Ocho con­tra­dic­cio­nes del «orden basa­do en reglas» imperialista.

Esta­mos entran­do en una fase cua­li­ta­ti­va­men­te nue­va de la his­to­ria mun­dial. En los años trans­cu­rri­dos des­de la Gran Cri­sis Finan­cie­ra de 2008 han sur­gi­do cam­bios glo­ba­les sig­ni­fi­ca­ti­vos. Esto se mani­fies­ta en una nue­va fase del impe­ria­lis­mo y en cam­bios en las par­ti­cu­la­ri­da­des de ocho contradicciones. 

  1. La con­tra­dic­ción entre un impe­ria­lis­mo mori­bun­do y un socia­lis­mo emer­gen­te y exi­to­so lide­ra­do por China. 

    Esta con­tra­dic­ción se ha inten­si­fi­ca­do debi­do al ascen­so pací­fi­co del socia­lis­mo con carac­te­rís­ti­cas chi­nas. Por pri­me­ra vez en 500 años, las poten­cias impe­ria­lis­tas atlán­ti­cas se enfren­tan a una gran poten­cia eco­nó­mi­ca no blan­ca que pue­de com­pe­tir con ellas. Esto que­dó cla­ro en 2013, cuan­do el PIB de Chi­na en pari­dad de poder adqui­si­ti­vo (PPA) superó al de Esta­dos Uni­dos. Chi­na lo logró en un perio­do mucho más cor­to que Occi­den­te, con una pobla­ción mucho mayor y sin colo­nias, escla­vi­za­ción de otros ni con­quis­tas mili­ta­res. Mien­tras Chi­na defien­de unas rela­cio­nes pací­fi­cas, Esta­dos Uni­dos se ha vuel­to cada vez más beli­co­so. Esta­dos Uni­dos ha lide­ra­do el cam­po impe­ria­lis­ta des­de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. Des­pués de Ange­la Mer­kel y con el adve­ni­mien­to de la ope­ra­ción mili­tar en Ucra­nia, EE. UU. subor­di­nó estra­té­gi­ca­men­te a sec­to­res domi­nan­tes de la bur­gue­sía euro­pea y japo­ne­sa. El resul­ta­do ha sido el debi­li­ta­mien­to de las con­tra­dic­cio­nes intra­im­pe­ria­lis­tas. Esta­dos Uni­dos pri­me­ro per­mi­tió y lue­go exi­gió que tan­to Japón (la ter­ce­ra mayor eco­no­mía del mun­do) como Ale­ma­nia (la cuar­ta mayor eco­no­mía) —dos poten­cias fas­cis­tas duran­te la Segun­da Gue­rra Mun­dial— aumen­ta­ran enor­me­men­te su gas­to mili­tar. El resul­ta­do ha sido el fin de la rela­ción eco­nó­mi­ca de Euro­pa con Rusia, daños para la eco­no­mía euro­pea y bene­fi­cios eco­nó­mi­cos y polí­ti­cos para EE. UU. A pesar de la capi­tu­la­ción de la mayor par­te de la éli­te polí­ti­ca euro­pea a la ple­na subor­di­na­ción esta­dou­ni­den­se, algu­nos gran­des sec­to­res del capi­tal ale­mán depen­den en gran medi­da del comer­cio con Chi­na, mucho más que de sus homó­lo­gos esta­dou­ni­den­ses. Sin embar­go, Esta­dos Uni­dos pre­sio­na aho­ra a Euro­pa para que dis­mi­nu­ya sus lazos con Chi­na. Y lo que es más impor­tan­te, Chi­na y el cam­po socia­lis­ta se enfren­tan aho­ra a una enti­dad aún más peli­gro­sa: la estruc­tu­ra con­so­li­da­da de la Tría­da (Esta­dos Uni­dos, Euro­pa y Japón). La cre­cien­te des­com­po­si­ción social inter­na de EE. UU. no debe ocul­tar la uni­dad casi abso­lu­ta de su éli­te polí­ti­ca en tér­mi­nos de polí­ti­ca exte­rior. Esta­mos sien­do tes­ti­gos de cómo la bur­gue­sía ante­po­ne sus intere­ses polí­ti­cos y mili­ta­res a sus intere­ses eco­nó­mi­cos a cor­to pla­zo. El cen­tro de la eco­no­mía mun­dial se está des­pla­zan­do: Rusia y el Sur Glo­bal (inclui­da Chi­na) repre­sen­tan aho­ra el 65% del PIB mun­dial (medi­do en PPA). Des­de 1950 has­ta la actua­li­dad, la cuo­ta de Esta­dos Uni­dos en el PIB mun­dial (en PPA) ha caí­do del 27% al 15%. El cre­ci­mien­to del PIB de EE. UU. tam­bién ha ido dis­mi­nu­yen­do duran­te más de cin­co déca­das y aho­ra se ha redu­ci­do a sólo alre­de­dor del 2% anual. No tie­ne gran­des mer­ca­dos nue­vos en los que expan­dir­se. Occi­den­te sufre una cri­sis gene­ra­li­za­da del capi­ta­lis­mo, así como las con­se­cuen­cias de la ten­den­cia a lar­go pla­zo a la reduc­ción de la tasa de ganancias. 
  2. La con­tra­dic­ción entre las cla­ses domi­nan­tes de la estre­cha fran­ja de paí­ses impe­ria­lis­tas del G7 y la éli­te polí­ti­ca y eco­nó­mi­ca de los paí­ses capi­ta­lis­tas del Sur Global. 

