Siria: opo­si­ción frus­tra­da, inje­ren­cia exter­na y reper­cu­sio­nes en la región- Alber­to Cruz

La inje­ren­cia extran­je­ra en Siria es cada vez más cla­ra y evi­den­te. A los esfuer­zos sau­di­tas (con el ines­ti­ma­ble apo­yo de sus saté­li­tes de las monar­quías del Gol­fo, espe­cial­men­te Qatar) para ati­zar el enfren­ta­mien­to sec­ta­rio sun­ní-shií para debi­li­tar el eje Siria-Hiz­bu­lá-Irán hay que sumar los esfuer­zos occi­den­ta­les (EEUU y la UE) por derro­car a Bachar Al-Assad. Tan­to unos como otros, por el momen­to, han fra­ca­sa­do en sus intentos.

Tras diez meses de pro­tes­tas, el gobierno de Al-Assad aún se man­tie­ne, más débil, pero con impor­tan­tes apo­yos entre un amplio sec­tor de la cla­se media de las prin­ci­pa­les ciu­da­des del país y, sobre todo, del ejér­ci­to y los apa­ra­tos repre­si­vos y de segu­ri­dad. Otro fac­tor, y no menor, es la divi­sión de las fuer­zas opo­si­to­ras en sie­te gran­des orga­ni­za­cio­nes o coa­li­cio­nes y la deri­va evi­den­te hacia el enfren­ta­mien­to sec­ta­rio (el Siria gobier­na la mino­ría alauí). Pero, ade­más, se cons­ta­ta que las san­cio­nes inter­na­cio­na­les no tie­nen el efec­to desea­do y no sir­ven para derro­car a su gobierno. Y por si fue­se poco, la deri­va sec­ta­ria opo­si­to­ra está pro­vo­can­do un replie­gue en las posi­cio­nes de Tur­quía, que de una ini­cial beli­ge­ran­cia con Siria ha pasa­do a un dis­cre­to segun­do plano y a refor­zar sus víncu­los con Irán.

Estas son las razo­nes por las que estos acto­res exter­nos han alen­ta­do a una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va de la opo­si­ción, cada vez más frus­tra­da, tan­to a bus­car pun­tos de unión polí­ti­ca como a dar el paso hacia la lucha arma­da a gran esca­la y, sobre todo, bus­car la for­ma de alen­tar una agre­sión béli­ca como la ocu­rri­da en Libia. Lo que en un pri­mer momen­to fue­ron movi­li­za­cio­nes pací­fi­cas ha dado el paso hacia enfren­ta­mien­tos arma­dos de un mayor cala­do siguien­do los pasos que se han dado en Libia. No es, como dicen los opo­si­to­res, con­se­cuen­cia de la nega­ti­va del gobierno sirio a adop­tar cam­bios, sino de su pro­pia inca­pa­ci­dad para des­mar­car­se de los desig­nios inje­ren­cis­tas extran­je­ros. Los dis­cur­sos y los docu­men­tos opo­si­to­res ya no disi­mu­lan su frus­tra­ción y vie­nen a reco­no­cer su inca­pa­ci­dad para derro­car a un gobierno que sólo deja­rá el poder por medio de una agre­sión externa.

El pun­to de infle­xión se comen­zó a dar casi en el mis­mo momen­to en que se derro­ca­ba a Gada­fi (con su pos­te­rior ase­si­na­to). Eso fue en octu­bre de 2011, el mis­mo mes en que se cons­ti­tu­ye el Con­se­jo Nacio­nal Sirio con el pro­gra­ma de “derro­car al régi­men en seis meses y esta­ble­cer un gobierno inte­ri­no” (1). La fina­li­dad era evi­tar que Al-Assad lle­ga­se a la pri­ma­ve­ra de 2012, cuan­do está esta­ble­ci­do que el país debe adop­tar una serie de refor­mas de gran cala­do –anun­cia­das en el mes de agos­to del año pasa­do por Al-Assad y reite­ra­das el 10 de enero de este año (2)- que inclu­yen una refor­ma cons­ti­tu­cio­nal en la que el par­ti­do gober­nan­te deja­rá de ser hege­mó­ni­co, unas elec­cio­nes legis­la­ti­vas plu­ri­par­ti­dis­tas y que ter­mi­na­rían en 2014 con la cele­bra­ción de unas elec­cio­nes pre­si­den­cia­les. En su decla­ra­ción fun­da­cio­nal, el CNS se auto­de­fi­ne como “direc­ción prin­ci­pal de la revo­lu­ción”, por lo que se arro­ga la repre­sen­ta­ti­vi­dad tan­to den­tro como fue­ra de Siria y alien­ta de for­ma abier­ta la inter­ven­ción exte­rior para derro­car a Al-Assad: bajo la excu­sa de que cual­quier inter­ven­ción extran­je­ra podría soca­var la sobe­ra­nía de Siria dice que “las orga­ni­za­cio­nes inter­na­cio­na­les deben cum­plir con su res­pon­sa­bi­li­dad para pro­te­ger al pue­blo sirio por todos los medios legí­ti­mos” (3).

