Joseph Ekwe Bilé, un comu­nis­ta digno

Joseph Ekwe Bilé fue un comu­nis­ta came­ru­nés que vivió en Ber­lín en la déca­da de los años 20 del siglo pasa­do. Fue envia­do por sus padres a edu­car­se en Ale­ma­nia, algo muy común por aquel enton­ces en las colo­nias del Impe­rio alemán.

Con el esta­lli­do de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial, Bilé se vio atra­pa­do en Euro­pa y, con el pro­ce­so de paz que des­po­jó a Ale­ma­nia de sus colo­nias que caye­ron bajo el Man­da­to Bri­tá­ni­co, se con­vir­tió en apá­tri­da por­que el man­da­to bri­tá­ni­co se opo­nía a que los afri­ca­nos de las anti­guas colo­nias ale­ma­nas regre­sa­ran a su tie­rra, por lo que que­da­ban blo­quea­dos en el país euro­peo en el que estu­vie­ran. Por esta razón tra­tó de bus­car­se un empleo a lar­go pla­zo, mudán­do­se para esto pri­me­ro de Pru­sia Orien­tal a Ber­lín, lue­go a Vie­na y final­men­te regre­só a Ber­lín en el trans­cur­so de la déca­da de 1920.

Con el crack del 29 y el comien­zo de la cri­sis eco­nó­mi­ca, se pro­du­ce en Ale­ma­nia un bru­tal aumen­to de los pre­jui­cios racia­les con­tra los afri­ca­nos de las exco­lo­nias ger­ma­nas y es en este con­tex­to en el que se crea la deno­mi­na­da Liga para la Defen­sa de la Raza Negra (LzVN), una orga­ni­za­ción de ins­pi­ra­ción mar­xis­ta res­pal­da­da por la Inter­na­cio­nal Comu­nis­ta. La crea­ción de la LzVN se entien­de como par­te de una tra­di­ción de pro­tes­ta anti­co­lo­nia­lis­ta entre los afri­ca­nos que vivían en Ale­ma­nia duran­te estos años, que se desa­rro­lló a par­tir de las terri­bles expe­rien­cias per­so­na­les de muchos afri­ca­nos que al vivir en Ale­ma­nia eran some­ti­dos a una férrea dis­cri­mi­na­ción. La Liga para la Defen­sa de la Raza Negra se for­mó en pre­sen­cia del comu­nis­ta suda­nés Tie­mo­ko Garan Kou­ya­té, secre­ta­rio de una orga­ni­za­ción homó­ni­ma en Fran­cia, la Ligue de Défen­se de la Race Nègre cuya sede esta­ba en París. Jun­to con otros mili­tan­tes, Kou­ya­té se esfor­za­ba por crear una red de acti­vis­tas afri­ca­nos en toda Euro­pa y la LzVN se con­vir­tió en una afi­lia­da ale­ma­na de dicha red.

La LzVN man­tu­vo corres­pon­den­cia con inte­lec­tua­les negros como W.E.B. Du Bois, por ejem­plo. La con­for­ma­ción ideo­ló­gi­ca de la liga era un «híbri­do» de varias preo­cu­pa­cio­nes: pode­mos ver la influen­cia de la visión comu­nis­ta de la Komin­tern, com­bi­na­da con las preo­cu­pa­cio­nes más coti­dia­nas de los afri­ca­nos con sede en Ale­ma­nia. La Liga para la Defen­sa de la Raza Negra enfa­ti­zó la nece­si­dad de uni­dad entre los tra­ba­ja­do­res blan­cos y negros en todo el mun­do para erra­di­car el capi­ta­lis­mo, el colo­nia­lis­mo y el racis­mo (se reu­nían con la Liga con­tra el Impe­ria­lis­mo de Mün­zen­berg, sir­vien­do como espa­cio de encuen­tro entre comu­nis­tas ale­ma­nes y afri­ca­nos). La Liga exi­gió la inde­pen­den­cia inme­dia­ta y sin indem­ni­za­ción de las colo­nias afri­ca­nas, la libe­ra­ción nacio­nal de los afro­ame­ri­ca­nos del «cin­tu­rón negro» en Esta­dos Uni­dos y alen­tó a los afri­ca­nos y ale­ma­nes negros a afi­liar­se a los sin­di­ca­tos y par­ti­dos obre­ros ale­ma­nes. Ade­más, los miem­bros debían brin­dar­se apo­yo moral y mate­rial entre sí en tiem­pos de enfer­me­dad y des­em­pleo, sien­do esto una heren­cia de las ini­cia­ti­vas ante­rio­res de autoayuda.