    Esta rela­ción ha expe­ri­men­ta­do un cam­bio impor­tan­te des­de la déca­da de 1990 y el apo­geo del poder uni­la­te­ral y la arro­gan­cia de Esta­dos Uni­dos. En la actua­li­dad, la alian­za entre el G7 y las éli­tes del Sur Glo­bal se res­que­bra­ja cada vez más. Mukesh Amba­ni y Gau­tam Ada­ni, los mayo­res mul­ti­mi­llo­na­rios de la India, nece­si­tan petró­leo y car­bón de Rusia. El gobierno de extre­ma dere­cha diri­gi­do por Modi repre­sen­ta a la bur­gue­sía mono­po­lis­ta de la India. Así, el minis­tro de Rela­cio­nes Exte­rio­res indio hace aho­ra decla­ra­cio­nes oca­sio­na­les con­tra la hege­mo­nía esta­dou­ni­den­se en finan­zas, san­cio­nes y otras áreas. Occi­den­te no tie­ne la capa­ci­dad eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca para pro­por­cio­nar siem­pre lo que nece­si­tan las éli­tes del poder en India, Ara­bia Sau­di­ta y Tur­quía. Esta con­tra­dic­ción, sin embar­go, no se ha agu­di­za­do has­ta el pun­to de que pue­da ser un pun­to focal de otras con­tra­dic­cio­nes, a dife­ren­cia de la con­tra­dic­ción entre la Chi­na socia­lis­ta y el blo­que del G7 lide­ra­do por Esta­dos Unidos. 
  3. La con­tra­dic­ción entre la amplia cla­se tra­ba­ja­do­ra urba­na y rural y sec­to­res de la baja peque­ña bur­gue­sía (cono­ci­dos colec­ti­va­men­te como cla­ses popu­la­res) del Sur Glo­bal ver­sus la éli­te impe­ria­lis­ta lide­ra­da por Esta­dos Unidos. 

    Esta con­tra­dic­ción se está agu­di­zan­do poco a poco. Occi­den­te tie­ne una gran ven­ta­ja de poder blan­do en el Sur Glo­bal entre todas las cla­ses. Sin embar­go, por pri­me­ra vez en déca­das, los jóve­nes afri­ca­nos han sali­do a apo­yar la expul­sión de las tro­pas fran­ce­sas en Malí y Bur­ki­na Faso, en Áfri­ca Occi­den­tal. Por pri­me­ra vez, las cla­ses popu­la­res de Colom­bia fue­ron capa­ces de ele­gir un nue­vo gobierno que recha­za­ba el esta­tus del país como pues­to de avan­za­da vasa­llo de las fuer­zas mili­ta­res y la inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­ses. Las muje­res de la cla­se tra­ba­ja­do­ra están al fren­te de muchas bata­llas crí­ti­cas tan­to de su cla­se como de la socie­dad en gene­ral. Las y los jóve­nes se levan­tan con­tra los crí­me­nes medioam­bien­ta­les del capi­ta­lis­mo. Un núme­ro cada vez mayor de la cla­se tra­ba­ja­do­ra iden­ti­fi­ca sus luchas por la paz, el desa­rro­llo y la jus­ti­cia como explí­ci­ta­men­te anti­im­pe­ria­lis­tas. Aho­ra son capa­ces de ver a tra­vés de las men­ti­ras de la ideo­lo­gía esta­dou­ni­den­se de los «dere­chos huma­nos», la des­truc­ción del medio ambien­te por las empre­sas ener­gé­ti­cas y mine­ras occi­den­ta­les y la vio­len­cia de la gue­rra híbri­da y las san­cio­nes estadounidenses. 
  4. La con­tra­dic­ción entre el capi­tal finan­cie­ro avan­za­do ren­tis­ta y las nece­si­da­des de las cla­ses popu­la­res, e inclu­so de algu­nos sec­to­res del capi­tal en los paí­ses no socia­lis­tas, res­pec­to a la orga­ni­za­ción de las nece­si­da­des de las socie­da­des en mate­ria de inver­sión en la indus­tria, la agri­cul­tu­ra sos­te­ni­ble des­de el pun­to de vis­ta medioam­bien­tal, el empleo y el desarrollo. 

