Ecuador.«Nos movi­li­za­mos en defen­sa de la edu­ca­ción pública»

Por Sil­via Ara­na, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 19 de junio de 2020.

Afi­che: Ciclea­da por mis dere­chos. Foro Uni­ver­si­ta­rio por la Defen­sa de la Edu­ca­ción Supe­rior (Gua­ya­quil, mayo 2020)

En la vigé­si­ma entre­ga de la serie, la docen­te uni­ver­si­ta­ria y acti­vis­ta Ana Carri­llo ana­li­za los efec­tos de la pan­de­mia enla­za­dos a las recien­tes medi­das eco­nó­mi­cas del gobierno cen­tra­das en la reduc­ción del gas­to públi­co, inclui­do el recor­te de 98 millo­nes de dóla­res al pre­su­pues­to de la edu­ca­ción supe­rior. Dice: «De mane­ra sin­cró­ni­ca a la pan­de­mia, nos han gol­pea­do las medi­das eco­nó­mi­cas». Afir­ma que los recor­tes al pre­su­pues­to edu­ca­ti­vo aten­tan no solo con­tra el dere­cho humano de los estu­dian­tes a reci­bir una edu­ca­ción de cali­dad sino tam­bién con­tra los dere­chos labo­ra­les de los docentes.

Ana, ¿podría hablar­nos de su tra­ba­jo como docen­te en una uni­ver­si­dad públi­ca de Guayaquil?

Soy docen­te de la Uni­ver­si­dad de las Artes, don­de tra­ba­jo en el Depar­ta­men­to Trans­ver­sal de Teo­rías Crí­ti­cas y Prác­ti­cas expe­ri­men­ta­les. Entre las diver­sas tareas que hace­mos en este depar­ta­men­to, creo que la prin­ci­pal es abrir una ven­ta­na para fomen­tar el pen­sa­mien­to crí­ti­co des­de una pers­pec­ti­va lati­no­ame­ri­ca­na. Esto inclu­ye la prác­ti­ca de una aca­de­mia cuyo cono­ci­mien­to y méto­do sean per­ti­nen­tes, como un capi­tal social que debe ser demo­cra­ti­za­do y plu­ral, no sólo en el acce­so a los resul­ta­dos, sino tam­bién y tal vez sobre todo, en el pro­ce­so de cons­truc­ción y de copro­duc­ción de ese cono­ci­mien­to. En ese sen­ti­do tene­mos una asig­na­tu­ra que arti­cu­la a la Uni­ver­si­dad con varias comu­ni­da­des, barrios orga­ni­za­dos, sin­di­ca­tos, gru­pos cul­tu­ra­les… y que nos per­mi­te refle­xio­nar sobre las vio­len­cias, exclu­sio­nes e inequi­da­des que se repro­du­cen en torno a la edu­ca­ción y el sis­te­ma edu­ca­ti­vo. Al mis­mo tiem­po este pro­ce­so nos per­mi­te trans­for­mar las mira­das sobre las meto­do­lo­gías de apren­di­za­je y for­ta­le­cer los pro­ce­sos orga­ni­za­ti­vos, inte­lec­tua­les de lo que lla­ma­mos cul­tu­ra popular…

A dos meses de la cri­sis huma­ni­ta­ria sufri­da por miles de gua­ya­qui­le­ños que cla­ma­ban por ayu­da al gobierno nacio­nal y muni­ci­pal para dar aten­ción médi­ca o sepul­tu­ra a sus seres que­ri­dos, ¿cómo eva­lúa la situa­ción, par­ti­cu­lar­men­te en la comu­ni­dad universitaria?

Han sido días cier­ta­men­te difí­ci­les en varios sen­ti­dos. En pri­mer lugar, creo que los trau­mas emo­cio­na­les sufri­dos por la ciu­dad no han ter­mi­na­do de enten­der­se, menos aún de pro­ce­sar­se. No ha habi­do el lugar para el luto, sólo se nos ha orde­na­do seguir pro­du­cien­do en con­di­cio­nes adver­sas. Si bien es cier­to la pan­de­mia tuvo un pico estre­me­ce­dor, del cual creo que nos vamos olvi­dan­do para negar­nos a enten­der todo lo que sig­ni­fi­can las esce­nas que vivi­mos en Gua­ya­quil, tam­bién ha deve­la­do la per­ver­si­dad del sis­te­ma y ha traí­do una serie de efec­tos que nece­si­tan ser atendidos.

