Lo que se jue­ga en Siria- Luis Guerra

La alha­ra­ca de los insu­fri­bles líde­res de la OTAN, los petro­re­ye­zue­los del Gol­fo Pér­si­co y sus boci­nas mediá­ti­cas sobre el supues­to bom­bar­deo del pre­si­den­te Bashar Assad “con­tra su pro­pio pue­blo” evo­ca remi­nis­cen­cias no tan leja­nas. ¿Recuer­dan Libia? Otra vez el des­ga­rre de ves­ti­du­ras no tie­ne nada que ver con la preo­cu­pa­ción por los dere­chos huma­nos. Care­cen de moral para ello los geno­ci­das de Hiroshi­ma y Naga­sa­ki, ver­du­gos de India y Arge­lia, masa­cra­do­res de Viet Nam, y ase­si­nos de más un millón de ira­quíes, por sólo men­cio­nar algu­nos hitos nota­bles del pron­tua­rio cri­mi­nal de las demo­cra­cias occi­den­ta­les. Sin olvi­dar, cla­ro, las demo­crá­ti­cas pali­zas con­tra los indignados.

Otra vez se tra­ta de jus­ti­fi­car la inter­ven­ción mili­tar y el cam­bio de régi­men, esta vez en Damas­co. Inter­ven­ción que ya está en cur­so median­te las bár­ba­ras accio­nes con­tra civi­les y mili­ta­res de gru­pos vio­len­tos, arma­dos des­de Líbano, Tur­quía y Jor­da­nia y refor­za­dos des­de allí por mili­tan­tes de Al Quae­da de dis­tin­tas lati­tu­des. En los recien­tes aten­ta­dos terro­ris­tas con coches bom­bas en la ciu­dad de Ale­po se obser­va la incon­fun­di­ble mar­ca de fábri­ca de la nebu­lo­sa red. Al igual que ya ocu­rrió en Libia, el finan­cia­mien­to de las accio­nes sub­ver­si­vas y des­es­ta­bi­li­za­do­ras corre por cuen­ta de esos mode­los de enter­ne­ce­dor des­ve­lo por los dere­chos huma­nos, las reac­cio­na­rias monar­quías de Ara­bia Sau­di­ta y Qatar, y demás emi­ra­tos inte­gran­tes del Con­se­jo de Coope­ra­ción del Golfo(CCG), con el apo­yo, de sus vie­jos com­pin­ches de los ser­vi­cios secre­tos bri­tá­ni­cos y de la CIA.

El cam­bio del actual régi­men en Siria debi­li­ta­ría seria­men­te a Irán, núcleo del polo de resis­ten­cia con­tra el impe­ria­lis­mo y el sio­nis­mo en la región medio­rien­tal, aco­sa­do por eso y no por su pro­gra­ma nuclear pací­fi­co. A la vez, deja­ría en una situa­ción muy pre­ca­ria a Hez­bo­lá, artí­fi­ce y arti­cu­la­dor de la alian­za patrió­ti­ca liba­ne­sa, que ya ha pro­pi­na­do fuer­tes gol­pes a Israel. Siria ha sido uno de los tres pila­res de este polo, fir­me alia­do de Irán y Hez­bo­lá, refu­gio de líde­res pales­ti­nos y otros revo­lu­cio­na­rios ára­bes y sede de sus orga­ni­za­cio­nes, opues­ta a los acuer­dos de paz por sepa­ra­do con Israel. Hay que reco­no­cer­lo en honor a la ver­dad, por más defec­tos que ten­ga el régi­men de Assad. Por cier­to, este ha acce­di­do duran­te meses, en diá­lo­go con la opo­si­ción pací­fi­ca, a rea­li­zar refor­mas has­ta aho­ra obs­ta­cu­li­za­das por la cre­cien­te sub­ver­sión. El mis­mo obs­tácu­lo pue­de frus­trar el refe­ren­do con­vo­ca­do para el pró­xi­mo 26 de febre­ro don­de se vota­ría una nue­va Cons­ti­tu­ción de régi­men mul­ti­par­ti­dis­ta, que tan­to han pedi­do Esta­dos Uni­dos y su com­par­sa anglo­fran­ce­sa. Pero es evi­den­te que no se con­for­man con nada menos que el regi­me chan­ge, para lo cual empu­jan a Siria a la gue­rra civil y al des­mem­bra­mien­to de su mosai­co con­fe­sio­nal y étni­co con la com­pli­ci­dad del del Con­se­jo Nacio­nal Sirio, pre­sun­to lide­raz­go opositor.

Es muy sig­ni­fi­ca­ti­vo que la pre­si­den­cia qata­rí de la Liga Ára­be, suer­te de OEA medio­rien­tal, se haya nega­do a publi­car el infor­me redac­ta­do por su pro­pia misión de obser­va­do­res en Siria (http://​www​.glo​bal​re​search​.ca/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​?​c​o​n​t​e​x​t​=​v​a​&​a​i​d​=​2​9​025), que mues­tra un cua­dro de situa­ción com­ple­ta­men­te dis­tin­to del que nos quie­ren hacer creer los pul­pos mediáticos.

Pero lo que está en jue­go en Siria va más allá de su impor­tan­tí­si­mo papel en la ecua­ción de poder mera­men­te medio­rien­tal. Es de mayor enver­ga­du­ra geo­po­lí­ti­ca aún, como lo demues­tra el doble veto ruso-chino en el Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU. La ins­tau­ra­ción de un régi­men proim­pe­ria­lis­ta en Damas­co sig­ni­fi­ca­ría cru­zar la línea roja del círcu­lo de defen­sa ruso, afec­tar los intere­ses chi­nos en ese país y faci­li­tar el ata­que que se pre­pa­ra hace años con­tra Irán. No hay que ser exper­to en geo­po­lí­ti­ca. Bas­ta obser­var con cui­da­do el mapa de Medio Orien­te y sur de Asia, los yaci­mien­tos de petró­leo, la posi­ción del estre­cho de Ormuz y el mar Rojo, el tra­za­do de los oleo/​gasoductos y la ubi­ca­ción de las bases de Esta­dos Uni­dos en el área para dar­se cuen­ta que la des­truc­ción de Siria e Irán haría muy vul­ne­ra­bles a Mos­cú y Pequín fren­te a Washington.

Pero en caso de agre­sión a Irán el fatí­di­co uso de armas nuclea­res pare­ce inevi­ta­ble y la con­si­guien­te exten­sión del con­flic­to a Rusia y Chi­na, pues Washing­ton y Tel Aviv no pue­den redu­cir a la nación per­sa con medios con­ven­cio­na­les. Irán es mucho más duro de roer que Irak y Afga­nis­tán don­de los yan­quis han sido humi­lla­dos por la resistencia.

La pupi­la insomne

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