    Esta con­tra­dic­ción es el resul­ta­do de la dis­mi­nu­ción de la tasa de ganan­cia y de la difi­cul­tad del capi­tal para aumen­tar la tasa de explo­ta­ción de la cla­se tra­ba­ja­do­ra has­ta un nivel sufi­cien­te capaz de finan­ciar las cre­cien­tes nece­si­da­des de inver­sión y seguir sien­do com­pe­ti­ti­vo. Fue­ra del cam­po socia­lis­ta, en casi todos los paí­ses capi­ta­lis­tas avan­za­dos y en la mayor par­te del Sur Glo­bal —con algu­nas excep­cio­nes, espe­cial­men­te en Asia— exis­te una cri­sis de inver­sión. Han sur­gi­do nue­vos tipos de empre­sas que inclu­yen fon­dos de cober­tu­ra como Brid­ge­wa­ter Asso­cia­tes y empre­sas de capi­tal ries­go como Blac­kRock. Los «mer­ca­dos pri­va­dos» con­tro­la­ban acti­vos por valor de 9,8 billo­nes de dóla­res en 2022. Los deri­va­dos, una for­ma de capi­tal fic­ti­cio y espe­cu­la­ti­vo, tie­nen aho­ra un valor de «mer­ca­do» de 18,3 billo­nes de dóla­res, pero un valor teó­ri­co de 632 billo­nes, un valor más de cin­co veces supe­rior al PIB real total del mun­do. Ha sur­gi­do una nue­va cla­se de mono­po­lios de efec­to red basa­dos en la tec­no­lo­gía de la infor­ma­ción, entre los que se inclu­yen Goo­gle, Facebook/​Meta y Ama­zon —todos bajo el con­trol total de EE. UU. — para atraer ren­tas mono­po­lís­ti­cas. Los mono­po­lios digi­ta­les esta­dou­ni­den­ses, bajo la super­vi­sión direc­ta de las agen­cias de inte­li­gen­cia de EE.UU., con­tro­lan la arqui­tec­tu­ra de la infor­ma­ción de todo el mun­do, fue­ra de unos pocos paí­ses socia­lis­tas y nacio­na­lis­tas. Estos mono­po­lios son la base de la rápi­da expan­sión del poder blan­do esta­dou­ni­den­se en los últi­mos 20 años. El com­ple­jo mili­tar-indus­trial, los mer­ca­de­res de la muer­te, tam­bién atraen cada vez más inver­sio­nes. Esta fase inten­si­fi­ca­da de acu­mu­la­ción ren­tis­ta espe­cu­la­ti­va y mono­po­lis­ta del capi­tal está pro­fun­di­zan­do una huel­ga del capi­tal con­tra las inver­sio­nes socia­les nece­sa­rias. Sudá­fri­ca y Bra­sil han vis­to nive­les dra­má­ti­cos de des­in­dus­tria­li­za­ción bajo el neo­li­be­ra­lis­mo. Inclu­so los paí­ses impe­ria­lis­tas avan­za­dos han igno­ra­do sus pro­pias infra­es­truc­tu­ras, como la red eléc­tri­ca, puen­tes y ferro­ca­rri­les. La éli­te mun­dial ha urdi­do una huel­ga de impues­tos pro­por­cio­nan­do enor­mes reduc­cio­nes en los tipos impo­si­ti­vos y en los impues­tos, así como paraí­sos fis­ca­les lega­les tan­to para los capi­ta­lis­tas indi­vi­dua­les como para sus cor­po­ra­cio­nes, con el fin de aumen­tar su cuo­ta de plus­va­lía. La eva­sión fis­cal del capi­tal y la pri­va­ti­za­ción de amplias fran­jas del sec­tor públi­co han diez­ma­do la dis­po­ni­bi­li­dad de ser­vi­cios públi­cos bási­cos como la edu­ca­ción, la salud y el trans­por­te para miles de millo­nes de per­so­nas. Han con­tri­bui­do a la capa­ci­dad del capi­tal occi­den­tal para mani­pu­lar y obte­ner ele­va­dos ingre­sos por los intere­ses de la cri­sis de deu­da «fabri­ca­da» a la que se enfren­ta el Sur Glo­bal. En su nivel más alto, los espe­cu­la­do­res de fon­dos de cober­tu­ra como Geor­ge Soros des­tru­yen las finan­zas de paí­ses ente­ros con su espe­cu­la­ción. El impac­to sobre la cla­se tra­ba­ja­do­ra es gra­ve, ya que su tra­ba­jo se ha vuel­to cada vez más pre­ca­rio y el des­em­pleo per­ma­nen­te está des­tru­yen­do a gran­des sec­to­res de la juven­tud mun­dial. Una par­te cre­cien­te de la pobla­ción es super­flua en el capi­ta­lis­mo. Abun­dan la des­igual­dad social, la mise­ria y la desesperación. 
  5. La con­tra­dic­ción entre las cla­ses popu­la­res del Sur Glo­bal y sus éli­tes polí­ti­cas y eco­nó­mi­cas nacionales. 

