Pre­ser­ve­mos los medios comu­ni­ta­rios – Amy Goodman

El bos­que de ála­mos de Kebler Pass, Colo­ra­do es uno de los orga­nis­mos vivos más gran­des del mun­do. Miles de ála­mos com­par­ten el mis­mo sis­te­ma de raí­ces inter­co­nec­ta­das. El fin de sema­na pasa­do, atra­ve­sé el camino Kebler Pass, que está a tres mil metros de altu­ra, en una moto de nie­ve. Hice el reco­rri­do entre las loca­li­da­des de Pao­nia y Cres­ted But­te. Reali­cé un via­je relám­pa­go a Colo­ra­do para ayu­dar a las radios comu­ni­ta­rias a recau­dar fon­dos, por lo que asis­tí a nue­ve even­tos de bene­fi­cen­cia en tan solo dos días. El direc­tor de pro­gra­ma­ción de la emi­so­ra de radio comu­ni­ta­ria KVNF de Pao­nia nos dejó don­de comien­za el camino. Allí nos reco­gió el direc­tor de pro­gra­ma­ción de la radio comu­ni­ta­ria KBUT de Cres­ted But­te y, jun­to con un gru­po de DJs de la emi­so­ra, reco­rri­mos rápi­da­men­te en motos de nie­ve los 50 kiló­me­tros de camino que hay entre las dos localidades.

Aho­ra que los repu­bli­ca­nos tie­nen la mayo­ría en la Cáma­ra de Repre­sen­tan­tes, una de las pri­me­ras medi­das que toma­ron fue recor­tar a cero el actual finan­cia­mien­to de la Cor­po­ra­ción de Radio­di­fu­sión Públi­ca (CPB, por sus siglas en inglés). Asi­mis­mo, el dipu­tado Doug Lam­born de Colo­ra­do Springs pre­sen­tó un pro­yec­to de ley para qui­tar en for­ma per­ma­nen­te el finan­cia­mien­to a la CPB. Lam­born le dijo a NPR: «Vivi­mos en una reali­dad en la que hay 150 cana­les de cable. El 99 por cien­to de los esta­dou­ni­den­ses tie­nen tele­vi­sión. Tene­mos Inter­net en nues­tros telé­fo­nos celu­la­res. Esta­mos en una épo­ca en que ya no es nece­sa­rio sub­si­diar la radiodifusión».

Pero la radio­di­fu­sión públi­ca y comu­ni­ta­ria se esta­ble­ció pre­ci­sa­men­te a raíz de los peli­gros de los medios comer­cia­les. Cuan­do habla­mos de la gue­rra, nece­si­ta­mos un medio que no esté aus­pi­cia­do por los fabri­can­tes de armas. Cuan­do habla­mos de la refor­ma del sis­te­ma de salud, nece­si­ta­mos un medio que no esté patro­ci­na­do por las empre­sas de segu­ros de salud o las gran­des farmacéuticas.

En una decla­ra­ción rea­li­za­da la sema­na pasa­da ante el Sena­do, la Secre­ta­ria de Esta­do Hillary Clin­ton cri­ti­có dura­men­te a los medios comer­cia­les. Dijo: «La audien­cia de Al Jazee­ra está aumen­tan­do en Esta­dos Uni­dos por­que tras­mi­te noti­cias reales. Pue­de que uno no esté de acuer­do con ellas, pero uno sien­te que está reci­bien­do noti­cias reales todo el día en lugar de un millón de comer­cia­les y, uste­des saben, dis­cu­sio­nes entre char­la­ta­nes y el tipo de cosas que noso­tros hace­mos en nues­tros infor­ma­ti­vos, algo que no es par­ti­cu­lar­men­te infor­ma­ti­vo para noso­tros y mucho menos para los extranjeros».

Clin­ton esta­ba pidien­do más finan­cia­mien­to para los órga­nos de pro­pa­gan­da en el extran­je­ro del gobierno de Esta­dos Uni­dos, como Voi­ce of Ame­ri­ca, Radio Mar­tí y el canal de tele­vi­sión en ára­be pro­du­ci­do en Vir­gi­nia y trans­mi­ti­do en Medio Orien­te, Al-Hurra. Está pre­vis­to que ese bra­zo del Depar­ta­men­to de Esta­do reci­ba 769 millo­nes de dóla­res, casi el doble de finan­cia­mien­to que la Cor­po­ra­ción para la Radio­di­fu­sión Públi­ca. El sis­te­ma de medios de las fuer­zas arma­das de Esta­dos Uni­dos tie­ne un pre­su­pues­to anual que supera los 150 millo­nes de dóla­res y dis­tri­bu­ye pro­gra­ma­ción de entre­te­ni­mien­to a las bases en el extran­je­ro y con­te­ni­do pro­pa­gan­dís­ti­co las 24 horas a tra­vés de su pla­ta­for­ma de tele­vi­sión, el Canal del Pentágono.

Clin­ton agre­gó: «Asis­ti­mos a una gue­rra de la infor­ma­ción. Ya saben, duran­te la Gue­rra Fría fui­mos muy bue­nos en trans­mi­tir el men­sa­je de Esta­dos Uni­dos hacia afue­ra. Lue­go de la caí­da del muro de Ber­lín diji­mos: “Está bien. Ya fue sufi­cien­te. Lo logra­mos. Ter­mi­na­mos nues­tra tarea”. Y lamen­ta­ble­men­te esta­mos pagan­do un pre­cio muy alto por eso. Y nues­tros medios pri­va­dos no pue­den lle­nar ese vacío».

Si bien el diag­nós­ti­co de Clin­ton sobre las fallas de los medios comer­cia­les esta­dou­ni­den­ses es correc­ta, su res­pues­ta es equi­vo­ca­da. Nece­si­ta­mos más noti­cias genui­nas y menos pro­pa­gan­da. El pro­fe­sor Robert McChes­ney, espe­cia­li­za­do en estu­dios de los medios masi­vos de comu­ni­ca­ción, estu­vo de acuer­do con esta afir­ma­ción. Me dijo: «Lo que hay que hacer es tomar bue­na par­te de esos 750 millo­nes de dóla­res, agre­gar­lo a lo que se está gas­tan­do actual­men­te en Esta­dos Uni­dos, y crear un sis­te­ma de radio­di­fu­sión públi­co y comu­ni­ta­rio que sea real­men­te diná­mi­co, fuer­te y com­pe­ti­ti­vo, que tra­te al gobierno de Esta­dos Uni­dos de la mis­ma for­ma que tra­ta a cual­quier otro gobierno, que ten­ga el mis­mo están­dar de perio­dis­mo, y lue­go lo trans­mi­ta al mun­do, haga eso com­ple­ta­men­te acce­si­ble al mun­do. Y creo que eso mos­tra­ría lo mejor de Esta­dos Uni­dos. Y esa sería una voz que ten­dría un gran atrac­ti­vo para la gen­te de todo el mun­do que está sedien­ta de liber­tad y demo­cra­cia. Y refor­za­ría la posi­ción de Esta­dos Uni­dos en el mun­do más que cual­quier otra cosa».

En la zona rural de Colo­ra­do, en las regio­nes rura­les de todo el país y en las reser­vas indí­ge­nas esta­dou­ni­den­ses, las emi­so­ras comu­ni­ta­rias de radio depen­den en un 25 a 50 por cien­to de fon­dos de la CPB para su fun­cio­na­mien­to. En el even­to de bene­fi­cen­cia en Pao­nia, que fue un éxi­to de públi­co, la Direc­to­ra Gene­ral de KVNF Sally Kane expli­có la cri­sis: «La Ley de Comu­ni­ca­cio­nes de 1934 reser­va solo un peque­ño espec­tro de las seña­les de radio para que sir­van al inte­rés públi­co y estén libres de influen­cia comer­cial. Este ser­vi­cio públi­co es esen­cial para la pobla­ción rural de Esta­dos Uni­dos. Para­dó­ji­ca­men­te, son las emi­so­ras de radio rura­les las que sufri­rían las con­se­cuen­cias en for­ma des­pro­por­cio­na­da si se eli­mi­na el finan­cia­mien­to. Una vez más se tra­ta de cor­tar los ser­vi­cios a quie­nes más los nece­si­tan, mien­tras se pro­te­ge a los gru­pos que pue­den pagar a un pelo­tón de lob­bis­tas para que defien­dan sus intere­ses. Me nie­go a ima­gi­nar a mi región sin mi radio comunitaria».

La res­pues­ta fue la mis­ma en todas las para­das del reco­rri­do: Idaho Springs, Car­bon­da­le, Panoia, Cres­ted But­te, Monarch Pass, Sali­da (el lími­te occi­den­tal del dis­tri­to del con­gre­sis­ta Lam­born), Tell­ku­ri­de, Rico y por últi­mo Duran­go. En los salo­nes de las muni­ci­pa­li­da­des, audi­to­rios y tea­tros reple­tos, la pasión de los habi­tan­tes del lugar por sus emi­so­ras de radio demues­tra que, al igual que los ála­mos de las Mon­ta­ñas Roco­sas, estas peque­ñas emi­so­ras de radio son resis­ten­tes, fuer­tes y están pro­fun­da­men­te enrai­za­das en sus comu­ni­da­des. Su finan­cia­mien­to es una inver­sión que debe­ría mantenerse.

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