¿Cuá­les son? No los espe­ci­fi­ca, pero su secre­ta­rio gene­ral, Samir Al-Nasher, lo deja­ba meri­dia­na­men­te cla­ro al afir­mar que “la ONU debe deter­mi­nar cuá­les son esos medios, finan­cie­ros o mili­ta­res”. Y se pre­gun­ta: “¿Qué habría pasa­do en Ben­ga­si si no hubie­se actua­do la OTAN?” (4). La prin­ci­pal fuer­za del CNS, la Her­man­dad Musul­ma­na, tam­bién se ha mani­fes­ta­do en la mis­ma direc­ción: su prin­ci­pal diri­gen­te, Ahmad Al-Riyadh Shaq­fa, es un fir­me par­ti­da­rio de una zona de exclu­sión aérea “simi­lar a lo que la OTAN hizo en Libia” (5). Más cla­ro, agua. Y por si aún hay escép­ti­cos, he aquí lo que dice el por­ta­voz y pre­si­den­te del CNS, Burhan Gha­lioun: “cuan­do soli­ci­ta­mos la inter­ven­ción inter­na­cio­nal pedi­mos la apli­ca­ción de la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das, espe­cial­men­te la cláu­su­la de pro­tec­ción de los civi­les (…), no vamos a acep­tar cual­quier inter­ven­ción sin el con­sen­ti­mien­to del CNS” (6).

Esta es la razón por la que el CNS ini­cial­men­te se opu­so con vehe­men­cia a cual­quier plan de la Liga Ára­be (pese a la beli­ge­ran­cia de esta orga­ni­za­ción, hege­mo­ni­za­da por Ara­bia Sau­di­ta, que ha supri­mi­do la mem­bre­sía de Siria e incen­ti­va­do la impo­si­ción de san­cio­nes eco­nó­mi­cas) y se mani­fies­ta crí­ti­ca con el papel de los obser­va­do­res que has­ta media­dos de enero esta­rán visi­tan­do el país. Al mis­mo tiem­po, y a pesar de la retó­ri­ca y como con­se­cuen­cia de la cada vez mayor frus­tra­ción por no lograr el derro­ca­mien­to de Al-Assad, el CNS está alen­tan­do de for­ma cla­ra los enfren­ta­mien­tos arma­dos a gran esca­la en Siria siguien­do el esque­ma libio. Por­que Libia es el espe­jo en el que se mira el CNS y el que ya es su bra­zo arma­do, el deno­mi­na­do Ejér­ci­to Sirio Libre (7).

El ESL es ante­rior al CSN, su crea­ción se pue­de fechar en el mes de junio con el ini­cio de la deser­ción de cier­tos mili­ta­res que se nega­ban a tomar par­te en la repre­sión. Des­de enton­ces se repi­te con insis­ten­cia que son más de 10.000 los deser­to­res (hay quien lle­ga a hablar de 20.000), cifra a todas luces irreal pues­to que, de ser así, se asis­ti­ría a una gue­rra abier­ta que no exis­te en la actua­li­dad. Antes de cons­ti­tuir­se como tal se deno­mi­na­ba Movi­mien­to de Ofi­cia­les Libres. Tam­bién apues­ta por la inter­ven­ción extran­je­ra y la zona de exclu­sión aérea al tiem­po que recla­ma “armar el movi­mien­to de pro­tes­ta como se hizo en Libia” (8) y afir­ma­ba en su ori­gen estar coor­di­na­do con la Auto­ri­dad Gene­ral de la Revo­lu­ción Siria, otro gru­po opo­si­tor aho­ra en estre­cha rela­ción con el CSN.

Argu­men­tan­do la repre­sión que se ejer­ce, real a todas luces aun­que las cifras ofre­ci­das como bue­nas (más de 5.000 muer­tos) son bas­tan­te cues­tio­na­bles, como reco­no­ce la pro­pia Alta Comi­sio­na­da de Dere­chos Huma­nos de la ONU cuan­do afir­ma que no tie­ne datos fia­bles pero con­fía en sus fuen­tes (9) –una comi­sión de la ONU emi­tió un infor­me el 23 de noviem­bre de 2011 en el que cer­ti­fi­ca­ba que se come­tían vio­la­cio­nes de los dere­chos huma­nos pero no con la cate­go­ría de cri­men internacional‑, una opo­si­ción cada vez más frus­tra­da ante la for­ta­le­za de Al-Assad ha dado el paso que venía anun­cian­do des­de su crea­ción: seguir el mode­lo libio. Y para ello, nada mejor que recu­rrir a quie­nes lo pusie­ron en prác­ti­ca, los pro­pios libios. Y con quie­nes les arma­ron, alen­ta­ron e ins­tru­ye­ron: los occi­den­ta­les y las monar­quías del Golfo.

La san­ta alian­za: sala­fis­tas y ser­vi­cios secre­tos occidentales

En los últi­mos meses, tan­to la pren­sa occi­den­tal como ára­be ha infor­ma­do de un hecho que por sí sólo debe­ría lle­var a la refle­xión, por mucho que los aus­pi­cia­do­res de la exis­ten­cia de una “revo­lu­ción popu­lar” lo nie­guen: el ELS reci­be ayu­da, armas e inte­gran­tes, no sólo de los ser­vi­cios secre­tos occi­den­ta­les (10) sino del nue­vo régi­men libio. Sin el menor tapu­jo, las Fuer­zas Espe­cia­les Bri­tá­ni­cas reco­no­cen en su pági­na web que entre­nan a los “rebel­des” sirios en zonas de Tur­quía, así como en Libia y el nor­te de Líbano (11).

