¡México“43, hora de lucha!- Mai­té Campillo

“La liber­tad no se con­quis­ta de rodi­llas, sino de pie, devol­vien­do gol­pe por gol­pe, infrin­gien­do heri­da por heri­da, muer­te por muer­te, humi­lla­ción por humi­lla­ción, cas­ti­go por cas­ti­go. Que corra la san­gre a torren­tes, ya que ella es el pre­cio de su libertad”

Méxi­co es para el mun­do lo que para un revo­lu­cio­na­rio la liber­tad
Tenía pre­pa­ra­do para publi­car un home­na­je a una mujer que vivió la revo­lu­ción mexi­ca­na, Lean­dra, l“abuelita que hizo la revo­lu­ción. Recién cum­plió 127 años. Pero ante la masa­cre de estu­dian­tes la noche del 26 de sep­tiem­bre, me nie­go a mirar para otro lado. Nece­sa­ria es la denun­cia tan­to como la amis­tad inter­na­cio­nal apre­mia. Urge para que ruga como León de Tara­pa­cá, enar­bo­lar la dig­ni­dad de cla­se por enci­ma de la defor­mi­dad huma­na. La indig­na­ción es denun­cia, reac­ción, con­fron­ta­ción, soli­da­ri­dad. Que la luz de la ver­dad pren­da sobre nues­tras con­cien­cias, ensam­ble en lo más com­ba­ti­vo, reco­rra los con­ti­nen­tes del pla­ne­ta y enar­bo­le a los pue­blos en lucha alum­bran­do lo más cons­cien­te en el desa­fío de la mar­cha inter­na­cio­nal de los nadie “los que valen menos que nada”, su indig­na­ción es dig­ni­dad. Mar­cha con todos los medios a favor, que no se haga de rogar. Que Méxi­co her­mano, levan­te (amplíe) anclas, fije sus plan­tas en la tie­rra que le vio nacer para que bro­te a tiem­po la rabia con­te­ni­da. Se acer­ca la hora del esta­lli­do colec­ti­vo, hora de libe­rar la rabia amor­da­za­da, que­bran­ta­da, ira revo­lu­cio­na­ria en mar­cha, todo es camino; océano es el olea­je de fuer­za que dió vida a sus ante­pa­sa­dos. Hay que libe­rar el Océano com­pa­dres, cuar­ta pared de la his­to­ria (nues­tra his­to­ria), sin ella, sí que no somos nadie; Méxi­co está gober­na­do por la mafia (la que más fomen­ta el cri­men es la mafia grin­ga, jun­to con ellos todo el poder es mafia), y no por la ira de la rabia con­te­ni­da como nudo en la gar­gan­ta ¡Vamos com­pa­dri­tos! Qué espe­ras, her­mano ¡¡Tri­ni­ta­ria de los cam­pos de las vegas de More­los, si pre­gun­tan por Zapa­ta, diles que no ha muerto!!

El grin­go apun­ta­ló la degra­da­ción sobre Méxi­co des­pués de robar par­te del país, y, al mun­do ente­ro domi­na, en dife­ren­tes dosis de putre­fac­ción; nadie se sal­va del con­trol de sus garras ideo­ló­gi­cas y polí­ti­cas, su devas­ta­do­ra eco­no­mía, su cloa­ca béli­ca, mili­tar, sus espías y su CIA minan­do hom­bres y muje­res “de ese otro lado del mun­do” aun­que otro mun­do siga sien­do posi­ble. La mafia mexi­ca­na en unión con el grin­go con­tro­la esta­dos; sec­to­res oscu­ros de la socie­dad, gobier­nos ente­ros y a sus ser­vi­les, ejér­ci­tos, poli­cías (peque­ñas y gran­des mafias de éstos) eco­no­mía, carre­te­ras, aero­puer­tos… Por­que el gigan­te, des­co­mu­nal agu­je­ro negro de la corrup­ción capi­ta­lis­ta en el mun­do, sabe que sólo man­te­nien­do en la mise­ria abso­lu­ta y cul­tu­ral al pue­blo, lo domi­na, doble­ga, anu­la; con su defor­mi­dad y sumi­sión triun­fa. Así es como se abren camino entre valles y mon­ta­ñas, apun­tan­do a la ver­da­de­ra palo­ma de la paz, la gen­te de con­cien­cia. Así es como a los malos gobier­nos, los gran­des cri­mi­na­les, les abren los por­to­nes de las emba­ja­das y gran­des pala­cios, fomen­tan man­sio­nes y pri­va­ti­zan los gran­des mono­po­lios de las dro­gas y las armas; sus des­pa­chos son alco­bas de corrup­ción de la patria por la que lucha­ran del lado de los diez­ma­dos los gran­des de la dig­ni­dad, héroes inter­na­cio­na­les de la libertad.
