Eus­kal Memo­ria ana­li­za a fon­do el inten­to de «solu­ción final» fran­quis­ta a Eus­kal Herria

El sub­tí­tu­lo en eus­ka­ra de «El fran­quis­mo en Eus­kal Herria», la obra que la fun­da­ción Eus­kal Memo­ria está ulti­man­do y que pre­sen­ta­rá en la feria de Duran­go, pare­ce remi­tir a la situa­ción polí­ti­ca actual, carac­te­ri­za­da por los avan­ces hacia una reso­lu­ción del con­flic­to. Sin embar­go, ese «Behin beti­ko kon­pon­bi­dea» alu­de en reali­dad jus­to a lo con­tra­rio: la «solu­ción final» que el fran­quis­mo inten­tó impo­ner. Han pasa­do 75 años des­de su ini­cio y, en el momen­to en que se apro­xi­ma un cam­bio de ciclo, Eus­kal Memo­ria bus­ca cubrir ese vacío con un tra­ba­jo pro­fun­do y novedoso.

Ega­ña jus­ti­fi­có su nece­si­dad con varias anéc­do­tas per­so­na­les. Ayer, antes de acu­dir a la rue­da de pren­sa, se pasó por la biblio­te­ca más com­ple­ta de la ciu­dad y en el bus­ca­dor ape­nas encon­tró quin­ce refe­ren­cias a «fran­quis­mo» y «Eus­ka­di», inclui­dos artícu­los de revis­tas. Sin embar­go, aquel régi­men y su pro­lon­ga­ción («la tran­si­ción fue un cuen­to chino», recor­dó) lo empa­pan todo: «Ayer cené en un bar de la calle Reyes Cató­li­cos que fue incau­ta­do por el fran­quis­mo, y ante­ayer me com­pré una cami­se­ta en una tien­da que ocu­pa un local con el que ocu­rrió lo mis­mo», deta­lló el his­to­ria­dor. Aña­dió que, sin salir siquie­ra de Donos­tia, muy poca gen­te sabe que todo el actual com­ple­jo de Anoe­ta tam­bién fue fru­to de una ope­ra­ción fran­quis­ta o que el Sagra­do Cora­zón que coro­na el mon­te Urgull fue un pro­yec­to del mis­mo autor del Valle de los Caídos.

El pre­si­den­te de Eus­kal Memo­ria lamen­tó que «nos hemos pasa­do diez años hablan­do casi en exclu­si­va de fosas, de arqueo­lo­gía inclu­so, de Ley de Memo­ria His­tó­ri­ca, de un juez des­pe­cha­do…», y que con ello se corre el ries­go de per­der pers­pec­ti­va. De olvi­dar que las matan­zas de 1936 abrie­ron paso a un régi­men fas­cis­ta que no fue pro­duc­to de una sola per­so­na, sino de «una plé­ya­de, como el nazis­mo», y que ade­más «ha pene­tra­do has­ta el fon­do de nosotros».

«Sor­pren­den­te­men­te, esa his­to­ria está sin hacer. ¿Y por qué? ‑se pre­gun­tó Ega­ña-. Por­que el fran­quis­mo es exi­lio, es cár­cel, es reli­gión úni­ca, es corrup­ción, son niños roba­dos, ham­bre, muer­te… y muchos de esos epí­gra­fes están abier­tos aún».

El libro que se dará a cono­cer pron­to cons­ti­tu­ye «un estu­dio com­ple­to», con datos exhaus­ti­vos pero tam­bién aná­li­sis e inter­pre­ta­ción. Ten­drá lue­go una segun­da par­te deta­lla­da pue­blo a pue­blo, para lo que Eus­kal Memo­ria ani­ma a un auzo­lan como el que ya sir­vió para «Ger­ni­ka­ko seme-ala­bak», su pri­mer tra­ba­jo publi­ca­do hace un año y que docu­men­ta­ba la repre­sión esta­tal en los últi­mos cin­cuen­ta años.

Ven­ce­do­res y vencidos

Tam­bién des­de Eus­kal Memo­ria, Arantxa Era­sun hiló este estu­dio sobre el fran­quis­mo con un deba­te que está en pri­me­ra pla­na polí­ti­ca actual­men­te. Recor­dó que diri­gen­tes como Patxi López hablan a dia­rio de cons­truir «un rela­to úni­co» sobre «quién ha pro­du­ci­do sufri­mien­to y quién ha sido víc­ti­ma, quién es el ven­ce­dor y quién es el ven­ci­do». Afir­mó que «no sabe­mos si eso será posi­ble», pero rei­vin­di­có que, en cual­quier caso, antes que nada haría fal­ta empe­zar por escu­char todas las voces, reco­no­cer todos los nom­bres y admi­tir todas las reali­da­des. «La memo­ria es la vacu­na con­tra el olvi­do», sub­ra­yó Erasun.

En este pun­to, Iña­ki Ega­ña evo­có el famo­so dis­cur­so de José María de Areil­za, enton­ces alcal­de de Bil­bo, y su cono­ci­do «¡Vaya que si ha habi­do ven­ce­do­res y ven­ci­dos!», un men­sa­je ofi­cial que fue pre­lu­dio del «rela­to úni­co» sobre el franquismo.

Un últi­mo deta­lle ofre­ci­do en la rue­da de pren­sa refle­ja el alcan­ce de ese expo­lio a la ver­dad de los hechos. Ega­ña narró que tenía gran inte­rés en acce­der al archi­vo del Gobierno Civil de Gipuz­koa sobre 1968, año cla­ve por muer­tes como las de Txa­bi Etxe­ba­rrie­ta, pri­mer mili­tan­te de ETA falle­ci­do, y el guar­dia civil José Par­di­nes, pri­me­ra víc­ti­ma de la orga­ni­za­ción. Reci­bió el per­mi­so para ello con cier­ta sor­pre­sa, según admi­tió, pero al revi­sar­lo se encon­tró con que «lo úni­co que que­da­ba era infor­ma­ción sobre unas obras en el Gobierno Civil y sobre visi­tas de per­so­na­jes a Gipuz­koa, poco más».

Otro obs­tácu­lo es la exis­ten­cia de una nor­ma que impi­de acce­der a muchos expe­dien­tes ofi­cia­les has­ta que pasen 50 años. Es lo que evi­ta que se conoz­can toda­vía, por ejem­plo, los archi­vos corres­pon­dien­tes al pro­ce­so de Bur­gos de 1970.

El fin de Galín­dez, la vio­la­ción de Yerro y los vas­cos franquistas

Ega­ña esbo­zó algu­nos hallaz­gos de su inves­ti­ga­ción de varios años. Por ejem­plo, la vio­la­ción y muer­te de la niña María Lui­sa Yerro en 1946, que el his­to­ria­dor ya citó en un artícu­lo publi­ca­do en GARA sobre los 75 años de la masa­cre fran­quis­ta el pasa­do 11 de setiem­bre. Tam­bién hay datos nue­vos sobre el final de Jesús Galín­dez, el dele­ga­do del Gobierno Vas­co cuya pis­ta se per­dió en Nue­va York y que «aho­ra deja­rá de ser nues­tro des­apa­re­ci­do más ilus­tre para pasar a ser una víc­ti­ma más de aque­lla épo­ca». Se reve­la­rá tam­bién el orga­ni­gra­ma de la estruc­tu­ra fran­quis­ta y habrá un capí­tu­lo sobre los vas­cos fran­quis­tas más destacados

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