Que se entre­ne a los “rebel­des” sirios en Libia y que haya sala­fis­tas libios entre sus fuer­zas es de una impor­tan­cia cru­cial pues­to que el régi­men libio que enca­be­za el Con­se­jo Nacio­nal de Tran­si­ción ha sido el úni­co en el mun­do que ha reco­no­ci­do de for­ma ofi­cial al CNS como “repre­sen­tan­te legí­ti­mo” del pue­blo sirio al tiem­po que ha cerra­do la emba­ja­da siria en Trí­po­li. Si bien, como se ha dicho, es el úni­co régi­men que adop­ta tal medi­da, el siguien­te en la lis­ta será el tune­cino, lo que deja bien paten­te el cariz abier­ta­men­te reac­cio­na­rio de las lla­ma­das “revuel­tas ára­bes” y cómo sir­ven a sus prin­ci­pa­les patro­ci­na­do­res (12). No fue­ron en nin­gún momen­to revuel­tas popu­la­res –con la sola excep­ción de Egipto‑, sino de una cla­se media empo­bre­ci­da y sin aspi­ra­cio­nes de poder que, una vez logra­do, reve­la su ver­da­de­ra cara y sir­ve a sus prin­ci­pa­les patro­ci­na­do­res. Los tune­ci­nos inten­tan ocul­tar este paso con otros, como el reci­bi­mien­to del pri­mer minis­tro pales­tino en Gaza.

Como es lógi­co, una vez que se hizo evi­den­te la pre­sen­cia de miem­bros sala­fis­tas libios en las filas del ELS el des­men­ti­do del nue­vo régi­men libio (cosa que no han hecho los opo­si­to­res sirios) no tar­dó en lle­gar. Pero los infor­mes sobre la asis­ten­cia mili­tar libia son incon­tes­ta­bles. Inclu­so la cada vez más sec­ta­ria cade­na de tele­vi­sión Al-Jazee­ra, que jugó un papel de pri­mer orden en la cam­pa­ña de demo­ni­za­ción de Gada­fi y sus supues­tos crí­me­nes de gue­rra –al tiem­po que ocul­ta la repre­sión en Bah­rein o como ha hecho aho­ra cuan­do Ara­bia Sau­di­ta ha repri­mi­do con saña, y cau­san­do muer­tos, una movi­li­za­ción shií en la loca­li­dad de Awwa­mi­ya en Pro­vin­cia Orien­tal (13) -, se hizo eco de una reu­nión entre el CNT libio y el CNS ya en el mes de octu­bre, el día 17 para ser exac­tos, en la que se acor­dó entre las dos orga­ni­za­cio­nes “toda cla­se de asis­ten­cia, inclu­yen­do la mili­tar” (14). No sólo fue la cade­na qata­rí, sino el dia­rio de obe­dien­cia sau­di­ta Al-Sharq Al – Awsat quien reco­gía la mis­ma infor­ma­ción dan­do nom­bres y afir­man­do que los repre­sen­tan­tes del CNS se habían reu­ni­do con fun­cio­na­rios libios “y ofi­cia­les del ejér­ci­to para dis­cu­tir la cues­tión del apo­yo mili­tar y logís­ti­co al levan­ta­mien­to sirio, ade­más de hom­bres” (15). La acti­tud de estos dos medios ára­bes hay que inter­pre­tar­la en un pre­ten­di­do afán de mos­trar una cier­ta impar­cia­li­dad de sus patro­ci­na­do­res en unos momen­tos en los que la Liga Ára­be nego­cia­ba con el gobierno sirio el envío de obser­va­do­res bajo el patro­ci­nio de Rusia.

La reali­dad es la que es, por mucho que los des­men­ti­dos de unos y a penas de otros se pro­duz­can un día sí y otro tam­bién. El CNS se ve obli­ga­do aho­ra a afir­mar, con muchos mati­ces, que se opo­ne a la lucha arma­da por­que teme que lle­ve al país a una gue­rra civil. El ESL afir­ma que está com­pro­me­ti­do con la pla­ta­for­ma del CNS y el prin­ci­pio de pro­tes­tas no vio­len­tas y que sólo actúa “en defen­sa” de esas pro­tes­tas. Pero de ambas afir­ma­cio­nes sur­gen dos cer­te­zas: una, que si hay mie­do a una gue­rra civil es que hay un sec­tor sig­ni­fi­ca­ti­vo de la pobla­ción que apo­ya al gobierno de Al-Assad; otra, que cuan­do el ESL afir­mó ini­cial­men­te haber orde­na­do “un alto el fue­go” duran­te la visi­ta de los obser­va­do­res se cons­ta­ta que no sólo rea­li­za “accio­nes defen­si­vas”. De hecho, si se denun­cia que el gobierno con­ti­núa con la repre­sión pese a la labor de los obser­va­do­res, tam­bién es cier­to que las accio­nes del ESL siguen y deri­van hacia ejer­ci­cios evi­den­tes de terro­ris­mo como han pues­to de mani­fies­to los aten­ta­dos en Damasco.