Ahí, entre la CIA y el Pen­tá­gono es que se cobi­jan los men­ge­les man­da­ta­rios mexi­ca­nos de la patria de Juá­rez, Villa y Zapa­ta, entre miles de héroes más de la revo­lu­ción mexi­ca­na. Encuen­tran solu­ción a sus des­ma­nes y lo que no con­si­guen doble­gar lo eli­mi­nan. Es la ley del grin­go impues­ta sobre el pue­blo mexi­cano, escla­vi­tud y mise­ria. Es la bar­ba­rie ins­ti­tu­cio­na­li­za­da en el poder. Vivi­mos la deca­den­cia más degra­dan­te de la his­to­ria del mun­do capi­ta­lis­ta del amo impe­rial. Pablo Gon­za­lez le orde­na a Gua­jar­do que le fin­ja un ren­di­mien­to, y al ver a Zapa­ta dis­pa­ran sus armas al lle­gar al cam­pa­men­to… El capi­ta­lis­mo es enemi­go anta­gó­ni­co desan­gra y humi­lla para ali­men­tar su ego en el domi­nio; la ava­ri­cia es mons­truo demo­le­dor. La izquier­da (?) domes­ti­ca­da asu­me la lla­ve de su con­fort (tar­je­tas ban­ca­rias y sobres con gran­des sumas incal­cu­la­bles de “paz y demo­cra­cia”), su pala­bra está lle­na de men­sa­jes del capi­ta­lis­mo que refle­jan la negra mon­tu­ra del jine­te de la putre­fac­ción; des­mo­vi­li­zan desan­gran­do a los jóve­nes de espí­ri­tu, su dig­ni­dad y com­ba­ti­vi­dad. Otro mun­do sin ellos nos espe­ra, paso bási­co e indis­cu­ti­ble, tóni­co de liber­tad. Otro mun­do en el que no te maten por ser inte­lec­tual com­pe­ten­te y no mario­ne­ta par­tí­ci­pe de su corrup­ción; por ser perio­dis­ta y con­tar la ver­dad sin ter­gi­ver­sar los hechos; por ser abo­ga­do y des­nu­dar la Ley Damo­cles con­tra las legio­nes escla­vas, dis­po­nien­do y mani­pu­lan­do a gol­pe de bota blin­da­da la degra­da­ción sobre la tie­rra; matan, siem­pre matan.


LA DECADENCIA, su ruin­dad infinita…
(En Méxi­co vio­lan y secues­tran a miles de mujeres)
Las des­apa­re­cen. Más miles que cien­tos cie­rran año tras año, los ciclos del escar­nio de la injus­ti­cia, deses­pe­ra­ción e impo­ten­cia. Las des­apa­re­cen en fosas clan­des­ti­nas. Todo esto y más con la ple­na par­ti­ci­pa­ción del impe­rio de Nor­te­amé­ri­ca y podri­dos malan­dros don­de los haya ade­más de ase­si­nos, bene­fi­cia­rios de la dro­ga y de un esta­do que cri­mi­na­li­za a su pue­blo, ase­si­nan­do lo más cons­cien­te; cuan­to más reafir­ma su inde­pen­den­cia, cuan­do más enar­bo­la su dere­cho a la libertad,
prohi­bi­do ser de izquier­das. A la ori­lla de un camino cor­té una blan­ca azu­ce­na, sobre el árbol fron­do­so y fér­til de Villa, Zapa­ta, y sus héroes, la lle­vo como una ofren­da: 43 estu­dian­tes de magis­te­rio, fue­ron per­se­gui­dos, aco­rra­la­dos por la mafia ins­ti­tu­cio­nal de la ciu­dad de Igua­la (esta­do de Gue­rre­ro), final­men­te los docen­tes fue­ron dete­ni­dos por la poli­cía con el bene­plá­ci­to de mili­ta­res y sica­rios. Ocu­rrió el pasa­do 26 de sep­tiem­bre. En pleno siglo XXI sigue domi­nan­do el grin­go, “rubi­tos” nos siguen lle­gan­do y les abri­mos la puer­ta. Y, ver vemos!, al diez­ma­do pidien­do y a sus hijos llo­ran­do de ham­bre como extra­ños por su tie­rra… Los tor­tu­ra­ron has­ta desangrarlos.
Les arran­ca­ron la piel de sus cuer­pos, sus ojos.
Les metie­ron en fosas y que­ma­ron vivos.
43 mucha­chos de izquier­das ten­tan­do a la bue­na suerte.
43 jóve­nes rura­les que estu­dia­ban para lle­gar a ser maestros.
43 estre­llas empe­ña­das en dig­ni­fi­car su exis­ten­cia y la de la huma­ni­dad. 43 luces alum­bran­do el camino de la dig­ni­dad fren­te a la opulencia.
43 fue­ron los ase­si­na­dos, ban­de­ras y soles con­tra el capi­ta­lis­mo car­ní­vo­ro, sangriento.
Méxi­co no nece­si­ta maestros.
Ni médi­cos ni perio­dis­tas nece­si­ta ni muje­res libres.
Ni Méxi­co ni nin­gún país medio­cre don­de la igno­ran­cia impe­ra en los podres que se sos­tie­nen a lo fáctico.
Segu­ra, de que el valien­te pue­blo de Gue­rre­ro, cam­pe­si­nos y estu­dian­tes uni­dos, sabrán dar res­pues­ta revo­lu­cio­na­ria por jus­ta a esta nue­va masacre.
Segu­ra, de que tar­de o más tem­prano no que­da­rá impu­ne el derro­che de crí­me­nes de esta­do por todo Méxi­co; vigen­te más que nun­ca el mani­fies­to de libe­ra­ción del pre­cur­sor de la revo­lu­ción, Ricar­do Flo­res Magón:
“La liber­tad no se con­quis­ta de rodi­llas, sino de pie, devol­vien­do gol­pe por gol­pe, infrin­gien­do heri­da por heri­da, muer­te por muer­te, humi­lla­ción por humi­lla­ción, cas­ti­go por cas­ti­go. Que corra la san­gre a torren­tes, ya que ella es el pre­cio de su libertad”
43 seres que­ri­dos entre 18 y 23 años fue­ron sega­dos por el sable del criminal.
43 estre­llas estre­na­ban juventud.
43 mucha­chos api­ña­dos en una pira con par­te de sus cuer­pos muti­la­dos entre gri­tos de dolor, fru­to del villano vil, la tortura.
Y, el sica­rio pren­dió fue­go, entre ramas y tron­cos ver­tió gasó­leo sobre los 43 inma­cu­la­dos cuerpos.
La orden de rap­tar a los 43 jóve­nes par­tió del jefe de la poli­cía, Fran­cis­co Sal­ga­do Valla­da­res, y la de matar­los, de El Chuky, cabe­ci­lla de la mafia. Otros prin­ci­pa­les de la matan­za fueron:
El Alcal­de de Igua­la, José Luis Abar­ca, y su jefe de segu­ri­dad, que tras el cri­men, se die­ron la fuga con todas las puer­tas a su favor; y el regi­dor, cuyo cri­men mayor fue negar, “no había oído nada”. Se le vin­cu­la no sólo con el nar­co­trá­fi­co sino con la eli­mi­na­ción físi­ca de los jóve­nes asesinados.


El sue­ño de Leandrita
(Nota his­tó­ri­ca. A, la abue­li­ta más lon­ge­va del mun­do, Lean­dra Bece­rra Lumbreras)
Cuen­tan que Lean­dri­ta vivía en un pobla­do casi desér­ti­co al nor­te de Méxi­co, dón­de sólo la mise­ria era com­pa­ñe­ra de la par­te más huma­na, pero oyó una voz popu­lar que decía ¡¡No te rin­das cara­jo!! Y el gri­to sir­vió como auto­es­ti­ma a la enton­ces niña Lean­dra. Tie­rra en la que ape­ni­tas encon­tra­ban sus­ten­to; pero bellos paja­ri­tos y mari­po­sas sobre­vo­la­ban sus encan­tos y salu­da­ban, espan­tan­do el calor ago­ta­dor sobre la fren­te del ham­bre. afor­tu­na­da­men­te haber había lagar­tos, zopi­lo­tes, gavi­la­nes y algu­nas cabras des­nu­tri­das, aun­que famé­li­cas!, ayu­da­ban el deam­bu­lar de la dura existencia.
