Cuba. Revo­lu­ción de colo­res o calen­tar­le la pis­ta a Biden

Por Randy Alfon­so Fal­cón, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 1 de diciem­bre de 2020. 

Donald Trump se va de la Casa Blan­ca doble­men­te derro­ta­do: no pudo ganar la reelec­ción pre­si­den­cial, ni tam­po­co pudo derro­car los gobier­nos de Cuba, Vene­zue­la y Nica­ra­gua; con­tra los que empleó todos los méto­dos de cas­ti­go y agre­sión a su alcance.

Pero las fuer­zas trum­pis­tas no están aca­ba­das, ni mucho menos. Están inten­tan­do dejar una pro­fun­da hue­lla en la socie­dad esta­dou­ni­den­se y más allá. A estas altu­ras, toda­vía Trump no reco­no­ce su amplia derro­ta en las elec­cio­nes; y tam­po­co deja de sem­brar­le pro­ble­mas a la admi­nis­tra­ción que ven­drá: hace unos días has­ta ame­na­zó con ata­car sitios nuclea­res ira­níes para abor­tar todo pro­pó­si­to de diá­lo­go con ese país.

Con Cuba, la actual admi­nis­tra­ción tie­ne una par­ti­cu­lar rabia: más de 120 medi­das puni­ti­vas que arre­cian el de por sí cri­mi­nal blo­queo eco­nó­mi­co, comer­cial y finan­cie­ro, y no han podi­do derro­car a la Revolución.

Con esa espi­na y el alien­to de las fuer­zas de la dere­cha anti­cu­ba­na que le die­ron el voto en las pasa­das elec­cio­nes, la actual admi­nis­tra­ción no cesa de orga­ni­zar pla­nes y pro­vo­ca­cio­nes con­tra Cuba, espe­ran­za­dos de dar la esto­ca­da final antes del 20 de enero; o al menos dejar­le la pis­ta bien calien­te al gobierno de Biden para que no pue­da plan­tear­se una con­vi­ven­cia civi­li­za­da con el archi­pié­la­go caribeño.

El nue­vo gobierno elec­to toda­vía no ha con­ge­nia­do públi­ca­men­te con esa dere­cha con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria anti­cu­ba­na, que le votó en con­tra y lo acu­só de “socia­lis­ta” y has­ta “comu­nis­ta” en una feroz cam­pa­ña mediá­ti­ca de cor­te mac­carthis­ta. Más bien, ha dicho públi­ca­men­te que pla­nea retor­nar a la polí­ti­ca de acer­ca­mien­to entre Cuba y EE.UU. que Oba­ma solo logró comen­zar en su últi­mo man­da­to, y que en tan poco tiem­po pudo demos­trar que sí es posi­ble con­vi­vir en paz y coope­ra­ción, cen­trán­do­nos en los pun­tos en común, res­pe­tan­do las diferencias.

Los vivi­do­res del con­flic­to, los pro­mo­to­res del mal con­tra el pue­blo cubano, los que se han bene­fi­cia­do de los millo­nes y millo­nes de dóla­res que Esta­dos Uni­dos des­ti­na cada año a los pla­nes agre­si­vos y de sub­ver­sión con­tra Cuba, andan por estos días en fre­né­ti­ca ofen­si­va, inten­ta­do cons­truir un pre­tex­to para com­pro­me­ter al futu­ro gobierno esta­dou­ni­den­se con la agre­si­va hos­ti­li­dad anticubana.

Bus­can una actua­li­za­da ver­sión de la archi­co­no­ci­da juga­da «derri­bo de avio­ne­tas de Her­ma­nos al Res­ca­te» que for­zó al pre­si­den­te can­di­da­to de 1996 Bill Clin­ton a renun­ciar al acer­ca­mien­to con Cuba y con­ver­tir en ley al pro­yec­to Helms Bur­ton para arre­ciar el blo­queo y dibu­jar el futu­ro neo­co­lo­nial del rebel­de país.

Pre­ten­den fomen­tar la ines­ta­bi­li­dad social, alen­tar las frus­tra­cio­nes, apro­ve­char las cir­cuns­tan­cias difí­ci­les de un país que ha teni­do que librar una dura bata­lla con­tra la pan­de­mia de COVID-19 en medio de arre­cia­das medi­das de blo­queo y de la para­li­za­ción de su prin­ci­pal fuen­te de ingre­sos, el turismo.