El papel de los observadores

Se entra aquí en otro ele­men­to a tener en cuen­ta: los obser­va­do­res. El blo­queo eco­nó­mi­co y polí­ti­co al que los regí­me­nes ára­bes, bajo la égi­da sau­di­ta, impo­nen a Siria ha obli­ga­do a este país a acep­tar la pre­sen­cia de obser­va­do­res de la Liga Ára­be. Pero no ha sido a cual­quier pre­cio. Fue el gobierno sirio quien logró impo­ner par­te de sus con­di­cio­nes sobre la pre­sen­cia de estos obser­va­do­res, aun­que tam­bién es evi­den­te que son una espe­cie de Caba­llo de Tro­ya para la Liga Ára­be. Los últi­mos movi­mien­tos, con reunio­nes urgen­tes a la mitad de su man­da­to para dis­cu­tir su papel sobre el terreno ponen de mani­fies­to la inse­gu­ri­dad con la que la Liga Ára­be y sus patro­ci­na­do­res se mue­ven. Se pen­sa­ba que iban a cons­ta­tar los crí­me­nes de gue­rra de que es acu­sa­do el gobierno, pero sus pri­me­ros infor­mes –rápi­da­men­te des­au­to­ri­za­dos- ofre­cían una ima­gen de la reali­dad sobre el terreno que dis­ta mucho de eso. Esta es la razón por la cual se comen­zó a cues­tio­nar su papel, se ha resal­ta­do la figu­ra de su pre­si­den­te como repre­sor y casi geno­ci­da –el suda­nés Moha­med Al-Dabi, quien no fue cues­tio­na­do por lo mis­mo cuan­do alcan­zó un acuer­do con la ONU sobre Dar­fur- olvi­dan­do que todos y cada uno de los gene­ra­les de todos y cada uno de los paí­ses de la Liga Ára­be per­te­ne­cen a unas ins­tan­cias de poder que tie­nen muy poco de demó­cra­tas. Lo que se bus­ca no es la ver­dad, sino la con­de­na. Por eso EEUU se ha reu­ni­do en varias oca­sio­nes con el pre­si­den­te de la Liga Ára­be para abor­dar el papel de los obser­va­do­res (16) reco­men­dán­do­le “ajus­tar” el papel de éstos.

La comi­sión de obser­va­do­res ha visi­ta­do Homs, Hama y la mayo­ría de los con­si­de­ra­dos “pun­tos calien­tes” de Siria. Sus impre­sio­nes pre­li­mi­na­res favo­re­cían la visión que ofre­ce el gobierno sirio y eso no gus­tó. Había que des­acre­di­tar­la cuan­to antes. Sobre todo, por­que una encues­ta de la Fun­da­ción Qatar –que no se pue­de con­si­de­rar pro Al-Assad, pre­ci­sa­men­te- de la que se hacía eco el prin­ci­pal dia­rio en len­gua ára­be, Al-Quds Al-Ara­bi, afir­ma que el 55% de la pobla­ción apo­ya al gobierno de Al-Assad (17). Es evi­den­te que los apo­yos inter­nos se han ido redu­cien­do, pero que des­pués de todo lo ocu­rri­do con­ti­núe con tal alto nivel de apo­yo indi­ca que un amplio sec­tor de la pobla­ción apues­ta por la con­ti­nui­dad del gobierno Al-Assad. Espe­cial­men­te, la mino­ría alauí que le sus­ten­ta y la cla­se eco­nó­mi­ca media-alta (en su gran mayo­ría sun­ní, aun­que tam­bién cris­tia­na) que vería en peli­gro sus pri­vi­le­gios. Sólo si la eco­no­mía se dete­rio­ra más debi­do a las san­cio­nes o a la caí­da del comer­cio exte­rior esta cla­se aban­do­na­ría a Al-Assad.

Esto es lo que lle­va a que, por una par­te, des­de la UE (con Fran­cia a la van­guar­dia) se vuel­va a insis­tir en la renun­cia de Al-Assad y en que des­de EEUU se ame­na­ce con nue­vas san­cio­nes a Irán, el prin­ci­pal vale­dor eco­nó­mi­co de Siria en estos momen­tos. La prin­ci­pal de ellas, la prohi­bi­ción de comer­ciar con el Ban­co Cen­tral de Irán, ya se ha toma­do y se está jugan­do con fue­go con la ame­na­za de impo­ner san­cio­nes a las expor­ta­cio­nes de petró­leo ira­ní, lo que está colo­can­do la zona al bor­de del pre­ci­pi­cio. Todo ello reper­cu­te en Siria, que vería cómo el país esta­ría abo­ca­do a una situa­ción muy simi­lar a la de Irak duran­te el gobierno de Sad­dam Hus­sein, un durí­si­mo blo­queo que lle­vó a la muer­te a un millón de per­so­nas y pro­vo­có que muchos de ellos bus­ca­sen alter­na­ti­vas a una situa­ción deses­pe­ra­da. Y esa alter­na­ti­va fue el apo­yo, así fue­se táci­to, a la inva­sión y ocu­pa­ción neo­co­lo­nial del país.

Según Al-Quds Al-Ara­bi, la opo­si­ción está divi­di­da sobre cómo afron­tar el tema de los obser­va­do­res y, sobre todo, “la inje­ren­cia exter­na” de la que ya nadie duda. Los duros quie­ren des­acre­di­tar como sea a los obser­va­do­res para ace­le­rar el pro­ce­so de inter­ven­ción como en Libia (18). De ahí la agre­si­vi­dad con­tra ellos, con agre­sio­nes inclui­das (19). Y si antes cri­ti­ca­ban a la Liga Ára­be, aho­ra la apre­mian a que meta en cin­tu­ra a los obser­va­do­res para que sean mucho más crí­ti­cos. Los últi­mos movi­mien­tos, como la reu­nión del domin­go 8 de enero, a mitad de su man­da­to y bajo for­tí­si­mas pre­sio­nes de Esta­dos Uni­dos, Fran­cia y sus alia­dos ára­bes, Qatar entre ellos, para des­acre­di­tar el tra­ba­jo de los obser­va­do­res hacen pre­ver un infor­me final muy hos­til pese a que las ten­sio­nes inter­nas den­tro de la Liga Ára­be obli­ga­sen a estos esta­dos a acep­tar la pro­lon­ga­ción de la misión de los obser­va­do­res has­ta el pla­zo pre­vis­to ini­cial­men­te y a reco­no­cer, por pri­me­ra vez, algo que has­ta enton­ces no habían hecho: la exis­ten­cia de “gru­pos arma­dos de la oposición”.

