Casi al 80%, concretamente al 78,92, se encuentran las celdas de almacenamiento de residuos de media y baja actividad de El Cabril. Esa es la situación según el informe anual realizado por la empresa Enresa, gestora de este espacio localizado en la Sierra de Albarrana de Hornachuelos, un estudio que detalla que a lo largo del pasado ejercicio entraron en las instalaciones un total de 2.674 metros cúbicos de basura radiactiva para su posterior tratamiento y almacenamiento.
En cuanto a las celdas 29 y 30, que son las que guardan los restos de muy baja intensidad, la situación es diferente, ya que comenzaron a operar muchos después y su nivel de ocupación es del 39,58%, según Enresa. Todo ese volumen de residuos que entró en El Cabril en el último año lo hizo a través de las 295 expediciones que se autorizaron.
Des esos 2.674 metros cúbicos de residuos, la mayor parte corresponden a restos de muy baja actividad (alrededor del 69%) procedentes fundamentalmente del desmantelamiento de la central nuclear José Cabrera. El resto son de baja y media. Aproximadamente un 13% del total de expediciones se corresponden con retirada de residuos procedentes de instalaciones radiactivas (hospitales, industrias, centros de investigación, etcétera), y de otras instalaciones no reglamentadas dentro de los marcos de actuación establecidos por los protocolos Megaporty sobre la Vigilancia Radiológica de los materiales metálicos.
Según Enresa, El Cabril “ha estado operando normalmente, habiéndose ocupado durante el año 154 posiciones de almacenamiento en celdas (contenedores de hormigón CE-2a, con 2.209 bultos en su interior)”. Respecto de la instalación complementaria para muy baja actividad, en el último ejercicio se alcanzaron los 17.383 metros cúbicos.
En esa memoria anual, el presidente de empresa, José Luis Navarro, señala que “hay que destacar la buena marcha del Centro de Almacenamiento de El Cabril, que un año más, sigue cumpliendo ejemplarmente el servicio público que presta a la sociedad, gestionando los residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad que se producen en instalaciones nucleares, pero también en hospitales, industrias y centros de investigación de todo el país”.
No obstante, este centro, que es el único en el Estado español que guarda restos nucleares de media, baja y muy baja actividad, sigue arrastrando el problema de las filtraciones de agua en una de sus celdas, concretamente en la 29, que es la que se construyó para el material de muy baja actividad. Así, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ordenó hace algunas semana el cierre de esa celda hasta que se resuelva el problema, si bien Enresa, previamente, ya había paralizado el depósito de restos en ese espacio durante todo el año 2019.
Tras detectar la presencia de agua por encima de los valores permitidos por las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF), el Consejo deja claro que “el titular [Enresa] mantendrá fuera de uso esta celda hasta comprobar la efectividad de las medidas adoptadas para garantizar las funciones y comportamiento previstos en las bases de diseño de la instalación”.
En el apartado de responsabilidad social corporativa, la empresa gestora también especifica cuáles han sido las actuaciones de colaboración con los municipios de el entorno de El Cabril, de manera que en el ejercicio se han destinado para este fin un total de 482.000 euros. De ese montante, más de 241.000 fueron para la localidad de Hornachuelos, en cuyo término municipal se ubica la instalación. Fuente Obejuna recibió en torno a 123.000 euros, mientras que la población sevillana de Navas de la Concepción ingresó unos 117.000.
Ante el volumen de ocupación de las celdas de baja y media (casi un 80%), uno de los proyectos de Enresa a medio plazo será el de solicitar una ampliación de su zona de almacenamiento, una idea que cuenta con el respaldo de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, que ha elaborado un informe en el que precisamente se apunta a la necesidad de ir trabajando ya en este punto, ya que la capacidad de El Cabril “es limitada” y que una vez la instalación se encuentra en esos porcentajes de ocupación, “en un futuro cercano será necesario ampliar dicha capacidad de almacenamiento”. De hecho, Enresa ha comenzado ya los trabajos preparatorios para la actualización de la licencia.
El Cabril cuenta con una plantilla de 119 trabajadores, según la información facilitada por la firma gestora, de los que 99 son hombres y 20 mujeres, quienes a lo largo del año pasado recibieron 6.138 horas de formación.
Fuente: www.granadahoy.com
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