Bra­sil. Bol­so­na­ro se dis­fra­za de Lula para con­quis­tar el Nordeste

Por Dario Pig­not­ti. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de agos­to de 2020.

Las poses e imá­ge­nes del líder ultra­de­re­chis­ta al salu­dar a sus sim­pa­ti­zan­tes en los esta­dos de Piauí y Bahia pare­ce cal­ca­da de las recor­da­das cara­va­nas del exman­da­ta­rio petista.

Hacién­do­se pasar por Lula. Jair Bol­so­na­ro copió los ges­tos y has­ta el som­bre­ro que sue­le usar Luiz Inácio Lula da Siva duran­te la visi­ta que reali­zó a los esta­dos de Piauí y Bahía, en la región nor­des­te, la más pobre del país. La core­gra­fía del líder más impor­tan­te de la ultra­de­re­cha lati­no­ame­ri­ca­na al salu­dar a sus sim­pa­ti­zan­tes la sema­na pasa­da pare­ce cal­ca­da de las recor­da­das cara­va­nas del exman­da­ta­rio naci­do en el Nor­des­te don­de sigue sien­do el polí­ti­co con más altos índi­ces de aprobación.

Bol­so­na­ro pro­me­tió reto­mar los via­jes al inte­rior del país esta sema­na como par­te de una estra­te­gia con­ce­bi­da con varios obje­ti­vos: hacer pie en los reduc­tos tra­di­cio­nal­men­te lulis­tas, con­ti­nuar con el pro­se­li­tis­mo de cara a las elec­cio­nes muni­ci­pa­les de noviem­bre y, sobre todo, pro­yec­tar­se con miras a las pre­si­den­cia­les de 2022.

Este domin­go, cuan­do la cifra de muer­tos por el coro­na­vi­rus subió a 94.104, Bol­so­na­ro paseó en moto­ci­cle­ta por Bra­si­lia e ingre­só a una far­ma­cia don­de resal­tó lo «bara­to» que está la hidro­xi­clo­ro­qui­na, la dro­ga que él reco­mien­da casi dia­ria­men­te a los afec­ta­dos por la pan­de­mia (lle­gó a ofre­cér­ce­la a un aves­truz en los jar­di­nes de la resi­den­cia ofi­cial) , ade­más de cri­ti­car el ais­la­mien­to social imple­men­ta­do por los gober­na­do­res para fre­nar el contagio.

El comen­ta­rio en la far­ma­cia pare­ció ser un men­sa­je diri­gi­do a Lula que este fin de sema­na vol­vió a acu­sar­lo de haber simu­la­do estar infec­ta­do por la covid-19 para pro­mo­cio­nar la clo­ro­qui­na por razo­nes comerciales.

«Este pre­si­den­te esti­mu­la a la gen­te a salir a la calle, esti­mu­la la anar­quía, sin expli­car­le al pue­blo que se pue­de con­ta­giar (..) pare­ce que es el due­ño de la empre­sa que fabri­ca la clo­ro­qui­na». Bol­so­na­ro es cóm­pli­ce de un «geno­ci­dio».

Duran­te la entre­vis­ta Lula comen­tó que podría mudar­se de San Pablo a Bahía, el esta­do más impor­tan­te del nor­des­te cuyo gober­na­dor, Rui Cos­ta, per­te­ne­ce al Par­ti­do de los Trabajadores.

Y lo más impor­tan­te: dejó abier­ta la posi­bi­li­dad de ser can­di­da­to a la pre­si­den­cia en 2022, algo que segu­ra­men­te preo­cu­pa en el Pala­cio del Planalto.

Bol­so­na­ro lle­gó al gobierno gra­cias a su vic­to­ria en las elec­cio­nes de octu­bre de 2018, la que difí­cil­men­te hubie­ra alcan­za­do si su adver­sa­rio hubie­ra sido el jefe del Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res. Un mes y medio antes de aque­llos comi­cios atí­pi­cos el extor­ne­ro nor­des­tino esta­ba pre­so cum­plien­do una con­de­na de la cau­sa Lava Jato y pese a ello tenía casi el doble de inten­cio­nes de voto que el capi­tán retirado.

Lula que­dó fue­ra de carre­ra elec­to­ral debi­do a una serie de manio­bras urdi­das por el enton­ces juez Ser­gio Moro, geren­te de la cau­sa Lava Jato, el Tri­bu­nal Supe­rior Elec­to­ral y la pre­sión del Ejér­ci­to, entre otros factores.

La alian­za for­ma­da por Bol­so­na­ro, los mili­ta­res, la pren­sa gran­de y los gru­pos eco­nó­mi­cos domi­nan­tes ( coa­li­ción ben­de­ci­da o por lo menos con­sen­ti­da por la emba­ja­da esta­dou­ni­den­se) sufrió un des­gas­te ace­le­ra­do, has­ta su implo­sión ocu­rri­da el 24 de abril de este año. Ese día Moro renun­ció al minis­te­rio de Jus­ti­cia – car­go con el que fue pre­mi­da­do por Lava Jato – lle­van­do con­si­go a fac­cio­nes del Poder Judi­cial, varios par­ti­dos de dere­cha y otros gru­pos, como el mul­ti­me­dios medios Glo­bo que ter­mi­nó de rom­per con el Planalto.