En el pico de la pan­de­mia la comu­ni­dad uni­ver­si­ta­ria sufrió mucho, los casos de com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros cuyos fami­lia­res se con­vir­tie­ron en víc­ti­mas mor­ta­les de la enfer­me­dad, los cos­tos que sig­ni­fi­ca­ba el tra­ta­mien­to médi­co, la espe­cu­la­ción y la incer­ti­dum­bre rei­na­ron. Esto gol­peó y gol­pea aún fuer­te­men­te las mane­ras en que se pro­du­ce el cono­ci­mien­to, nues­tras refle­xio­nes y nues­tro pro­yec­to de vida, pero al mis­mo tiem­po son momen­tos de mucha empa­tía y bús­que­da de soluciones.

¿Qué tipo de accio­nes soli­da­rias sur­gie­ron des­de la comu­ni­dad educativa?

Un gru­po de docen­tes, estu­dian­tes y tra­ba­ja­do­res nos orga­ni­za­mos para con­for­mar una Red de Apo­yo que tuvo varios obje­ti­vos: con­tra­rres­tar la impo­si­bi­li­dad de con­se­guir ali­men­ta­ción para algu­nas de nues­tras estu­dian­tes y sus fami­lias, tener infor­ma­ción actua­li­za­da sobre los luga­res y los pre­cios de las medi­ci­nas, faci­li­tar el acce­so a ser­vi­cios de con­ten­ción psi­co­ló­gi­ca, gene­rar espa­cios vir­tua­les de cui­da­do mutuo, faci­li­tar infor­ma­ción actua­li­za­da sobre ser­vi­cios de trans­por­te y otros; y even­tual­men­te ayu­da eco­nó­mi­ca para aque­llas que habían per­di­do fami­lia­res o esta­ban afron­tan­do ellos mis­mos la enfer­me­dad pues los cos­tos de esto se hicie­ron insos­te­ni­bles. En el pico de la pan­de­mia cual­quier cosa se con­vir­tió en difí­cil de con­se­guir. Con el tiem­po estas nece­si­da­des han ido cam­bian­do, aho­ra los estu­dian­tes están migran­do hacia sus ciu­da­des de ori­gen así que la red se enfo­ca en cubrir los gas­tos de ali­men­ta­ción de algu­nos ‑pues como sabe­mos el nivel de des­em­pleo y la impo­si­bi­li­dad de esta­bi­li­zar las eco­no­mías fami­lia­res es abrumador‑, y bus­car solu­cio­nes logís­ti­cas para otros.

Aho­ra, de mane­ra sin­cró­ni­ca a la pan­de­mia, nos han gol­pea­do las medi­das eco­nó­mi­cas y la des­com­po­si­ción de la ins­ti­tu­cio­na­li­dad esta­tal, las ame­na­zas a los dere­chos labo­ra­les y huma­nos en las que nos des­en­vol­ve­mos. En ese sen­ti­do los recor­tes a los pre­su­pues­tos uni­ver­si­ta­rios y la incer­ti­dum­bre en tér­mi­nos labo­ra­les alte­ran el fun­cio­na­mien­to nor­mal de los docentes.

¿Cómo se está rea­li­zan­do la edu­ca­ción onli­ne en una uni­ver­si­dad públi­ca como la Uni­ver­si­dad de las Artes? ¿Cuá­les son los prin­ci­pa­les desa­fíos mien­tras dure esta modalidad?

Hay muchas dudas sobre cómo rea­li­zar la edu­ca­ción a dis­tan­cia des­de las uni­ver­si­da­des públi­cas. Si bien es cier­to que se hicie­ron unos cur­sos rápi­dos de capa­ci­ta­ción, la ver­dad es que no somos exper­tos en el tema. No hemos repen­sa­do prin­ci­pal­men­te la modi­fi­ca­ción de con­te­ni­dos y meto­do­lo­gías de ense­ñan­za, solo nos hemos con­cen­tra­do en el domi­nio de pla­ta­for­mas digi­ta­les. Esto ha hecho que tra­te­mos de cum­plir con lo que hacía­mos antes de la pan­de­mia, estan­do en con­di­cio­nes radi­cal­men­te dife­ren­tes. Creo que, en gene­ral, hay un pro­ble­ma sobre cómo con­ce­bi­mos la edu­ca­ción que se hace más evi­den­te en esta tem­po­ra­da; por ejem­plo, la homo­ge­nei­dad de con­te­ni­dos y la ela­bo­ra­ción de “con­te­ni­dos esta­bles”, tan esta­bles que no se repen­sa­ron duran­te esta pan­de­mia. Es decir, pen­sa­mos que exis­te la obli­ga­to­rie­dad de saber deter­mi­na­dos cono­ci­mien­tos en lugar de pen­sar de mane­ra estra­té­gi­ca, situa­da y empá­ti­ca con las viven­cias y que nos ayu­de a mirar la edu­ca­ción como un lugar para sobre­lle­var los evi­den­tes pro­ble­mas crí­ti­cos que des­ta­pó la pandemia.

