tan la seve­ri­dad de las con­de­nas pro­nun­cia­das tras las revuel­tas en los barrios popu­la­res. A veces prác­ti­ca­men­te sin expediente.

Una res­pues­ta judi­cial «rápi­da, fir­me y sis­te­má­ti­ca». Con estas pala­bras, el minis­tro de Jus­ti­cia, Éric Dupond-Moret­ti, ha pedi­do a la Fis­ca­lía, a tra­vés de una cir­cu­lar minis­te­rial, que actúe con rapi­dez y fir­me­za res­pec­to a las per­so­nas dete­ni­das duran­te la sema­na de dis­tur­bios que sacu­dió el país tras la muer­te de Nahel, aba­ti­do por la poli­cía. Y las pri­me­ras reac­cio­nes sobre el terreno pare­cen cla­ras. Se ha enten­di­do lo que que­ría el minis­tro: alto y cla­ro. En todas par­tes, en la pren­sa y en las redes socia­les, se infor­ma de com­pa­re­cen­cias inme­dia­tas. A menu­do se dic­tan duras con­de­nas rápi­da­men­te. Es el prin­ci­pio mis­mo de las com­pa­re­cen­cias inme­dia­tas, de los pro­ce­di­mien­tos ace­le­ra­dos y de las sen­ten­cias rápi­das, casi de cade­na de mon­ta­je. «Esta­mos en una situa­ción muy espe­cial, con una cri­sis social impor­tan­te. El ries­go de estas com­pa­re­cen­cias inme­dia­tas es que juz­ga­mos sobre la mar­cha, con la sen­sa­ción gene­ral de que lo que esta­mos vien­do es repug­nan­te y que hay que cas­ti­gar dura­men­te», expli­ca Morad Falek, abo­ga­do del Cole­gio de París.

Y eso es lo espe­cial de estas com­pa­re­cen­cias inme­dia­tas: el «con­tex­to» pesa ine­quí­vo­ca­men­te en las con­de­nas. Todos los abo­ga­dos defen­so­res han cri­ti­ca­do este fac­tor: «Pare­ce que se ha olvi­da­do la ley. Es el caos del exte­rior que ha lle­ga­do a la sala», dijo Fabien Ara­ke­lian, uno de los abo­ga­dos defen­so­res. «Que­re­mos res­pues­tas rápi­das en una situa­ción excep­cio­nal», afir­ma Morad Falek. Pero «no corres­pon­de a los tri­bu­na­les sofo­car una revuel­ta», seña­la el Syn­di­cat de la magis­tra­tu­re1 en un comu­ni­ca­do publi­ca­do hoy. «Nos esta­mos olvi­dan­do de lo más impor­tan­te: tene­mos un chi­co de 17 años que ha muer­to, y ten­go la impre­sión de que todo el mun­do se olvi­da de él. Ese es el ver­da­de­ro escán­da­lo», con­clu­yó el abo­ga­do antes de vol­ver a la sala. Las sen­ten­cias pre­ten­den ser inusual­men­te fir­mes, «para dar ejemplo».

«Los jue­ces, y sobre todo los fis­ca­les, están apli­can­do al pie de la letra la cir­cu­lar de Éric Dupond-Moret­ti, que pre­vé la pre­sen­ta­ción en masa ante la jus­ti­cia, inde­pen­dien­te­men­te de los car­gos», expli­ca Coli­ne Boui­llon, abo­ga­da del cole­gio de Val-de-Mar­ne, que reco­rre toda la región pari­si­na para defen­der a los acu­sa­dos. Una situa­ción excep­cio­nal exi­ge una res­pues­ta excep­cio­nal. «En Nan­te­rre, por ejem­plo, tuvi­mos audien­cias suple­men­ta­rias el sába­do y el domin­go, días en que el tri­bu­nal sue­le estar cerra­do. Así que es mucho tra­ba­jo para todos», dice Morad Falek. A pesar de ello, los abo­ga­dos defen­so­res pre­fie­ren no negar­se a una com­pa­re­cen­cia inme­dia­ta, por mie­do a ver a su clien­te en pri­sión pre­ven­ti­va antes de la fecha de la vis­ta. No es nece­sa­ria­men­te la nor­ma. Coli­ne Boui­llon, que tam­bién defien­de a muchas per­so­nas dete­ni­das duran­te las mani­fes­ta­cio­nes, expli­ca: «Se tra­ta cla­ra­men­te de una jus­ti­cia de cla­se. Por los mis­mos deli­tos, per­so­nas blan­cas con el mis­mo per­fil judi­cial, de cla­se media, que se nega­ran a com­pa­re­cer inme­dia­ta­men­te ante el tri­bu­nal, serían pues­tas bajo vigi­lan­cia judi­cial. En el caso de las per­so­nas racia­li­za­das, si se nie­gan a com­pa­re­cer inme­dia­ta­men­te, se les pone inme­dia­ta­men­te en pri­sión pre­ven­ti­va. Está cla­ro que hay un doble rasero».

