Bra­sil. Racis­mo y muer­te en Carre­four son la pun­ta del ice­berg que invo­lu­cra a mas multinacionales

Por Mar­ques Casa­ra. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 29 de noviem­bre de 2020.

Cade­nas pro­duc­ti­vas glo­ba­les que ope­ran en Bra­sil están ínti­ma­men­te imbri­ca­das en pro­ble­mas tan gra­ves como el racismo.

En Bra­sil, el hiper­mer­ca­do Carre­four adop­ta un com­por­ta­mien­to racis­ta des­de 2009. Ese año, emplea­dos de una uni­dad en Osas­co gol­pea­ron a un hom­bre negro, Januá­rio Alves de San­ta­na. Carre­four ale­gó que Januá­rio esta­ba inten­tan­do robar un carro. Deta­lle: el carro era del pro­pio Januário.

En 2018, Luís Car­los Gomes, hom­bre negro, defi­cien­te físi­co, fue gol­pea­do en el baño del Carre­four en São Ber­nar­do do Cam­po. Acu­sa­ción: abrir una lata de cer­ve­za den­tro de la unidad.

El caso más recien­te fue este fatí­di­co 2020. La vís­pe­ra del Día de la Cons­cien­cia Negra, dos guar­dias de segu­ri­dad blan­cos gol­pea­ron has­ta matar a João Alber­to Sil­vei­ra Frei­tas, un hom­bre negro. Acu­sa­ción: dis­cu­tir y gri­tar con una emplea­da, en una uni­dad de la empre­sa en Por­to Alegre.

Esta muer­te es una tra­ge­dia anun­cia­da. Bas­ta mirar los ante­ce­den­tes de Carre­four. Entre los gol­pes de 2009 y el ase­si­na­to de 2020, son 11 años de negli­gen­cia y una serie de otros acon­te­ci­mien­tos. Entró a la his­to­ria, por ejem­plo, el com­por­ta­mien­to de la empre­sa el 14 de agos­to de 2020. Para no cerrar una uni­dad en Reci­fe, cuan­do un ter­ce­ri­za­do cayó muer­to en los corre­do­res de la tien­da, Carre­four sim­ple­men­te escon­dió el cadá­ver detrás de media doce­na de para­guas abier­tos. Y la tien­da siguió fun­cio­nan­do “nor­mal­men­te”.

Los casos siguen salien­do a la super­fi­cie. Des­pués de la reper­cu­sión del ase­si­na­to de João Alber­to, la jue­za Cris­ti­na Cor­dei­ro, del Tri­bu­nal de Jus­ti­cia de Rio de Janei­ro, resol­vió vol­ver públi­co otro epi­so­dio invo­lu­cran­do a la red fran­ce­sa, que habría ocu­rri­do entre 2017 y 2018.

Una mujer negra, les­bia­na, pobre y depen­dien­te quí­mi­ca, pre­sa por supues­ta­men­te hur­tar ali­men­tos en una filial de Carre­four en Rio de Janei­ro, fue gol­pea­da y vio­la­da por emplea­dos del supermercado.

¿Qué debe­mos hacer?

¿Boi­co­tear a Carre­four y com­prar en otro super­mer­ca­do? Lamen­to infor­mar­les que no hay mucha diferencia.

En el sec­tor de ali­men­tos, las cade­nas pro­duc­ti­vas glo­ba­les que ope­ran en Bra­sil están ínti­ma­men­te imbri­ca­das en pro­ble­mas tan gra­ves como el racis­mo. Los casos son de tra­ba­jo escla­vo, tra­ba­jo infan­til, con­ta­mi­na­ción por agro­tó­xi­cos, tor­tu­ra, ame­na­za, inva­sión de terri­to­rios indí­ge­nas, apro­pia­ción de tie­rras con docu­men­tos fal­si­fi­ca­dos, frau­des tri­bu­ta­rios, fal­si­fi­ca­ción de títu­los de tie­rra, defo­res­ta­ción, incen­dios forestales.

Seria invia­ble deta­llar tan­tos acon­te­ci­mien­tos en este artícu­lo, pero es posi­ble pre­sen­tar algu­nos ejem­plos. Nos enfo­ca­re­mos en tres. Son casos que demues­tran la gra­ve­dad del esce­na­rio, en lo que tie­ne que ver con las cor­po­ra­cio­nes trans­na­cio­na­les que actúan en el país.

