Inde­pen­den­cia ver­sus dere­cho a deci­dir- Boltxe Kolektiboa

Fra­ca­sa­das las nego­cia­cio­nes de Argel en el año 1989 entre ETA y el Esta­do espa­ñol, dete­ni­da la direc­ción de ETA en Bidart y no habién­do­se cum­pli­do las expec­ta­ti­vas de lucha que se habían plan­tea­do para el año 1992, la izquier­da aber­tza­le se vio abo­ca­da a una gra­ve cri­sis polí­ti­ca ante la difi­cul­tad de poder obli­gar al Esta­do median­te la nego­cia­ción a que reco­no­cie­ra los pun­tos de la alter­na­ti­va tác­ti­ca de KAS. De entre los fac­to­res que se ana­li­za­ron esta­ba la cues­tión de tac­ti­cis­mo. Se ana­li­za­ba que se inver­tían dema­sia­das fuer­zas en la con­se­cu­ción de los obje­ti­vos tác­ti­cos (los con­te­ni­dos en la alter­na­ti­va KAS, entre ellos el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción) per­dién­do­se la nece­sa­ria visión estra­té­gi­ca para poder avan­zar hacia la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo, obje­ti­vos que debían lle­nar­se de con­te­ni­do y hacia los que había que avan­zar en la medi­da de lo posi­ble median­te la cons­truc­ción de con­tra­po­de­res y la cons­truc­ción nacional.

Des­de que una par­te de la direc­ción del MLNV ha caí­do en manos refor­mis­tas, la pers­pec­ti­va estra­té­gi­ca ha des­apa­re­ci­do y ha sido sus­ti­tui­da por el muy inde­fi­ni­do del «dere­cho a deci­dir» (ni siquie­ra ya el dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción como lo plan­teó Lenin o como es reco­gi­do por el dere­cho bur­gués en la Car­ta de Dere­chos Huma­nos), es decir, se ha baja­do el nivel de rei­vin­di­ca­ción, dado que no es lo mis­mo pedir el dere­cho a deci­dir pos­ter­gan­do los nece­sa­rios deba­tes estra­té­gi­cos que exi­gir la inde­pen­den­cia y el socialismo.

Lo mis­mo pasa con el inten­to actual de hacer una pobre copia de lo que se está hacien­do en Cata­lun­ya, copia, que como todas las que se hacen sin cono­cer sus inte­rio­ri­da­des, son malas copias. Y es que los pro­ce­sos de dife­ren­tes paí­ses no pue­den ser tras­plan­ta­dos de unos a otros de for­ma lineal, y para prue­ba tene­mos lo que suce­día cuan­do en el Paï­sos Cata­lans se inten­ta­ba copiar a Eus­kal Herria.

Es cier­to que en Cata­lun­ya hay una gran e inmen­sa movi­li­za­ción en pro de la inde­pen­den­cia, que no del dere­cho a deci­dir, al menos eso está cla­ro. Pero hay un pro­ble­ma y es que en nin­gún momen­to se plan­tea dicha rei­vin­di­ca­ción en unión con la con­se­cu­ción de un Esta­do socia­lis­ta, sino todo lo con­tra­rio, lo que se gri­ta en las movi­li­za­cio­nes y los lemas que se pue­den leer en los car­te­les son que lo que se quie­re lograr es que Cata­lun­ya sea un nue­vo Esta­do inte­gra­do en la Unión Euro­pea, es decir, un nue­vo Esta­do capi­ta­lis­ta, diri­gi­do por la bur­gue­sía cata­la­na, a pesar de que este pro­ce­so, como los de Eus­kal Herria y de Esco­cia, tie­ne una base tra­ba­ja­do­ra, en cada caso a dife­ren­tes nive­les, y pro­gre­sis­ta. Esto no impli­ca que no exis­tan orga­ni­za­cio­nes que luchen por la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo, que las hay y que han sido las que han man­te­ni­do la lla­ma de la lucha por la inde­pen­den­cia en los momen­tos en que la bur­gue­sía cata­la­na se con­ten­ta­ba, des­pués de cola­bo­rar con una repre­sión sin lími­tes con­tra las orga­ni­za­cio­nes que lucha­ban por la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo de fina­les de los años 70, 80 y par­te de los 90, con la «cul­tu­re­ta» cata­la­na. Pero dichas orga­ni­za­cio­nes, por dife­ren­tes razo­nes, no lle­van actual­men­te la direc­ción y el con­trol del todas esas movi­li­za­cio­nes, sino que quien lo está enca­be­zan­do y diri­gien­do es la bur­gue­sía a tra­vés de las ins­ti­tu­cio­nes cata­la­nas pero siem­pre bajo sobe­ra­nía espa­ño­la, es decir, des­de el gobierno auto­nó­mi­co cata­lán. ¿Pero Cata­lun­ya pue­de lle­gar a ser inde­pen­dien­te sin luchar para­le­la­men­te por el socia­lis­mo? Plan­tea­mos esto por­que exis­te la creen­cia gene­ra­li­za­da de que exis­te la posi­bi­li­dad que eso suce­da, es decir, pri­me­ro se con­si­gue el naci­mien­to del Esta­do cata­lán para pos­te­rior­men­te la cla­se tra­ba­ja­do­ra cata­la­na comen­zar la lucha por el socia­lis­mo úni­ca­men­te con­tra su bur­gue­sía, la cata­la­na, pues­to que ya habrá sido eli­mi­na­da la opre­sión de la bur­gue­sía espa­ño­la. Pen­sa­mos que esto no es posi­ble, la bur­gue­sía espa­ño­la no es capaz de ver más allá de su «Espa­ña, una, gran­de y libre» y la bur­gue­sía cata­la­na no es capaz de lle­var la lucha por un Esta­do cata­lán has­ta sus últi­mas con­se­cuen­cias. Aho­ra se ha subi­do al carro de la inde­pen­den­cia, pero lo ha hecho para actuar como freno cuan­do se ten­gan que tomar deci­sio­nes impor­tan­tes que sig­ni­fi­quen rom­per con el Esta­do español.

