Comu­ni­ca­do de afi­cio­na­dos del Ath­le­tic sobre la repre­sion sufri­da ayer en San Mames con­tra quie­nes mani­fes­ta­ban soli­da­ri­dad con el Donbass

La repre­sión social se ha vuel­to a colar en nues­tro tem­plo, en San Mamés (15/​10/​2022)

Mien­tras que hace una sola sema­na hemos vis­to el San­tia­go Ber­na­béu pla­ga­do de ban­de­ras ucra­nia­nas al enfren­tar­se el Real Madrid con­tra el Shak­tar Donetsk, hoy un com­pa­ñe­ro de la ICHH ha sido expul­sa­do de San Mamés en la segun­da par­te del par­ti­do con­tra el Atlé­ti­co. El deli­to ha sido por­tar una ban­de­ra de la Repú­bli­ca Popu­lar de Donetsk.

Al mis­mo tiem­po, debi­do a los ner­vios pro­vo­ca­dos por el shock que nos ha supues­to a quie­nes hemos pre­sen­cia­do este des­pro­pó­si­to, somos cons­cien­tes de que las expli­ca­cio­nes no han sido las mejo­res para que toda la ICHH com­pren­die­ra el atro­pe­llo que esta­ba tenien­do lugar en ese momen­to y por el cual algu­nas per­so­nas han deci­di­do que la soli­da­ri­dad están por enci­ma de per­der­nos lo que esta­ba sien­do un par­ti­da­zo de nues­tro Athletic.

Lo que hemos vivi­do esta noche en San Mamés nos ha vuel­to a traer a la men­te los pasa­jes más oscu­ros que ha sufri­do nues­tro pue­blo, nues­tra len­gua y nues­tros sím­bo­los. Cono­ce­mos de pri­me­ra mano lo que hemos vivi­do en Eus­kal Herria con el eus­ke­ra prohi­bi­do — tal y como ha lle­va­do a cabo el Esta­do Ucra­niano naci­do del Mai­dan al este del país con la pobla­ción rusó­fo­na — o la Iku­rri­ña cen­su­ra­da, con­fis­ca­da y repri­mi­da por quien osa­ra por­tar­la, tal y como ha ocu­rri­do hoy con la ban­de­ra de la RPD en San Mamés.

Tal y como hicie­ron nues­tros abue­los y abue­las tras el Gol­pe de Esta­do fran­quis­ta de 1936, los hijos e hijas del Don­bass han teni­do que tomar las armas y sacri­fi­car sus vidas tras el Gol­pe de Esta­do ultra­de­re­chis­ta sur­gi­do tras el Euro­mai­dan de 2014 en Kiev. Los resul­ta­dos que arro­ja­ron los refe­ren­dums de auto­de­ter­mi­na­ción rea­li­za­dos en 2014 para decla­rar la inde­pen­den­cia y dejar de per­te­ne­cer a la Ucra­nia gol­pis­ta son prue­ba de ello. Refe­ren­dums que Rusia no acep­tó en aquel momen­to. Así, en este con­flic­to que deja­ba 18.000 muer­tos has­ta febre­ro según la pro­pia OSCE, se han vis­to cons­tan­te­men­te incum­pli­das las pro­me­sas que Ucra­nia fir­mó en los Acuer­dos de Minsk para el cese de bom­bar­deos y ata­ques con arti­lle­ría sobre civiles.

Es pre­ci­so asi­mis­mo men­cio­nar que la soli­da­ri­dad con el pue­blo del Don­bass lle­va orga­ni­za­da en Eus­kal Herria des­de que se dio el Gol­pe de Esta­do en 2014, orga­ni­zan­do innu­me­ra­bles even­tos e inclu­so orga­ni­zan­do via­jes para ayu­dar a la pobla­ción del Don­bass. Esta soli­da­ri­dad tam­bién se ha dado en San Mamés sin nin­gún tipo de pro­ble­ma a lo lar­go de estos años, sin embar­go, des­de febre­ro de 2022, la his­te­ria del dis­cur­so úni­co impues­to por lo segui­do­res de Ste­pan Ban­de­ra se ha impor­ta­do a todo Occi­den­te para con­ver­tir a este en hege­mó­ni­co, y en Eus­kal Herria no hemos sido excep­ción. Es pre­ci­so recor­dar que en cada par­ti­do del Ath­le­tic tene­mos una ban­de­ra de Ucra­nia en tele­vi­sión al lado del mar­ca­dor. Por supues­to, jamás han apa­re­ci­do las de Libia, Yemen o Palestina.

No se tra­ta de defen­der a Vla­di­mir Putin ni nada simi­lar, tal y como nos han lle­ga­do a decir. Este hecho es absur­do, ya que cono­ce­mos de bue­na mano lo que opi­nan tan­to la izquier­da ucra­nia­na como la rusa sobre lo que está ocu­rrien­do a día de hoy, y ambas tie­nen cla­ro que la inter­ven­ción debe­ría haber­se dado mucho antes para así sal­var aún más vidas de padres e hijos inde­fen­sos en el Donbass.

En 2014 nos enfren­ta­mos al Shak­tar Donetsk en Cham­pions Lea­gue y en 2017 al Zor­ya Lugansk en Euro­pa Lea­gue. Y efec­ti­va­men­te, nin­guno de los par­ti­dos que nues­tro Ath­le­tic jugó como visi­tan­te se dis­pu­tó en sus res­pec­ti­vos esta­dios (bom­bar­dea­dos por el Ejér­ci­to Ucra­niano), por­que la gue­rra no empe­zó en 2022, sino en 2014.

En la medi­da que ama­mos a nues­tro Ath­le­tic y es dolo­ro­so tener que aban­do­nar San Mamés, pero infi­ni­ta­men­te más dolo­ro­so es ser impar­cial ante el geno­ci­dio étni­co que ha sufri­do el este de Ucra­nia des­de hace 8 años. Hay cues­tio­nes que están por enci­ma del fút­bol y de nues­tro cora­zón zuri-gorri.

Varios afi­cio­na­dos que hemos esta­do hoy en el campo,

Aupa Ath­le­tic!

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