Hay varios desa­fíos, ¿qué sig­ni­fi­ca estu­diar tal o cual cosa mien­tras afue­ra el mun­do ha cam­bia­do de una mane­ra radi­cal? Habría que repen­sar los con­te­ni­dos edu­ca­ti­vos y las meto­do­lo­gías. Es difí­cil, por ejem­plo, que los estu­dian­tes asis­tan a cla­ses sin poder afron­tar el luto de las fami­lias o solu­cio­nar los pro­ble­mas eco­nó­mi­cos. Emo­cio­nal­men­te las cla­ses son una solu­ción, pues dan la idea de que el pro­yec­to de vida con­ti­núa, sin embar­go se evi­den­cia la bre­cha y las iniqui­da­des. Los que mejor están en el pro­ce­so edu­ca­ti­vo son los que mejo­res con­di­cio­nes eco­nó­mi­cas y aní­mi­cas tie­nen. Aque­llos que han sido gol­pea­dos por esta situa­ción están en peo­res con­di­cio­nes al igual que los que vie­nen de hoga­res empo­bre­ci­dos his­tó­ri­ca­men­te; en ese sen­ti­do la bre­cha se hace más gran­de. Por otro lado, el tele­tra­ba­jo o las acti­vi­da­des de la edu­ca­ción a dis­tan­cia gene­ran una intro­mi­sión en la vida pri­va­da de los docen­tes, los lími­tes entre tra­ba­jo y no tra­ba­jo se vuel­ven difí­ci­les de esta­ble­cer. Esto sig­ni­fi­ca un aumen­to en el tiem­po ‑que reba­sa las 40 horas sema­na­les de tra­ba­jo, el estrés, entre otras. El caso más sen­si­ble es el de profesores/​as o empleados/​as que son cuidadores/​as, com­par­ten su hora­rio de tra­ba­jo con la exi­gen­cia de la casa. Más allá de la anéc­do­ta per­so­nal, esta cir­cuns­tan­cia empo­bre­ce y pre­ca­ri­za a pobla­cio­nes que de por sí ya están empo­bre­ci­das o pre­ca­ri­za­das, por ejem­plo, las muje­res jefas de hogar que com­par­ten el tele­tra­ba­jo con el cui­da­do de les hijes y la pro­pia edu­ca­ción a dis­tan­cia de estos niñes.

La bre­cha digi­tal pone de mani­fies­to el lugar colo­nial de nues­tros paí­ses; los ser­vi­cios de inter­net colap­san pues no abas­te­cen la deman­da. Adi­cio­nal­men­te, los docen­tes esta­mos pagan­do costos/​servicios que el emplea­dor nor­mal­men­te cubre y expo­nién­do­nos de mane­ra públi­ca a ser espia­dos, pues todo nues­tro mate­rial cir­cu­la en redes, así como al ata­que infor­má­ti­co, que está tan de moda y que es de fácil acce­so des­de las pla­ta­for­mas que usamos.

¿Qué efec­tos tie­ne la cri­sis eco­nó­mi­ca en los estudiantes?

La pan­de­mia ayu­dó a des­ta­par la inequi­dad del mun­do en el que vivi­mos. La bre­cha eco­nó­mi­ca de acce­so dife­ren­cia­do a dere­chos se refle­ja en la bre­cha digi­tal. Algu­nos estu­dian­tes están en la cla­ra impo­si­bi­li­dad de acce­der (en tér­mi­nos más reales que nun­ca) a un pro­ce­so edu­ca­ti­vo con­ti­nuo. Hay momen­tos en que los estu­dian­tes no siguen el hilo de la cla­se y las acti­vi­da­des por­que el ser­vi­cio de inter­net es malo o por­que piden pres­ta­da la com­pu a la veci­na, com­par­ten los apa­ra­tos tec­no­ló­gi­cos en la fami­lia, etc

La pan­de­mia ayu­dó a des­ta­par la inequi­dad del mun­do en que vivi­mos, una ver­dad que nos atra­vie­sa, que no es leja­na, que está den­tro y fue­ra de nues­tras vidas y que hemos natu­ra­li­za­do. La bre­cha eco­nó­mi­ca de acce­so dife­ren­cia­do a dere­chos se refle­ja en la bre­cha digi­tal. Algu­nos estu­dian­tes están en la cla­ra impo­si­bi­li­dad de acce­der (en tér­mi­nos más reales que nun­ca) a un pro­ce­so edu­ca­ti­vo con­ti­nuo. Es evi­den­te, hay momen­tos en que los estu­dian­tes no siguen el hilo de la cla­se y las acti­vi­da­des por­que el ser­vi­cio de inter­net es malo o por­que piden pres­ta­da la com­pu a la veci­na, com­par­ten los apa­ra­tos tec­no­ló­gi­cos en la fami­lia, etc.