    Esto se mani­fies­ta de for­ma muy dife­ren­te según el país y la región. En los paí­ses socia­lis­tas y pro­gre­sis­tas, las con­tra­dic­cio­nes entre el pue­blo se resuel­ven de for­mas pací­fi­cas y varia­das. Sin embar­go, en varios paí­ses del Sur Glo­bal en los que la éli­te capi­ta­lis­ta ha esta­do total­men­te en con­ni­ven­cia con el capi­tal occi­den­tal, la rique­za está en manos de un peque­ño por­cen­ta­je de la pobla­ción. La mise­ria es gene­ra­li­za­da entre los más pobres y el mode­lo de desa­rro­llo capi­ta­lis­ta no sir­ve a los intere­ses de la mayo­ría. Debi­do a la his­to­ria del neo­co­lo­nia­lis­mo y al poder blan­do occi­den­tal, exis­te un con­sen­so de cla­se media deci­di­da­men­te prooc­ci­den­tal en la mayo­ría de los paí­ses gran­des del Sur Glo­bal. Esta hege­mo­nía de cla­se de la bur­gue­sía local y del estra­to supe­rior de la peque­ña bur­gue­sía se uti­li­za para blo­quear el acce­so al poder y la influen­cia de las cla­ses popu­la­res (que cons­ti­tu­yen la mayo­ría de la población). 
  6. La con­tra­dic­ción entre el impe­ria­lis­mo diri­gi­do por EE. UU. y las nacio­nes que defien­den fir­me­men­te su sobe­ra­nía nacional. 

    Estas nacio­nes se divi­den en cua­tro cate­go­rías prin­ci­pa­les: paí­ses socia­lis­tas, paí­ses pro­gre­sis­tas, otros paí­ses que recha­zan el con­trol esta­dou­ni­den­se y el caso espe­cial de Rusia. Esta­dos Uni­dos ha crea­do esta con­tra­dic­ción anta­gó­ni­ca a tra­vés de méto­dos de gue­rra híbri­da como ase­si­na­tos, inva­sio­nes, agre­sio­nes mili­ta­res diri­gi­das por la OTAN, san­cio­nes, law­fa­re, gue­rra comer­cial y una gue­rra de pro­pa­gan­da aho­ra ince­san­te basa­da en men­ti­ras des­ca­ra­das. Rusia se encuen­tra en una cate­go­ría espe­cial, ya que sufrió más de 25 millo­nes de muer­tes a manos de los inva­so­res fas­cis­tas euro­peos cuan­do era un país socia­lis­ta. En la actua­li­dad, Rusia —que cuen­ta sobre todo con inmen­sos recur­sos natu­ra­les— vuel­ve a ser un obje­ti­vo de ani­qui­la­ción total como Esta­do por par­te de la OTAN. Algu­nos ele­men­tos de su pasa­do socia­lis­ta siguen pre­sen­tes en el país, y per­sis­te un alto gra­do de patrio­tis­mo. El obje­ti­vo de Esta­dos Uni­dos es ter­mi­nar lo que empe­zó en 1992: como míni­mo, des­truir per­ma­nen­te­men­te la capa­ci­dad mili­tar nuclear de Rusia e ins­ta­lar un régi­men títe­re en Mos­cú para des­mem­brar Rusia a lar­go pla­zo y sus­ti­tuir­la por muchos Esta­dos vasa­llos de Occi­den­te más peque­ños y per­ma­nen­te­men­te debilitados. 
  7. La con­tra­dic­ción entre los millo­nes de tra­ba­ja­dorxs pobres exclui­dos del Nor­te Glo­bal fren­te a la bur­gue­sía que domi­na estos países. 

