Sáha­ra Occi­den­tal. Con­vo­can mar­cha en Madrid a un año de la gue­rra colo­nial con­tra Marrue­cos (video)

Por Lau­ra Casie­lles, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 12 de noviem­bre de 2021

¿Cómo fue que te ente­ras­te que empe­za­ba la gue­rra? Este 13 de noviem­bre se cum­ple un año de que Marrue­cos rom­pie­ra en alto el fue­go con la Repú­bli­ca Saha­raui, y comen­za­ra una gue­rra de libe­ra­ción del pue­blo saha­raui con­tra el ocu­pan­te marro­quí. Con­vo­can en Madrid a una mar­cha de soli­da­ri­dad y exi­gen­cia de la entre­ga del terri­to­rio a lxs saha­rauis que luchan por su libe­ra­ción y son la últi­ma colo­nia afri­ca­na. Video de la soli­da­ri­dad de Mur­cia con el Fren­te Polisario.

«Lo coti­diano y lo que nun­ca debe­ría nor­ma­li­zar­se se mez­clan en una his­to­ria que no avan­za. El sol sale cada día y todos los años pasan muchas cosas. Pero nun­ca pasa lo que ten­dría que pasar», refle­xio­na Lau­ra Casielles.

Lle­gan estas fechas y apa­re­ce una pre­gun­ta: ¿escri­bi­re­mos un año más el artícu­lo de siem­pre sobre el Sáha­ra Occi­den­tal? 14 de noviem­bre: ani­ver­sa­rio de los Acuer­dos de Madrid, esto es, del aban­dono por par­te de Espa­ña de la que había sido su pro­vin­cia núme­ro 53, dejan­do a la pobla­ción a su suer­te. Su suer­te: mala. Con­cre­ta­men­te, la mala suer­te de vivir bajo la ocu­pa­ción, en el exi­lio o en cam­pa­men­tos para per­so­nas refu­gia­das. Un año más, sí –y van 46 – , de con­tar la mis­ma historia. 

Pero es que este año han pasa­do muchas cosas. 

Este año nació M, el cuar­to hijo de T. Así que aho­ra hay que incluir paña­les y leche en pol­vo en la com­pra que hacen para la fami­lia unas ami­gas des­de Espa­ña a tra­vés de Buti­gon, un super­mer­ca­do web que repar­te pro­duc­tos bási­cos y algu­nos capri­chi­llos por las wila­yas de los cam­pa­men­tos de Tinduf.

Este año murie­ron en la gue­rra 12 per­so­nas. Por­que este año las efe­mé­ri­des se com­pli­can con otro ani­ver­sa­rio: ade­más de la memo­ria más leja­na, aho­ra toca recor­dar tam­bién que el 13 de noviem­bre de 2020 las tro­pas marro­quíes rom­pie­ron el alto el fue­go que lle­va­ba vigen­te des­de 1991. Des­de ese día, B, el poe­ta, man­da cada noche por whatsapp a sus amis­ta­des un par­te de gue­rra: núme­ro de ata­ques, balan­ce del día, nove­da­des destacables. 

Este año las escue­las mili­ta­res saha­rauis tuvie­ron over­boo­king. Los jóve­nes que que­rían ir al fren­te reci­bían una bre­ve ins­truc­ción. Lle­gó a haber has­ta tres o cua­tro tur­nos en lis­ta de espe­ra en algu­nos de los centros.

Este año Se cum­plió tre­ce y ya vis­te mehl­fa. Son­ríe para las fotos. Este año tam­po­co pudo venir a pasar el verano con su fami­lia madri­le­ña. Qui­zá era su últi­ma oportunidad. 

Este año, el Sáha­ra estu­vo más pre­sen­te en las noti­cias. El pre­si­den­te Brahim Gali se vino a Logro­ño a ver si se cura­ba de la COVID, y Marrue­cos se puso ner­vio­so. La cri­sis diplo­má­ti­ca esta­lló en la fron­te­ra de Ceu­ta, deján­do­nos ver has­ta dón­de está dis­pues­to a lle­gar el vecino del sur. 

Este año H ter­mi­nó la carre­ra de infor­má­ti­ca. Es bueno en lo suyo, pero en los cam­pa­men­tos no hay tra­ba­jo. Está inten­tan­do ganar­se la vida como pin­tor: pone boni­tas esas casas de ado­be que con el paso de los años se han ido vol­vien­do más y más carac­te­rís­ti­cas del pai­sa­je, sus­ti­tu­yen­do a las jai­mas de tela que ser­vían como hogar cuan­do se tenía más espe­ran­za en que el asen­ta­mien­to fue­ra solo por un tiem­po corto. 

Este año ate­rri­zó el pri­mer vue­lo chár­ter post-pan­de­mia en el aero­puer­to de Tin­duf. Air Alge­rie 2667: 264 per­so­nas atra­ve­san­do por fin una fron­te­ra cuyo cie­rre había deja­do fue­ra la ayu­da huma­ni­ta­ria, la coope­ra­ción inter­na­cio­nal, los ojos del perio­dis­mo. Fami­lia­res, amis­ta­des. En estos días lle­ga el segun­do de esos vue­los. Poco a poco. 

Este año, cuan­do se pre­pa­ró ese vue­lo, la direc­ción de RTVE deci­dió que en él no iban a via­jar cáma­ras ni repor­te­ros de su casa. Los Con­se­jos de Infor­ma­ti­vos de tele, radio y web se unie­ron para con­de­nar una deci­sión que con­si­de­ra­ron un veto. Los jefes de las áreas de Inter­na­cio­nal de TVE y RNE dimi­tie­ron en señal de des­acuer­do con la cúpu­la del ente. 