¡¡Resis­tir luchan­do es vivir!!
(Dijo la voz de una cabra a su chivito)
Lean­dri­ta tuvo que obser­var mucho y apren­der de todo y de todos, la vida no es fácil. Des­de que las cer­cas favo­re­cie­ron a la pro­pie­dad pri­va­da de los gran­des pará­si­tos y haci­na­ron el mun­do de hacen­da­dos, gra­cias a la escla­vi­tud de los “bue­yes”. ¿Y el agua?, ¡ay, ay, ay, el agua!, ese bien tan esca­so para los nadie… Lean­dri­ta tenía una vie­ja gui­ta­rra que le habían rega­la­do sus padres. Y, a la som­bra de la higue­ra entorno a las hojas del fru­to pre­cia­do, al atar­de­cer cuan­do el sol rese­ca­ba menos su gar­gan­ta, can­ta­ba como espe­ran­do del hori­zon­te don­de el astro se escon­de, la señal defi­ni­ti­va; la luz pal­pa­ble que la guia­ra hacia la liber­tad don­de la jus­ti­cia no fue­ra un arma de gue­rra, si no sinó­ni­mo de espe­ran­za y liberación.
Bajo el tin­ti­neo de los sue­ños de Lean­dra, el mar des­can­sa­ba y bro­ta­ba entre el sua­ve vai­vén de su olea­je la año­ran­za de una vida, más allá del paten­te valle de lágri­mas que arras­tra al abis­mo ¡Can­tar, Lean­dri­ta, can­ta­ba con ganas! Y, de esas ganas del deseo bro­tó una nue­va luz pro­pia, can­ta­ba has­ta des­fa­lle­cer. Era su voz gri­to de revo­lu­ción que lle­ga­ba a tra­vés de las cor­di­lle­ras, a todi­tos los cache­tes que daban cuer­po al Méxi­co año­ra­do de nor­te a sur entre el este y oes­te, pene­tran­do entre coli­nas. Así expan­día su eco con­tra la tira­nía de los hacen­da­dos, caci­ques, subor­di­na­dos, medio­cres, mili­ta­res, más mili­ta­res y más poli­cía que el impe­rio grin­go impo­nía, cur­tien­do a lazo de láti­go al hambriento.
Robar más allá del hur­to de una galli­na, robar y vio­lar, patri­mo­nio del hacen­da­do. Escue­la que paten­ta por enci­ma de los seres civi­li­za­dos; los secues­tros tam­bién los regis­tró su paten­te. Muer­tes anun­cia­das y muer­tes impro­vi­sa­das. Los sica­rios se enva­len­to­nan a base de opio y alcohol como sus gran­des jefes, arra­san­do los valles de los diez­ma­dos por la mise­ria. Un día se des­per­tó Lean­dri­ta agi­ta­da pero feliz, sus ojos y su son­ri­sa anun­cia­ban la estre­lla de una nue­va maña­na nun­ca vis­ta. Un vien­to revol­to­so venía del nor­te. Miles de jine­tes pol­vo­rea­ban los cami­nos fusil al hom­bro y cana­nas reple­ti­cas sobre sus pechos hen­chi­dos de tie­rra y aires de liber­tad. No, aquél no era un ejér­ci­to per­tre­cho de uni­for­mes sádi­cos de los que te fuer­zan, des­plu­man y arras­tran al barran­co de la mise­ria abso­lu­ta. No, para nada, no eran sino cam­pe­si­nos; los muer­tos de ham­bre de “toda la vida” habían abra­za­do a con­cien­cia un fusil de futu­ro, una estre­lla de la maña­na. Eran gua­ji­ri­tos revol­ca­dos en la sal de la tie­rra, pol­vo y cica­tri­ces del más que dios, astro que alum­bra la tie­rra y jun­to con dios llu­via alum­bra cose­chas colec­ti­vas de espe­ran­za sin agui­jón tene­bro­so (llu­via seca), llu­via de muer­te temprana.