El caso de Qatar es espe­cial­men­te rele­van­te pues­to que se ha con­ver­ti­do en la pun­ta de lan­za de la pre­sión sau­di­ta y occi­den­tal, papel que ya cum­plió en Libia. Su pri­mer minis­tro y titu­lar de la car­te­ra de Asun­tos Exte­rio­res, Hamad bin Jas­sin al-Tha­ni, vie­ne rea­li­zan­do reite­ra­das decla­ra­cio­nes (20) sobre la nece­si­dad de inter­na­cio­na­li­zar el pro­ble­ma sirio y plan­tear nue­vas exi­gen­cias que van más allá de lo con­cer­ta­do en el pro­to­co­lo acor­da­do sobre la actua­ción de los obser­va­do­res, de for­ma espe­cial el envío de asis­ten­cia téc­ni­ca de la ONU tan­to en dere­chos huma­nos como “en cues­tio­nes mili­ta­res y de segu­ri­dad”. Esto es algo que vie­nen tra­tan­do de impo­ner EEUU y Fran­cia, especialmente.

Pese a los inten­tos de Occi­den­te y sus alia­dos ára­bes y de una opo­si­ción cada vez más frus­tra­da, las pro­tes­tas de cir­cuns­cri­ben a la zona de Homs, Hama y unas cuan­tas loca­li­da­des más cer­ca de la fron­te­ra con Tur­quía. En las prin­ci­pa­les ciu­da­des como Damas­co, Ale­po o Laka­tia son espo­rá­di­cas. Un infor­me impar­cial de los obser­va­do­res debe­ría cer­ti­fi­car, con mayor o menor énfa­sis, esta cues­tión y eso es lo que exas­pe­ra tan­to a la opo­si­ción como a Occi­den­te pues­to que espe­ra­ban que esos obser­va­do­res fue­sen el arie­te para derri­bar al régi­men. Los entre­si­jos de esa reu­nión extra­or­di­na­ria de la Liga Ára­be del 8 de enero son muy escla­re­ce­do­res al res­pec­to (21). Pri­me­ro, en la pági­na web de la Liga Ára­be en la ver­sión publi­ca­da del docu­men­to de los obser­va­do­res no apa­re­cía una men­ción a los “gru­pos arma­dos” que final­men­te sí se intro­du­jo en la ver­sión final. Segun­do, la con­tro­ver­sia sobre la nece­si­dad de pedir apo­yo a la ONU para for­mar a los obser­va­do­res, adop­ta­da en el docu­men­to final como con­ce­sión evi­den­te a quie­nes habían nega­do ini­cial­men­te la exis­ten­cia de “gru­pos arma­dos” de la opo­si­ción. Una cosa por otra. Pero que el vere­dic­to está dic­ta­do es incues­tio­na­ble: el pri­mer minis­tro y can­ci­ller de Qatar, el cita­do Al-Tha­ni, cali­fi­có de «impro­ba­ble» una sali­da posi­ti­va a la labor de moni­to­reo de los obser­va­do­res (22).

Las reper­cu­sio­nes en la región

La agu­di­za­ción de los enfren­ta­mien­tos está ser­vi­da, y la gue­rra sec­ta­ria tam­bién. De hecho, la pági­na web Deb­ka­fi­le (23), vin­cu­la­da a los ser­vi­cios secre­tos israe­líes, afir­ma que Ara­bia Sau­di­ta y Qatar están finan­cian­do y arman­do una fuer­za sun­ní con libios e ira­quíes para un rápi­do des­plie­gue en la fron­te­ra tur­co-siria en cuan­to se pro­duz­ca la inter­ven­ción extranjera.

El obje­ti­vo es crear una fuer­za sun­ní capaz de hacer fren­te a los shíies, espe­cial­men­te Hiz­bu­lá. Es un inten­to en el que los sau­díes vie­nen insis­tien­do des­de 2005, con la crea­ción y finan­cia­ción de fuer­zas como Fatah al Islam, que sur­gió en el cam­po de refu­gia­dos pales­ti­nos de Narh al-Bared y el nor­te de Trí­po­lí (una ciu­dad liba­ne­sa fron­te­ri­za con Siria) y el alien­to y finan­cia­ción de las fuer­zas sun­níes pro-Hari­ri, ex pri­mer minis­tro liba­nés, que fue­ron derro­ta­das por Hiz­bu­lá en un bre­ve enfren­ta­mien­to de cua­tro días en mayo de 2008.

Una de las prin­ci­pa­les exi­gen­cias de la Liga Ára­be es la pre­sen­cia de “medios inde­pen­dien­tes” en Siria. Uno de esos “medios”, veta­do por el gobierno sirio al igual que la sec­ta­ria Al ‑Jazee­ra, es la cade­na de obe­dien­cia sau­di­ta Al-Ara­bi­ya, que sue­le arro­par sus “infor­ma­cio­nes” con noti­cias como “la con­ti­nua vio­la­ción de muje­res y niñas, la mayo­ría sun­ni­tas” (24) por par­te de los segui­do­res de Al-Assad que, como se sabe, per­te­ne­cen a la mino­ría alaui­ta, cer­ca­na en sus prác­ti­cas y creen­cias a los shiíes.

El cada vez más evi­den­te enfren­ta­mien­to sec­ta­rio está pro­vo­can­do un males­tar cre­cien­te en Tur­quía, pese a haber aco­gi­do a estos mer­ce­na­rios sala­fis­tas en su sue­lo, pues­to que en caso de triun­far pue­den esta­ble­cer­se muy cer­ca de la fron­te­ra con Irán y lan­zar ata­ques en este país (25), don­de ya venía actuan­do una orga­ni­za­ción simi­lar, Jun­du­lá, seria­men­te debi­li­ta­da des­de que en enero de 2010 su prin­ci­pal diri­gen­te fue­se dete­ni­do en un vue­lo regu­lar cuan­do vol­vía de una reu­nión con los ser­vi­cios secre­tos occi­den­ta­les y ára­bes en Dubai.

Tur­quía, que lle­gó a decir que esta­ba dis­pues­ta a con­si­de­rar “todos los esce­na­rios de actua­ción en Siria”, se ha mode­ra­do un tan­to en las últi­mas sema­nas a medi­da que se ace­le­ran los acon­te­ci­mien­tos. Pri­me­ro, por­que la cifra de refu­gia­dos que lle­ga­ron a su terri­to­rio en los pri­me­ros meses de la revuel­ta se ha esta­bi­li­za­do (se cifra su núme­ro en unos 8.000). Segun­do, por­que Siria está jugan­do muy hábil­men­te la car­ta kur­da, a quien está rea­li­zan­do con­ce­sio­nes impor­tan­tes, para que sea posi­ble movi­li­zar a los kur­dos sirios en accio­nes de apo­yo al Par­ti­do de los Tra­ba­ja­do­res del Kur­dis­tán (PKK), que han reavi­va­do la gue­rra con­tra Anka­ra. Ter­ce­ro, por­que Tur­quía tie­ne otra impor­tan­te mino­ría en su terri­to­rio: los alaui­tas, cuyo núme­ro se esti­ma en unos 5 millo­nes, que no son pre­ci­sa­men­te los más bene­fi­cia­dos por el resur­gi­mien­to eco­nó­mi­co y polí­ti­co tur­co y están cada vez más preo­cu­pa­dos por sus her­ma­nos en Siria. Y cuar­to, por­que se está dan­do cuen­ta que la cues­tión Siria va mucho más allá y tie­ne como obje­ti­vo secun­da­rio Irán. Por eso su minis­tro de Asun­tos Exte­rio­res, el caris­má­ti­co Ahmet Davu­to­glu, ha visi­ta­do Tehe­rán y dice públi­ca­men­te que Tur­quía no se va a sumar al blo­queo que EEUU y la UE quie­ren impo­ner al petró­leo ira­ní (26), lo que da un res­pi­ro evi­den­te al gobierno sirio en cuan­to al sumi­nis­tro de combustible.

La pre­sen­cia de los obser­va­do­res y sus decla­ra­cio­nes ini­cia­les que le dan una cier­ta razón al gobierno de Damas­co ha agi­li­za­do el pro­ce­so de unión de la opo­si­ción con la fina­li­dad de arro­par y dar legi­ti­mi­dad a esa agre­sión. Inclu­so los Comi­tés de Coor­di­na­ción Popu­lar inten­tar res­pon­sa­bi­li­zar al gobierno Al-Assad de este paso y afir­man que es un deber de la opo­si­ción el “impli­car­se en estas acti­vi­da­des [a las que lla­ma “accio­nes inter­na­cio­na­les”] para dar­les la opor­tu­ni­dad de influir en ellas para lle­var­las por el camino que más con­ven­ga al inte­rés nacio­nal” (27).

Por su par­te, tam­bién el Comi­té de Coor­di­na­ción Nacio­nal para el Cam­bio Demo­crá­ti­co, que has­ta aho­ra se había opues­to a la inter­ven­ción extran­je­ra e impul­sa la polí­ti­ca de los “tres noes” (al régi­men, a la vio­len­cia y a la inje­ren­cia extran­je­ra) se está divi­dien­do. Un peque­ño sec­tor ha anun­cia­do un acuer­do con el CNS sobre el futu­ro del país tras una hipo­té­ti­ca caí­da de Al-Assad. Dicho acuer­do adop­ta una nue­va deci­sión: ambas orga­ni­za­cio­nes se opo­nen a la inter­ven­ción mili­tar extran­je­ra (en refe­ren­cia a las fuer­zas occi­den­ta­les), pero no entra den­tro de este pará­me­tro una inter­ven­ción ára­be, que alien­tan (28) y en esa línea va lo publi­ca­do por la pági­na israe­lí y las decla­ra­cio­nes, de nue­vo, del emir de Qatar el sába­do 14 de enero, una sema­na antes de que ofi­cial­men­te fina­li­cen su misión los obser­va­do­res (29). El docu­men­to con­jun­to lle­va por títu­lo “La Siria del maña­na” y en él se afir­ma que “cuan­do la situa­ción se cal­me en Siria, la Liga Ára­be con­vo­ca­rá una reu­nión pre­pa­ra­to­ria con la opo­si­ción y lue­go un lla­ma­do a cons­ti­tuir un gobierno para dis­cu­tir el futu­ro de Siria”. La fil­tra­ción del mis­mo no ha gus­ta­do nada. La opo­si­ción se ha defen­di­do dicien­do que es sólo un borra­dor que aún no ha sido apro­ba­do. Pero no se renie­ga de su con­te­ni­do, en espe­cial en lo refe­ren­te a la inter­ven­ción extran­je­ra pues­to que, al menos en lo que ata­ñe al CNS, se insis­te en la “nece­si­dad de inter­na­cio­na­li­zar la cues­tión de Siria y lle­var­lo al Con­se­jo de Segu­ri­dad [de la ONU] tan pron­to como sea posi­ble” (30).