Las uni­ver­si­da­des públi­cas tene­mos estu­dian­tes de los quin­ti­les más empo­bre­ci­dos de la socie­dad, en ese sen­ti­do la cri­sis eco­nó­mi­ca que ha cau­sa­do el gobierno cen­tral (los des­pi­dos masi­vos en el sec­tor públi­co y pri­va­do, la poca liqui­dez que exis­te en el país, retra­so sis­te­má­ti­co de los pagos en el sec­tor públi­co, dis­mi­nu­ción de la masa sala­rial en el pri­va­do, altas tasas de empleo infor­mal o sub­em­pleo) se vuel­ca al sis­te­ma edu­ca­ti­vo. Los estu­dian­tes ayu­dan eco­nó­mi­ca­men­te en su hogar, en oca­sio­nes son el sos­tén de sus fami­lias, o son los repo­si­to­rios de la ten­sión deve­ni­da de la pre­ca­ria con­di­ción eco­nó­mi­ca. Un tema que era ya impor­tan­te para ellos y que se ha con­ver­ti­do en pre­do­mi­nan­te aho­ra es pen­sar el futu­ro eco­nó­mi­co que debe­rán afron­tar. La incer­ti­dum­bre sobre el mer­ca­do de tra­ba­jo en los tiem­pos actua­les se mani­fies­ta en cada cla­se, a este res­pec­to tam­bién hay que ano­tar que hay varias ini­cia­ti­vas que nacen en ellos para “empren­der” solu­cio­nes en el cam­po de la cul­tu­ra y la eco­no­mía. Como docen­tes esta­mos com­pro­me­ti­dos a apoyarlos.

Plan­tón del Foro Uni­ver­si­ta­rio por la Defen­sa a la Edu­ca­ción Supe­rior (Gua­ya­quil, del 25 de mayo de 2020)

¿Podría comen­tar­nos sobre la reac­ción de la comu­ni­dad de docen­tes y estu­dian­tes el recor­te de 98 millo­nes de dóla­res que quie­re hacer el gobierno nacio­nal en el pre­su­pues­to de la edu­ca­ción públi­ca superior?

El recor­te de 98 millo­nes de dóla­res a las uni­ver­si­da­des públi­cas es par­te de un pro­ce­so de pre­ca­ri­za­ción de la edu­ca­ción. Al res­pec­to hemos par­ti­ci­pa­do en varias reac­cio­nes a nivel nacio­nal de par­te de pro­fe­so­res, rec­to­res, estu­dian­tes y tra­ba­ja­do­res. Ante el recor­te, nos hemos movi­li­za­do en defen­sa de la Edu­ca­ción públi­ca, tan­to por la vía jurí­di­ca pre­sen­tan­do varias deman­das por incum­pli­mien­to fren­te a la cor­te cons­ti­tu­cio­nal, así como la herra­mien­ta jurí­di­ca deno­mi­na­da Ami­cus Curiae. La idea es que las deci­sio­nes de fac­to del Minis­te­rio de Finan­zas con­tra­di­cen e incum­plen con la cons­ti­tu­ción de la repú­bli­ca y lo esti­pu­la­do en ella refe­ren­te a la edu­ca­ción, la mis­ma que es un sec­tor prio­ri­ta­rio en el cual es inad­mi­si­ble, bajo nin­gún pre­tex­to, redu­cir pre­su­pues­tos. En este sen­ti­do las accio­nes tan­to de la Ase­sec (Asam­blea del Sis­te­ma de Edu­ca­ción Supe­rior) como de algu­nas aso­cia­cio­nes docen­tes y algu­nos rec­to­res han inter­pues­to las deman­das fren­te a la cor­te. Otras fede­ra­cio­nes de pro­fe­so­res como la FEPUPE (Fede­ra­ción de Pro­fe­so­res Uni­ver­si­ta­rios y Poli­téc­ni­cos del Ecua­dor) han inter­pues­to tam­bién Ami­cus Curiae a fin de con­tri­buir con prue­bas que per­mi­tan deter­mi­nar los fallos a favor de la pro­tec­ción del sis­te­ma universitario.

En la orga­ni­za­ción de estas ini­cia­ti­vas han esta­do pre­sen­te con mucha fuer­za los estu­dian­tes pues entien­den la impor­tan­cia de acce­der a los ser­vi­cios públi­cos de edu­ca­ción supe­rior, y que estos sean de cali­dad. En ese sen­ti­do creo que la comu­ni­dad uni­ver­si­ta­ria se ha enten­di­do como un todo en don­de afec­tar a los pro­fe­so­res es afec­tar al estu­dian­ta­do y viceversa.

