Méxi­co. El males­tar de la sociedad

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de agos­to de 2020

El vuel­co de la pobla­ción hacia la figu­ra pre­si­den­cial, encar­na­da en Andrés Manuel López Obra­dor, nos mues­tra el males­tar de los ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas que no se sien­ten repre­sen­ta­dos ni aten­di­dos por las auto­ri­da­des loca­les y expre­sa aún la espe­ran­za que tie­ne la gen­te en el eje­cu­ti­vo fede­ral, para que pue­da aten­der y resol­ver sus deman­das. Exis­te un gran abis­mo entre las nece­si­da­des más urgen­tes que tie­ne la pobla­ción con las accio­nes del gobierno local, que son dis­tan­tes y aje­nas a la reali­dad coti­dia­na. Se per­ci­be un sen­ti­mien­to de orfan­dad y pesa­dum­bre en vas­tos sec­to­res de la socie­dad. No hay cana­les de inter­lo­cu­ción que ayu­den a des­ac­ti­var los con­flic­tos que se agu­di­zan por la des­aten­ción y la fal­ta de res­pues­tas inme­dia­tas y efectivas.

Hay una emer­gen­cia cau­sa­da por la pan­de­mia que obli­ga a las auto­ri­da­des a cam­biar el modo de rela­cio­nar­se con los ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas. En lugar de guar­dar la dis­tan­cia con la gen­te se tie­nen que abrir espa­cios para pro­ce­sar sus deman­das y mos­trar un com­pro­mi­so con ellas y ellos. El caso de Aca­pul­co, es un cla­ro ejem­plo de este dis­tan­cia­mien­to entre socie­dad y gobierno muni­ci­pal, que ha oca­sio­na­do un des­bor­da­mien­to de la deman­da social, ante la ausen­cia de la auto­ri­dad o su nega­ti­va para ayu­dar a encon­trar sali­das a la com­ple­ja pro­ble­má­ti­ca que plan­tean mul­ti­pli­ci­dad de acto­res sociales.

Des­de que ini­ció la estra­te­gia del gobierno fede­ral para hacer fren­te al poten­cial pan­dé­mi­co del covid – 19, los gobier­nos esta­tal y muni­ci­pal que­da­ron supe­di­ta­dos a los infor­mes y direc­tri­ces ema­na­das del cen­tro. La res­pon­sa­bi­li­dad reca­yó en las auto­ri­da­des de salud para enfren­tar la cri­sis sani­ta­ria, lo que pro­pi­ció que en las dife­ren­tes enti­da­des y regio­nes del país las reco­men­da­cio­nes per­die­ran fuer­za y se dilu­ye­ra la corres­pon­sa­bi­li­dad de los otros nive­les de gobierno, para actuar como agen­tes pre­ven­ti­vos y de vigi­lan­cia entre la pobla­ción. Se aca­tó a pie jun­ti­llas la sana dis­tan­cia, que en la prac­ti­ca se tra­du­jo en el cie­rre de todas las ofi­ci­nas de gobierno y la con­se­cuen­te des­aten­ción de las per­so­nas. Se dejó a la deri­va a las fami­lias que empe­za­ron a pade­cer los estra­gos del con­ta­gio y el falle­ci­mien­to de alguno de sus seres que­ri­dos. No se tra­ba­jó en una estra­te­gia masi­va de pre­ven­ción que esti­mu­la­ra a la pobla­ción a man­te­ner­se en su domicilio.

Las direc­tri­ces tra­za­das por el sub­se­cre­ta­rio de salud, el doc­tor Hugo López – Gatell, se tra­du­je­ron en men­sa­jes ambi­guos que han gene­ra­do des­con­cier­to en la socie­dad. El caso más polé­mi­co ha sido el uso del cubre­bo­cas, que ante la pos­tu­ra ofi­cial de que no es la pana­cea para solu­cio­nar el pro­ble­ma del con­ta­gio y el hecho mis­mo de que el sub­se­cre­ta­rio ni el pre­si­den­te de la repú­bli­ca lo usen, ha pro­pi­cia­do que se dis­per­sen las accio­nes orien­ta­das a dis­mi­nuir esta tras­mi­sión del virus. La nega­ti­va a rea­li­zar prue­bas masi­vas de PCR para diag­nos­ti­car el núme­ro de per­so­nas con­ta­gia­das por covid – 19, impi­de que se obli­gue a que se aís­len con el fin de evi­tar la pro­pa­ga­ción del coro­na­vi­rus. Las con­se­cuen­cias han sido fata­les para nues­tro esta­do por­que en reali­dad no sabe­mos el núme­ro de per­so­nas con­ta­gia­das y solo se toma como indi­ca­dor el núme­ro de camas ocu­pa­das por pacien­tes de covid – 19, con la férrea inten­ción de pasar del semá­fo­ro rojo al ama­ri­llo. Lo con­tras­tan­te es que las auto­ri­da­des infor­man de que hay más del 50% de dis­po­ni­bi­li­dad de camas covid, sin embar­go, los con­ta­gios siguen al alza y tam­bién el núme­ro de per­so­nas falle­ci­das que no están lle­gan­do a los hos­pi­ta­les, por el fun­da­do temor de que ahí salen muertos.

Lo que cons­ta­ta­mos este vier­nes 14 con la visi­ta de pre­si­den­te Andrés Manuel López Obra­dor al Puer­to de Aca­pul­co, es un pre­lu­dio de los esce­na­rios que están por venir en nues­tro país. La pan­de­mia ha colo­ca­do en el lími­te de la sobre­vi­ven­cia a la pobla­ción mayo­ri­ta­ria­men­te pobre de Méxi­co. La situa­ción de Gue­rre­ro es preo­cu­pan­te por­que el muni­ci­pio de Aca­pul­co es el cen­tro neu­rál­gi­co de la vida eco­nó­mi­ca en la enti­dad, que enfren­ta una cri­sis sani­ta­ria sin pre­ce­den­tes. Los con­ta­gios por covid – 19 aumen­tan, sin que las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les y de salud imple­men­ten accio­nes coor­di­na­das que con­ten­gan su pro­pa­ga­ción. Esta ame­na­za cre­cien­te se com­ple­ji­za con la deba­cle de la acti­vi­dad turís­ti­ca que ha colo­ca­do en una situa­ción limi­te a miles de fami­lias que luchan por la sobre­vi­ven­cia. El gobierno muni­ci­pal esta des­bor­da­do y no hay for­ma de recom­po­ner una situa­ción que se ha veni­do arras­tran­do a lo lar­go de los años, por el vacia­mien­to de los recur­sos públi­cos, la des­aten­ción a la pobla­ción y el impe­rio de la corrup­ción. El gran desa­fío es ren­cau­sar el males­tar ciu­da­dano y asu­mir sus deman­das para con­jun­tar esfuer­zos que tras­cien­dan ante el gobierno federal.

Las pro­tes­tas han empe­za­do a tomar las calles y los acto­res que apa­re­cen se han diver­si­fi­ca­do, sin embar­go, a todos los une la lucha por la sobre­vi­ven­cia: la pér­di­da masi­va de empleos, la pre­ca­rie­dad de los sala­rios, la inse­gu­ri­dad labo­ral y los insu­fi­cien­tes recur­sos finan­cie­ros que se han dis­per­sa­do a tra­vés de las dife­ren­tes depen­den­cias del gobierno fede­ral, son los sig­nos omi­no­sos de una cri­sis más pro­fun­da que está a pun­to de tocar fon­do. La pobla­ción que vive en el cam­po resis­te con mayor cru­de­za los emba­tes de esta pan­de­mia que esta cobran­do muchas muer­tes al inte­rior de las comu­ni­da­des indí­ge­nas, afro­me­xi­ca­nas y cam­pe­si­nas. En esos luga­res no hay como poner­se a sal­vo ante el con­ta­gio por­que no hay médi­cos ni medi­ci­nas y los cen­tros hos­pi­ta­la­rios están a varias horas de dis­tan­cia que impi­de el tras­la­do de los pacien­tes. Los enfer­mos por covid – 19 no están en los hos­pi­ta­les por­que ahí no pue­de ni quie­re lle­gar la gen­te. Pre­fie­ren mejor que­dar­se en casa y hacer fren­te al coro­na­vi­rus con reme­dios case­ros y con la com­pa­ñía de sus fami­lia­res. Des­de sus hoga­res resis­ten y enfren­tan con cru­de­za el ries­go de la muerte.