Lo reco­gi­do en este docu­men­to ha sido asu­mi­do, casi pala­bra por pala­bra, por el coor­di­na­dor del CNS al refe­rir­se al dis­cur­so de Al-Assad en el que se rati­fi­ca y pone fecha para el ini­cio de las refor­mas y que se indi­ca en la nota 10: “el dis­cur­so insis­te en la divi­sión y la gue­rra civil, por lo que la comu­ni­dad inter­na­cio­nal y los orga­nis­mos huma­ni­ta­rios deben tra­ba­jar con el fin de pro­te­ger a los civi­les y la Liga Ára­be debe recu­rrir al Con­se­jo de Segu­ri­dad [de la ONU]” (31). Casi en el mis­mo momen­to, des­de EEUU y la UE se ha vuel­to a pre­sio­nar a Rusia para que pre­sen­te una reso­lu­ción acor­de con las exi­gen­cias occi­den­ta­les (hay que recor­dar que Rusia vetó una pro­pues­ta occi­den­tal en octu­bre y lue­go pre­sen­tó una pro­pia, recha­za­da por los occi­den­ta­les por “tibia”).

El fra­ca­so ini­cial de EEUU en los comien­zos de las “revuel­tas ára­bes” y su sumi­sión a los intere­ses sau­di­tas está comen­zan­do a cam­biar, a medi­da que se acer­can las pre­si­den­cia­les de noviem­bre de este año. Tan­to den­tro del Par­ti­do Demó­cra­ta como en el Par­ti­do Repu­bli­cano ven en el caso de Siria la opor­tu­ni­dad de recu­pe­rar el terreno per­di­do y reto­mar la vie­ja estra­te­gia de Bush de poner en mar­cha el Gran (o Nue­vo) Orien­te Medio. Para eso es nece­sa­rio que cai­ga el gobierno de Al-Assad. Pero hay varias cla­ves a tener en cuen­ta. La pri­me­ra, que Siria no está tan sola como pare­ce den­tro del mun­do ára­be. Irak, Líbano y en menor medi­da Arge­lia son sus prin­ci­pa­les alia­dos. Ade­más, están los “acto­res o esta­ta­les” como Hiz­bu­lá y Hamás. Un infor­me dema­sia­do hos­til de los obser­va­do­res – que será hos­til está cla­ro, lo úni­co que no lo está el nivel de hos­ti­li­dad- pue­de rom­per aún más la Liga Ára­be pues­to que estos paí­ses ya han dado mues­tras de que hay una línea roja que no están dis­pues­tos a pisar. Siria no es Libia. La segun­da, que el Ejér­ci­to sirio está dan­do mues­tras de una sor­pren­den­te leal­tad al gobierno –al con­tra­rio que el Libia- por lo que la agre­sión extran­je­ra, sea ára­be o no, con­lle­va­ría gran­des ries­gos y gran­des pér­di­das en caso de enfren­ta­mien­to direc­to; por lo tan­to, la úni­ca opción con la que cuen­tan unos y otros (y la opo­si­ción) es la impo­si­ción de unas “zonas segu­ras” muy limi­ta­das den­tro del terri­to­rio sirio, lo que incen­ti­va­rá aún más el enfren­ta­mien­to sec­ta­rio. En el hipo­té­ti­co caso que se adop­te esta medi­da, habría dos zonas: Tur­quía exi­gi­rá con­tro­lar la que ata­ñe­ría a su fron­te­ra, lo que no gus­ta a los ára­bes que se verían obli­ga­dos a crear otra bajo su con­trol. Es decir, habría “dos Ben­ga­sis”, por uti­li­zar la sim­bo­lo­gía libia. Algo muy difí­cil de con­tro­lar en una era post Al-Assad.


Notas:

(1) Zaman alwsl​.net, 15 de sep­tiem­bre de 2011.

(2) Pren­sa Lati­na (Cuba), 10 de enero de 2012.

(3) Soor​yoon​.net, 2 de octu­bre de 2011.

(4) As-Safir (Líbano), 3 de octu­bre de 2011.

(5) Syriahr​.com, 3 de octu­bre de 2011.

(6) As-Safir (Líbano), 3 de octu­bre de 2011.

(7) The Daily Tele­graph (Rei­no Uni­do), 3 de noviem­bre de 2011.

(8) Ala​ren​gin​.net, 28 de junio de 2011.

(9) Infor­me A/HRC/S‑17/2/Add.1 de la Comi­sión Inde­pen­dien­te de Inves­ti­ga­ción sobre la Repú­bli­ca Ára­be Siria, 23/​XI/​2011.