Los nin­gu­nea­dos como Lean­dri­ta, eran per­so­nas for­ja­das a fuer­za de bala, fal­sas pro­me­sas y láti­go. Miles de muje­res y niños morían de des­nu­tri­ción, enfer­me­da­des que los ricos impo­nían con mucha mala leche, toda la mal­dad del mun­do es que escu­pía su boca y sus leyes des­lea­les al pue­blo tra­ba­ja­dor. Entre los jine­tes gue­rri­lle­ros que como “fan­tas­mas” a lo Cer­van­tes, apa­re­cían en pue­blos y aldeas repar­tien­do las tie­rras con­fis­ca­das a hacen­da­dos, y ali­men­tos de pri­me­ra nece­si­dad, se encon­tra­ba, Mar­ga­ri­to Mal­do­na­do, el que lucha­ra en la Revo­lu­ción; el que rega­ló a Lean­dri­ta un rifle para que for­ma­ra par­te del deam­bu­lar de sus días con sus noches. Mar­ga­ri­to Mal­do­na­do, fue el pri­mer gran amor de Lean­dra Bece­rra Lum­bre­ras. Con su fusil al hom­bro y Mar­ga­ri­to, pasó inol­vi­da­bles tar­des y her­mo­sas noches com­par­tien­do la lla­ma de la dig­ni­dad, feli­ci­dad ver­da­de­ra, esa que irra­dia los hue­sos for­man­do estre­llas en la mira­da del mar, y bajo los ojos de la luna, los gue­rri­lle­ros se besan.
¿A qué le tiras cuan­do sue­ñas, mexicano?
¿A hacer­te rico en lote­rías con un millón?
Mejor tra­ba­ja, ya leván­ta­te temprano;
con sue­ños ver­des solo pier­des el camión.
¿A qué le tiras cuan­do sue­ñas, mexicano?
Con sue­ños de opio no con­vie­ne ni soñar:
sue­ñas un hada… y ya no debes nada,
tu casa esta paga­da, ya no hay que trabajar,
Ya ´stá sal­va­da la Copa en la Olimpiada,
¡soñar no cues­ta nada… que ganas de soñar!
¡Ah!.
. . Pero eso sí… maña­na si que lo hago,
pero eso sí… maña­na voy a ir, pero eso sí…
maña­na sí…
Así fue como Lean­dri­ta se con­vir­tió en Ade­li­ta, fusil en mano se enva­len­to­nó y par­tió a hacer la Revo­lu­ción con Mar­ga­ri­to Mal­do­na­do, para luchar con­tra el tirano Por­fi­rio Díaz. Corría el año 1910, aún los Bol­che­vi­ques con Lenin, no habían toma­do el poder en la Rusia impe­rial y ya los famé­li­cos gua­ji­ros mexi­ca­nos, esta­ban hacien­do su revo­lu­ción social con los bra­vos, Villa y Zapa­ta al fren­te, luchan­do con­tra el tirano de su país y el grin­go del men­ta­do Nor­te, crá­pu­la anglo­sa­jón y sajón por angostura.
El sue­ño de Lean­dri­ta era el mis­mo sue­ño de, Cuauh­té­moc y Moc­te­zu­ma, el mis­mo de Beni­to Juá­rez y Cár­de­nas, Villa y Zapa­ta; con los que com­par­tió maíz, tie­rra, agua y amor, muchas lunas de miel bajo los ojos y futu­ro en la mira­da. Pero los sue­ños, ay, ay, ay, los sue­ños sue­ños son. Los sue­ños duran sólo de la mano de con­cien­cia cues­ta arri­ba sin mirar atrás, y la revo­lu­ción como los sue­ños no se des­va­ne­cen entre intri­gas y salo­nes de cuna del hacen­da­do explo­ta­dor, oli­gar­ca ban­ca­ria, rey del ladro­ni­cio, trai­cio­nes y can­san­cio. Por­que el enemi­go que es muuuu­cho, más que malo, sabe espe­rar para meter­te en el pozo oscu­ro sin fon­do, don­de rege­ne­re el cri­men entre asal­tos y estafas…
¡Fía­te de la vir­gen y no corras!, dijo Mar­ga­ri­to Mal­do­na­do a Leandrita.
¿A qué le tiras cuan­do sue­ñas, mexicano?