Este año la Uni­ver­si­dad de Tifa­ri­ti, situa­da en los terri­to­rios libe­ra­dos, tuvo que cerrar. Las auto­ri­da­des pidie­ron a la pobla­ción civil que se reti­ra­se de esa zona, peli­gro­sa en tiem­pos de gue­rra, así que solo sigue acti­va su admi­nis­tra­ción, pero no las clases. 

Este año el tri­bu­nal de la Unión Euro­pea can­ce­ló dos acuer­dos sobre pes­ca y agri­cul­tu­ra que venían per­mi­tien­do a Marrue­cos expor­tar pro­duc­tos des­de los terri­to­rios ocu­pa­dos. El Fren­te Poli­sa­rio lo cali­fi­có de “gran victoria”. 

Este año L se arrui­nó. Tenía una vein­te­na de came­llos, que cria­ba en la zona de los terri­to­rios libe­ra­dos, como sue­len hacer quie­nes viven de la gana­de­ría, por­que en esa zona hay más agua que en los ári­dos terri­to­rios de la hama­da don­de se sitúan los cam­pa­men­tos de refu­gia­dos, y has­ta algo de pas­to. Pero pasa­ron dos cosas: por un lado, hubo sequía; por otro, lo dicho, en esas zonas ya no se pue­de estar. L se lle­vó a su reba­ño a los cam­pa­men­tos, pero allí el agua y el pas­to hay que pagar­los. No podía, así que per­dió once o doce came­llos. A los que que­dan tam­po­co sabe cuán­to tiem­po los va a lograr mantener. 

Este año, debi­do a la gue­rra y a la eva­cua­ción pan­dé­mi­ca de las orga­ni­za­cio­nes huma­ni­ta­rias, la labor de des­ac­ti­va­ción de minas anti­per­so­na se ha para­do. Des­de enton­ces ha habi­do varios acci­den­tes. En uno de ellos la víc­ti­ma fue un niño. En el hos­pi­tal de los cam­pa­men­tos solo pudie­ron lim­piar sus heri­das, pero no sacar la metra­lla. Ese niño está aho­ra en Argel. Espe­ra un visa­do para poder venir a curar­se a España. 

Este año M, otra niña, tuvo que dejar de ir a la escue­la. A ella tam­bién le esta­lló una mina cuan­do era más peque­ña, y a ella tam­po­co pudie­ron extraer­le los frag­men­tos que le que­da­ban deba­jo de la piel, y que toda­vía se notan si se pasa la mano sua­ve­men­te sobre las heri­das cerra­das. Cuan­do hace frío, el dolor es inso­por­ta­ble, así que en invierno no pue­de salir de casa para seguir estu­dian­do

Este año se ha nom­bra­do un nue­vo envia­do espe­cial de la MINURSO, la misión de paz de la ONU en el Sáha­ra Occi­den­tal. Es el diplo­má­ti­co ita­lo-sue­co Staf­fan de Mis­tu­ra, que ha sido media­dor en Siria, Afga­nis­tán e Iraq. El pues­to lle­va­ba tres años vacan­te. Como cada vez que lle­ga un nue­vo envia­do, hay algo espe­ran­za, pero no mucha. 

Este año J encon­tró un modo de ganar algo de dine­ro para man­te­ner a su fami­lia. En Rama­dán puso un peque­ño quios­co en la calle para ven­der bebi­das y pin­chi­tos de car­ne. A la hora del iftar –la rup­tu­ra del ayuno – , las fami­lias que salían a pasear le com­pra­ban algo. Cuan­do pasó el mes sagra­do, deci­dió seguir con el nego­cio. Aho­ra ha empe­za­do a tener tam­bién taba­co, que se ven­de bien. 

Este año Moha­med Lamin Had­di, uno de los 59 pre­sos polí­ti­cos saha­rauis dete­ni­dos en cár­ce­les marro­quíes, pasó 70 días en huel­ga de ham­bre.

Este año Marrue­cos alar­gó un poqui­to más el muro de la ver­güen­za, que ya tie­ne 2.720 kiló­me­tros. El nue­vo tra­mo es cor­to pero deci­si­vo: cie­rra el Guer­gue­rat, el paso hacia Mau­ri­ta­nia, zona por la que se des­en­ca­de­nó la reac­ti­va­ción del con­flic­to. Al otro lado del muro, este año se han segui­do expo­lian­do recur­sos de tie­rra y mar, dejan­do un poco más esquil­ma­do un terri­to­rio que, si un día es recu­pe­ra­do por su pobla­ción, será ya mucho más pobre. 

Este año, en ese terri­to­rio ocu­pa­do, la acti­vis­ta Sul­ta­na Kha­ya ha esta­do en arres­to domi­ci­lia­rio en su casa de Boja­dor. Pero ya que está ahí, ha decla­ra­do ese hogar terri­to­rio libe­ra­do. Cada día de este año los mili­ta­res han ido a qui­tar de su techo la ban­de­ra de la RASD. Cada día ha ondea­do un rati­to, sin embargo. 

Este año J tuvo cua­tro bodas. “Des­pués de la gue­rra y de la COVID no sé que le pasó a la gen­te, que se ha empe­za­do a casar de pron­to”, me cuen­ta. “Será para compensar”. 

Un año más, sí. Van 46. Un año más, como can­ta­ba Sil­vio, “entre el espan­to y la ter­nu­ra trans­cu­rre todo”, tam­bién en el Sáha­ra Occi­den­tal y en los cam­pa­men­tos de per­so­nas refu­gia­das de Tin­duf. Lo coti­diano y lo que nun­ca debe­ría nor­ma­li­zar­se se mez­clan en una his­to­ria que no avan­za. El sol sale cada día y todos los años pasan muchas cosas. Pero nun­ca pasa lo que ten­dría que pasar. 

por: lama​rea​.com

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *