
El Preso Político Iñaki Erro ingresó la semana pasada en el hospital de Almería por una cardiopatía isquémica severa. Iñaki Erro lleva 25 años en la cárcel, tiene la condena cumplida desde el 2011, pero en mayo del 2010 la Audiencia Nacional le aplicó la doctrina 197⁄2006; por consecuencia es otro de los presos que, debiendo estar en libertad, sigue en la cárcel.
Los presos y las presas políticas vascas sufren sin cesar las consecuencias de la política penintenciaria que aplican el estado Español y el Estado Francés. Los 25 años que lleva Iñaki Erro en prisión, agravados por los largos años de aislamiento en las cárceles de Tenerife, Algeciras y Almería, la insalubridad de estas prisiones, las condiciones de vida extremas impuestas, las agresiones y la tensión permanente a la que los presos políticos están sujetos, son la causa directa de su enfermedad, y este deterioro, sin duda, uno de los objetivos que persigue la política penitenciaria . Consecuencia directa de la opresora política penitenciaria, el aumento de las enfermedades severas, tanto físicas como psíquicas – y aún más estas últimas- ha sido notorio en los últimos años. Hay a día de hoy 29 presos con enfermedades graves, de ellos 16 con enfermedades muy graves.
Al colectivo de presos y presas políticas vascas se le aplica una política penintenciaria única, una política penitenciaria de excepción cuyas consecuencias ha denunciado y seguirá denunciando Etxerat. En el caso que hoy exponemos, en el caso de Iñaki Erro, su grave episodio médico ha podido reconducirse a tiempo, las consecuencias, afortunadamente no han sido las peores y eso nos produce un lógico alivio. Pero también, una vez más, nos enfrenta no solo al origen de estas enfermedades sino también al riesgo implícito de la situación de nuestros familiares, a las dificultades y obstáculos con las que se encuentran ante cualquier emergencia, a las dificultades y obstáculos con los que nos encontramos nosotros mismos para acudir a su lado, para obtener información sobre su estado. Nos enfrenta una vez más al hecho de que para los responsables de la política penitenciaria, el derecho a la salud es uno más de los muchos derechos a ignorar.
Por ello mismo, para Etxerat, es urgente la desactivación inmediata de la política penitenciaria aplicada al colectivo de presos vascos. Urgente que las presas y presos con enfermedades graves, estén, en aplicación de la legalidad, primero cerca de sus domicilios y luego en casa. Recordamos el informe elaborado por Jaiki Hadi que daba cuenta de que son 24 los presos y las presas políticas vascas que han muerto en la cárcel o al poco tiempo de haber salido en libertad. Hay, a día de hoy 10 presos y presas que sufren enfermedades graves cuya edad supera los 60 años, y 28 presos y presas enfermas que superan los 50 años. Esta situación es, como ya hemos dicho, consecuencia y objetivo de la política penitenciaria.
Una vez que el informe médico de Iñaki Erro sea valorado por médicos de su confianza se analizará la medida o medidas legales que su situación médica requiera de lo cual os daremos oportuna cuenta. Pero mientras tanto y de modo urgente desde Etxerat, exigimos el inmediato traslado a Euskal Herria de Iñaki Erro y de los demás presos enfermos porque es el paso primero e indispensable para garantizar su derecho a la salud.