En 1930 la LzVN par­ti­ci­pó en la Pri­me­ra Con­fe­ren­cia Inter­na­cio­nal de Obre­ros Negros cele­bra­da en Ham­bur­go entre el 7 y el 9 de julio. Su repre­sen­tan­te fue Jos­peh Ekwe Bilé. Tras esta Con­fe­ren­cia esta­ba la Komin­tern y su com­pro­mi­so por con­cien­ciar, orga­ni­zar y movi­li­zar a a los tra­ba­ja­do­res negros de todo el mun­do. En dicha con­fe­ren­cia par­ti­ci­pa­ron cua­dros como el socia­lis­ta tri­ni­ten­se Geor­ge Pad­mo­re y el comu­nis­ta afro­es­ta­dou­nien­se James Ford (miem­bro del Par­ti­do Comu­nis­ta de Esta­dos Uni­dos y miem­bro diri­gen­te del Natio­nal Negro Congress).

Un poco más tar­de Joseph Ekwe comen­za­ría a publi­car en el perió­di­co The Negro Wor­ker y via­ja­ría a la URSS para asis­tir al Quin­to Con­gre­so del Sin­di­ca­to Internacional.

Regre­só de Mos­cú con made­ra de cua­dro diri­gen­te. Infor­mó, en la sede de la Liga con­tra el Imperialismo.

Su cre­cien­te influen­cia en las filas del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio ale­mán pro­vo­ca­ron que fue­se selec­cio­na­do para reci­bir una mayor ins­truc­ción polí­ti­ca, sien­do envia­do a cur­sos de pro­pa­gan­da comu­nis­ta orga­ni­za­dos por el Par­ti­do Comu­nis­ta de Ale­ma­nia, al que Joseph se afi­lia­ría muy pron­to, sien­do el úni­co miem­bro de la LzVN en hacer­lo. Fue un mili­tan­te muy acti­vo en la cam­pa­ña inter­na­cio­nal de la Komin­tern sobre «los chi­cos de Scot­ts­bo­ro», unos jóve­nes de Esta­dos Uni­dos acu­sa­dos injus­ta­men­te de vio­la­ción en Ala­ba­ma a quie­nes se con­de­nó de mane­ra total­men­te arbitraria.

Joseph con­ti­nuó des­ca­tan­do como mili­tan­te, con­vir­tién­do­se en uno de los prin­ci­pa­les ora­do­res del movi­mien­to obre­ro ber­li­nés en la déca­da de los trein­ta del siglo XX. Esto fue vis­to por el par­ti­do comu­nis­ta ale­mán como una opor­tu­ni­dad para desa­fiar los este­reo­ti­pos que tenían muchos obre­ros ale­ma­nes sobre los negros. Si el movi­mien­to obre­ro ale­mán era capaz de asu­mir el lide­raz­go de un obre­ro negro, esto per­mi­ti­ría desa­rro­llar una polí­ti­ca revo­lu­cio­na­ria por enci­ma de las dife­ren­cias racia­les y autén­ti­ca­men­te internacionalista.

La cri­sis eco­nó­mi­ca hun­dió a La Liga para la Defen­sa de la Raza Negra. Sus miem­bros se pelea­ron entre ellos por pro­ble­mas eco­nó­mi­cos y per­so­na­lis­mos, y final­men­te la orga­ni­za­ción que­dó com­ple­ta­men­te para­li­za­da des­de 1932 (aun­que no se disol­vió ofi­cial­men­te has­ta 1935).

La Inter­na­cio­nal Comu­nis­ta pro­pu­so que el movi­mien­to comu­nis­ta no podía per­mi­tir­se per­der a alguien tan váli­do como Joseph y pro­pu­so que se le ayu­da­ra eco­nó­mi­ca­men­te para que con­ti­nua­se su labor mili­tan­te. Se le envió a Mos­cú en el verano de ese mis­mo año, 1932, para para asis­tir a la Uni­ver­si­dad Comu­nis­ta de los Tra­ba­ja­do­res del Este. Más tar­de par­tió des­de Mos­cú hacia París. Allí se ente­ró de que en Ale­ma­nia las prin­ci­pa­les orga­ni­za­cio­nes anti-colo­nia­lis­tas y anti-impe­ria­lis­tas del movi­mien­to comu­nis­ta habían des­apa­re­ci­do. El movi­mien­to obre­ro se había reor­ga­ni­za­do, y en clan­des­ti­ni­dad, por la bru­tal per­se­cu­ción de los nazis, en torno a la Anti­fas­chis­tis­che Aktion cuyo prin­ci­pal obje­ti­vo era reu­nir a todas las fuer­zas demo­crá­ti­cas para com­ba­tir a Hitler. La LzVN ya era irre­cu­pe­ra­ble, la gran mayo­ría de los mili­tan­tes huye­ron de la Ale­ma­nia hitle­ria­na, temien­do que fue­sen víc­ti­mas del racis­mo de los supre­ma­cis­tas que aho­ra regían el des­tino de Ale­ma­nia. Esto lle­vó a Joseph a un gran des­en­can­to con el KPD (la Liga con­tra el Impe­ria­lis­mo de Mün­zen­berg había sido clau­su­ra­da y el mili­tan­te ale­mán había sido expul­sa­do del KPD acu­sa­do de trots­kis­ta) y tra­tó de reti­rar­se a su tie­rra, don­de murió en 1959.

Fuen­te: https://​twit​ter​.com/​e​l​_​j​a​ter

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