Por otro lado, se han cons­ti­tui­do algu­nos fren­tes de defen­sa de la edu­ca­ción en gene­ral y la edu­ca­ción supe­rior en par­ti­cu­lar. En Gua­ya­quil hemos con­for­ma­do el Foro Uni­ver­si­ta­rio por la Defen­sa de la Edu­ca­ción Supe­rior, por ejemplo.

Con­vo­ca­to­ria de orga­ni­za­cio­nes socia­les, Gua­ya­quil, 25 de mayo de 2020. Foto cor­te­sía de Mario Rodrí­guez Dávila.

¿Qué acti­vi­da­des ha impul­sa­do el Foro Uni­ver­si­ta­rio por la Defen­sa de la Edu­ca­ción Supe­rior y los otros fren­tes organizativos?

Estos fren­tes han orga­ni­za­do plan­to­nes, rue­das de pren­sa y con­ver­sa­to­rios que per­mi­tan enten­der las afec­ta­cio­nes [recor­tes] en tér­mi­nos tan­gi­bles e intan­gi­bles del aten­ta­do con­tra la edu­ca­ción supe­rior. A pesar de la pan­de­mia y toman­do las medi­das de segu­ri­dad hemos impul­sa­do los pro­ce­sos de pro­tes­ta en la calle. Esta medi­da ‑que resul­ta ser a veces con­tro­ver­sial- debe ser vis­ta como una medi­da a la que esta­mos obli­ga­dos en medio de todas las injus­ti­cias que esta­mos sufrien­do. Me pare­ce impor­tan­te pen­sar tam­bién por qué se nos per­mi­te ir a com­prar, pero no se nos per­mi­te pro­tes­tar en la calle. Ahí se evi­den­cia un dis­cur­so con­tra­dic­to­rio: la ciu­da­da­nía tie­ne sus dere­chos mien­tras con­su­me, pero no cuan­do recla­ma para que sus dere­chos cons­ti­tu­cio­na­les sean restituidos.

Una de las cosas impor­tan­tes es pen­sar que la aso­cia­ti­vi­dad y la toma de con­cien­cia son herra­mien­tas que han vuel­to a tener sen­ti­do, des­pués de un letar­go inten­cio­na­do de los pro­ce­sos sin­di­ca­lis­tas y aso­cia­ti­vis­tas; las arti­cu­la­cio­nes gre­mia­les entre estu­dian­tes y docen­tes es bási­ca. Han par­ti­ci­pa­do de estas ini­cia­ti­vas los tra­ba­ja­do­res de las uni­ver­si­da­des, tam­bién ame­na­za­dos por el recor­te, y algu­nos acto­res de las uni­ver­si­da­des pri­va­das o cofinanciadas.

El recor­te del pre­su­pues­to edu­ca­ti­vo ‑que se hace bási­ca­men­te afec­tan­do sala­rios del per­so­nal docen­te y admi­nis­tra­ti­vo- aten­ta con­tra los dere­chos labo­ra­les. Algo impor­tan­te que ha des­ta­pa­do este hecho es la fra­gi­li­dad de los con­tra­tos docen­tes, exis­ten apro­xi­ma­da­men­te 16.000 con­tra­tos oca­sio­na­les en el sis­te­ma de edu­ca­ción supe­rior, lo que hace ines­ta­ble la rela­ción labo­ral, y lo que los con­vier­te en la pri­me­ra fila de posi­bles víc­ti­mas de la dis­mi­nu­ción de estos pre­su­pues­tos con el corre­la­to en el tras­la­do de la car­ga hora­ria y los estu­dian­tes a los pocos que que­da­rían tra­ba­jan­do, aten­tan­do así con­tra la cali­dad de la edu­ca­ción y con­tra otros prin­ci­pios bási­cos esta­ble­ci­dos en la nor­ma­ti­va supe­rior: edu­ca­ción cen­tra­da en la edu­ca­ción inte­gral del ser humano, por ejemplo.

Con­vo­ca­to­ria de orga­ni­za­cio­nes socia­les, Gua­ya­quil, 25 de mayo de 2020. Foto cor­te­sía de Mario Rodrí­guez Dávila.

La Cor­te Cons­ti­tu­cio­nal dio lugar a las medi­das cau­te­la­res en con­tra de los recor­tes pre­sen­ta­das por uni­ver­si­da­des y orga­ni­za­cio­nes socia­les sus­pen­dién­do­los tem­po­ral­men­te, pero el gobierno per­sis­te en seguir ade­lan­te. ¿Cuál es la situa­ción en este momento?

