Áfri­ca-Medio Orien­te. La agi­ta­ción en el Magreb alcan­za al Gol­fo Arábigo

Por Juan Anto­nio Saca­lu­ga /​Resu­men Medio Orien­te /​17 de sep­tiem­bre de 2021 – El nor­te de Áfri­ca ha vivi­do un verano de gran agi­ta­ción diplo­má­ti­ca y de múl­ti­ples manio­bras presentidas.

El Magreb (nor­te de Áfri­ca) ha vivi­do un verano de gran agi­ta­ción diplo­má­ti­ca y de múl­ti­ples manio­bras pre­sen­ti­das. A pesar de la con­so­li­da­ción del alto el fue­go en Libia (habrá elec­cio­nes en diciem­bre), la región se encuen­tra muy lejos de una cier­ta esta­bi­li­dad. Dos acon­te­ci­mien­tos han dis­pa­ra­do las alar­mas: la inte­rrup­ción del pro­ce­so polí­ti­co en Túnez (des­de el 23 de julio) y la rup­tu­ra de rela­cio­nes diplo­má­ti­cas entre Arge­lia y Marrue­cos (24 de agosto).

TÚNEZ: HACIA LA CONFIRMACIÓN DEL GOLPE

Cada día que pasa pare­cen con­fir­mar­se los temo­res ini­cia­les sobre la ver­da­de­ra natu­ra­le­za de la deci­sión pre­si­den­cial de sus­pen­der el Par­la­men­to y cam­biar la jefa­tu­ra del gobierno y los minis­te­rios cla­ves. Kaïs Sayed invo­có “peli­gro inmi­nen­te” para la segu­ri­dad nacio­nal como jus­ti­fi­ca­ción de su actua­ción y ase­gu­ró que las medi­das ten­drían una vigen­cia (ini­cial) de un mes. Pero al tér­mino de este perio­do, pro­lon­gó sine die la alte­ra­ción del equi­li­brio cons­ti­tu­cio­nal y la con­cen­tra­ción de pode­res en su per­so­na, ya sin base legal algu­na (1). El país se encuen­tra en un com­pás de incer­ti­dum­bre, pero con las liber­ta­des recor­ta­das (2). Sayed se apo­ya en un apa­ren­te res­pal­do de la mayo­ría de la pobla­ción. El par­ti­do isla­mis­ta Ennahdha, el más nume­ro­so en votos y mili­tan­tes, no ha con­se­gui­do movi­li­zar a la pobla­ción con­tra el Pre­si­den­te, que se apo­ya dis­cre­ta­men­te en los mili­ta­res. Es la pri­me­ra vez des­de la inde­pen­den­cia, en 1956, que el Ejér­ci­to jue­ga algún tipo de pro­ta­go­nis­mo en la polí­ti­ca tune­ci­na (3).

ARGELIA Y MARRUECOS, DONDE SOLÍAN

La rup­tu­ra de rela­cio­nes diplo­má­ti­cas en Rabat y Argel fue todo menos una sor­pre­sa. La tra­di­cio­nal riva­li­dad entre los dos paí­ses que com­pi­ten his­tó­ri­ca­men­te por la hege­mo­nía en la región se agra­vó en los últi­mos meses al coin­ci­dir vie­jas fric­cio­nes (Sáha­ra Occi­den­tal) con otras nue­vas, en for­ma de cri­sis repentinas.

El moti­vo que más ha con­tri­bui­do al enve­ne­na­mien­to de la situa­ción fue una decla­ra­ción del emba­ja­dor marro­quí en la ONU en favor de la auto­de­ter­mi­na­ción de la Kabi­lia, una región del nor­te de Arge­lia, que se extien­de tam­bién a Marrue­cos. Argel se indig­nó ante una mani­fes­ta­ción seme­jan­te, sobre todo por­que pocos días antes el Rey Moha­med VI se había pro­nun­cia­do solem­ne­men­te por una mejo­ra de las rela­cio­nes con su vecino orien­tal. La sos­pe­cha de dupli­ci­dad marro­quí se exten­dió en los des­pa­chos arge­li­nos y dis­pa­ró la acu­sa­ción sobre una finan­cia­ción marro­quí del Movi­mien­to por la Libe­ra­ción de Kabi­lia, orga­ni­za­ción clan­des­ti­na argelina.