Por ejem­plo, en los tri­bu­na­les de Mar­se­lla, Rafik Chek­kat, abo­ga­do, explica:

  • Estoy asis­tien­do a las audien­cias de com­pa­re­cen­cia inme­dia­ta de las per­so­nas dete­ni­das en Mar­se­lla en los últi­mos días. La jus­ti­cia es rápi­da. Ape­nas 15 minu­tos para repa­sar los hechos, los ante­ce­den­tes y el con­tex­to gene­ral. Las penas impues­tas son severas.

  • Esa mis­ma tar­de, tres jóve­nes, acu­sa­dos de lan­zar cóc­te­les molo­tov con­tra una comi­sa­ría, se encuen­tran en el ban­qui­llo de los acu­sa­dos a pesar de que sus tres actas de deten­ción no están fecha­das ni fir­ma­das. Inclu­so el fis­cal lo reco­no­ce. Jus­ti­fi­có su deci­sión dicien­do: «Pro­ba­ble­men­te estos expe­dien­tes se redac­ta­ron dema­sia­do depri­sa». Los jue­ces orde­nan su inme­dia­ta pues­ta en liber­tad. La sala aplau­de. El pre­si­den­te del tri­bu­nal se enfa­da: «El sába­do oímos “jus­ti­cia de mier­da” y todo eso… Les advier­to que a al pri­me­ra mani­fes­ta­ción de ese tipo, el res­to de las audien­cias ten­drán lugar a puer­ta cerrada».

  • 3 hom­bres (de 21, 34 y 39 años) fue­ron juz­ga­dos por irrum­pir en la tien­da Mono­prix. En el caso de 2 de los hom­bres, los deli­tos se reca­li­fi­ca­ron como ten­ta­ti­va de robo (no tenían ali­men­tos en su poder). Fue­ron con­de­na­dos a 10 meses de pri­sión. El 3er hom­bre fue con­de­na­do a 1 año. El Pre­si­den­te orde­nó que per­ma­ne­cie­ran bajo cus­to­dia. No hubo tes­ti­gos ni vídeos. Solo el infor­me de la deten­ción. No hubo tes­ti­gos ni vídeos, el infor­me poli­cial de la deten­ción pre­va­le­ce. Los tres hom­bres no se cono­cen. Fue­ron juz­ga­dos jun­tos solo por­que fue­ron dete­ni­dos al mis­mo tiem­po. La con­de­na con­lle­va 3 años de prohi­bi­ción de entra­da en Francia.

  • 2 hom­bres (de 25 y 28 años) dete­ni­dos jun­tos mien­tras con­du­cían un scoo­ter. El con­duc­tor afir­ma haber sido gasea­do por la poli­cía y haber per­di­do el con­trol del scoo­ter. Se des­cu­brió que lle­va­ban que­so de Mono­pris, un par de gafas y resi­na de can­na­bis. El con­duc­tor fue decla­ra­do cul­pa­ble de resis­ten­cia a la auto­ri­dad (que él nie­ga) y de mani­pu­la­ción de obje­tos roba­dos (que­so y gafas). Fue con­de­na­do a un año de pri­sión por resis­ten­cia a la auto­ri­dad, 6 meses de pri­sión por mani­pu­la­ción de bie­nes roba­dos y 3 meses de prohi­bi­ción de con­du­cir. El 2º hom­bre fue con­de­na­do a 8 meses sin entrar en la cárcel.

  • Se dic­ta­ron las pri­me­ras con­de­nas: 4 meses de cár­cel para una joven de 19 años que entró a la tien­da Sni­pes sin haber­se lle­va­do nada; 1 año de cár­cel por robo en el Mono­prix; 10 meses de cár­cel para un estu­dian­te malien­se de un más­ter en Aix por robar dos pan­ta­lo­nes en Hugo Boss.

  • El fis­cal hizo peti­cio­nes muy gene­ra­les. En cada caso, pidió una pena de pri­sión «para dar ejem­plo». Pero los hechos juz­ga­dos no eran ejem­pla­res sino terri­ble­men­te comu­nes (un pan­ta­lón, unas gafas, etc.). Nin­guno de los acu­sa­dos tenía ante­ce­den­tes penales.

  • Un hom­bre de 58 años está sien­do juz­ga­do y decla­ra­do cul­pa­ble por tener obje­tos roba­dos por haber reco­gi­do obje­tos del sue­lo horas des­pués del saqueo. Los abo­ga­dos de las par­tes civi­les (Métro­po­le y mar­cas de lujo como Hugo Boss) son muy duros. Ale­gan pre­jui­cios mora­les, lo que pare­ce bas­tan­te sospechoso.

Hay otra ten­den­cia inquie­tan­te. En este des­fi­le de acu­sa­dos, varios están mar­ca­dos por la vio­len­cia físi­ca: todos son jóve­nes negros y ára­bes. J., por ejem­plo –que man­tu­vo su ino­cen­cia– dijo que cuan­do la poli­cía lo atra­pó, «me die­ron una pali­za». Duran­te su com­pa­re­cen­cia ante la OPJ (poli­cía judi­cial), pidió varias veces, sin éxi­to, que le lle­va­ran al hospital.