Vivi­mos en la incer­ti­dum­bre, por un lado la pre­sión fren­te a la Cor­te Cons­ti­tu­cio­nal, que aún no lle­ga a un fallo defi­ni­ti­vo, y por el otro, las noti­cias a dia­rio sobre la “fle­xi­bi­li­za­ción labo­ral” que no es otra cosa que un atra­co a los dere­chos de los tra­ba­ja­do­res en bene­fi­cio de las empre­sas y en detri­men­to de la cali­dad de vida. La mal lla­ma­da “Ley huma­ni­ta­ria” pre­ten­de unas trans­for­ma­cio­nes que dejan vul­ne­ra­bles a las/​os trabajadoras/​es, a esto se suman decre­tos que per­mi­ten la eli­mi­na­ción de nom­bra­mien­tos en las ins­ti­tu­cio­nes públi­cas, etc. Es decir, las/​os profesoras/​es, y a pesar de la auto­no­mía uni­ver­si­ta­ria, como trabajadoras/​es del sec­tor públi­co esta­mos ejer­cien­do nues­tras acti­vi­da­des en un ámbi­to de ata­que a las garan­tías de esta­bi­li­dad labo­ral y económica.

Ade­más de nues­tro sala­rio, hay tam­bién un pro­ble­ma con los fon­dos que nor­mal­men­te las uni­ver­si­da­des debe­rían inver­tir en pro­ce­sos de inves­ti­ga­ción o vin­cu­la­ción, nues­tras acti­vi­da­des están redu­ci­das al míni­mo posi­ble que es la docen­cia y se está fomen­tan­do la cul­tu­ra de una edu­ca­ción sub­si­dia­ria de pro­ce­sos extran­je­ros, sumi­da en la fal­ta de inver­sión en cali­dad, inves­ti­ga­ción y pro­ce­sos de exten­sión o vinculación.

Tam­bién se ha fomen­ta­do la opi­nión públi­ca en con­tra de la docen­cia, des­pres­ti­gian­do la capa­ci­dad de ges­tión de las uni­ver­si­da­des y jus­ti­fi­can­do la deca­den­cia de lo públi­co, aten­tan­do con­tra la dig­ni­dad de los usua­rios del sistema.

Se podría decir que la escue­la gra­tui­ta ‑como la Uni­ver­si­dad de las Artes- es uno de los cana­les para redis­tri­buir la rique­za del país for­man­do a jóve­nes que de otra mane­ra no ten­drían acce­so a la edu­ca­ción. Sin embar­go, des­de el gobierno y des­de la pren­sa se hacen crí­ti­cas insi­dio­sas con­tra la edu­ca­ción públi­ca, ¿cree que ese inten­to de des­le­gi­ti­mar­la ha logra­do algún con­sen­so en la pobla­ción guayaquileña?

La edu­ca­ción públi­ca es un pro­ce­so de redis­tri­bu­ción de la rique­za en varios sen­ti­dos: ade­más de ser par­te de un pro­yec­to de vida de las cla­ses popu­la­res que ven en el estu­dio y la pro­fe­sio­na­li­za­ción una palan­ca para con­se­guir una mejor posi­ción social, tam­bién está el hecho de que es una inver­sión para crear cono­ci­mien­to ‑que se trans­for­ma en un tipo de capi­tal espe­cial­men­te aho­ra- y que pue­de por lo tan­to gene­rar deba­tes, solu­cio­nes, repre­sen­ta­cio­nes que per­mi­tan con­si­de­rar un futu­ro no depen­dien­te de epis­te­mo­lo­gías hegemónicas. 

Res­pon­dien­do a la pre­gun­ta en sí: esta­mos vivien­do una con­tien­da explí­ci­ta por la opi­nión públi­ca, lo que se dice en cana­les ofi­cia­les se des­di­ce por face­book o por medios alter­na­ti­vos; la dispu­ta por el con­sen­so sobre la edu­ca­ción supe­rior públi­ca está tam­bién envuel­ta en esta tra­ma. Me pare­ce que pudo haber sido efec­ti­va la cam­pa­ña de des­le­gi­ti­ma­ción; sin embar­go, hay que con­si­de­rar que hay una his­to­ria de dere­chos gana­dos, de for­ta­le­ci­mien­to de la impor­tan­cia de la edu­ca­ción y de una pobla­ción nacio­nal bas­tan­te nume­ro­sa que está vin­cu­la­da a este sis­te­ma ‑apro­xi­ma­da­men­te más de 500.000 estu­dian­tes y 32.000 docentes‑, para la cual no hay alter­na­ti­va de vin­cu­lar­se a las uni­ver­si­da­des pri­va­das, me refie­ro a pro­fe­so­res, estu­dian­tes y tra­ba­ja­do­res. Ade­más de un eco­sis­te­ma (ali­men­ta­ción, ven­tas infor­ma­les, ser­vi­cios, entre­te­ni­mien­to) que giran en torno al fun­cio­na­mien­to de este sis­te­ma… por lo que es poco pro­ba­ble que ese dis­cur­so [con­tra la edu­ca­ción públi­ca] sur­ta un efec­to masi­vo… pero hay que estar aten­tos y con­tra­rres­tar esta infor­ma­ción cons­tan­te­men­te con datos y cifras reales… 