Argel cree que Rabat ha uti­li­za­do la empre­sa israe­lí Pega­sus para espiar a nume­ro­sas auto­ri­da­des argelinas

La siem­pre débil con­fian­za bila­te­ral ya se había vis­to seria­men­te ero­sio­na­da al cono­cer­se que el esta­do marro­quí había sido uno de los clien­tes de Pega­sus, la empre­sa israe­lí que ha faci­li­ta­do medios de espio­na­je elec­tró­ni­co. Argel cree que Rabat ha uti­li­za­do esta herra­mien­ta para espiar a nume­ro­sas auto­ri­da­des arge­li­nas (4).

A par­tir de aquí se acu­mu­la­ron otros agra­vios de vera­ci­dad más dudo­sa. Arge­lia lle­gó a cul­par a Rabat de ins­ti­gar los incen­dios que han aso­la­do este verano cier­tas regio­nes del país.

Esta cri­sis diplo­má­ti­ca bila­te­ral pone en ries­go el acuer­do gasís­ti­co entre ambos paí­ses (expor­ta­ción de gas arge­li­na a Espa­ña y Euro­pa a tra­vés de Marrue­cos), que debe reno­var­se a fina­les de octu­bre. El minis­tro arge­lino de exte­rio­res insi­nuó que Arge­lia cum­pli­rá con los acuer­dos inter­na­cio­na­les, pero elu­dió ser más pre­ci­so. Para Espa­ña, hay una vía alter­na­ti­va para ase­gu­rar los casi 10.000 millo­nes de metros cúbi­cos de gas arge­lino, a tra­vés del gaso­duc­to que trans­cu­rre por el Mar de Albo­rán has­ta Alme­ría (5).

UN PULSO REGIONAL

Apar­te del Sáha­ra, sem­pi­terno fac­tor de con­fron­ta­ción entre ambos veci­nos des­de los años seten­ta, el reali­nea­mien­to de las alian­zas regio­na­les has­ta los con­fi­nes del Gol­fo Ará­bi­go escla­re­ce el con­tex­to de estas cri­sis (6).

Los acuer­dos Abraham, pro­mo­vi­dos por Trump, con­sa­gra­ron públi­ca­men­te el acer­ca­mien­to entre Israel y paí­ses ára­bes mode­ra­dos o pro-occi­den­ta­les como el pro­pio Marrue­cos, los Emi­ra­tos, Bah­réin y Sudán. El desa­rro­llo de este pac­to regio­nal ha sido rela­ti­va­men­te rápi­do. En mitad del verano, el nue­vo minis­tro de exte­rio­res de Israel Yaïr Lapid visi­tó Rabat y reali­zó pro­nun­cia­mien­tos que Arge­lia con­si­de­ró hos­ti­les. El inci­den­te podría haber­se dilui­do ense­gui­da, si no fue­ra por el ambien­te de ten­sión arge­lino-marro­quí, pero tam­bién por la agi­ta­ción diplo­má­ti­ca de fon­do en la región.

Los Emi­ra­tos han par­ti­ci­pa­do acti­va­men­te en la gue­rra de Libia en apo­yo del maris­cal Haf­tar, jun­to con Egip­to y Rusia, y, por tan­to, en con­tra el gobierno inte­ri­no reco­no­ci­do por la ONU, apo­ya­do por Tur­quía y por Qatar. Estos reali­nea­mien­tos res­pon­den a la posi­ción fren­te al isla­mis­mo. Los EAU (igual que Ara­bia Sau­dí) bata­llan feroz­men­te con­tra la poli­ti­za­ción del Islam, igual que Egip­to, cuyos gene­ra­les no duda­ron en derro­car al gobierno de los Her­ma­nos Musul­ma­nes en 2013, tras la tur­bu­len­ta revo­lu­ción de 2011. Por el con­tra­rio, la Tur­quía del isla­mis­ta auto­ri­ta­rio Erdo­gan jugó muy fuer­te en favor del gobierno inte­ri­no libio, domi­na­do por isla­mis­tas mode­ra­dos. Qatar, rival de sau­díes y emi­ra­tíes, se ali­neó con Anka­ra y Tripoli.

