Fili­pi­nas. La ven­gan­za de las viudas

Por Gua­di Cal­vo. Resu­men Medio Orien­te, 27 de agos­to de 2020.

El pasa­do lunes 24 fren­te a la Cate­dral de Nues­tra Seño­ra del Mon­te Car­me­lo, en la ciu­dad de Jolo, capi­tal de la pro­vin­cia del mis­mo nom­bre, en el sur de Fili­pi­nas, un doble ata­que explo­si­vo mató a quin­ce per­so­nas e hirió a cer­ca de un cen­te­nar. En enero de 2019, otro doble aten­ta­do, con­tra este mis­mo tem­plo había deja­do 20 muer­tos y cien heridos.

Según las inves­ti­ga­cio­nes la pri­me­ra explo­sión se habría pro­du­ci­do en las puer­tas de la Cate­dral, por medio de un dis­po­si­ti­vo disi­mu­la­do en una moto­ci­cle­ta, esta­cio­na­da cer­ca de dos camio­nes del ejér­ci­to pro­vo­can­do en ese momen­to la muer­te de varios mili­ta­res y civi­les. La segun­da explo­sión se regis­tró, minu­tos des­pués de la lle­ga­da de un gru­po de mili­ta­res, que jun­to a fun­cio­na­rios esta­ta­les esta­ban tra­ba­jan­do en la cam­pa­ña con­tra el Covid-19, en un lugar pró­xi­mo al tem­plo cató­li­co, los núme­ros tota­les de muer­tos hablan de ocho sol­da­dos, un poli­cía y sie­te civi­les, a los que se le podrían sumar algu­nos más dado la can­ti­dad de heridos.

Aun­que el ata­que no fue revin­di­ca­do por nin­gu­na orga­ni­za­ción, el jefe mili­tar de la región de Jolo, el gene­ral de bri­ga­da William Gon­za­les, atri­bu­yó el hecho al gru­po inte­gris­ta Abu Say­yaf, por ser el úni­co con capa­ci­dad de lle­var a cabo un ata­que de esa envergadura.

Lo que horas des­pués se corro­bo­ra­ría al cono­cer­se la iden­ti­dad de las dos ata­can­tes, las que fue­ron reco­no­ci­das por el pro­pio Jefe del Ejér­ci­to fili­pino, el tenien­te gene­ral Ciri­li­to Sobe­ja­na, Nanah Lasu­ca espo­sa de Nor­man Lasu­ca, de 23 años, quien se iden­ti­fi­ca como el pri­mer šahīd (már­tir) fili­pino quién se inmo­ló en junio del año pasa­do, den­tro de un cam­pa­men­to tem­po­ral de una uni­dad espe­cial de lucha con­tra el terro­ris­mo del ejér­ci­to cer­cano a la ciu­dad de Inda­nan, en Jolo, en el hecho murie­ron tres guar­dias del cam­pa­men­to y tres civi­les que cir­cuns­tan­cial­men­te pasa­ban por el lugar. La isla de Jolo, que ha sido duran­te mucho tiem­po una base de inte­gris­tas, inclui­dos el gru­po Abu Say­yaf y varias de sus facciones.

La segun­da šahī­da era Inda Nay espo­sa de Talha Jum­sah, tam­bién cono­ci­do como Abu Talha, una impor­tan­te figu­ra del gru­po terro­ris­ta, quien murió en un enfren­ta­mien­to con el ejér­ci­to, en noviem­bre últi­mo en las áreas sel­vá­ti­cas cer­ca­nas a la ciu­dad de Pati­kul, tam­bién en la pro­vin­cia de Jolo, quién había desem­pe­ño car­gos fun­da­men­ta­les en la orga­ni­za­ción inte­gris­ta: como enla­ce de Abu Say­yaf con el Daesh, ade­más de ser un reco­no­ci­do estra­te­ga a la ira de pla­ni­fi­car ata­ques; ade­más de ser un exce­len­te for­ma­dor de mili­tan­tes y tener una lugar cla­ve en la red por la que muchos muyahi­di­nes vete­ra­nos de las gue­rras de Medio Orien­te logra­ron infil­trar­se al sur de Fili­pi­nas, por lo que esta­ba sien­do moni­to­rea­do por uni­da­des anti­te­rro­ris­tas de Esta­dos Uni­dos y Australia.