Otro pro­ble­ma que apa­re­ce al no lle­var la izquier­da revo­lu­cio­na­ria la direc­ción de lo que está pasan­do en Cata­lun­ya, es que no hay nin­gún plan­tea­mien­to con­cre­to de qué se hará cuan­do la bur­gue­sía cata­la­na trai­cio­ne al pue­blo cata­lán, que lo hará, o cuan­do el Esta­do espa­ñol ele­ve más su nega­ti­va y tome el camino de la apli­ca­ción de medi­das repre­si­vas con­tra el movi­mien­to inde­pen­den­tis­ta cata­lán, que por otra par­te, será la mayo­ría del pue­blo. En el 11 de setem­bre de este año, se plan­tea­ba que la bur­gue­sía cata­la­na no se atre­ve­ría a trai­cio­nar al pue­blo cata­lán ante las movi­li­za­cio­nes y el cla­mor mayo­ri­ta­rio por la inde­pen­den­cia que exis­te actual­men­te. Pero que­dar­se en estas con­si­de­ra­cio­nes sobre la bur­gue­sía es no tener en cuen­ta todas las expe­rien­cias san­grien­tas por las que ha pasa­do el pue­blo cata­lán a lo lar­go de su his­to­ria a cau­sa de la trai­ción de su pro­pia bur­gue­sía, la últi­ma no hace mucho, en la lla­ma­da tran­si­ción espa­ño­la, al acep­tar todo el pro­ce­so sin recla­ma­cio­nes nacio­na­les a Madrid a pesar de que el plan­tea­mien­to de dicho pro­ce­so des­de su ori­gen has­ta el final era eso, espa­ño­la y por lo tan­to cen­tra­lis­ta y basa­do en el carác­ter nacio­nal cató­li­co del tardofranquismo.

Cuan­do se ana­li­za el refe­rén­dum en Esco­cia, cuan­do se habla de que ha sido una mag­ní­fi­ca expre­sión de demo­cra­cia, se olvi­da que de demo­cra­cia ha habi­do bas­tan­te poco en ese pro­ce­so, por­que está cla­ro que los par­ti­dos, orga­ni­za­cio­nes, colec­ti­vos que han tra­ba­ja­do por la inde­pen­den­cia (y que con­ti­nua­rán tra­ba­jan­do por ella) no tenían la mis­ma fuer­za, ni las mis­mas posi­bi­li­da­des para su cam­pa­ña que las que han teni­do los unio­nis­tas con Gran Bre­ta­ña. ¿Esco­cia podía jugar con el mie­do para impo­ner su voto inde­pen­den­tis­ta como lo ha hecho Gran Bre­ta­ña? ¿Quién tie­ne las rien­das de la eco­no­mía, de los gran­des medios de comu­ni­ca­ción? Ingla­te­rra y más con­cre­ta­men­te la city de Lon­dres. No es ver­dad que lo que ha suce­di­do en Esco­cia sea una expre­sión de la mag­ní­fi­ca demo­cra­cia ingle­sa. No ha habi­do demo­cra­cia. Lo que ha habi­do ha sido un mal cálcu­lo en prin­ci­pio sobre las ver­da­de­ras posi­bi­li­da­des que tenía el movi­mien­to inde­pen­den­tis­ta de lograr un apo­yo masi­vo para fina­li­zar en un inten­to deses­pe­ra­do por par­te del Esta­do de rete­ner a Esco­cia den­tro de esa uni­dad eco­nó­mi­ca que es el Rei­no Uni­do, pro­me­tien­do cesio­nes de sobe­ra­nía que habrá que ver cómo y cuan­do se cum­plen. Por­que aho­ra hay que ver si, una vez que se ha vota­do por la per­ma­nen­cia en el inte­rior del Rei­no Uni­do, Lon­dres cum­pli­rá sus pro­me­sas o si por el con­tra­rio, nega­rá lo dicho e inten­ta­rá que las cosas con­ti­núen como antes del refe­rén­dum. Cla­ro que a lo mejor, para que­dar como unos per­fec­tos demó­cra­tas, dan algu­nas miga­jas a Esco­cia, y todo el mun­do tan con­ten­to, menos el pue­blo esco­cés, ¡cla­ro! Ade­más se pue­de hablar de que ha habi­do impo­si­ción dado que prin­ci­pio, sola­men­te se podrá rea­li­zar este refe­rén­dum una vez, prin­ci­pal­men­te por razo­nes de esta­bi­li­dad eco­nó­mi­ca. Espe­re­mos que el pue­blo esco­cés encuen­tre de una mane­ra u otra el camino hacia su independencia.