Poco des­pués, A. apa­re­ció en el estra­do con la cara hin­cha­da. Su abo­ga­do decla­ró que, duran­te su deten­ción, «fue gra­ve­men­te heri­do. Tenía la cara ensan­gren­ta­da». Un cer­ti­fi­ca­do médi­co adjun­to al expe­dien­te seña­la­ba trau­ma­tis­mo maxi­lo­fa­cial. Un segun­do abo­ga­do con­fir­mó: «la cara del hom­bre esta­ba hin­cha­da y ni siquie­ra podía ver por el ojo izquier­do». La vio­len­cia se habría pro­du­ci­do duran­te el trans­por­te, pero tam­bién en la comi­sa­ría de Saint-Denis. El hom­bre ha pre­sen­ta­do una denun­cia ante el fis­cal. «Esta­ba espo­sa­do y no se rebe­ló en abso­lu­to», man­tie­ne el abo­ga­do. Los car­gos que se le impu­tan son par­ti­ci­pa­ción en un gru­po con vis­tas a come­ter actos vio­len­tos o daños, e insul­tos a un fun­cio­na­rio públi­co. Los dos abo­ga­dos soli­ci­tan infor­ma­ción adi­cio­nal sobre este caso. En con­cre­to, la incau­ta­ción de las gra­ba­cio­nes de video­vi­gi­lan­cia de la comi­sa­ría. Sin embar­go, el pre­si­den­te del tri­bu­nal no auto­ri­zó esta soli­ci­tud adi­cio­nal. Con­clu­yó: «La Ins­pec­ción Gene­ral de la Poli­cía Nacio­nal (IGPN) hará lo nece­sa­rio para obte­ner la infor­ma­ción que nece­si­ta para lle­var a cabo su inves­ti­ga­ción». A. fue pues­to bajo vigi­lan­cia judi­cial a la espe­ra de su audien­cia, que se apla­zó has­ta agosto.

«Tene­mos una mez­cla de gen­te: gen­te de estas urba­ni­za­cio­nes, gen­te de otros luga­res, gen­te que nun­ca ha teni­do pro­ble­mas con la poli­cía. Esto demues­tra que tene­mos un ver­da­de­ro enfa­do social que va más allá de los pro­ble­mas de los barrios des­fa­vo­re­ci­dos. ¿Meter a todo el mun­do entre rejas, en pro­ce­di­mien­tos expe­di­ti­vos, es real­men­te la solu­ción ade­cua­da? Una vez más, el gobierno, a tra­vés de su comu­ni­ca­ción y su volun­tad de gol­pear fuer­te, corre el ries­go de res­pon­der a esta cóle­ra social solo con repre­sión. Coli­ne Boui­llon con­clu­ye: «Tene­mos jóve­nes, con vivien­da y for­ma­ción, que son acu­sa­dos de deli­tos que en reali­dad no son muy gra­ves. Con un poco de inte­li­gen­cia, podría­mos encon­trar otras solu­cio­nes. Pero aquí solo hay ganas de apli­car las ins­truc­cio­nes del minis­tro. Les impor­tan un ble­do las situa­cio­nes indi­vi­dua­les. Y man­dan a todos a la cárcel».

Apar­te del hecho de que los pro­ce­di­mien­tos se han lle­va­do a cabo a veces de for­ma pre­ci­pi­ta­da y con esca­sas prue­bas mate­ria­les, esto plan­tea la cues­tión de la con­ve­nien­cia de encar­ce­lar a deter­mi­na­dos tipos de delin­cuen­tes. Muchas de las per­so­nas lle­va­das ante los tri­bu­na­les del país en los últi­mos días son jóve­nes, inte­gra­das en la socie­dad y sin ante­ce­den­tes pena­les. «De las 3.200 per­so­nas dete­ni­das, el 60% no tie­nen ante­ce­den­tes pena­les y no son cono­ci­das de la poli­cía», decla­ró el minis­tro del Inte­rior, Gérald Dar­ma­nin, en una visi­ta a Reims.

Cómo no dar la razón a Fáti­ma Ouas­sak, pre­si­den­ta de la aso­cia­ción Front de mères, que hace unos días dijo: «Des­de hace cua­ren­ta años, la res­pues­ta en los barrios no es otra que la segu­ri­dad: con­tro­les poli­cia­les, dro­nes, cáma­ras, etc. Hay un amu­ra­lla­mien­to de los barrios. Los barrios están sien­do amu­ra­lla­dos». Y el Esta­do fran­cés des­pués de la revuel­ta de los últi­mos días con­ti­núa con la mis­ma política.

Tex­to rea­li­za­do por Boltxe a par­tir de infor­ma­cio­nes reco­gi­das de dife­ren­tes fuentes.

  1. https://​www​.syn​di​cat​-magis​tra​tu​re​.fr/​n​o​t​r​e​-​a​c​t​i​o​n​/​j​u​s​t​i​c​e​-​p​e​n​a​l​e​/​2​6​0​9​-​c​e​-​n​-​e​s​t​-​p​a​s​-​a​-​l​a​-​j​u​s​t​i​c​e​-​d​-​e​t​e​i​n​d​r​e​-​u​n​e​-​r​e​v​o​l​t​e​.​h​tml

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *