*A Liberia Hernandez
Tantos siglos de llorar que busqué las brasas combatientes como árbol carnal, y hallé en ellas la foto; otro escenario del terror, es una mamá de Argentina el día que recuperó a su hijita ¡Cuánto de pesadilla quedará todavía! Hoy dicen que va a llover, que tiene que llover sobre mojado, y ya yo veo que llueve sobre veredas abiertas, es la voz de la resistencia. Gracias por esa su valentía Liberia.
R a í c e s
Llega la guerrillera combativa, sigue en su llamado adelante con nuestro destino contra la insolencia; sobre los chopos llueve, sobre tejados, hojas verdes, campas, sobre mojado llueve, la humedad reina. Una acción directa obligó a bajar a los diferentes grupos de la resistencia para dar aliento por alimento a las desalentadas amapolas que fusilaban y torturaban preguntándoles por ellos. Sobre los cristales llueve, llaman a la puerta, sobre los fogones de las casas hoy el rancho espera; uno más, muerto bajo en un acoso herviente de tortura. Bajaran del monte, saben que llegarán para quererlo, por eso los niños salen como si fueran a jugar; observan la calle, las esquinas, los miran y reciben con señales, no hay peligro, pasad! Un arco iris cabalga sobre mi espalda, uno más, irradia color, germina, brota fragancia, son ell@s, vuelven.
Al lado del huerto y bajo la higuera hay un manifiesto.
Ahí aguardo a mi viejita para que me ponga en contacto; porque antes fue decir adios al poeta asesinado. Las pequeñas brasas vivas, saben a quién nombro, y el por qué rezuman en mi los versos el dulzón aroma de los enamorados labradores que llegan hasta mi pieza; entre colmenas de abejas y corazones de sandía roja, coronados con hojas de menta fresca yo me refresco. Si la montaña no viene, iré hacia ella como Liberia. Una tromba de agua amenaza aguacero a cantaros, agua sin rumbo como en el mar; los fueguitos bostezan, el maquis llega, la llama despereza no se hace de rogar, siempre pensando en el lugar, donde los ojos miran tras la ropa tendida. Los dirigentes del amor se forjan al calor de la hoguera como las mamás combativas, y la lluvia no cesa ¡Son cántaros, los que suman el hedor de la corrupción, entrañable Liberia!
Al desfile de la celebración se suman más brasas guerrilleras, misma raíz en el mundo, la lluvia abre veredas. Me uno a ellas en su camuflaje, no lo pude remediar, cuando la viejita que masca tabaco apoyada sobre la ventana, me lo contó; sí, me surgió de súbito la necesidad de mostrar su talento al mundo de la dignidad, y su conciencia contra la vida desatenta. Una aureola de orgullo me unió a ellas a recorrer valles y montañas, y poder acercarme al bosque ubicado sobre la ladera del monte, donde los duendes de la resistencia, en guardia, aguardaban la llegada.
Observé aquellas mujeres combativas, se alimentan de los pastos de la tierra, cuando pueden laboran, cabalgan serenitas a ritmo de mula vieja que aletea segura trinando penas, y dolor de cadenas, de cosecha. Caminan, reunidas cantando besos al sol sobre la unión de hermanos proletarios, hermosas guerrilleras; mujeres del pueblo desfilan hacia los destacamentos de defensa, vidalita humilde, vidalitá.
El maquis aborda, rodea, cerca, observa, alienta: Arrimate al fuego compañera! El rocío refresca sus frentes, el gota a gota, se desliza sobre la linda guerrillera, que en un alarido de escalofrío con la misma sed de una cuarta de siglo, empuja al mundo una nueva primavera. Es la insurrección popular que nunca dejó de existir, nunca, siempre estuvo entre nosotros, arriba el colibrí!!! Consciente la guerrillera, abraza las brasas que anuncian la buena nueva, una Primavera insurgente como regalo de amor; vergel de estela rebelde para sembrar la tierra de punta a punta. Una realidad que revolotea calles y no conoce obligaciones más allá de su condición de raíz.
Jardines y plazas burlando la coraza mediática se elevan y empeña en volar, aunque por el momento no puedas seguirlas, el vuelo está ahí a modo de conciencia ¿Qué otro amor podría yo dar, si no amar la inocencia de los pueblos, Liberia? El monopatín se desliza contra la contracultura ofensiva que insistente en anular la capacidad de pensar. Amar es la lógica, sentir la consigna primordial, la reflexión un impulso imprescindible, aunque haya errores inevitables, la resistencia e insurgencia siguen. Nada como el relámpago energético que dan las cosechas. Nada como cuando las protestas de los hambrientos de cultura levantan en vuelo, y sobre él emergen raíces gallardas. Nada como el conocimiento, sueños de vida como derecho inalienable; hospitales y cárceles se amotinan, saltan las cadenas, ha llegado la hora, el día!, irradian las calles. Los cobardes se esconden, su refugio es la cloaca que feliz les espera; tiemblan, al ver en la mirada acusadora, su corrupción e incompetencia. La cloaca empieza a sentirse incómoda:
-¿Ser político es eso?, y hasta a ella, provoca arcada…
‑Sí, es eso, a eso lo llaman política, a un pedazo de carne donde anidan los gusanos. Los héroes que ayer mutilaron siguen despuntando albas, la raíz crece donde ayer se mentía. Llueve, la humedad perfora los barrotes, espanta la maldición. Hoy amaneció bonito para vos, sale el sol gracias a su persistencia; llueve, sale el sol y llueve, la luz no descansa está en jornada intensiva sobre descargas ininterrumpidas, sus rayos nos acarician Liberia ¡“Libre”!, qué lindo nombre! A muchos niños su empeño rehabilita, es grande como la montaña, permitirme doña, llamarla compañera, hermana.
Tengo amigos muy indignados que protestan en el mundo, ninguno de los que conozco quiere seguir siendo perrera de caza ideológica a servicio de la ruindad, ni tampoco su plumero, lavadora, mascota, lapicero o goma de borrar. El levantamiento popular evidencia la crisis del capitalismo y su ruindad hacia los pueblos; otro mundo más mundo, la defensa de su existencia nos corresponde. El lado oscuro del crimen está sarnoso de rabia, negro ataúd es el oxígeno que los medios defienden; es la memoria colectiva, esa voz silenciada la que debe irrumpir haciendo eco para que ese mundo, que no es nuestro mundo, no desembarque su mentira en nuestros puertos, y muera de asfixia cercado por en su propia codicia, en su propia corrupción por beneficios, desde el que entra en ella como aprendiz hasta aquél que presume de coordinador de la farsa, o asesor del perverso, verdugos del sistema bajo los faldones del clero o del Estado; no darles pié a que se acomoden en nuestro mundo, que no es su mundo, es la primera avanzada.
Sólo los pueblos que luchan, avanzan practicando verdades. Ese es el pueblo, que yo rondo para enamorar; es mi humilde opción una forma de vida sencilla feliz en comunidad, que permite el vibrar de las montañas. El futuro que se despeja de sus collados, cauces, puentes y caminos, abre un hermoso y sugerente aroma fresco al futuro, como presente; vivir sobre sus campos, y soñar con la selva permitiendo, entre tanto y tanto, un bosquejo de ella donde todos los desaparecidos, asesinados, robados, anulados como gente, mutilados física y psíquicamente iluminen la gran calle Internacional contra la crudeza del terrorismo estadounidense y sus verdugos en el planeta transmisores de su “paz”. Son las antorchas humanas, el avance de la historia, son voces empuñando la palabra que desnuda a los asesinos ante las poblaciones civiles; es la calle que habla con los muertos que nunca mueren que forman parte de los oasis humanos de la memoria, me siento ella porque sólo a ella pertenezco, su visión es bastante ortodoxa, no permite dudas ante las muertes por petróleo, por rincón estratégico en el mundo, por callar la denuncia, la palabra…
NOTA
Sor Juana, denunciada por secuestro y adopciones ilegales
(Kaos en la Red)
Sor Juana Alonso, de 96 años, directora de la Casa Cuna de Tenerife entre 1951 y 1970, ha sido denunciada ante la Fiscalía Provincial de Santa Cruz de Tenerife por usurpación de identidad, falsificación de documentos públicos, malos tratos continuados y torturas, amenazas y coacciones, secuestro, alteración de la paternidad y crímenes de lesa Humanidad.
La denunciante es Liberia Hernandez, una de las niñas de la Casa Cuna que fue dada en adopción a una familia de Alicante cuando tenía ocho años. Oficialmente, la madre de Liberia habría dejado a su hija en “abandono” y no la habría visitado durante tres años, lo que la propia Liberia, sus hermanos y testigos niegan, apoyados en documentos entregados por la propia institución de acogida. Liberia Hernandez relata en su denuncia, a la que ha tenido acceso CANARIAS AHORA, que su madre la visitaba cada semana, a la espera de poder llevarla a casa cuando pudiera mantenerla. Su relato es desgarrador:
“Mi madre estuvo 22 años preguntando por su hija, llorando, pero le decían que se olvidase de mí, que estaba mejor con los nuevos padres. A mí me dijeron que mi madre era una puta y que me olvidase de ella.”
Además de sor Juana, se pide a la Fiscalía que sea llamada a declarar a María Soler Guerola, que en 1962 también era monja de las Hijas de la Caridad (en la actualidad está casada) y una de las artífices de la posible adopción ilegal de Liberia. Según la denuncia, esta mujer es quien llevó en barco a Liberia de Tenerife a Valencia, quien entregó a la chiquilla a un matrimonio (tíos de María Soler) y quien le cambió la identidad:
“A partir de hoy dejas de llamarte Liberia. Te llamas María Nácher Montagúd”.
Los rastros de la familia biológica de Liberia desaparecieron. La vida con su nueva “familia” asegura que fue un suplicio, incluidos los abusos sexuales de su padre de adopción. “Lo único que quiero es que sor Juana diga la verdad”, insiste Liberia, que al cabo de 30 años logró reencontrarse con su madre y recuperar su identidad.
…“Yo recuerdo perfectamente a la madre de Liberia agarrada a las rejas del patio preguntando por su hija. Cuando yo empecé a trabajar allí ya habían dado a Liberia en adopción, pero el resto de las niñas me explicaron que aquella mujer que iba a las rejas era su madre. Estuvo años yendo a la Casa Cuna a preguntar por su hija. No la abandonó. Sor Juana la despachaba diciéndole que se olvidara”.
COMENTARIO:
En Madrid el asunto de los bebés desaparecidos parecen centrarse en la clínica de maternidad de Odonell entre 1960 y avanzados los 70´s… En mi opinión sobre el tema hay mucho más: Es preciso hacer un repaso exhaustivo de la actividad de los Hospitales, de la SS, de las ex-casas de socorro, etc… En la dictadura no solo se mataba con la tortura, en las cárceles y en general en la impunidad (DGS, Gobiernos civiles, comisarías y cuartelillos…). Se mataba también en los hospitales:
a) En los primeros 80´s, el actual museo de arte Reina Sofía en Madrid (Atocha) aparecieron los sótanos llenos hasta el techo de restos humanos. Ni que decir tiene que era un hospital para pobres (noticia de prensa que quedó en aguas de borrajas!!).
b) Hospitales provinciales como el actual Gregorio Marañón (antes Francisco Franco) en la calle Ibiza de Madrid era un hospital que dependía directamente de la policía, gc, Dgs. Allí se «certificaban» «causas de defunción», «resultados» de interrogatorios con tortura, se practicaban electrochocs, etc etc etc. Situación que no varió en los años del Gal al menos hasta los 90´s. Por tanto, es preciso hacer un repaso exhaustivo de la actividad de hospitales, SS, etc., en aquellos años.
Maité Campillo (actriz)