Apues­tan al posi­ble lide­raz­go des­es­ta­bi­li­za­dor de redu­ci­dos sec­to­res de la cul­tu­ra que han esta­do finan­cian­do y apa­dri­nan­do duran­te años, y bus­can con­fun­dir a sec­to­res juve­ni­les gol­pea­dos en sus aspi­ra­cio­nes y cali­dad de vida por la mis­ma polí­ti­ca de asfi­xia impe­rial con­tra Cuba.

Como expre­sa­ra el Gene­ral de Ejér­ci­to Raúl Cas­tro en un dis­cur­so ante el par­la­men­to cubano el 19 de abril de 2018: “ …una de las per­ma­nen­tes apues­tas de los enemi­gos de la Revo­lu­ción es pene­trar, con­fun­dir, divi­dir y ale­jar a nues­tra com­ba­ti­va juven­tud de los idea­les, la his­to­ria, la cul­tu­ra y la obra revo­lu­cio­na­ria, sem­brar el indi­vi­dua­lis­mo, la codi­cia, la mer­can­ti­li­za­ción de los sen­ti­mien­tos e indu­cir a las nue­vas gene­ra­cio­nes al pesi­mis­mo, al des­ape­go hacia la éti­ca y los valo­res huma­nis­tas, la soli­da­ri­dad y el sen­ti­do del deber”.

Se pre­ten­de pren­der una chis­pa que des­em­bo­que en un esta­lli­do social al esti­lo de los ensa­ya­dos y eje­cu­ta­dos en el mun­do ára­be o Ucra­nia. Y ello se alien­ta con total cinis­mo des­de las redes socia­les digi­ta­les, lo mis­mo des­de el Depar­ta­men­to de Esta­do y su emba­ja­da en La Haba­na que des­de la mafia ane­xio­nis­ta de Mia­mi. Quie­nes se ali­men­tan infor­ma­ti­va­men­te sólo en esos espa­cios digi­ta­les pen­sa­rán que en Cuba hay una gue­rra civil en estos días o una pro­tes­ta social gene­ra­li­za­da. Hacia tal esce­na­rio qui­sie­ran con­du­cir al país el impe­rio y sus peo­nes de turno.

La Revo­lu­ción cuba­na tie­ne la expe­rien­cia de sus más de 60 años de lucha con­tra las inten­cio­nes de domi­na­ción esta­dou­ni­den­se y con­tra una con­tra­rre­vo­lu­ción basa­da en el país del nor­te que ha recu­rri­do has­ta la inva­sión arma­da y el terro­ris­mo para inten­tar derro­car­la. Tie­ne, en espe­cial, el apo­yo mayo­ri­ta­rio de un pue­blo, cuya movi­li­za­ción en estos días de ame­na­zas es la prin­ci­pal for­ta­le­za y el mejor bas­tión ante los des­pro­pó­si­tos. Y cuen­ta ade­más, con una cul­tu­ra, una inte­lec­tua­li­dad, una plé­ya­de de artis­tas y crea­do­res rai­gal­men­te antim­pe­ria­lis­tas, que son espa­da y escu­do de la nación ante los inten­tos de dominación.

Cuba vive un nue­vo momen­to de desa­fío al que se le debe y da res­pues­ta des­de la inte­li­gen­cia, la fir­me­za de prin­ci­pios, la capa­ci­dad de diá­lo­go para hacer mejor al país y la fuer­za esen­cial­men­te revo­lu­cio­na­ria de su pueblo.

Nos advier­te des­de el siglo XIX el gran pen­sa­dor cubano José Anto­nio Saco: «No sea­mos el jugue­te des­gra­cia­do de hom­bres que con sacri­fi­cio nues­tro qui­sie­ran apo­de­rar­se de nuestrra tie­rra, no psra nues­tra feli­ci­dad, sino para su pro­ve­cho» (…) «yo desea­ría que Cuba no solo fue­se rica, ilus­tra­da, moral y pode­ro­sa , sino que fue­se Cuba cuba­na y no anglo-americana»

Fuen­te: Al Mayadeen

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