Puer­to Rico. Alian­zas, sí o sí

Por Dama­ris Suá­rez*, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 9 de noviem­bre de 2020.

Hace años que obser­vo una trans­for­ma­ción social y polí­ti­ca en Puer­to Rico. El his­tó­ri­co resul­ta­do elec­to­ral de esta últi­ma jor­na­da no debió tomar por sor­pre­sa a nadie debi­do al cada vez más evi­den­te has­tío de la ciu­da­da­nía con déca­das de ciclos elec­to­ra­les de leal­tad a los, has­ta aho­ra, dos par­ti­dos prin­ci­pa­les sin que se hayan logra­do cam­bios de peso en polí­ti­ca públi­ca, ade­cen­ta­mien­to en la ges­tión públi­ca ni trans­pa­ren­cia en los pro­ce­sos de gobernanza. 

No ha dis­mi­nui­do la pobre­za en el país, el dete­rio­ro de la infra­es­truc­tu­ra públi­ca es cada vez más nota­ble, los ser­vi­cios públi­cos men­gua­dos, la fal­ta de opor­tu­ni­da­des y de tra­ba­jo, la corrup­ción, la ausen­cia de ini­cia­ti­vas de desa­rro­llo eco­nó­mi­co local de peso que impul­sen al país en una nue­va direc­ción. Nin­guno de los par­ti­dos que han teni­do el turno al bate han logra­do aten­der estos pro­ble­mas estructurales.

De ahí sale la diver­si­dad que sur­ge en la nue­va Asam­blea Legis­la­ti­va, con dece­nas de caras nue­vas que hacen evi­den­te el cam­bio de lide­ra­to des­de el Movi­mien­to Vic­to­ria Ciu­da­da­na (MVC), el Par­ti­do Inde­pen­den­tis­ta Puer­to­rri­que­ño (PIP) y el Pro­yec­to Dig­ni­dad (PD), tras lograr en con­jun­to el voto del 35.14% del elec­to­ra­do. Resul­ta que no sola­men­te han roto el para­dig­ma polí­ti­co tra­di­cio­nal en Puer­to Rico, sino que son un pun­to de no regre­so para que el nue­vo gobierno ven­ga obli­ga­do a admi­nis­trar des­de el con­sen­so para poder ser fun­cio­nal. Tal pare­ce que ten­drán que que­dar atrás los tiem­pos del “ban­que­te total”, de la arro­gan­cia y la arbi­tra­rie­dad de las mayo­rías abso­lu­tas o de los gobier­nos com­par­ti­dos entre par­ti­dos que se ras­can las espaldas. 

Si bien es cier­to que según las encues­tas era anti­ci­pa­ble un gobierno com­par­ti­do, con­tra­rio a otras oca­sio­nes, los resul­ta­dos pre­li­mi­na­res apun­tan a que a par­tir del 2 de enero de 2021 el nue­vo gober­nan­te ten­drá que admi­nis­trar con­tan­do con los par­ti­dos nue­vos, así como el PPD y el PIP para poder apro­bar legis­la­ción, esta­ble­cer polí­ti­cas públi­cas y nego­ciar la rees­truc­tu­ra­ción de la deu­da, entre otros asun­tos que apremian.

Esto, suma­do a la reali­dad de la Jun­ta de Con­trol Fis­cal que con­tro­la el pre­su­pues­to del país, hará que quien gobier­ne ten­ga que manio­brar como nun­ca para ade­lan­tar una agen­da de gobierno. El lide­ra­to elec­to nece­si­ta­rá cons­truir con­fian­za y legi­ti­mi­dad entre sus adver­sa­rios políticos.

El pro­ce­so de con­teo de los votos fue retra­sa­do por fallas en las máqui­nas de escru­ti­nio elec­tró­ni­co en varios cole­gios don­de no se leye­ron digi­tal­men­te las pape­le­tas y debi­do tam­bién a una gran can­ti­dad de sufra­gios ade­lan­ta­dos que tam­bién tuvie­ron que ser con­ta­dos a mano. Esto cau­só que a cua­tro días de haber­se cerra­do los cole­gios toda­vía se des­co­noz­ca el resul­ta­do final de algu­nas contiendas. 

Ganó la gober­na­ción el can­di­da­to del PNP, Pedro Pier­lui­si Urru­tia, con una mayo­ría del PPD en el Sena­do. Se pro­yec­ta ade­más, que esa colec­ti­vi­dad tam­bién obten­dría los 26 esca­ños en la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes. De no lograr­lo, el PPD ten­dría que hacer alian­zas con el PIP, el MVC y el PD, inclu­so para ele­gir quié­nes diri­gi­rán ese cuer­po legislativo. 

Hubo cam­bios en el table­ro, al menos en lo que has­ta aho­ra se ha infor­ma­do: más muje­res salie­ron elec­tas, más esca­ños a par­ti­dos nue­vos y mayor repre­sen­ta­ción de can­di­da­tos abier­ta­men­te LGBTT. Según Nata­lie Cara­ba­llo del Pro­yec­to 85, de 22 muje­res elec­tas en el 2016, al momen­to van 34 muje­res elec­tas este año. El can­di­da­to inde­pen­dien­te José Var­gas Vidot reva­li­da en las pri­me­ras posi­cio­nes. El PIP, por su par­te, con un cre­ci­mien­to de más de 500% en las urnas, pare­ce que comien­za a supe­rar el las­tre de la repre­sión y la per­se­cu­ción polí­ti­ca que his­tó­ri­ca­men­te ha expe­ri­men­ta­do y que había sido un disua­si­vo para muchos que no vota­ban bajo su insig­nia, para lograr una pro­yec­ción efec­ti­va como un par­ti­do con posi­bi­li­da­des reales de admi­nis­trar el país. 

*Fuen­te: Perio­dis­mo Investigativo

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