Carre­four, Pão de Açú­car y Big-Walmart

Las tres mayo­res redes de super­mer­ca­dos de Bra­sil –Carre­four, Pão de Açú­car y Big-Wal­mart – ven­den fru­tas pro­du­ci­das median­te sufri­mien­to humano. Inves­ti­ga­cio­nes rea­li­za­das por este autor en 2019, en aso­cia­ción con Oxfam Bra­sil, mues­tran que los tra­ba­ja­do­res que pro­du­cen las fru­tas de las redes de super­mer­ca­dos están entre los 20% más pobres de Bra­sil. Es una cade­na pro­duc­ti­va mar­ca­da por irres­pe­to a las muje­res tra­ba­ja­do­ras, con­ta­mi­na­ción por agro­tó­xi­cos y con­di­cio­nes labo­ra­les degra­dan­tes en diver­sas áreas productivas.

Son per­so­nas que pro­du­cen las fru­tas que come­mos y cuya dig­ni­dad es des­trui­da por el com­por­ta­mien­to depre­da­dor de la cade­na pro­duc­ti­va. Más de 75 mil per­so­nas fir­ma­ron la peti­ción pidien­do a los super­mer­ca­dos tomar medi­das. Aún es posi­ble firmar.

Coca Cola

La cade­na pro­duc­ti­va del azú­car tie­ne a la Coca Cola como prin­ci­pal finan­cia­do­ra de plan­tas y embo­te­lla­do­ras de refri­ge­ran­tes invo­lu­cra­dos en una serie de crí­me­nes, entre ellos tor­tu­ra, ame­na­za de muer­te, tra­ba­jo escla­vo, inva­sión de terri­to­rios indí­ge­nas, frau­des y apro­pia­ción de tie­rras con docu­men­tos falsificados.

El caso más recien­te es de mar­zo de 2020. La pes­ca­do­ra Maria de Nasa­reth, líder comu­ni­ta­ria en una área ile­gal­men­te ocu­pa­da por la plan­ta Tra­pi­che –que tie­ne a Coca Cola como su prin­ci­pal finan­cia­do­ra – , fue tor­tu­ra­da por poli­cías al ser­vi­cio de la plan­ta, que inten­ta­ban expul­sar­las de las áreas de extrac­ti­vis­mo exis­ten­tes en el lugar.

La Coca Cola tam­bién está al fren­te de manio­bras fis­ca­les que lle­van al sec­tor de refri­ge­ran­tes a dejar de pagar, todos los años, R$ 3.000 millo­nes (US$ 558 millo­nes) en impues­tos. Los deta­lles de la ope­ra­ción en este artícu­lo publi­ca­do por el autor.

La mul­ti­na­cio­nal está invo­lu­cra­da en ope­ra­cio­nes de sobre­fac­tu­ra­ción del pre­cio del jara­be de azú­car pro­du­ci­do en Ama­zo­nas, con el obje­ti­vo de gene­rar cré­di­tos tri­bu­ta­rios ile­ga­les, para las pro­pias embo­te­lla­do­ras de la Coca Cola en otras regio­nes del país, de acuer­do con levan­ta­mien­to de la Recei­ta Fede­ral [Ser­vi­cio de Ren­tas Internas].

Embo­te­lla­do­ras vin­cu­la­das a esa empre­sa están entre las líde­res de incum­pli­mien­to en el paga­men­to de impues­tos. Ape­nas una de ellas tie­ne más de R$ 1 billón en impues­tos no paga­dos, ins­cri­tos en la Deu­da Acti­va de la Unión.

Nestlé

El mes pasa­do, la empre­sa dio ini­cio a una gigan­tes­ca ope­ra­ción de mar­ke­ting con el obje­ti­vo de dar a la mar­ca una apa­rien­cia de sus­ten­ta­bi­li­dad. Por inter­me­dio de un ali­men­to lla­ma­do Muci­lon, pro­me­tió plan­tar un millón de árbo­les de la Mata Atlán­ti­ca. Con el lema “Muci­lon: Cui­dan­do el pla­ne­ta para su hijo”, la empre­sa dice que se tra­ta de “una ope­ra­ción glo­bal de sus­ten­ta­bi­li­dad” con el obje­ti­vo de “cons­truir un futu­ro cada vez mejor para todos y, prin­ci­pal­men­te, para nues­tros niños”.

