ETA se com­pro­me­te con una via vas­ca de resolución

La orga­ni­za­ción arma­da vas­ca ETA anun­cia que adop­ta tres com­pro­mi­sos: «Rea­li­zar apor­ta­cio­nes sig­ni­fi­ca­ti­vas para ali­men­tar el pro­ce­so, sin tar­dar»; «poner­se en con­tac­to con la Comi­sión para Impul­sar el Pro­ce­so de Paz» ema­na­da del Foro Social; y «tomar par­te en las con­ver­sa­cio­nes y nego­cia­cio­nes que se pue­dan uti­li­zar con el obje­ti­vo de lograr la reso­lu­ción y la paz».

ETA mues­tra su com­pro­mi­so con una vía vas­ca hacia la reso­lu­ción del con­flic­to que va toman­do cuer­po fren­te al inten­to de blo­queo de los esta­dos. Esta dico­to­mía la remar­ca la orga­ni­za­ción vas­ca en un extrac­to en el que, al hilo de las visi­tas de Iñi­go Urku­llu a Madrid, expo­ne que «más que ir a escu­char el no de Espa­ña, es hora de con­cre­tar una acción para poner el sí de Eus­kal Herria en el cen­tro y en vías de materialización».

ETA sub­ra­ya la volun­tad de la ciu­da­da­nía vas­ca expre­sa­da de for­ma masi­va en la movi­li­za­ción del 11 de enero en Bil­bo, que reu­nió a al menos 135.000 per­so­nas y que cree que fue más allá aún de las bases socia­les de los agen­tes con­vo­can­tes. La orga­ni­za­ción vas­ca con­si­de­ra que «ha sido un paso de gran com­pro­mi­so polí­ti­co», que «ha encen­di­do la ilu­sión de amplios sec­to­res de la ciu­da­da­nía vas­ca» y que «ha dibu­ja­do el camino para avanzar».

La mani­fes­ta­ción, la mayor de la his­to­ria polí­ti­ca vas­ca según recuer­da, debe­ría aca­rrear «un pun­to de infle­xión». Fren­te a quie­nes sos­tie­nen que se tra­tó de una res­pues­ta pun­tual a una situa­ción de excep­ción (tras la reda­da con­tra los media­do­res de EPPK y el veto a la mani­fes­ta­ción de Tan­taz Tan­ta), ETA apun­ta que «la situa­ción de excep­ción hace tiem­po que está ins­ta­la­da en Eus­kal Herria a tra­vés de la violencia».

Para Eus­ka­di Ta Aska­ta­su­na las con­se­cuen­cias de esa movi­li­za­ción ya son paten­tes, dado que «quie­nes esta­ban cómo­dos con el blo­queo del pro­ce­so y la divi­sión entre las fuer­zas par­ti­da­rias de la reso­lu­ción se han pues­to ner­vio­sos». Obser­va tam­bién que algu­nos dis­cur­sos «se están readap­tan­do» y que «cada vez son más los que toman por inade­cua­da la línea del Gobierno español».

ETA remar­ca que ha que­da­do cla­ro, que el modo de avan­zar no es inten­tar satis­fa­cer con­ti­nua­men­te las exi­gen­cias de quie­nes no quie­ren la reso­lu­ción o acep­tar sus vetos. Con ello solo se refuer­zan las acti­tu­des nega­ti­vas. La úni­ca mane­ra de hacer mover a esos sec­to­res y atraer­los es avan­zar en la diná­mi­ca por la reso­lu­ción, con el impul­so de la ciu­da­da­nía vasca.

ETA no tie­ne expec­ta­ti­vas de que los esta­dos vayan a mover su posi­ción. Recuer­da por ejem­plo que el PP res­pon­dió a la movi­li­za­ción de enero «con su habi­tual pre­po­ten­cia, dicien­do que ni una ni dos movi­li­za­cio­nes iban a hacer variar la polí­ti­ca del Gobierno espa­ñol. Es más, los diri­gen­tes del PP están anun­cian­do más ataques».

Tras recor­dar las reda­das con­tra EPPK y Herri­ra y esti­mar que su obje­ti­vo era «pudrir la situa­ción de los pres@s polític@s vasc@s». Entien­de que esta ha sido tam­bién una espe­cie de res­pues­ta del Gobierno de Mariano Rajoy al lehen­da­ka­ri: «Le ha trans­mi­ti­do el men­sa­je cla­ro de que por lo que res­pec­ta al “con­flic­to vas­co” el Gobierno espa­ñol con­cre­ta su línea de acción con la Guar­dia Civil. O, dicho de otra mane­ra, que al igual que ocu­rre con la volun­tad ciu­da­da­na, la opi­nión del lehen­da­ka­ri de la CAV tam­bién es nula para el Gobierno español».

En cuan­to al Esta­do fran­cés, ETA sub­ra­ya que «per­ma­ne­ce calla­do. Como es habi­tual, como si no tuvie­ra nada que ver con lo que está ocu­rrien­do. Mien­tras tan­to, sin embar­go, ade­más de man­te­ner su acti­tud nega­ti­va ante la reso­lu­ción sigue vul­ne­ran­do los dere­chos huma­nos de los pres@s polític@s vasc@s».

La orga­ni­za­ción vas­ca enu­me­ra con­cre­ta­men­te las ofen­si­vas repre­si­vas, las tra­bas a los dere­chos civi­les y polí­ti­cos y las medi­das de excep­ción peni­ten­cia­rias, a las que suma la pre­gun­ta de «¿para cuán­do el desar­me de los esta­dos espa­ñol y francés?».

ETA plan­tea ini­ciar un pro­ce­so amplio de diá­lo­go con todos los que la desean en Eus­kal Herria, con el obje­ti­vo de lle­gar a acuer­dos para avan­zar. Y jun­to a ello pro­po­ne defen­der lo que se pac­te aquí ante los esta­dos espa­ñol y fran­cés «con una sola voz y con fir­me­za» para «con­se­guir la paz esta­ble y duradera».

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