«Ope­ra­ción Púni­ca»: cuán­to de lucha con­tra la corrup­ción y cuán­to de mon­ta­je mediá­ti­co- Izquier­da Castellana

Casi nada en este Sis­te­ma es lo que pare­ce a pri­me­ra vis­ta, por ello es vital inter­pre­tar correc­ta­men­te la situa­ción para poder actuar sobre ella. Algu­nas cosas de las que están ocu­rrien­do, la ope­ra­ción Púni­ca entre otras, nos pue­den hacer creer que la lucha con­tra la corrup­ción va defi­ni­ti­va­men­te en serio. Eso es des­de lue­go lo que pre­ten­den des­de el Régi­men, pero la reali­dad poco tie­ne que ver con esas apariencias.

En los últi­mos años, la des­le­gi­ti­ma­ción social del Régi­men del 78 ha sido impre­sio­nan­te. Las movi­li­za­cio­nes de «Rodea el Con­gre­so» del 25 de sep­tiem­bre de 2012 y siguien­tes, fue­ron una expre­sión masi­va, real, no vir­tual, de ese har­taz­go y de la exi­gen­cia de la pues­ta en mar­cha de un pro­ce­so de cam­bio. El epi­cen­tro de esas movi­li­za­cio­nes fue Madrid, pero tuvo una amplia reper­cu­sión en el Con­jun­to de Cas­ti­lla y del Estado.

El pro­ce­so sobe­ra­nis­ta en Cata­lu­ña es, ade­más de la expre­sión del sen­ti­mien­to nacio­nal de ese Pue­blo, el recha­zo a seguir for­man­do par­te de un Esta­do abso­lu­ta­men­te impre­sen­ta­ble, que ade­más no ofre­ce futu­ro alguno.

Ese pro­ce­so inten­so y exten­so de des­le­gi­ti­ma­ción del Régi­men actual, tie­ne otras muchas expre­sio­nes en el con­jun­to de Pue­blos del Esta­do Español.

La per­cep­ción de esta situa­ción por impor­tan­tes sec­to­res del Sis­te­ma, per­cep­ción que se retro­trae ya tiem­po atrás (años 2003 y 2004), encen­dió las luces de alar­ma ante ese des­gas­te inten­so y progresivo.

La cri­sis eco­nó­mi­ca y las polí­ti­cas de recor­tes han agu­di­za­do de for­ma gra­ve ese dete­rio­ro estra­té­gi­co del Régi­men del 78, y algu­nos com­pren­die­ron que era nece­sa­rio intro­du­cir cam­bios de cier­ta sig­ni­fi­ca­ción en el esce­na­rio, cam­bios con la poten­cia­li­dad de gene­rar un cier­to gra­do de «ilu­sión» en la socie­dad y por tan­to un cier­to gra­do tam­bién de reins­ti­tu­cio­na­li­za­ción de la disi­den­cia social. Ello, por supues­to, acom­pa­ña­do de la inten­si­fi­ca­ción de la repre­sión sobre aque­llos sec­to­res que segui­mos apos­tan­do por la movi­li­za­ción y el cam­bio de Régi­men. Es decir, por la rup­tu­ra demo­crá­ti­ca, o lo que es lo mis­mo, por un Pro­ce­so Destituyente-Constituyente.

Esos sec­to­res «inte­li­gen­tes» del Régi­men saben muy bien que para gene­rar esa nue­va «ilu­sión» era nece­sa­rio cons­truir nue­vos ins­tru­men­tos, espe­cial­men­te en lo refe­ren­te a la ofer­ta polí­ti­co-par­ti­dis­ta, por­que los «vie­jos» par­ti­dos están inu­ti­li­za­dos para gene­rar esas nue­vas expec­ta­ti­vas. Bas­tan­te tie­nen con mantenerse.

Hay que reco­no­cer que no lo han hecho mal, pero tam­bién hay que saber que lo que es impo­si­ble no pue­de ser, y que las «ilu­sio­nes» duran lo que dura su con­fron­ta­ción con la realidad.