Deja el teso­ro que Cuauh­té­moc fue a enterrar
Cuán­tos cen­ta­vos se te esca­pan de la mano
bus­can­do un taxi que jamás te ha de llevar.
¿A qué le tiras cuan­do sue­ñas, mexicano?
Que fal­tan niños pa´ poblar este lugar,
Sigue soñan­do que no hay contribuciones,
que ya no hay mor­de­lo­nes, que ya pue­des ahorrar.
Sigue soñan­do que el PRI ya no anda en zancos,
que pres­tan en los ban­cos , que dejas de fumar.
¡Ah!.
. . Pero eso sí… pero eso sí… pero eso sí… 
¿A que le tiras cuan­do sue­ñas, soñador?


Capí­tu­lo II:
Los crí­me­nes de Esta­do siguen hacien­do historia
(MÉXICO, PARTE METEOROLÓGICO DEL MAR DE FUEGUITOS)
Estu­dian­tes rura­les nor­ma­lis­tas asal­tan el Pala­cio de Gobierno de Gue­rre­ro, pelo­tón de cam­pa­nas al son de Villa Aya­la… ¿por­qué tocan tan dolien­tes?, refuer­za la indig­na­ción en mar­cha hacién­do­se con el edi­fi­cio que alber­ga el Poder Eje­cu­ti­vo local. Las con­sig­nas de las cam­pa­nas de Villa Aya­la mar­ca­ron el com­pás de lucha, como en Chi­na­me­ca con el insu­rrec­to Zapata:
¡¡NO MÁS MUERTES CARAJO!!
Con­si­guien­do el “pelo­tón de a cien­to” reafir­mar la indig­na­ción, logran­do se reple­ga­ra el per­so­nal de vigi­lan­cia; tal fue la fuer­za indig­na­da con­tra el escar­nio del cri­men de Esta­do, logran­do entrar en las áreas admi­nis­tra­ti­vas encua­dra­das en los edi­fi­cios (pala­ce­tes) de Pala­cio. Un derro­che de nom­bres alum­bran los edi­fi­cios de la esfe­ra del cri­men, tan esfé­ri­cos como suge­ren­tes y has­ta para­di­sía­cos pero nada repre­sen­ta­ti­vos de la pala­bra escrita:
Cos­ta Chi­ca, Cos­ta Gran­de, Aca­pul­co, Región Cen­tro, Nor­te y Mon­ta­ña, ade­más de Tie­rra Calien­te, dón­de la indig­na­ción fue mas cañe­ra, pren­dien­do fue­go al edi­fi­cio. Entre “caña y caña” los gra­nos de arroz bro­ta­ban de la tie­rra a bor­bo­to­nes; para más tar­de hacer­se con el trans­por­te que man­tu­vie­ron esta­cio­na­do duran­te seis horas, gue­rrean­do las anda­das entorno a la via­li­dad del río Hua­ca­pa. For­ma de asen­tar el per­fil en lucha del Esta­do Gue­rre­ro mien­tras el fue­go con­su­mía a den­te­lla­das la sede del Gobierno esta­tal. Cin­co uni­da­des de bom­be­ros inten­ta­ron en vano sofo­car el sofo­cón, pero el esta­lli­do del fue­go no se detu­vo, a con­tra­pun­to mar­có con­sig­nas. El ham­bre de fue­go es ham­bre de liber­tad har­ta de ser des­pe­lle­ja­da: Sep­tiem­bre del 2014, en la memo­ria que­da­rá del cam­pe­sino y estu­dian­te, como una man­cha de Esta­do más en la historia.
Reten­ción de “per­so­nal” en el Pala­cio de Gobierno
Como es natu­ral en los casos que apun­tan entorno al octu­bre rojo “el gru­po de rete­ni­dos”, se abrió paso a gol­pes con­tra los estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa; el ambien­te en el perí­me­tro sur de la ciu­dad echa­ba chis­pas, por lo que la ten­sión entre estu­dian­tes, arti­lle­ros del fue­go y fun­cio­na­rios de la fun­ción buró­cra­ta, gene­ró un afa­no­so inter­cam­bio de intere­ses a pedra­da lim­pia. Escu­chen, oigan “el corri­do” que ahu­yen­tó al buró­cra­ta (mien­tras los poli­cías anti­mo­ti­nes aso­ma­ban por Calle­jón del gato) obli­gán­do­le a sal­tar a cua­tro patas, para caer sobre dicho calle­jón como sacos de ade­ce­nas, eran muchos los rete­ni­dos del con­fort del Esta­do!, se encon­tra­ban refor­zan­do la caja fuer­te del amo, guar­dan­do a lo blin­da­do las balas del Con­gre­so Local.