Un gran núme­ro de fami­lias pobres ha deja­do de sem­brar sus par­ce­las ante la impo­si­bi­li­dad de com­prar insu­mos para la siem­bra de maíz. Los recur­sos que obte­nían a tra­vés de las reme­sas que envia­ban sus hijos o hijas han mer­ma­do y, en muchos casos, ya no les lle­ga­rá por­que sus seres que­ri­dos murie­ron por el covid – 19. Los sub­si­dios guber­na­men­ta­les no repre­sen­tan un apo­yo sig­ni­fi­ca­ti­vo para man­te­ner a la fami­lia den­tro de la comu­ni­dad don­de no exis­ten tra­ba­jos remu­ne­ra­dos. Des­de el mes de febre­ro se incre­men­tó el núme­ro de jefes y jefas de fami­lia que opta­ron por dejar la par­ce­la, cerrar sus casas y salir con sus cos­ta­les de ropa para tra­ba­jar como jor­na­le­ras y jor­na­le­ros agrí­co­las. En estos seis meses el Con­ce­jo de Jor­na­le­ros Agrí­co­las de la Mon­ta­ña ha regis­tra­do 7 mil 116 per­so­nas que han sali­do del esta­do para tras­la­dar­se a los cam­pos agrí­co­las de Chihuahua, Sina­loa, Michoa­cán y Gua­na­jua­to. El núme­ro de niños y de niñas es muy repre­sen­ta­ti­vo: se han regis­tra­do 501 bebés de 0 a 2 años; 534 de a 3 a 5 años; mil 264 de 6 a 12 años y 988 de 13 a 17 años. Toda esta pobla­ción se que­da­rá sin posi­bi­li­dad de acce­der a la edu­ca­ción bási­ca, menos en estas con­di­cio­nes don­de los estu­dian­tes tie­nen que estar fren­te a un apa­ra­to de tele­vi­sión. Las niñas y los niños jor­na­le­ros regu­lar­men­te acom­pa­ñan a sus papás y mamás en los cam­pos don­de tra­ba­jan. La mayo­ría de la pobla­ción jor­na­le­ra per­te­ne­cer al muni­ci­pio de Cochoa­pa el Gran­de, que en su tota­li­dad for­man par­te del pue­blo Na’Savi, con­tan­do con un regis­tró de 2 mil 17 per­so­nas que han sali­do en este perio­do. Lo secun­da el muni­ci­pio de Tla­pa como mil 347; Metla­tó­noc con 712; Alco­zau­ca 268 y Copa­na­to­yac 221. Se tra­ta de la región mix­te­ca que enfren­ta gra­ves pro­ble­mas de vio­len­cia y una des­aten­ción sis­te­má­ti­ca de las auto­ri­da­des muni­ci­pa­les, que bri­llan por su ausen­cia en las comu­ni­da­des don­de más se requie­re su pre­sen­cia y apoyo.

Ante el ries­go de que los áni­mos de esta pobla­ción empo­bre­ci­da se des­bor­den y se ace­le­re la deses­pe­ra­ción de la gen­te, que ha pues­to sus espe­ran­zas en el pre­si­den­te de la repú­bli­ca, el des­en­can­to por la 4T pue­de cau­sar un mayor eno­jo y males­tar de la socie­dad. La des­coor­di­na­ción de las ins­ti­tu­cio­nes de gobierno tan­to en sus pro­gra­mas como en el abor­da­je de los pro­ble­mas socia­les y eco­nó­mi­cos que se viven en la enti­dad, ha dis­per­sa­do esfuer­zos y des­gas­ta­do recur­sos. La fal­ta de arti­cu­la­ción entre los tres nive­les de gobierno ha pul­ve­ri­za­do los pre­su­pues­tos públi­cos que no se han mate­ria­li­za­do en accio­nes efec­ti­vas que for­ta­lez­can las ini­cia­ti­vas loca­les para mejo­rar sus con­di­cio­nes de vida.

La nue­va nor­ma­li­dad nos está mos­tran­do el semá­fo­ro rojo que enfren­ta­mos por la vio­len­cia, la inse­gu­ri­dad, el incre­men­to de los con­ta­gios y las muer­tes por covid – 19, el des­em­pleo masi­vo, la migra­ción inter­na, los femi­ni­ci­dios y la alta con­flic­ti­vi­dad agra­ria que enfren­tan las comu­ni­da­des rura­les del estado.

Los gri­tos y las pro­tes­tas de pres­ta­do­res de ser­vi­cios turís­ti­cos, ambu­lan­tes, comer­cian­tes, médi­cos, enfer­me­ras, uni­ver­si­ta­rios y jóve­nes estu­dian­tes en el mar­co de la visi­ta del pre­si­den­te de la repú­bli­ca, es el ter­mó­me­tro que mar­ca el cli­ma social que vivi­mos en Gue­rre­ro, don­de la pobla­ción no tie­ne otra alter­na­ti­va que hacer públi­co su males­tar para exi­gir aten­ción a sus deman­das. Ha empe­za­do a cerrar­se el cer­co entre la pobla­ción y la figu­ra pre­si­den­cial, y esto en un mal augu­rio, por­que a pesar de que haya un com­pro­mi­so de dar­le prio­ri­dad a la pobla­ción mar­gi­nal, si los dere­chos bási­cos como la salud la ali­men­ta­ción, la edu­ca­ción y el tra­ba­jo no se mate­ria­li­zan, la trans­for­ma­ción que­da­rá en el intento.

Publi­ca­do ori­gi­nal­men­te en el Cen­tro de Dere­chos Huma­nos de la Mon­ta­ña “Tla­chi­no­llan”

FUENTE: des­In­for­me­mo­nos

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