Bra­sil. La Pan­de­mia y el hambre

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 11 de julio de 2020

Según el infor­me de Oxfam la pan­de­mia no es la úni­ca res­pon­sa­ble: la «aus­te­ri­dad» pro­fun­di­zó las des­igual­da­des y la agri­cul­tu­ra cam­pe­si­na fue sabo­tea­da por el gobierno. Las cor­po­ra­cio­nes y los agro­ne­go­cios son libres para dic­tar los pre­cios de los alimentos.

El infor­me publi­ca­do ayer por Oxfam con­fir­ma lo que los inves­ti­ga­do­res, los movi­mien­tos socia­les y los acti­vis­tas con­tra el ham­bre advir­tie­ron inclu­so antes del ini­cio de la pan­de­mia de coro­na­vi­rus, la cri­sis ali­men­ta­ria ya era una reali­dad en el mun­do y, espe­cial­men­te en Bra­sil, agra­va­da por las polí­ti­cas de aus­te­ri­dad, la fal­ta de incen­ti­vo para la pro­duc­ción de ali­men­tos y la ausen­cia de polí­ti­cas que con­tri­bu­yan a fre­nar la espe­cu­la­ción del mer­ca­do con los pre­cios de los ali­men­tos. Según el infor­me, Bra­sil está cla­si­fi­ca­do como un «epi­cen­tro emer­gen­te de ham­bre extre­ma», jun­to con India y Sudáfrica.

El infor­me denun­cia que, inclu­so antes de la pan­de­mia, la ban­ca­rro­ta del sis­te­ma ali­men­ta­rio glo­ba­li­za­do ya era evi­den­te, cen­tra­da en la pro­duc­ción de pro­duc­tos para la expor­ta­ción, depen­dien­te de insu­mos quí­mi­cos y pes­ti­ci­das, una gran con­cen­tra­ción de rique­za y que a dia­rio aumen­ta la inse­gu­ri­dad ali­men­ta­ria y la pobre­za gene­ra­li­za­da. Los pode­ro­sos comer­cian­tes agrí­co­las, las empre­sas de ali­men­tos y bebi­das y los super­mer­ca­dos que domi­nan el sec­tor ali­men­ta­rio pue­den dic­tar el pre­cio y los tér­mi­nos del comer­cio de ali­men­tos. Su enfo­que en redu­cir cos­tos y maxi­mi­zar ganan­cias some­te a los pro­duc­to­res y tra­ba­ja­do­res a sala­rios de pobre­za y los obli­ga a asu­mir la mayo­ría de los ries­gos aso­cia­dos con la pro­duc­ción de ali­men­tos. En tiem­pos de pan­de­mia, pode­mos ver lo con­tra­rio, que la fal­ta de una polí­ti­ca de con­trol de pre­cios por par­te del esta­do ha per­mi­ti­do a estos acto­res espe­cu­lar sobre los pre­cios de los ali­men­tos, lo que ha resul­ta­do en aumen­tos con­si­de­ra­bles en los pro­duc­tos alimenticios.

Oxfam tam­bién afir­ma que Bra­sil esta­ba en una lucha ace­le­ra­da con­tra el ham­bre y la inse­gu­ri­dad ali­men­ta­ria y, en 2014, esta­ba en camino de ganar esta bata­lla, gra­cias a las inver­sio­nes del gobierno a favor de los peque­ños pro­duc­to­res rura­les y un paque­te de polí­ti­cas que incluía Crea­ción de un Con­se­jo Nacio­nal para la Segu­ri­dad Ali­men­ta­ria y Nutri­cio­nal (CONSEA), desa­rro­lla­do en cola­bo­ra­ción con la socie­dad civil. Sin embar­go, des­de 2015 la situa­ción se ha dete­rio­ra­do, la cri­sis eco­nó­mi­ca y las polí­ti­cas de aus­te­ri­dad, los recor­tes radi­ca­les en los pre­su­pues­tos para la agri­cul­tu­ra fami­liar y la pro­tec­ción social, cau­sa­ron un efec­to domi­nó que acen­tuó las tasas de pobre­za, des­em­pleo y hambre.

Según el infor­me, Bra­sil adop­tó dos medi­das y dos medi­das para pro­te­ger a los afec­ta­dos por la cri­sis: a fines de junio, el gobierno fede­ral dis­tri­bu­yó solo el 10% de la ayu­da finan­cie­ra pro­me­ti­da a los tra­ba­ja­do­res y las empre­sas, a tra­vés del Pro­gra­ma de Apo­yo al Empleo (PESE), con gran­des empre­sas que obtie­nen más bene­fi­cios del gobierno que los tra­ba­ja­do­res o las micro y peque­ñas empre­sas. Asi­mis­mo, solo el 47,9% de los fon­dos para asis­ten­cia de emer­gen­cia a per­so­nas vul­ne­ra­bles se dis­tri­bu­ye­ron a prin­ci­pios de julio.

* Fuen­te: Outras Pala­vras

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