    Estos tra­ba­ja­dorxs están mos­tran­do algu­nos sig­nos de rebe­lión con­tra sus con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas y socia­les. Sin embar­go, la bur­gue­sía impe­ria­lis­ta está jugan­do la car­ta de la supre­ma­cía blan­ca para impe­dir una mayor uni­dad de lxs tra­ba­ja­dorxs de estos paí­ses. En este momen­to, lxs tra­ba­ja­dorxs no son capa­ces de evi­tar caer pre­sa de la pro­pa­gan­da racis­ta de gue­rra. El núme­ro de per­so­nas pre­sen­tes en actos públi­cos con­tra el impe­ria­lis­mo ha dis­mi­nui­do ver­ti­gi­no­sa­men­te en los últi­mos trein­ta años. 
  8. La con­tra­dic­ción entre el capi­ta­lis­mo occi­den­tal y el pla­ne­ta y la vida humana. 

    El camino inexo­ra­ble de este sis­te­ma es des­truir el pla­ne­ta y la vida huma­na, ame­na­zar con la ani­qui­la­ción nuclear y tra­ba­jar en con­tra de la nece­si­dad de la huma­ni­dad de recu­pe­rar colec­ti­va­men­te el aire, el agua y la tie­rra del pla­ne­ta y dete­ner la locu­ra mili­tar nuclear de Esta­dos Uni­dos. El capi­ta­lis­mo recha­za la pla­ni­fi­ca­ción y la paz. El Sur Glo­bal (inclui­da Chi­na) pue­de ayu­dar al mun­do a cons­truir y ampliar una «zona de paz» y com­pro­me­ter­se a vivir en armo­nía con la natu­ra­le­za. Con estos cam­bios en el pano­ra­ma polí­ti­co, asis­ti­mos al sur­gi­mien­to de un fren­te infor­mal con­tra el sis­te­ma impe­ria­lis­ta domi­na­do por Esta­dos Uni­dos. Este fren­te está cons­ti­tui­do por la con­ver­gen­cia de: 
    • El sen­ti­mien­to popu­lar de que este sis­te­ma vio­len­to es el prin­ci­pal enemi­go de los pue­blos del mundo.
    • Los deseos popu­la­res de un mun­do más jus­to, pací­fi­co e igualitario.
    • La lucha de los gobier­nos y fuer­zas polí­ti­cas socia­lis­tas o nacio­na­lis­tas por su soberanía.
    • Los deseos de otros paí­ses del Sur Glo­bal de redu­cir su depen­den­cia de este sistema.
    • Las prin­ci­pa­les fuer­zas con­tra el sis­te­ma impe­ria­lis­ta domi­na­do por Esta­dos Uni­dos son los pue­blos del mun­do y los gobier­nos socia­lis­tas y nacio­na­lis­tas. Sin embar­go, debe haber espa­cio para los gobier­nos inte­gra­do­res que deseen redu­cir su depen­den­cia del sis­te­ma imperialista.
    • El mun­do se encuen­tra actual­men­te al comien­zo de una nue­va era en la que sere­mos tes­ti­gos del fin del impe­rio glo­bal esta­dou­ni­den­se. El sis­te­ma neo­li­be­ral se está dete­rio­ran­do bajo el peso de nume­ro­sas con­tra­dic­cio­nes inter­nas, injus­ti­cias his­tó­ri­cas e invia­bi­li­dad eco­nó­mi­ca. Sin una alter­na­ti­va mejor, el mun­do se sumi­rá en un caos aún mayor. Nues­tros movi­mien­tos han reavi­va­do la espe­ran­za de que algo dis­tin­to a este tor­men­to social es posible. 
  9. Notas sobre los auto­res: Kye­ret­wie Opo­ku es coor­di­na­dor del Movi­mien­to Socia­lis­ta de Gha­na Manuel Ber­tol­di de Patria Gran­de /​Federación Rural para la Pro­duc­ción y el Arrai­go. Deby Vene­zia­le es inves­ti­ga­do­ra senior del Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal de Inves­ti­ga­ción Social Vijay Prashad es el direc­tor eje­cu­ti­vo del Ins­ti­tu­to Tri­con­ti­nen­tal de Inves­ti­ga­ción Social 

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