De La Bata­lla de Argel a la Bata­lla de Gaza- Car­los Patiño

En la pelí­cu­la “La Bata­lla de Argel” [1965], Gillo Pon­te­cor­vo retra­ta la lucha del pue­blo arge­lino por su inde­pen­den­cia del colo­nia­lis­mo fran­cés. En el film se hace refe­ren­cia a las accio­nes revo­lu­cio­na­rias lle­va­das a cabo por el Fren­te de Libe­ra­ción Nacio­nal arge­lino, así como la repre­sión bru­tal de los para­cai­dis­tas fran­ce­ses y sus apa­ra­tos de segu­ri­dad para dete­ner a las y los lucha­do­res independentistas.

El gene­ral Jac­ques Mas­su, encar­na­do en la pelí­cu­la por Jean Mar­tin como el Coro­nel Mathieu, fue la prin­ci­pal auto­ri­dad mili­tar fran­ce­sa en Argel, el mis­mo que jun­to al gene­ral Paul Aus­sa­res­ses eje­cu­tó un sin­nú­me­ro de crí­me­nes atro­ces con­tra el pue­blo argelino.

Aus­sa­res­ses y Mas­su fue­ron los res­pon­sa­bles del ase­si­na­to de Lar­bin Ben Mhi­di, jefe del Fren­te de Libe­ra­ción Nacio­nal, a quien ahor­ca­ron. Estos gene­ra­les fran­ce­ses esta­ble­cie­ron méto­dos crue­les de tor­tu­ra en Arge­lia, lle­va­ron ade­lan­te ase­si­na­tos selec­ti­vos y eje­cu­cio­nes suma­ria­les. [Ver entre­vis­ta de Nés­tor Kohan y Rémy Herre­ra con Hen­ri Alleg, el perio­dis­ta revo­lu­cio­na­rio tor­tu­ra­do en Arge­lia por sus «com­pa­trio­tas» fran­ce­ses y autor del libro «La question»]

La perio­dis­ta e his­to­ria­do­ra fran­ce­sa Marie-Moni­que Robin en el docu­men­tal “Escua­dro­nes de la muer­te: la escue­la fran­ce­sa de la tor­tu­ra”, expli­ca la influen­cia que los fran­ce­ses tuvie­ron en los mili­ta­res argen­ti­nos, los mis­mos que apli­ca­rían los bru­ta­les méto­dos ense­ña­dos por sus maes­tros duran­te el régi­men dictatorial.

El pue­blo arge­lino uti­li­zó diver­sas for­mas de lucha para hacer fren­te al inva­sor colo­nial, entre ellos la rea­li­za­ción de aten­ta­dos en luga­res de diver­sión, cafe­te­rías don­de asis­tía la pobla­ción fran­ce­sa posi­cio­na­da en las zonas usur­pa­das a los arge­li­nos. La pelí­cu­la de Pon­te­cor­vo refle­ja con cru­de­za estos actos lle­va­dos a cabo por el Fren­te de Libe­ra­ción Nacio­nal de Arge­lia. En muchas de esas accio­nes par­ti­ci­pa­ron mujeres.

Cues­tio­na­dos inclu­so por sec­to­res de izquier­da, estos méto­dos de lucha fue­ron váli­dos fren­te a un inva­sor des­pia­da­do, que no tuvo nin­gu­na com­pa­sión con el pue­blo arge­lino. Las con­si­de­ra­cio­nes mora­les que con­de­nan este tipo de accio­nes, refle­jan pos­tu­ras reac­cio­na­rias, pues­to que no toman en cuen­ta que la lucha entre el poder colo­nial e impe­ria­lis­ta con­tra los pue­blos es asi­mé­tri­ca, sien­do favo­ra­ble des­de el pun­to de vis­ta del uso de las téc­ni­cas y tec­no­lo­gías mili­ta­res para los invasores.

En 1947, con el bene­plá­ci­to de las Nacio­nes Uni­das, se dio la par­ti­ción de Pales­ti­na en bene­fi­cio del sio­nis­mo israelí.