(10) Le Canard Enchai­ne, sema­na­rio fran­cés, afir­ma­ba que ofi­cia­les de inte­li­gen­cia fran­ce­ses se reu­nie­ron en el nor­te de Líbano y el sur de Tur­quía con los repre­sen­tan­tes del ESL para ayu­dar­les a orga­ni­zar el ejér­ci­to y for­mar­les en la gue­rra de gue­rri­llas (23 de noviem­bre de 2011). Le Figa­ro, tam­bién fran­cés, amplia­ba que Fran­cia ofre­ce a los rebel­des sofis­ti­ca­dos equi­pos de visión noc­tur­na y equi­pos de comu­ni­ca­cio­nes (28 de noviem­bre de 2011). As-Safir, dia­rio liba­nés, se hacía eco del dia­rio tur­co Milli­yet para refle­jar que ofi­cia­les de EEUU y de la OTAN están entre­nan­do en el uso de armas sofis­ti­ca­das a los miem­bros del ESL (8 de diciem­bre de 2011). La Red Vol­tai­re reco­gía una infor­ma­ción del dia­rio espa­ñol ABC en la que se men­cio­na que los ser­vi­cios secre­tos bri­tá­ni­cos MI‑6 son quie­nes en reali­dad diri­gen el ESL (19 de diciem­bre de 2011). Este medio alter­na­ti­vo reco­gía que Al Qae­da (el Gru­po Islá­mi­co Com­ba­tien­te de Libia) ha tras­la­da­do entre 600 y 1.500 de sus efec­ti­vos a Siria a tra­vés de Turquía.

(11) http://​dmo​du​so​pe​ran​di​.word​press​.com/​2​0​1​2​/​0​1​/​0​7​/​l​a​-​f​u​e​r​z​a​s​-​m​i​l​i​t​a​r​e​s​-​b​r​i​t​a​n​i​c​a​s​-​e​n​-​s​u​-​p​a​g​i​n​a​-​w​e​b​-​s​e​-​j​a​c​t​a​n​-​d​e​-​e​n​t​r​e​n​a​r​-​a​-​t​e​r​r​o​r​i​s​t​a​s​-​s​i​r​i​os/

(12) El nue­vo pre­si­den­te de Túnez, inte­gran­te del par­ti­do isla­mis­ta Al-Nah­da, ha reco­no­ci­do al CSN como repre­sen­tan­te legí­ti­mo del pue­blo sirio. Tam­bién anun­ció que el emba­ja­dor sirio sería expul­sa­do de Túnez. El pre­si­den­te y por­ta­voz del CSN, Burhan Ghal­youn, ha dicho que la deci­sión ofi­cial por par­te de Túnez se toma­rá “muy pron­to” (Soor​yoon​.net, 20 de diciem­bre de 2011). El reco­no­ci­mien­to libio al CSN fue muy tem­prano, en el mes de octu­bre, nada más ase­si­nar a Gada­fi el día 20 de ese mes.

(13) Al-Quds Al – Ara­bi (Lon­dres), 14 de enero de 2012. Esta infor­ma­ción no apa­re­ce en la pági­na web de Al-Jazee­ra ni en nin­gún otro medio de obe­dien­cia saudita.

(14) Al-Jazee­ra Tv, 18 de octu­bre de 2011.

(15) Al-Sharq Al-Awsat (Lon­dres), 10 de diciem­bre de 2011.

(16) Reuters, 6 de enero de 2012.

(17) Al-Quds Al-Ara­bi (Lon­dres), 3 de enero de 2012.

(18) As-Safir (Líbano), 3 de enero de 2012.

(19) Ria Novos­ti, 10 de enero de 2012.

(20) As-Safir (Líbano), 9 de enero de 2012.

(21) Ibid.

(22) Pren­sa Lati­na (Cuba), 13 de enero de 2012.

(23) www​.deb​ka​.com

(24) The Asia Times (Tai­lan­dia), 5 de enero de 2012.

(25) Reuters (Gran Bre­ta­ña), 5 de enero de 2012.

(26) Asso­cia­ted Press (EEUU), 12 de enero de 2012.

(27) http://​tra​duc​cion​si​ria​.blogs​pot​.com/​2​0​1​1​/​1​2​/​i​n​t​e​n​t​o​-​d​e​-​e​x​p​l​i​c​a​r​-​l​a​-​c​u​e​s​t​i​o​n​-​s​i​r​i​a​.​h​tml. Aun­que el escri­to está fir­ma­do, el autor de este artícu­lo con­si­de­ra que el escri­to en cues­tión asu­me el idea­rio de estos CCP. Una par­te de ellos está en estos momen­tos coque­tean­do con el CNS y alen­ta­do de for­ma abier­ta la inter­ven­ción extranjera.

(28) As-Safir (Líbano), 11 de enero de 2012.

(29) Haa­retz (Israel), 14 de enero de 2012.

(30) As-Safir (Líbano), 11 de enero de 2012.

(31) As-Safir (Líbano), 12 de enero de 2012.

Alber­to Cruz es perio­dis­ta, poli­tó­lo­go y escri­tor. Su últi­mo libro es “La vio­len­cia polí­ti­ca en la India. Más allá del mito de Gandhi””, edi­ta­do por La Caí­da con la cola­bo­ra­ción del CEPRID. Los pedi­dos se pue­den hacer a libros@​lacaida.​info o bien a ceprid@​nodo50.​org
albercruz@​eresmas.​com – CEPRID

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