En esta made­ja de alian­zas entra Túnez. El pre­si­den­te, con­tra­rio a la for­ma­ción isla­mis­ta Ennahdha, ha bus­ca­do apo­yos en Egip­to y en los Emi­ra­tos. Cada día que pasa pare­ce más cla­ro que Sayed está actuan­do según el libre­to del gene­ral egip­cio Al-Sisi, al aca­bar con la demo­cra­cia bajo la excu­sa de pro­te­ger al país del peli­gro de una dic­ta­du­ra reli­gio­sa. El pre­si­den­te tune­cino visi­tó Egip­to en abril de este año. Es difí­cil creer que no tra­ta­ra con Al Sisi de una even­tual inter­ven­ción pre­si­den­cial para corre­gir el rum­bo polí­ti­co tune­cino y ale­jar a los isla­mis­tas del poder. Pre­via­men­te, en diciem­bre de 2019, cuan­do Ennahdha goza­ba de gran influen­cia, Erdo­gan visi­tó Túnez para bus­car su apo­yo en la gue­rra de Libia, por enton­ces en una fase álgida.

Rabat com­par­te con Abu Dha­bi la ini­cia­ti­va de la cola­bo­ra­ción con Israel, bajo el ampa­ro de Washington

Estas manio­bras alcan­zan a Arge­lia y a Marrue­cos, por el jue­go de poder regio­nal. Rabat com­par­te con Abu Dha­bi la ini­cia­ti­va de la cola­bo­ra­ción con Israel, bajo el ampa­ro de Washing­ton. Biden no ha sus­pen­di­do la decla­ra­ción trum­pia­na de apo­yo a la sobe­ra­nía marro­quí sobre el Sáha­ra ni se ha pro­nun­cia­do en con­tra de la par­ti­ci­pa­ción de los EAU (y de Ara­bia) en la gue­rra del Yemen, que vive un ines­ta­ble parén­te­sis ante unas pers­pec­ti­vas de nego­cia­ción de muy incier­to alcance.

Arge­lia con­tem­pla el pul­so regio­nal entre lai­cos e isla­mis­tas con inco­mo­di­dad. La gue­rra con­tra el FIS (Fren­te Islá­mi­co de Sal­va­ción) en los años noven­ta ha deja­do muchas heri­das en el país. Las auto­ri­da­des arge­li­nas no quie­ren que se reabran y tra­tan de fomen­tar un diá­lo­go cons­truc­ti­vo con los isla­mis­tas mode­ra­dos, mien­tras per­si­guen a los radi­ca­les. No quie­ren exce­sos de sus veci­nos. Ni de los isla­mis­tas ni de los lai­cos. Se han man­te­ni­do equi­dis­tan­tes en la gue­rra de Libia y con­tem­plan los acon­te­ci­mien­tos en Túnez con aprensión.

NOTAS

(1) “Poli­ti­cal uncer­tainty dee­pens in Tuni­sia”. SARAH FEUER, GRANT RUMLEY, BEN FISHMAN Y AARON YELIN. THE WASHINGTON INSTITUTE, 31 de agos­to.

(2) AMNISTÍA INTERNACIONAL, 26 de agosto.

(3) “Keep Tunisia’s mili­tary out of poli­tics” RADWAN A. MASMOUDI (pre­si­dent del Cen­ter for the study of Islam & Demo­cracy, Washing­ton). FOREIGN POLICY, 2 de septiembre.

(4) “Entre­vis­ta con Isa­be­lle Weren­fels, inves­ti­ga­do­ra del Ins­ti­tu­to ale­mán de asun­tos inter­na­cio­na­les y segu­ri­dad. LE MONDE, 2 de sep­tiem­bre; “Rup­tu­ra Arge­lia-Marrue­cos: mucho más allá del Sáha­ra”. PACO AUDIJE. PERIO​DIS​TAS​.es, 31 de agos­to. “Alge­ria-Moroc­co rup­tu­ra: an unfunny comedy of errors”. DAVID POLLOCK. THE WASHINGTON INSTITUTE, 27 de Agosto.

(5) “Cri­sis algé­ro-marro­cai­ne: l’avenir incer­tain du gazo­duc Magh­reb-Euro­pe”. SAFÍA AYACHE (corres­pon­sal en Argel). LE MONDE, 3 de septiembre.

(6) “Efer­ves­cen­ce diplo­ma­ti­que régio­na­le autor de la situa­tion poli­ti­que en Tuni­sie”. FRÉDÉRIC BOBIN. LE MONDE, 25 de agos­to.

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