El sio­nis­mo tie­ne como obje­ti­vo la des­truc­ción de Pales­ti­na y el exter­mi­nio de su pobla­ción. Israel ocu­pa ile­gal­men­te los terri­to­rios pales­ti­nos. Como seña­la Ilan Pap­pé, se tra­ta de una domi­na­ción colo­nial, racis­ta y opre­so­ra que cuen­ta con el res­pal­do de EEUU y el impe­ria­lis­mo euro­peo que hoy hacen, a los pales­ti­nos, lo que en otro momen­to el nazi­fas­cis­mo hizo con los judíos y gitanos.

Los judíos fue­ron víc­ti­mas del nazi­fas­cis­mo. No fue­ron los úni­cos. En los cam­pos de con­cen­tra­ción ale­ma­nes fue­ron ase­si­na­dos mili­tan­tes comu­nis­tas de diver­sos paí­ses. Muchos ale­ma­nes res­pal­da­ron los crí­me­nes de Hitler, con­ven­ci­dos del “triun­fo de la volun­tad” aria. Igual suce­dió con los habi­tan­tes de otros paí­ses euro­peos que acep­ta­ron a Hitler, mani­pu­la­dos por la sico­lo­gía de masas del nazi­fas­cis­mo. Los sio­nis­tas tam­bién pac­ta­ron con los nazis y con­tri­bu­ye­ron con sus ser­vi­cios repre­si­vos para cap­tu­rar a judíos no sio­nis­tas. La his­to­ria ofi­cial ocul­ta estos episodios.

Hoy, gra­cias al apo­yo de la gran indus­tria mediá­ti­ca, los sio­nis­tas, segui­do­res fie­les del lega­do que les dejo Hitler, se pre­sen­tan como eter­nas víc­ti­mas, cuan­do en reali­dad son los que actúan en Pales­ti­na como lo hicie­ron las tro­pas nazis, las SS y la Ges­ta­po en Euro­pa con­tra sus enemigos.

La hipo­cre­sía de la lla­ma­da “Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal” hace cons­tan­tes lla­ma­dos a las par­tes para que cesen las hos­ti­li­da­des entre Israel y Pales­ti­na. El Secre­ta­rio Gene­ral de las NN.UU, Ban Ki-Moon con­de­nó enér­gi­ca­men­te el ase­si­na­to de tres jóve­nes israe­líes secues­tra­dos el pasa­do 12 de junio de 2014. De igual mane­ra ha ins­ta­do al movi­mien­to Hamas a acep­tar un cese al fue­go con Israel. Para este esper­pen­to, la muer­te de pales­ti­nos no mere­ce que se con­de­ne con igual ener­gía. Los ase­si­na­tos, no de tres jóve­nes, sino de dos­cien­tas per­so­nas, entre ellos muchos niños, por par­te de los sio­nis­tas que, ade­más, des­tru­yen vivien­das, hos­pi­ta­les, escue­las, que des­pla­zan pue­blos ente­ros y han roba­do terri­to­rios al pue­blo pales­tino, no son dig­nos de ser repu­dia­dos. En defi­ni­ti­va, Israel es un Esta­do “víc­ti­ma”.

Mien­tras la pren­sa titu­la­ba como “masa­cre” la derro­ta de Bra­sil 7 a 1 fren­te a Ale­ma­nia en el mun­dial de fút­bol y publi­ca­ba las fotos de los ros­tros com­pun­gi­dos de los faná­ti­cos bra­si­le­ños, no ha uti­li­za­do nin­gu­na pala­bra que se acer­que siquie­ra para defi­nir como deli­to, mucho menos como un cri­men o geno­ci­dio, la masa­cre del sio­nis­mo con­tra el pue­blo palestino.

Por otro lado, lo que hace la lla­ma­da Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal y la gran indus­tria mediá­ti­ca es pre­sen­tar como fuer­zas en equi­li­brio las que se enfren­tan en Gaza. Nada más ale­ja­do de la reali­dad. Israel tie­ne avio­nes, heli­cóp­te­ros, bar­cos de gue­rra, fuer­zas espe­cia­les con arma­men­to sofis­ti­ca­do. La resis­ten­cia pales­ti­na no. Es un enfren­ta­mien­to desigual.

Pero nada se hace para dete­ner el exter­mi­nio con­tra el pue­blo palestino.

Aca­so se atre­ve­rán a blo­quear eco­nó­mi­ca­men­te a los sio­nis­tas, se deci­di­rán a man­dar fuer­zas de paz, inten­ta­rán siquie­ra plan­tear la posi­bi­li­dad de rea­li­zar ata­ques aéreos con­tra obje­ti­vos mili­ta­res del Esta­do cri­mi­nal de Israel. No. No lo harán, por­que Israel es el Esta­do cana­lla al ser­vi­cio del impe­ria­lis­mo yan­qui y euro­peo, los mis­mos que le sur­ten del arma­men­to con que ase­si­nan a niños palestinos.

¿Cuál es la salida?

Si bien es cier­to que la soli­da­ri­dad inter­na­cio­nal expre­sa­da en movi­li­za­cio­nes, mar­chas a emba­ja­das o el boi­cot a los pro­duc­tos del Esta­do cri­mi­nal de Israel es vital para com­ba­tir a estos ase­si­nos, las cosas siguen igua­les y año tras año los sio­nis­tas con­ti­núan con el avan­ce de sus colo­nos y el des­pla­za­mien­to de la pobla­ción palestina.

La des­truc­ción de casas, hos­pi­ta­les, cen­tros edu­ca­ti­vos, el ase­si­na­to de líde­res polí­ti­cos, de inte­lec­tua­les, de pro­fe­so­res uni­ver­si­ta­rios, el encar­ce­la­mien­to de niños, de jóve­nes, los crí­me­nes con­tra bebés de Pales­ti­na, no va a cesar.

¿Qué hacer?

Pasar a accio­nes más efectivas.

A nivel de gobier­nos, si real­men­te son pro­gre­sis­tas y revo­lu­cio­na­rios, se debe­ría rom­per inme­dia­ta­men­te las rela­cio­nes diplo­má­ti­cas con Israel y no vol­ver­las a reanu­dar. Hay que blo­quear todo pro­yec­to de cual­quier índo­le con los cri­mi­na­les sionistas.

A nivel de los pue­blos bus­car afec­tar los intere­ses de los sio­nis­tas, gol­pean­do sus emba­ja­das, sus vehícu­los ofi­cia­les en los paí­ses don­de ten­gan fun­cio­na­rios y a estos, no dejar­los actuar.

Las orga­ni­za­cio­nes de izquier­da deben bus­car la for­ma de ayu­dar mili­tar­men­te al pue­blo pales­tino en los luga­res del mun­do don­de estén los sio­nis­tas. “Car­los”, Ilich Ramí­rez Sán­chez, es un ejem­plo en estos momen­tos difí­ci­les para Palestina.

Es la gue­rra jus­ta con­tra el odio­so invasor.

Arge­lia fue un ejem­plo de lucha y resis­ten­cia con­tra los colo­nia­lis­tas. Hoy Pales­ti­na se encuen­tra en una situa­ción simi­lar y cual­quier for­ma de lucha que se apli­que, inclui­dos los aten­ta­dos para afec­tar intere­ses de Israel, son válidas.

Bas­ta de hipo­cre­sías y mora­lis­mos reac­cio­na­rios en la izquier­da. Lo que hay que hacer es gol­pear al enemi­go. Emba­ja­das, ins­ti­tu­tos del sio­nis­mo en el mun­do ente­ro deben ser obje­ti­vo de las orga­ni­za­cio­nes revo­lu­cio­na­rias. Y, por supues­to, hay que apo­yar cada acto de la resis­ten­cia pales­ti­na para gol­pear al inva­sor en el terri­to­rio usurpado.

Con­de­nar esto, es acep­tar la vio­len­cia del sionismo.

Con Pales­ti­na, julio de 2014

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