Esa frac­tu­ra ocu­rrió en el con­tex­to de la cri­sis del coro­na­vi­rus que ero­sio­nó la popu­la­ri­dad del gober­nan­te, espe­cial­men­te entre las cla­ses medias espan­ta­das ante sus posi­cio­nes negacionistas.

De todos modos la pér­di­da de popu­la­ri­dad obser­va­da en abril no fue pronunciada.

En mayo y junio el ocu­pan­te del Pla­nal­to comen­zó a recu­pe­rar­se en las encues­tas, don­de per­dió par­te de sus segui­do­res de la cla­se media pero ganó sim­pa­tías entre las fran­jas socia­les más cas­ti­ga­das, las que reci­ben un «auxi­lio de emer­gen­cia» de unos 600 reales men­sua­les ( 118 dólares).

Es hacia esos sec­to­res que apun­ta el ofi­cia­lis­mo, que pla­nea lan­zar el pro­gra­ma asis­ten­cial Ren­ta Bra­sil y archi­var la Bol­sa Fami­lia here­da­da de los tiem­pos de Lula.

Cam­bio de vestuario

Lue­go de via­jar al calu­ro­so nor­des­te, dis­fra­za­do de Lula, el man­da­ta­rio cam­bió de ves­tua­rio antes de embar­car hacia la sure­ña, y bas­tan­te fría, ciu­dad de Bagé, cuna del dic­ta­dor Emi­lio Garras­ta­zú Médi­ci. Ate­rri­zó el vier­nes por la maña­na con una cam­pe­ra ver­de oli­va acom­pa­ña­do por el gene­ral, Augus­to Heleno, minis­tro de segu­ri­dad ins­ti­tu­cio­nal, uno de sus prin­ci­pa­les consejeros.

Duran­te su paso por esa loca­li­dad cer­ca­na a la fron­te­ra con Uru­guay, inau­gu­ró una escue­la cívi­co-mili­tar y enal­te­ció Médi­ci . «El hom­bre que encon­tró a Bra­sil en uno de los momen­tos más difí­ci­les („) cuan­do algu­nos inten­ta­ban tomar el poder a cual­quier precio».

Entre 1969 y 1974 Médi­ci con­du­jo el perío­do más vio­len­to del régi­men mili­tar y en Esta­dos Uni­dos acor­dó con su cole­ga Richard Nixon y el ase­sor de segu­ri­dad, Henry Kis­sin­ger, alen­tar los gol­pes que derro­ca­ron a Sal­va­dor Allen­de en Chi­le y Juan José Torres en Boli­via, según docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos por el Archi­vo de Segu­ri­dad Nacio­nal de la Uni­ver­si­dad de Washington.

Bajo la ges­tión de Médi­ci se rea­li­za­ron los pri­me­ros secues­tros de mili­tan­tes bra­si­le­ños en Argen­ti­na, que sen­ta­rían un pre­ce­den­te del Plan Cóndor.

La Doc­tri­na Nixon con­ce­bía a Bra­sil como el bra­zo eje­cu­tor de la polí­ti­ca hemis­fé­ri­ca de Washington.

Un con­cep­to que en cier­ta medi­da reapa­re­ce con Bol­so­na­ro a tra­vés de la revi­sión de la Polí­ti­ca Nacio­nal de Defen­sa en la que se admi­te la hipó­te­sis de ten­sio­nes con paí­ses fronterizos.

El gene­ral Médi­ci lle­gó a eva­luar la posi­bi­li­dad de inva­dir Uru­guay si el Fren­te Amplio gana­ra las elec­cio­nes de 1971. Duran­te su dis­cur­so en Bagé Bol­so­na­ro lan­zó crí­ti­cas con­tra el gobierno de Vene­zue­la, prin­ci­pal esce­na­rio de una even­tual con­fron­ta­ción bélica.

Leo­nar­do Boff

Leo­nar­do Boff: «Bol­so­na­ro es el anticristo»

El teó­lo­go Leo­nar­do Boff decla­ró que Bol­so­na­ro es «un espi­ri­tu enemi­go de la vida, de todo lo que es bueno».

«El país está sin nin­gu­na direc­ción, gober­na­do por alguien que tie­ne las carac­te­rís­ti­cas del anti­cris­to (..) que usa el nom­bre del Mesías para enga­ñar a su pueblo».

Boff ha sido con­sul­ta­do por el papa Fran­cis­co, res­pec­to de los pue­blos ori­gi­na­rios y la situa­ción en la Amazonia.

El mes pasa­do el man­da­ta­rio vetó una ley que obli­ga­ba al Esta­do a sumi­nis­trar agua a los pue­blos ori­gi­na­rios, que están entre los gru­pos más vul­ne­ra­bles fren­te a la covid-19.

«El más gran­de cri­men de Bol­so­na­ro fue negar a los indí­ge­nas agua, reme­dios y todo aque­llo que podía sal­var­les la vida. Bol­so­na­ro tie­ne la con­cep­ción de que los indios no son gente».

* Fuen­te: Pági­na 12

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