Pode­mos en algu­na medi­da ha con­se­gui­do que sec­to­res socia­les que se iban posi­cio­nan­do a favor del cam­bio de Régi­men den pasos atrás y vuel­van a con­fiar en que un cam­bio de gobierno ‑un nue­vo gobierno del que for­me par­te ese partido‑, pue­de ser un ins­tru­men­to efi­caz para que las cosas mejo­ren para las cla­ses popu­la­res. Pero ahí pre­ci­sa­men­te es dón­de la reali­dad cho­ca­rá con las expec­ta­ti­vas. Pri­me­ro por­que no es nada fácil que Pode­mos ten­ga apo­yo sufi­cien­te para for­mar gobierno, y segun­do y lo más impor­tan­te, que aun­que así fue­ra, el pro­gra­ma de ese gobierno ten­dría que res­pon­der a los intere­ses del blo­que domi­nan­te espa­ñol; es decir, ten­dría un pro­gra­ma simi­lar en lo esen­cial a lo que hemos pade­ci­do has­ta aho­ra. Los már­ge­nes de manio­bra para un gobierno poten­cial­men­te pro­gre­sis­ta en el mar­co del Régi­men del 78 son muy estre­chos, por no decir inexis­ten­tes, muy dis­tan­tes de las nece­si­da­des de mejo­ra que el Pue­blo nece­si­ta.

No hay más camino para el avan­ce de las con­quis­tas popu­la­res que un cam­bio de Régi­men. Sec­to­res muy impor­tan­tes de la socie­dad com­pren­den y apo­yan esa opción. Sec­to­res que tene­mos la sufi­cien­te poten­cia en el con­jun­to de Pue­blos del Esta­do para impul­sar un pro­ce­so des­ti­tu­yen­te a par­tir del cual se pue­dan poner en mar­cha aque­llos pro­ce­sos cons­ti­tu­yen­tes que mate­ria­li­cen ese pro­ce­so de rup­tu­ra con el Régi­men impues­to del 78. No es casua­li­dad que los medios de comu­ni­ca­ción, esos mis­mos que le dan toda la can­cha posi­ble a Pode­mos, silen­cien las movi­li­za­cio­nes popu­la­res en la calle y el con­jun­to de acti­vi­da­des del movi­mien­to des­ti­tu­yen­te. No es casua­li­dad tam­po­co que los guar­dia­nes del actual Sis­te­ma se afa­nen en repri­mir al movi­mien­to popu­lar des­ti­tu­yen­te con la mayor saña posi­ble, tal como ocu­rrió con la movi­li­za­ción del 4 de octu­bre, «Monar­quía no es demo­cra­cia, es dic­ta­du­ra y corrupción».

Decía­mos en el títu­lo de este artícu­lo: «Ope­ra­ción Púni­ca»: cuán­to de lucha con­tra la corrup­ción y cuán­to de mon­ta­je mediá­ti­co.

En nues­tra opi­nión esta ope­ra­ción se encua­dra en lo esen­cial en ese pro­ce­so de lava­do de cara del Régi­men: Mariano Rajoy pide per­dón; Espe­ran­za Agui­rre pide per­dón… No se tra­ta de que pidan per­dón, se tra­ta de que no fre­nen aque­llos pro­ce­sos demo­crá­ti­cos y con auten­ti­ca par­ti­ci­pa­ción popu­lar ‑pre­sen­cial, no vir­tual, del Pue­blo- que abran real­men­te los cami­nos para arti­cu­lar un Régi­men que, a dife­ren­cia del actual, con­ce­bi­do por y para los corrup­tos y la corrup­ción, sir­va para orga­ni­zar la vida de las gen­tes y el futu­ro de este con­jun­to de paí­ses que hoy con­for­man el Esta­do Espa­ñol más demo­crá­ti­ca­men­te y con la mayor jus­ti­cia social.

Izquier­da Castellana

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