La pro­pa­gan­da con­tra la edu­ca­ción públi­ca, ¿ha sido una cons­tan­te des­de que ejer­ce la docen­cia o se ha inten­si­fi­ca­do en los últi­mos años? ¿Cómo?

Yo me gra­dué en la Uni­ver­si­dad Cen­tral del Ecua­dor en el año 2002. Al res­pec­to creo que los ecua­to­ria­nos pode­mos recor­dar la defi­cien­cia de los sis­te­mas públi­cos en gene­ral. En mi uni­ver­si­dad no habían puer­tas en los baños, ni agua… había­mos natu­ra­li­za­do que así es lo públi­co.. un sis­te­ma que en reali­dad vul­ne­ra el dere­cho a la dig­ni­dad. al res­pec­to se pue­den decir muchas cosas.. por ejem­plo, que estos ser­vi­cios públi­cos de mala cali­dad, sin solu­cio­nes, repre­sen­tan tam­bién las for­mas en que un Esta­do cla­sis­ta y racis­ta se mani­fies­ta. Es cómo si por ser pobres nos mere­cié­ra­mos una mala aten­ción, una mala edu­ca­ción, etc. Eso cam­bió sus­tan­cial­men­te en la déca­da del 2008 en ade­lan­te, un pen­sa­mien­to dife­ren­te sobre el lugar del Esta­do es evi­den­te…. aun­que con muchas defi­cien­cias cla­ro, pero sí una trans­for­ma­ción del papel del Esta­do y por lo tan­to de una rela­ción dig­na con la pobla­ción mate­ria­li­za­da en las mane­ras en que brin­da sus ser­vi­cios. Por otro lado, está la dis­cu­sión sobre la moder­ni­za­ción del Esta­do, un vie­jo ideal para Amé­ri­ca Lati­na… Creo que en el pen­sa­mien­to de algu­nas éli­tes que lle­gan al poder se sigue pen­san­do en brin­dar ser­vi­cios malos que corres­pon­den al lugar que «el pue­blo» ocu­pa en sus preo­cu­pa­cio­nes y sis­te­mas: el últi­mo. Hay muchos ejem­plos de esto, el exal­cal­de de Gua­ya­quil [Jai­me Nebot] en una entre­vis­ta difun­di­da en febre­ro de 2019 jus­ti­fi­ca­ba el hecho de que en la Metro­vía ‑el sis­te­ma de trans­por­te públi­co de Gua­ya­quil- las y los usua­rias sea­mos trans­por­ta­das con un alto índi­ce de haci­na­mien­to y que no tuvie­ra aire acon­di­cio­na­do (con los 32 – 34 gra­dos cen­tí­gra­dos de tem­pe­ra­tu­ra pro­me­dio) , la entre­vis­ta comien­za expli­can­do que este tipo de buses: «están hechos en bene­fi­cio del pobre, para que el pobre lle­gue rápi­do a su casa». 

Creo por ejem­plo que hacia allá va esta cam­pa­ña de des­pres­ti­gio de lo públi­co, jus­ti­fi­ca que un docen­te uni­ver­si­ta­rio gane poco, que las cla­ses sean de mala cali­dad y mul­ti­tu­di­na­rias, que use­mos malos ser­vi­cios, que nos olvi­de­mos de una aten­ción bue­na en salud, por­que lo públi­co está hecho para los pobres, y los pobres se mere­cen ser mal­tra­ta­dos, o por lo menos no están en posi­bi­li­da­des de exi­gir bue­nos tra­tos, de cali­dad, de tener una bue­na vida. Es cier­ta­men­te un error pen­sar eso, pero es una noción cons­trui­da. Al res­pec­to es nece­sa­rio pen­sar como estas cos­tum­bres trans­mi­ti­das a tra­vés del Esta­do cons­tru­yen la pri­va­ti­za­ción del Esta­do o la cons­truc­ción de la dig­ni­dad vin­cu­la­da al poder eco­nó­mi­co… Los recor­tes a la edu­ca­ción que se ven refle­ja­dos en la dis­mi­nu­ción de suel­dos de los pro­fe­so­res de edu­ca­ción bási­ca y bachi­lle­ra­to, en el des­pi­do de pro­fe­so­res uni­ver­si­ta­rios, en la extir­pa­ción de pro­ce­sos de inves­ti­ga­ción pre­ca­ri­zan la edu­ca­ción públi­ca afec­tan­do su calidad.

