Bra­sil. Los dos úni­cos éxi­tos de Bolsonaro

Eric Nepo­mu­ceno. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 10 de agos­to de 2020.

Jair Bol­so­na­ro ya no sor­pren­de a nadie. Sigue con una mez­cla de estu­pi­dez, igno­ran­cia e irres­pon­sa­bi­li­dad sin reme­dio, mien­tras Bra­sil nau­fra­ga en la peor tra­ge­dia sani­ta­ria de su his­to­ria. Y cada día que pasa se refuer­za la ima­gen de que no exis­te quien sea capaz de parar­le la mano.

A ver: al medio­día del vier­nes se supo que el núme­ro de infec­ta­dos en el país por la covid-19 lle­gó a 2.927.807. El total de muer­tos, a 98.844, y el pro­me­dio de nue­vas víc­ti­mas fata­les se man­tu­vo por enci­ma de mil a cada 24 horas. El mis­mo vier­nes la Orga­ni­za­ción Mun­dial de Salud con­fir­mó que por segun­do día con­se­cu­ti­vo Bra­sil tuvo más muer­tes cau­sa­das por el coro­na­vi­rus en todo el mundo.

Este domin­go se supo que el núme­ro de víc­ti­mas fata­les superó la mar­ca de los cien mil. Y nada pare­ce seña­lar que no se lle­gue al doble de aquí a fin de año. De los cin­co mil y pico de muni­ci­pios bra­si­le­ños, poco menos de la mitad tie­nen 200 mil habitantes.

La pan­de­mia sigue cau­san­do casi una muer­te por minu­to, sin que exis­ta una acción míni­ma­men­te coor­di­na­da por el gobierno para al menos inten­tar mati­zar la catás­tro­fe. Del total de poco más de diez mil millo­nes de dóla­res alar­dea­dos por Bol­so­na­ro para medi­das de emer­gen­cia sani­ta­ria menos de la ter­ce­ra par­te lle­gó a esta­dos y municipios.

Al fren­te del minis­te­rio de Salud per­ma­ne­ce un gene­ral tro­glo­di­ta que no hace más que cum­plir las estric­tas órde­nes de un pre­si­den­te cada vez más des­equi­li­bra­do. Y, cla­ro, dis­tri­bu­yen­do car­gos y espar­cien­do pre­ben­das a uni­for­ma­dos sin nin­gu­na calificación.

La fal­ta de lími­tes del refe­ri­do mili­tar lo lle­vó a nom­brar como repre­sen­tan­te del minis­te­rio de Salud en el esta­do de Per­nam­bu­co, uno de los más afec­ta­dos por la pan­de­mia, a una joven que en las fotos luce su bue­na apa­rien­cia y en las decla­ra­cio­nes su total e irre­ver­si­ble inep­ti­tud para el pues­to de impor­tan­cia cla­ve que el gene­ral le regaló.

A estas altu­ras de su gobierno, es jus­to reco­no­cer que en al menos un pun­to, un úni­co pun­to, Bol­so­na­ro dio mues­tras de cohe­ren­cia: lue­go de haber sido elec­to, le pre­gun­ta­ron qué país pre­ten­día cons­truir. Su res­pues­ta: «Pri­me­ro, hay que des­tro­zar lo que hicie­ron a lo lar­go de los últi­mos trein­ta años’». O sea, lo que se hizo en los gobier­nos del cen­tro-dere­chis­ta Fer­nan­do Hen­ri­que Car­do­so, o de Lula da Sil­va y Dil­ma Rous­seff, los dos de izquierda.

Entre agos­to de 2019, su pri­mer año como pre­si­den­te, y julio de 2020 la des­truc­ción de la flo­res­ta ama­zó­ni­ca aumen­tó 34 por cien­to. Fue­ron más de nue­ve mil kiló­me­tros cua­dra­dos de mata devastados.

Deta­lle: se tra­ta de un infor­me par­cial, que será revi­sa­do a fin de año. His­tó­ri­ca­men­te, los infor­mes par­cia­les son más con­ser­va­do­res que la revi­sión final.

Ade­más de tum­bar árbo­les de mane­ra total­men­te ile­gal, tam­bién aumen­tó y mucho la can­ti­dad de incen­dios inten­cio­na­les, con el obje­ti­vo de abrir espa­cio para agri­cul­tu­ra igual­men­te ile­gal. El pasa­do miér­co­les, por ejem­plo, fue­ron detec­ta­dos mil pun­tos de que­ma­da en la Ama­zo­nia. Se tra­ta del mayor volu­men de los últi­mos 15 años. En los sie­te pri­me­ros meses de 2020 el minis­te­rio des­ti­nó a la pre­ven­ción y com­ba­te a incen­dios solo 19% del pre­su­pues­to establecido.

Mien­tras, la abe­rra­ción que ocu­pa la silla de minis­tro de Medioam­bien­te se reu­nió con mine­ros ile­ga­les que inva­den terri­to­rio indí­ge­na demar­ca­do acor­de a la legis­la­ción. Tema del encuen­tro: cómo impe­dir que fis­ca­les ambien­ta­les des­tro­cen el ‘mate­rial de tra­ba­jo’ de los inva­so­res, o sea, cómo dar pro­tec­ción a los que come­ten crímenes.

A estas altu­ras, Bra­sil se trans­for­mó en un paria uni­ver­sal. Las pre­sio­nes exter­nas sobre la cues­tión ambien­tal empe­za­ron a tener refle­jos inter­nos, a pun­to de que los tres mayo­res ban­cos pri­va­dos se jun­ta­ron para hos­ti­gar la polí­ti­ca de des­truc­ción lle­va­da a cabo, cla­ra­men­te incen­ti­va­da por el minis­tro de Medioam­bien­te fren­te a la iner­cia del apren­diz de geno­ci­da ins­ta­la­do en el sillón presidencial.

Y no es que los due­ños del capi­tal se preo­cu­pen tan­to por el medioam­bien­te: es que cada vez más ganan fuer­za y espa­cio las ame­na­zas de inver­sio­nis­tas extran­je­ros e impor­ta­do­res de pro­duc­tos agrí­co­las bra­si­le­ños de adop­tar medi­das durí­si­mas de res­tric­ción a Brasil.

El minis­tro de Eco­no­mía, un espe­cu­la­dor del mer­ca­do que tie­ne como auge de su estre­chí­si­mo curri­cu­lum haber sido fun­cio­na­rio de Augus­to Pino­chet en Chi­le, refle­ja cla­ra­men­te la polí­ti­ca ambien­tal de Bol­so­na­ro. En una reu­nión vir­tual con empre­sa­rios e inver­sio­nis­tas de Esta­dos Uni­dos, les negó el dere­cho de cri­ti­car lo que ocu­rre en la Ama­zo­nia: “Uste­des tam­bién des­tro­za­ron sus flo­res­tas, no ven­gan aho­ra a criticarnos”.

Ese el ver­da­de­ro éxi­to de Jair Bol­so­na­ro: cum­plir con su anun­cio de que des­trui­ría todo lo que había en el país.

Bueno, hay otro éxi­to, pero de dura­ción impre­vi­si­ble: has­ta aho­ra, y por más que se refuer­cen los indi­cios cla­rí­si­mos de alta y har­ta corrup­ción del clan pre­si­den­cial, el ultra­de­re­chis­ta sigue incólume.

A ver has­ta cuán­do el pre­si­den­te más nefas­to de la his­to­ria bra­si­le­ña logra­rá des­fru­tar de este segun­do éxito…

* Fuen­te: Pági­na 12

Itu­rria /​Fuen­te

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