¿Pode­mos?- Nines Maestro

La can­di­da­tu­ra “Pode­mos” es un pro­ce­so abier­to, de desa­rro­llo incier­to, máxi­me cuan­do ha irrum­pi­do abrup­ta y recien­te­men­te, fun­da­men­tal­men­te como fenó­meno mediá­ti­co. Sólo el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos per­mi­ti­rá hacer aná­li­sis más aca­ba­dos. Red Roja emi­ti­rá en los pró­xi­mos días una Decla­ra­ción en rela­ción con las elec­cio­nes euro­peas en la que carac­te­ri­za­rá «Pode­mos» con más pre­ci­sión que la que pue­do yo lograr en este bre­ve espacio.

«Pode­mos», al igual que el 15M, da cuen­ta del enor­me males­tar social pro­du­ci­do por la cri­sis capi­ta­lis­ta y de la inca­pa­ci­dad de la izquier­da ins­ti­tu­cio­nal para expre­sar­lo. Así mis­mo, reve­la el aún insu­fi­cien­te desa­rro­llo de la línea revo­lu­cio­na­ria para mani­fes­tar­se como cla­ve de bóve­da de la acu­mu­la­ción de fuerzas.

Lejos de aná­li­sis sim­pli­fi­ca­do­res, el asun­to cen­tral es si la can­di­da­tu­ra de Pablo Igle­sias sir­ve como cau­ce polí­ti­co a la lucha social – y en esa medi­da aumen­ta la fuer­za del pue­blo tra­ba­ja­dor y debi­li­ta la de las cla­ses domi­nan­tes – o hun­de sus raí­ces en el anun­cia­do ascen­so del voto a IU, dán­do­le un bar­niz nue­vo a sus vie­jos ropa­jes electoralistas.

Aun­que un pro­gra­ma polí­ti­co váli­do no tie­ne por qué expli­ci­tar todos los aná­li­sis, no es tole­ra­ble que los ter­gi­ver­se. Cuan­do «Pode­mos» habla de «rup­tu­ra del con­tra­to social», se sitúa en la legi­ti­mi­dad ori­gi­na­ria de la Tran­si­ción y de los Pac­tos de la Mon­cloa – aho­ra supues­ta­men­te rota – y remi­te inevi­ta­ble­men­te al dis­cur­so de la «Cum­bre Social» (PSOE, IU, CC.OO y UGT) que rei­vin­di­ca una impo­si­ble vuel­ta al mito del «Esta­do del Bien­es­tar» y al «mode­lo social europeo».

La refe­ren­cia al tema cru­cial, el de la per­te­nen­cia o no a la UE, máxi­me en una can­di­da­tu­ra al Par­la­men­to euro­peo tie­ne exac­ta­men­te la mis­ma ambi­güe­dad inacep­ta­ble que IU: «que­re­mos otra Euro­pa, jus­ta».. etc. La UE y, sobre todo, la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria, es decir el euro, es la maqui­na­ria que uti­li­za el gran capi­tal para – a tra­vés de la Deu­da – impo­ner a la cla­se obre­ra su pro­gra­ma de exter­mi­nio de dere­chos socia­les y labo­ra­les y no pue­de ser elu­di­da. Cual­quier otro pun­to pro­gra­má­ti­co es radi­cal­men­te incom­pa­ti­ble con la UE y por tan­to una qui­me­ra den­tro de ella.

Estos pun­tos defi­nen hoy la línea de demar­ca­ción entre lo acep­ta­ble y lo inacep­ta­ble por el poder. La ambi­güe­dad cal­cu­la­da de «Pode­mos» segu­ra­men­te se debe a sus víncu­los con sec­to­res de IU y al apo­yo de impor­tan­tes medios de comu­ni­ca­ción. Ambos son pode­ro­sos y apun­tan en la mis­ma direc­ción: cam­biar las for­mas para conec­tar con la calle mien­tras se con­tie­ne la tem­pes­tad den­tro de los lími­tes del sis­te­ma. Curio­sa­men­te ambos con­tri­bu­ye­ron a la cri­mi­na­li­za­ción – aho­ra hace 5 años – de otra can­di­da­tu­ra de izquier­das a las elec­cio­nes euro­peas. Era muy modes­ta, pero no la con­tro­la­ban: Ini­cia­ti­va Internacionalista.

Mien­tras tan­to, en el insos­la­ya­ble mar de fon­do de la enor­me cri­sis capi­ta­lis­ta y de sus gra­ví­si­mas con­se­cuen­cias para el pue­blo tra­ba­ja­dor, los avan­ces con­cre­tos en la cons­truc­ción de su poder – antes y des­pués de «Pode­mos» – y el paso de la indig­na­ción a la ofen­si­va, como ha demos­tra­do Gamo­nal, son los que cons­tru­yen el camino de la úni­ca for­ma posi­ble: des­de la inde­pen­den­cia de clase.

31 de enero de 2014
* Mili­tan­te de Red Roja

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