A nivel per­so­nal, ¿cómo está vivien­do esta cri­sis humanitaria?

Este ha sido un pro­ce­so inten­so de apren­di­za­je, de repen­sar el sen­ti­do de algu­nas cosas, de enten­der lo prio­ri­ta­rio. Vivo sola pero me ha sido impor­tan­te man­te­ner las redes de cer­ca­nía con mis seres que­ri­dos, a pesar de la dis­tan­cia. Mi preo­cu­pa­ción prin­ci­pal ha sido encon­trar­nos como socie­dad en un momen­to de indo­len­cia en don­de nues­tros dere­chos han sido vul­ne­ra­dos por com­ple­to… Me gus­ta­ría que en el regre­so a la nor­ma­li­dad se logre apro­ve­char esta opor­tu­ni­dad para trans­for­mar­nos y trans­for­mar nues­tras relaciones…

He deci­di­do usar de la mane­ra más redu­ci­da posi­ble los sis­te­mas que nos opri­men: las gran­des cade­nas de con­su­mo, los gran­des sis­te­mas de entre­te­ni­mien­to, los gran­des ban­cos y los gran­des medios de comu­ni­ca­ción. Y en su lugar, fomen­tar los pro­ce­sos aso­cia­ti­vos y el pen­sa­mien­to autó­no­mo. Creo que hay varios luga­res don­de se depo­si­ta el poder y que debe­mos desa­rro­llar nues­tro pen­sa­mien­to y prác­ti­cas crí­ti­cas para con­fron­tar la obs­ce­ni­dad de este sis­te­ma empo­bre­ce­dor y embrutecedor.

Qui­sie­ra agre­gar que algu­nos de mis esfuer­zos per­so­na­les se han enfo­ca­do en ayu­dar a otros… Hay bas­tan­te des­em­pleo, en mi fami­lia por ejem­plo, la mitad de los her­ma­nos tene­mos tra­ba­jo y la otra mitad, no. Esto nos afec­ta mucho a todos pues nos move­mos en una ambien­te de incer­ti­dum­bre don­de con­tem­pla­mos la deses­pe­ra­ción de los otros, de nues­tros cer­ca­nos y leja­nos. Así que la for­ta­le­za de áni­mo y saber tras­mi­tir esta for­ta­le­za tam­bién ha sido crucial.

«Voces de Gua­ya­quil, epi­cen­tro de la pan­de­mia en Ecua­dor» con­sis­te en una serie de entre­vis­tas a resi­den­tes días pos­te­rio­res a que su ciu­dad estu­vo en la pri­me­ra pla­na de los noti­cie­ros inter­na­cio­na­les por los muer­tos sin sepul­tu­ra y sus fami­lia­res cla­man­do por ayu­da a un Esta­do apa­ren­te­men­te inexis­ten­te. Tra­ba­ja­do­res, artis­tas, estu­dian­tes, docen­tes com­par­ten sus viven­cias des­de la ciu­dad que es el cen­tro eco­nó­mi­co y finan­cie­ro del país y que para­dó­ji­ca­men­te tam­bién es la ciu­dad con mayor con­cen­tra­ción de pobre­za. Se esti­ma que un 17% de los 2.700.000 habi­tan­tes de la urbe viven en con­di­cio­nes de pobre­za. Recos­ta­da sobre las aguas terro­sas del río Gua­yas, con un cli­ma muy cáli­do y húme­do que no hace mella en la acti­vi­dad inten­sa y el carác­ter hos­pi­ta­la­rio y ama­ble de sus habi­tan­tes, Gua­ya­quil tie­ne la mayor den­si­dad de pobla­ción del país y el sis­te­ma de trans­por­te públi­co con más usua­rios. Estos ele­men­tos jun­to a las pro­fun­das defi­cien­cias del sis­te­ma de salud públi­ca nacio­nal cuyo pre­su­pues­to fue redu­ci­do un 36% en el últi­mo año y la des­or­ga­ni­za­ción del gobierno muni­ci­pal son fac­to­res que ayu­da­rían a expli­car por qué la ciu­dad con­cen­tró el 70% de los casos de COVID-19 en Ecua­dor y la mayor can­ti­dad de con­ta­gios per cápi­ta en toda Amé­ri­ca Latina.

Liber­tad Gills coor­di­nó la rea­li­za­ción de todas las entre­vis­tas de esta serie.

Fuen­te: Rebelión.

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