Lla­ma la aten­ción este tipo de ata­ques ya que en Fili­pi­nas, los aten­ta­dos sui­ci­da no eran par­te del modus ope­ran­di de estas orga­ni­za­cio­nes, aun­que este últi­mo es el quin­to des­de julio de 2018, con­fir­ma la pre­sun­ción de muchos exper­tos que este tipo de accio­nes, se están hacien­do cada vez más fre­cuen­tes por par­te de la kha­ti­ba, que res­pon­de al Daesh en el sudes­te asiá­ti­co, ya que con ante­rio­ri­dad al per­pe­tra­do por Nor­man Lasu­ca, nun­ca antes se había regis­tra­do a pesar de las nume­ro­sas accio­nes que Abu Say­yaf ha rea­li­za­do des­de su fun­da­ción en la déca­da de 1990 en el país insu­lar. Este gru­po a par­tir del retorno de los vete­ra­nos fili­pi­nos que par­ti­ci­pa­ron en la gue­rra anti­so­vié­ti­ca de Afga­nis­tán, tuvo una derro­ta de posi­cio­nes que los lle­vó del sepa­ra­tis­mo del Fren­te Moro de Libe­ra­ción Nacional, con cone­xio­nes con la gue­rri­lla mar­xis­ta del Nue­vo Ejér­ci­to del Pue­blo a pos­tu­la­dos inte­gris­tas más livia­nos, has­ta la con­ver­sión al más cerra­do de los capí­tu­los del sunis­mo, el waha­bis­mo, de la mano de al-Qae­da, has­ta que en 2015, en que reali­zó su bay’ah o jura­men­to de leal­tad al enton­ces jefe del Daesh, Abu Bakr al-Bag­da­dí o Cali­fa Ibrahim.

Según los inves­ti­ga­do­res detrás de estos ata­ques habría estad Mun­di Sawad­jaan, exper­to en explo­si­vos, el que ya es con­si­de­ra­do autor inte­lec­tual de este últi­mo doble aten­ta­do, sobrino del actual líder de Abu Say­yafemir del Daesh en el Sudes­te Asiá­ti­co, Hatib Hajan Sawadjaan.

Los sec­to­res más duros de Mani­la, insis­ten en vol­ver a ins­ta­lar el Esta­do de Sitio, como ya se había esta­ble­ci­do des­de 2017 a 2019. La región, de amplí­si­ma mayo­ría musul­mana, pare­cía enca­mi­nar­se a la solu­ción des­pués de años de gue­rra, tras lograr la crea­ción de la Región Autó­no­ma de Bang­sa­mo­ro en Min­da­nao Musul­mán en el refe­rén­dum, que for­mó par­te de los acuer­dos de acuer­dos de paz entre el gobierno de pre­si­den­te Rodri­go Duter­te y el Fren­te Moro de Libe­ra­ción Islá­mi­ca (MILF), lo que dejó a los fun­da­men­ta­lis­tas prác­ti­ca­men­te sin ban­de­ras, más que el fanatismo.

Un lar­go y zig­za­guean­te camino a la paz.

