Euro­co­pa kan­po­ra- Iña­ki Uriarte

Acep­tar que Bil­bao pue­da ser sede de la Euro­co­pa 2020 de fút­bol desean­do y admi­tien­do una casi impo­si­ble posi­bi­li­dad de par­ti­ci­pa­ción de Eus­kal Selek­zioa para lograr un con­sen­so es disi­mu­lar una enor­me clau­di­ca­ción. Debe­mos recha­zar rotun­da y total­men­te de esta con­ta­mi­na­ción de fút­bol e his­pa­ni­dad dis­traí­da con una aspiración.

Hablar de la selec­ción espa­ño­la como la roja es una hábil manio­bra guber­na­men­tal-perio­dís­ti­ca para crear un invo­lun­ta­rio e indi­rec­to afec­to cro­má­ti­co por Espa­ña. Como los que dicen yo solo miro los par­ti­dos para ver si pier­de, o por­que jue­ga algún vas­co, una hipo­cre­sía jus­ti­fi­ca­ti­va. Así se va pro­pa­gan­do una españolidiotización.

Al buen aber­tza­le le bas­ta con tener mera pos­te­rior cons­tan­cia, gozo­sa, de los fra­ca­sos de nues­tro enemi­go como los JJ.OO que no se cele­bra­rán en Madrid, una de la mejo­res noti­cias del pasa­do año. Las jus­ti­fi­ca­cio­nes de impac­to eco­nó­mi­co, siem­pre exa­ge­ra­dí­si­mas que gene­ra una muche­dum­bre tran­si­to­ria por unas horas, hábil excu­sa con­tem­po­rá­nea en épo­ca de cri­sis, es una mise­ra­ble medi­da. La dig­ni­dad de un pue­blo es una con­di­ción de ran­go muy supe­rior que la afluen­cia de dine­ro. Tam­bién la espe­cu­la­ción, la dro­ga, el deli­to, la mafia y la pros­ti­tu­ción enri­que­cen a deter­mi­na­dos entornos.

La omni­pre­sen­cia del fút­bol como opio popu­lar no mere­ce nin­gún posi­cio­na­mien­to posi­ti­vo de gru­pos que se iden­ti­fi­quen como de izquier­das o aber­tza­les; en cual­quier caso una opi­nión crí­ti­ca por lo que supo­ne en sus varia­das dimen­sio­nes socia­les. La ciu­dad desig­na­da sede repre­sen­ta ine­quí­vo­ca­men­te a Espa­ña en esta com­pe­ti­ción inter­na­cio­nal, no nos deje­mos enga­ñar, lo que supo­ne inte­grar volun­ta­ria­men­te Bil­bao a dicho país. Asun­to de supre­mo inte­rés para el gobierno de Espa­ña que mani­pu­la­rá lo pre­ci­so para con­se­guir­lo vis­ta la sor­pren­den­te debi­li­dad social aber­tza­le que se está mos­tran­do. Sus him­nos, monar­ca, minis­tros, mili­ta­res, poli­cías, ultra­de­re­chis­tas, neo­na­zis con ban­de­ras y cán­ti­cos inva­di­rían la villa y pro­vo­ca­rían al pue­blo vasco.

La enti­dad orga­ni­za­do­ra UEFA debe recor­dar que el cam­po de San Mamés está finan­cia­do con ayu­das eco­nó­mi­cas extra­ñas e irre­gu­la­res que la Unión Euro­pea no deja­rá de inves­ti­gar como ha suce­di­do en otros casos y mate­rias aun­que pase tiem­po. Sin olvi­dar que ha sido cons­trui­do en deni­gran­tes con­di­cio­nes labo­ra­les de escla­vi­tud y así lo han reco­no­ci­do los sin­di­ca­tos vas­cos. Una ver­güen­za europea.

No pue­de cele­brar­se un acon­te­ci­mien­to depor­ti­vo en la ciu­dad de un país, Eus­kal Herria, cuya poli­cía, no ya las fuer­zas de ocu­pa­ción extran­je­ras ins­ta­la­das, dis­pa­ran a matar a los pací­fi­cos afi­cio­na­dos al fut­bol por una cele­bra­ción. Esto debe saber­se en el ambien­te depor­ti­vo mundial.

Ade­más es casi impo­si­ble que se auto­ri­ce una Eus­kal Selek­zioa para dicho acon­te­ci­mien­to, como mucho un par­ti­do amis­to­so bené­fi­co. En el supues­to de que fue­ra desig­na­da sede debe­ría lle­var implí­ci­to qué en caso con­tra­rio a la par­ti­ci­pa­ción se boi­co­tea­ría con­tun­den­te­men­te la cele­bra­ción del cita­do campeonato.

Una racio­na­li­dad iden­ti­ta­ria basa­da en la radi­ca­li­dad es el úni­co medio para pro­gre­sar como nación inde­pen­dien­te, el mayor desa­fío colec­ti­vo que tene­mos en la actua­li­dad como pueblo.

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