Las via­li­da­des del río Hua­ca­pa toma­ron total pro­ta­go­nis­mo, inten­ta­ron repri­mir los anti­mo­ti­nes amo­ti­na­dos nue­va­men­te a san­gre, pero los jóve­nes estu­dian­tes de Ayotzi­na­pa con­vir­tie­ron un camión en len­guas de fue­go. Los nor­ma­lis­tas esta­ban enca­pri­cha­dos en hacer valer, pre­va­le­cer, su dere­cho de exis­ten­cia; se para­pe­ta­ron a lo valien­te como cas­ta de Villa y Zapa­ta, y lan­zan­do pie­dras reven­ta­ron los ven­ta­na­les del peca­do que arro­pan el Pala­cio del cri­men. De nue­vo el fue­go arti­lle­ro puri­fi­có la lla­ma y per­mi­tió a muje­res, niños, per­so­nas mayo­res, con dis­ca­pa­ci­dad… aban­do­na­ran las ins­ta­la­cio­nes del Pala­cio del Fue­go sobre Tie­rra Calien­te del Guerrero.



*Nota his­tó­ri­ca que vue­la en el tiempo
Muchos años han pasa­do des­de el sue­ño de Lean­dra. Días ente­ros de sue­ño y lucha, mucha lucha. Son los secre­tos de la lon­ge­vi­dad de la mexi­ca­na Lean­dra Bece­rra Lum­bre­ras, naci­da el 31 de agos­to de 1887. La vie­ji­ta Lean­dra, la gue­rri­lle­ra, ha tran­si­ta­do por tres siglos. Lo que no le impi­de con­ver­sar sobre los malos gobier­nos. La novia de la revo­lu­ción vive en una casi­ta de Zapo­pan, Gua­da­la­ja­ra, capi­tal del Esta­do de Jalis­co… ¡No te rajes nun­ca Lean­dri­ta, que los sue­ños no te aban­do­nen para que pue­das ven­cer las cata­ra­tas y ver con mas cla­ri­dad las nue­vas cose­chas!. L“abuelita Lean­dra bus­ca siem­pre la mano de quie­nes se acer­can a salu­dar­la y la sos­tie­ne fuer­te­men­te entre las suyas. En su silla de rue­das y con un rebo­zo arro­pan­do su frá­gil cuer­po, espe­ró para soplar las velas del sabro­so pas­tel; pero Lean­dri­ta pedir pide y rei­vin­di­ca impo­nien­do su voz de can­to ¡¡Quie­ro fri­jo­les con gordas!!
Lean­dra Bece­rra Lumbreras:
23 años cuan­do esta­lló la Revolución.
82 cuan­do el hom­bre pisó la Luna.
113 cuan­do entró el nue­vo milenio.
Sigue narran­do mien­tras pue­de his­to­rias de la épo­ca revo­lu­cio­na­ria. . . Cuan­do, jun­to con sus hijos, corría a las cue­vas cer­ca­nas a Tula para escon­der­se de los “sol­da­dos”, que reclu­ta­ban a la fuer­za a los más jóve­nes. Cono­ció al líder insur­gen­te Fran­cis­co Villa, y a Alber­to Carre­ra, revo­lu­cio­na­rio que la con­ce­dió un terreno expro­pia­do a los hacen­da­dos tamau­li­pe­cos. Lean­dri­ta sigue fija en el pasa­do, deja volar su men­te y con­ver­sa con algu­nos de los “fan­tas­mi­tas” que mar­ca­ron su vida, sue­ña con aque­llos jine­tes pol­vo­rien­tos de cara que­ma­da (sol abra­sa­dor), que fusil al hom­bro cabal­gan por tie­rras mexi­ca­nas en bus­ca de liber­tad, de pan y de jus­ti­cia. Cole­gas ya me des­pi­do, que no ten­gan novedad…
Cual héroe murió Zapa­ta por dar tie­rra y libertad.
Mai­té Cam­pi­llo (actriz y direc­to­ra de teatro)

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *