[Video] Rein­ci­den­tes : “EE UU se pue­de meter su país por el culo”

Los sevi­lla­nos no pier­den la fe en los esló­ga­nes enfa­da­dos sobre gui­ta­rras acu­chi­lla­das. Su últi­mo dis­co, ‘Tiem­pos de ira’, lo corrobora.

“EE UU se pue­de meter su país por el culo”, espe­ta Fer­nan­do Madi­na (Vene­zue­la, 44 años), bajis­ta y can­tan­te de Rein­ci­den­tes. El por­qué de la con­tun­den­te decla­ra­ción se remon­ta seis meses atrás: el pasa­do octu­bre, cuan­do la vete­ra­na ban­da sevi­lla­na se diri­gía a Colom­bia para tocar, su gui­ta­rris­ta, Juan Manuel Rodrí­guez, fue dete­ni­do al hacer esca­la en Mia­mi (EE UU) su vue­lo. Sin expli­ca­cio­nes. Cuan­do el gru­po esta­ba a pun­to de can­ce­lar este con­cier­to, el músi­co fue libe­ra­do. El moti­vo de la reten­ción: ser toca­yo de un ase­sino múl­ti­ple. Un mal tra­go, pero que sir­vió de ins­pi­ra­ción para com­po­ner la can­ción Cone­xión en Mia­mi, inclui­da en Tiem­pos de ira, el dis­co que aca­ba de edi­tar este gru­po de rock contestatario.

No es la pri­me­ra vez que sus viven­cias que­dan plas­ma­das en sar­dó­ni­cas estro­fas (“Qué bien que me toquen los hue­vos, qué bien que me toquen ahí”, dice la letra de la can­ción sobre este inci­den­te). Estos sevi­lla­nos han pro­tes­ta­do por la mili, cuan­do exis­tía (Mili); la mani­pu­la­ción en tele­vi­sión (T.V.) o la figu­ra del Papa (Dejad que el Papa se acer­que a mí), con esló­ga­nes inme­dia­tos sobre rock rudo y atem­po­ral. Así ha sido duran­te su casi cuar­to siglo de vida, y no pare­ce que las ganas de pro­tes­tar remi­tan, a pesar de la edad.

¿Ins­pi­ra la mis­ma rabia en los cua­ren­ta que a los veinte?

Aho­ra hay más cono­ci­mien­to del por­qué de los fallos. Encon­tra­mos ins­pi­ra­ción en cosas dife­ren­tes: una foto­gra­fía, un olor… La fal­ta de olor a taba­co (risas). No son tiem­pos bue­nos, aun­que con Inter­net vivi­mos la ter­ce­ra gran revo­lu­ción, tras la del hie­rro en el Neo­lí­ti­co y la Industrial.

¿Y cómo ves el papel de inter­net en el nego­cio de la música?

Siem­pre hemos esta­do a favor de la pira­te­ría. Cuan­do toca­mos en Mede­llín [Colom­bia] había 25.000 per­so­nas que cono­cían nues­tras can­cio­nes, y nues­tros dis­cos allí no se pue­den com­prar. Aun­que hay mati­ces: me pare­ce bien que se com­par­ta músi­ca, pero no que alguien la cuel­gue en una pági­na lle­na de publi­ci­dad, y así se esté lucrando.

Hay quien dice que hacéis rock cali­mo­che­ro. ¿Qué dices sobre esta valoración?

No somos unos arras­tra­dos. Somos nor­ma­les, como cual­quier grupo.

¿Os sen­tís fun­da­do­res en el rock contestatario?

Fun­da­do­res es una pala­bra que vie­ne gran­de. No me sien­to papá de nadie. Cuan­do empe­za­mos, Leño y Barri­ca­da eran nues­tras refe­ren­cias. Lue­go hemos cre­ci­do con ban­das como Porre­tas, Boi­kot o Extre­mo­du­ro. Aun­que no hay un rele­vo y eso es un pro­ble­ma: miras el car­tel de Viña Rock y somos los mis­mos de siem­pre. No sé a qué se debe.

¿Y os ha con­di­cio­na­do ser de Sevi­lla, una ciu­dad con poca tra­di­ción en músi­ca de vues­tro estilo?

Hemos toca­do mucho por el nor­te, en el País Vas­co. Cuan­do lle­ga­mos allí les pare­cía exó­ti­co que fué­se­mos sevi­lla­nos. Pero en nues­tra ciu­dad hemos teni­do con­tac­to con otros músi­cos: te ves por ahí, que si te dejas un ampli… Con el Tote King, La Mala Rodrí­guez y Sr. Chi­na­rro nos lle­va­mos bien, tam­bién con Anarko…

¿Cuál ha sido la cla­ve para man­te­ne­ros más de 20 años juntos?

Que somos ami­gos. El bate­ría, Manuel, y yo íba­mos a cla­se jun­tos, des­de 2º de BUP [equi­va­len­te al actual 4º de la ESO], en el ins­ti­tu­to, el Mar­tí­nez Montañes. 

¿Han cam­bia­do vues­tros hábi­tos en el gru­po, con la edad?

Todos tene­mos hijos. Ensa­ya­mos a las 10.30 de la maña­na, cuan­do se han ido al cole­gio. Somos unos pri­vi­le­gia­dos por hacer esto y somos cons­cien­tes de ello: nos encan­ta la carre­te­ra, el estu­dio de grabación…

¿Habéis trans­mi­ti­do vues­tras inquie­tu­des a vues­tros hijos?

Ten­go dos hijas. La mayor, de 18, es muy roc­ke­ra: le encan­ta Die Toten Hosen, Lin­kin Park, Iron Mai­den… La peque­ña, de tres, últi­ma­men­te no para con el últi­mo de Rancid.

Rolling Sto­ne


Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *