¿A dón­de se pen­sa­ban que venían?- Borro­ka Garaia

Entre mon­ta­ñas de basu­ra, indus­trias, polu­ción, ban­cos y la ría está el puto Botxo, trá­fi­co ago­bian­te, pin­ta­das y car­te­les, no hay curre­lo, sólo mie­do y repre­sión. Así decía una míti­ca can­ción gra­ba­da en direc­to en el no menos míti­co anti­guo gaz­tetxe del cas­co vie­jo de Bil­bo hace casi 20 años. Han pasa­do dos déca­das des­de enton­ces y no mucho ha cam­bia­do en Bil­bo aun­que los ricos digan que está el mejor alcal­de del mun­do ya que mue­re gen­te con­ge­la­da en la calle , se tiran por la ven­ta­na de la deses­pe­ra­ción ante desahu­cios, siguen des­alo­jan­do casas ocu­pa­das y gaz­tetxes, la repre­sión cam­pa a sus anchas y aquel “no futu­ro” que se can­ta­ba y algu­nos creían pasa­do de moda, ha lle­ga­do para no irse. Sin embar­go ayer fue uno esos días don­de el mie­do no apa­re­ció en el ban­do de siempre.

El 3 de mar­zo es un día espe­cial para recor­dar­nos quie­nes somos y de don­de veni­mos. Difí­cil­men­te es casual que la troi­ka y sus alia­dos autóc­to­nos o forá­neos lo des­co­no­cie­sen. Pues saben muy bien que Eus­kal Herria es el cora­zón rebel­de de Euro­pa. Tam­po­co des­co­no­cían el sus­tra­to obre­ro de la ciu­dad a la que se diri­gían. Una ciu­dad y entorno don­de nació la izquier­da aber­tza­le en los años 30 y déca­das des­pués se blin­dó de la con­fluen­cia del movi­mien­to obre­ro con el independentismo.

Lo que ocu­rre es que no se pue­de ven­der la piel del oso antes de cazar­lo. Y pese al nue­vo dis­cur­so que tra­ta de ven­ci­das y derro­ta­das a las cla­ses popu­la­res vas­cas, de nor­ma­li­za­ción demo­crá­ti­ca esti­lo Aju­ria-Enea, de sumi­sión inci­pien­te, de derrum­be del movi­mien­to revo­lu­cio­na­rio vas­co, pen­sa­ban que cele­brar una cum­bre cri­mi­nal en Bil­bo sería una bue­na idea para cer­ti­fi­car­lo mien­tras el recor­te de dere­chos avan­za y las con­di­cio­nes de vida de la pobla­ción se ero­sio­nan. Se equi­vo­ca­ban. Echa­ron un pul­so y lo perdieron.

Usa­ron poli­cías de todos los colo­res, pusie­ron fran­co-tira­do­res, levan­ta­ron un esta­do de sitio fren­te a una socie­dad que vive des­de hace dema­sia­do tiem­po bajo unas leyes espe­cia­les de esta­do de excep­ción. Nada de eso sir­vió y miles de per­so­nas salie­ron a la calle para decir­les que no se les quie­re en Eus­kal Herria ni a ellos ni a sus polí­ti­cas ladro­nas. Por otro lado , la bur­gue­sía vas­ca, fiel a su his­to­ria, se rom­pía la espal­da de las genu­fle­xio­nes ante el tirano.

Ayer fue un día impor­tan­te por muchos moti­vos. La cum­bre fue un autén­ti­co fra­ca­so que no con­ci­tó nin­gu­na adhe­sión más allá de lo más ras­tre­ro de la socie­dad. Fue un pun­to de infle­xión de una lucha de cla­ses que en Eus­kal Herria a buen segu­ro y pese a la per­ple­ji­dad de muchos va a ir en ascen­so has­ta con­ver­tir­se en un pun­to cen­tral des­en­ca­de­nan­te de momen­tos his­tó­ri­cos tam­bién en el ámbi­to nacio­nal, que están por lle­gar. Ya que la cla­se tra­ba­ja­do­ra y su uni­dad en Eus­kal Herria va a ser defi­ni­ti­va­men­te lo que des­equi­li­bre la balan­za y abra el camino hacia la libe­ra­ción nacio­nal y social. Ayer la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, la de los de aba­jo, miró con orgu­llo a este país.

Comen­ta­ba el otro día que es una nece­si­dad acu­cian­te dejar de adop­tar la acti­tud del ven­ci­do, y recu­pe­rar el orgu­llo del pue­blo tra­ba­ja­dor vas­co. Nadie es ajeno en esa tarea, evi­tan­do fal­sas dico­to­mías meti­das a cal­za­dor en el pue­blo vas­co para divi­dir a la cla­se trabajadora.

El mode­lo sin­di­cal y de lucha ins­ti­tu­cio­nal de la izquier­da peor o mejor cum­plió una fun­ción deba­ti­ble duran­te la eta­pa del fal­so esta­do de bien­es­tar, hoy, ante las con­se­cuen­cias de lo que lla­man cri­sis nue­vas for­mas de inter­ac­ción social ale­ja­das del dele­ga­cio­nis­mo y ver­da­de­ra­men­te ponien­do a la socie­dad en cabe­za se hacen nece­sa­rias tan­to para cons­truir ese poder popu­lar y alter­na­ti­va como para res­pon­der. Para ello el sin­di­ca­lis­mo ten­drá que estar más com­ba­ti­vo que nun­ca y la lucha ins­ti­tu­cio­nal ser recep­ti­va a los sen­ti­mien­tos y ansias de las cla­ses popu­la­res más cas­ti­ga­das apar­tan­do cálcu­los, man­dan­do obe­de­cien­do y no al revés.

La cla­se tra­ba­ja­do­ra vas­ca estu­vo a la altu­ra en una jor­na­da de movi­li­za­ción y pro­tes­ta que se alar­gó duran­te todo el día. Hay una cosa que los ladro­nes no pue­den robar: La dig­ni­dad. Y mucho menos la de la juven­tud vas­ca. El impe­ria­lis­mo, el capi­ta­lis­mo, secues­trar la volun­tad del pue­blo, la troi­ka , el FMI, la UE, no es un futu­ro digno para este país.

Troi­ka go home!

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