Se tra­ta de una ope­ra­ción de green­wa­shing, como se cono­ce la téc­ni­ca de crear una ima­gen posi­ti­va para escon­der prác­ti­cas pre­da­to­rias o vio­la­cio­nes a los dere­chos humanos.

Nestlé es la prin­ci­pal finan­cia­do­ra del tra­ba­jo infan­til en la cade­na pro­duc­ti­va del cho­co­la­te ven­di­do en Bra­sil. Inves­ti­ga­cio­nes rea­li­za­das por el autor, en aso­cia­ción con el Minis­te­rio Públi­co del Tra­ba­jo y la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo, mues­tran que Nestlé y otras cua­tro mul­ti­na­cio­na­les, usan el tra­ba­jo infan­til de ocho mil niños y ado­les­cen­tes en acti­vi­da­des dañi­nas para la salud y la for­ma­ción escolar.

El caso es de cono­ci­mien­to públi­co des­de 2019. Has­ta el momen­to, Nestlé man­tie­ne un rui­do­so silen­cio sobre el mis­mo, que invo­lu­cra no solo tra­ba­jo infan­til sino tam­bién tra­ba­jo esclavo.

Las otras empre­sas invo­lu­cra­das son Mon­de­lez, Barry Calle­baut, Car­gill y Olam Bra­sil, igual­men­te patro­ci­na­do­ras del tra­ba­jo escla­vo e infantil.

Sepa más: Café “Nes­pres­so”, de Nestlé, explo­ta tra­ba­jo infantil

El papel de las empresas

Ase­si­na­to, racis­mo, tra­ba­jo infan­til, tor­tu­ra, ame­na­zas, tra­ba­jo escla­vo, vio­len­cia con­tra pue­blos indí­ge­nas. Esta lis­ta de pro­ble­mas está ínti­ma­men­te liga­da a las mayo­res empre­sas de ali­men­tos del mundo.

Todas ellas tie­nen sus matri­ces fue­ra de Bra­sil. En sus paí­ses de ori­gen, el com­por­ta­mien­to de esas empre­sas es muy diferente.

En Sui­za, don­de Nestlé es una de las mayo­res empre­sas, el tra­ba­jo infan­til es into­le­ra­ble. ¿Por qué se acep­ta en las ope­ra­cio­nes de Nestlé en Brasil?

En Fran­cia, país sede de Carre­four, el racis­mo es inacep­ta­ble den­tro de las tien­das de la empre­sa. ¿Por qué en Bra­sil aún es tole­ra­do, por lo menos des­de 2009, a pun­to de cul­mi­nar en asesinato?

En la matriz de la Coca Cola, en los Esta­dos Uni­dos, no hay regis­tros de víncu­lo con empre­sas liga­das a tor­tu­ra e inva­sión de tie­rras. ¿Por qué se tole­ra en Brasil?

Empre­sas, gobier­nos, socie­dad civil y con­su­mi­do­res se tor­na­ron rehe­nes de sus pro­pias hipo­cre­sías. Sin una unión de esfuer­zos que de un bas­ta a tan­ta con­des­cen­den­cia, nada va a cambiar.

El ejem­plo podría venir de Carre­four, que es el caso en el can­de­le­ro hoy. Quien sabe cerran­do para siem­pre la tien­da de Por­to Ale­gre y finan­cian­do allí un cen­tro de estu­dios sobre dere­chos huma­nos, ges­tión públi­ca res­pon­sa­ble y con­su­mo saludable.

Hay que cam­biar. El cam­bio tie­ne que ser para ayer. Comen­zan­do por la posi­ción del gobierno, que hace meses asu­me aires cla­ra­men­te neo­fas­cis­tas, bajo las mira­das com­pla­cien­tes de ban­cos, indus­trias, par­la­men­ta­rios y gran­des inver­sio­nis­tas. Ellos se merecen.

(Mar­ques Casa­ra es perio­dis­ta e inves­ti­ga­dor espe­cia­li­za­do en inves­ti­ga­ción de cade­nas pro­duc­ti­vas, con foco en dere­chos huma­nos y medio ambiente).

(Foto: Una tien­da de la mul­ti­na­cio­nal Carre­four des­pués de pro­tes­ta en São Pau­lo. Cré­di­to: Vitor Shimomura).

Fuen­te: Bra­sil de Fato

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