Otro de los «erro­res u olvi­dos» que últi­ma­men­te se están pro­du­cien­do, tan­to en el caso cata­lán o inclu­so en el vas­co últi­ma­men­te, es no plan­tear que exis­te la lucha de cla­ses y que lo que con­vie­ne a la bur­gue­sía esco­ce­sa, cata­la­na o vas­ca no pue­de ser nun­ca lo que intere­sa y con­vie­ne a los pue­blos esco­cés, cata­lán y vas­co (o a cual­quier otro pue­blo del mun­do). Es cier­to que en una lucha de libe­ra­ción nacio­nal deben exis­tir acuer­dos e inter­ac­cio­nes entre la bur­gue­sía local o la ocu­pan­te y el pue­blo tra­ba­ja­dor de la nación inva­di­da, peque­ños pasos para poder ir avan­zan­do hacia el obje­ti­vo final, pero si se quie­re avan­zar hacia una inde­pen­den­cia real, total, debe ser el pue­blo tra­ba­ja­dor quien tie­ne que lle­var la direc­ción, no la bur­gue­sía. Si es esta últi­ma quien lle­va el con­trol del pro­ce­so, nos que­da­re­mos estan­ca­dos alre­de­dor de con­sig­nas sin fun­da­men­to, vacías, sin con­te­ni­do ni defi­ni­ción con­cre­ta como pue­de ser la del «dere­cho a deci­dir». Por eso hay que tra­ba­jar, luchar para arre­ba­tar la direc­ción de los movi­mien­tos de libe­ra­ción a la bur­gue­sía y que sea el pue­blo tra­ba­ja­dor el que se orga­ni­ce y obli­gue a su bur­gue­sía, o a par­te de ella, a subir­se al tren en mar­cha hacia la inde­pen­den­cia y el socia­lis­mo. Sin depen­den­cia, ni fede­ra­lis­mos estú­pi­dos, sin tram­pas. Nun­ca lo van a hacer de for­ma volun­ta­ria, sino úni­ca­men­te por intere­ses pro­pios, es decir, cuan­do vean que el pue­blo tra­ba­ja­dor apues­ta de mane­ra fir­me y mayo­ri­ta­ria, uti­li­zan­do todos los ins­tru­men­tos que ten­ga a su alcan­ce, por impo­ner la inde­pen­den­cia y el socialismo.

Para ello es nece­sa­rio que se desa­rro­lle mucho más la auto­con­cien­cia de pue­blo tra­ba­ja­dor con con­cien­cia nacio­nal de cla­se, que aun­que ya exis­te ha teni­do y tie­ne un desa­rro­llo des­igual en los dife­ren­tes pro­ce­sos de los que habla­mos; que se for­ta­lez­can y desa­rro­llen las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias de base; que se impul­se la for­ma­ción polí­ti­ca y revo­lu­cio­na­ria entre los y las mili­tan­tes, para que todos y todas sean van­guar­dia, tenien­do capa­ci­dad de arre­ba­tar el con­trol a esa bur­gue­sía clau­di­can­te y cola­bo­ra­do­ra con el poder ocu­pan­te, aquí, en Cata­lun­ya o don­de se quiera.

Boltxe Kolek­ti­boa

30 de sep­tiem­bre de 2014

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