Des­de mayo de 2017 a diciem­bre de 2019, toda región se man­tu­vo bajo ley mar­cial, tras la toma de Mara­wi, una ciu­dad de 200 mil habi­tan­tes, que el gru­po Abu Say­yaf jun­to a la orga­ni­za­ción de los her­ma­nos Mau­te o Esta­do Islá­mi­co Ranao toma­ron un man­tu­vie­ron bajo su con­trol des­de mayo a noviem­bre de 2017, resis­tien­do al ase­dio del ejér­ci­to jun­to a gru­pos de coman­do nor­te­ame­ri­ca­nos y aus­tra­lia­nos que de mane­ra sola­pa­da, y no tan­to, par­ti­ci­pa­ron en la recu­pe­ra­ción, (Ver: Fili­pi­nas: Mara­wi la ciu­dad que será leyen­da) Las auto­ri­da­des guber­na­men­ta­les deci­die­ron des­de enton­ces esta­ble­cer un estre­cho con­trol en toda el área por lo que el esta­do de sitio se exten­dió casi dos años más, des­pués de la reto­ma de Marawi.

Así todo y más allá de la pér­di­da de sus máxi­mos líde­res Isni­lon Hapi­lon, ade­más de emir del Daesh en el Sudes­te Asiá­ti­co y su segun­do Omar Mau­te, el gru­po inte­gris­ta al logra­do reamar­se y tras nom­brar como nue­vo emir, Hatib Sawadjaan.

Ade­más de estos últi­mos ata­ques, las auto­ri­da­des están inves­ti­gan­do la res­pon­sa­bi­li­dad del gru­po en la muer­te de cua­tro hom­bres de la inte­li­gen­cia de ejér­ci­to con la misión de pre­ve­nir ata­ques terro­ris­tas a fines de junio pasa­do que esta­ban en ese momen­to en una ope­ra­ción de vigi­lan­cia para cap­tu­rar a dos muje­res que, según la infor­ma­ción reco­gi­da, esta­ban a pun­to de lan­zar un ata­que sui­ci­da. Se cree que en estas muer­tes habrían teni­do tam­bién par­ti­ci­pa­ción algu­nos efec­ti­vos infie­les de la poli­cía de Jolo. Algu­nas ver­sio­nes men­cio­nan que los cua­tro mili­ta­res se diri­gían al cen­tro de Jolo cuan­do fue­ron dete­ni­dos por nue­ve poli­cías en un pues­to de con­trol y ase­si­na­dos a tiros a ple­na luz.

En las últi­mas horas del miér­co­les 26, fue dete­ni­do Jamiul Nas­sa­lon, de 41 años, en la ciu­dad de Mabuhay, Zam­boan­ga Sibu­gay, por un equi­po inte­gra­do por hom­bres de la Uni­dad de Inte­li­gen­cia Regio­nal 9, Gru­po de Inte­li­gen­cia de la PNP y la Divi­sión 9 de Inte­li­gen­cia Regio­nal. Nas­sa­lon a quien se lo con­si­de­ra uno de los más cer­ca­nos lugar­te­nien­tes del emir Sawad­jaan, es sos­pe­cho­so de haber par­ti­ci­pa­do en varios crí­me­nes ade­más de ser con­si­de­ra­do el autor inte­lec­tual del secues­tro y deca­pi­ta­ción de Doro­teo Gon­za­les en Baran­gay Bue­na­vis­ta, Zam­boan­ga City en 2009, tras haber­se nega­do su fami­lia a pagar el res­ca­te, y el aten­ta­do explo­si­vo en la ter­mi­nal de colec­ti­vos de Gui­wan, en la ciu­dad de Zam­boan­ga, en 2015, e los que murió dos per­so­nas y se pro­du­je­ron cin­cuen­ta heri­dos, entre otras muchas acciones.

En el sur de Fili­pi­nas la gue­rra con­tra se sigue exten­dien­do en el tiem­po y más allá de la volun­tad de paz del pue­blo musul­mán, los muer­tos regre­sar para seguir matando.

*Gua­di Cal­vo es escri­tor y perio­dis­ta argen­tino. Ana­lis­ta Inter­na­cio­nal espe­cia­li­za­do en Áfri­ca, Medio Orien­te y Asia Cen­tral. En Face­book: https://​www​.face​book​.com/​l​i​n​e​a​i​n​t​e​r​n​a​c​i​o​n​a​lGC.

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