Miles de per­so­nas exi­gen jus­ti­cia apo­ya­das por la soli­da­ri­dad irlandesa

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Nos pue­de pare­cer una uto­pía ver a un Rodrí­guez Zapa­te­ro o un Mariano Rajoy pidien­do per­dón, pero es una meta que nos hemos mar­ca­do y no vamos a cejar has­ta con­se­guir­la». Eva Barro­so, her­ma­na de uno de los cin­co obre­ros muer­tos el 3 de mar­zo de 1976, sub­ra­yó así la recla­ma­ción de ver­dad y jus­ti­cia para las víc­ti­mas de los suce­sos de Gas­teiz, hacien­do refe­ren­cia a lo con­se­gui­do por los fami­lia­res de las víc­ti­mas del Bloody Sun­day irlan­dés, que ayer par­ti­ci­pa­ron en la capi­tal ala­ve­sa en los actos del 35 ani­ver­sa­rio. Miles de per­so­nas se die­ron cita en la mani­fes­ta­ción que recor­dó a los cin­co obre­ros muer­tos por la Poli­cía en una asam­blea de tra­ba­ja­do­res, así como para «exi­gir el fin de la impu­ni­dad de los res­pon­sa­bles de que­llas masa­cre y con­se­guir acce­der a la ver­dad, que se impar­ta jus­ti­cia y reco­no­ci­mien­to de tra­ba­ja­do­res asesinados».

«Poli­cía ase­si­na» y «Herriak ez du bar­ka­tu­ko» fue­ron los lemas más escu­cha­dos duran­te la mani­fes­ta­ción con­vo­ca­da por la mayo­ría sin­di­cal vasca.

La mar­cha estu­vo acom­pa­ña­da por el soni­do de albo­kas y tri­ki­ti­xas y fina­li­zó en la pla­za de la Vir­gen Blan­ca con la emi­sión de un vídeo con imá­ge­nes de los suce­sos de hace 35 años. Algu­nas patru­llas de la Ertzain­tza se colo­ca­ron en la Pla­za de Bil­bao, el mis­mo lugar don­de ata­ca­ron la mani­fes­ta­ción en 2006.

Tam­bién par­ti­ci­pó la dele­ga­ción irlan­de­sa de fami­lia­res de las víc­ti­mas del Bloody Sun­day, muer­tos por los dis­pa­ros del Ejér­ci­to bri­tá­ni­co duran­te una mar­cha por los dere­chos civi­les en la ciu­dad de Derry en 1972.

«Nos hemos jun­ta­do para com­par­tir expe­rien­cias y aunar esfuer­zos en la lucha para lograr ver­dad, jus­ti­cia y repa­ra­ción», expli­có Barro­so en el acto de home­na­je pre­vio a la mani­fes­ta­ción. «Ellos han con­se­gui­do que el Gobierno bri­tá­ni­co admi­ta la ino­cen­cia de las víc­ti­mas, la cul­pa­bi­li­dad del Ejér­ci­to bri­tá­ni­co y que el pri­mer minis­tro, David Came­ron, pida per­dón por los crí­me­nes come­ti­dos», dijo, y reafir­mó el obje­ti­vo de lograr­lo tam­bién en el caso de Gasteiz.

La deter­mi­na­ción de la lucha

Fren­te al mono­li­to que recuer­da a los cin­co tra­ba­ja­do­res muer­tos por dis­pa­ros de la Poli­cía ‑Pedro Mar­tí­nez Ocio, Romual­do Barro­so, Fran­cis­co Aznar, José Cas­ti­llo y Bien­ve­ni­do Pere­da- se recor­dó tam­bién a los que aba­tió en las movi­li­za­cio­nes de pro­tes­ta por los hechos de Gas­teiz ‑Juan Gabriel Rodri­go en Tarra­go­na, Bin­gen Antón Ferre­ro en Basau­ri, y Mario Marot­ta en Roma- así como a las víc­ti­mas de Derry.

El hijo de uno de los muer­tos en Derry, Anthony Doherty, expli­có que «duran­te muchos años las fami­lias se han con­cen­tra­do tam­bién en Derry en un lugar pare­ci­do a Zara­ma­ga, por­que el Gobierno bri­tá­ni­co y el Ejér­ci­to bri­tá­ni­co ase­si­nó a nues­tros fami­lia­res y los cali­fi­có como terro­ris­tas. Sólo inten­ta­ban luchar por dere­chos civi­les. Cuan­do luchá­ba­mos por la memo­ria de nues­tros seres que­ri­dos tam­bién nos des­cri­bie­ron como terro­ris­tas». Aña­dió que hoy esto ha cam­bia­do «por la deter­mi­na­ción de las fami­lias ante el Esta­do bri­tá­ni­co y el 15 de junio del año pasa­do el pri­mer minis­tro, David Came­ron, pidió per­dón por lo ocu­rri­do en Derry des­cri­bien­do lo que pasó como algo “injus­ti­fi­ca­ble” y aho­ra reco­no­ce lo que siem­pre supimos».

Con­clu­yó ase­gu­ran­do que «el Esta­do espa­ñol tie­ne que hacer lo mis­mo con la gen­te de Gas­teiz por los que fue­ron ase­si­na­dos en 1976. Espe­ro que con­si­gan la jus­ti­cia y ver­dad que mere­cen y que noso­tros hemos con­se­gui­do des­pués de muchos años de lucha. Estoy con­ven­ci­do de que tam­bién lo lograrán».

Ata­ques a la cla­se trabajadora

Ade­más de la recla­ma­ción de jus­ti­cia, el recuer­do del 3 de mar­zo tam­bién sir­vió para recor­dar las lucha de la cla­se tra­ba­ja­do­ra fren­te al recor­te de dere­chos. ELA, LAB, ESK y STEE-EILAS sub­ra­ya­ron que en un momen­to his­tó­ri­co de cri­sis crea­da por la ban­ca y la patro­nal, el últi­mo año ha sido espe­cial­men­te duro, con los gobier­nos con­ver­ti­dos «en sumi­sos títe­res al ser­vi­cio del poder eco­nó­mi­co». Los sin­di­ca­tos denun­cia­ron las res­tric­cio­nes del gas­to social, los recor­tes sala­ria­les, las refor­mas labo­ral y de las pen­sio­nes, como las agre­sio­nes más gra­ves, y advir­tie­ron de que se pre­pa­ran otras nue­vas, como la refor­ma de la nego­cia­ción colec­ti­va. Valo­ra­ron el sin­di­ca­lis­mo que ha res­pon­di­do en Eus­kal Herria a estas agre­sio­nes, fren­te al de acom­pa­ña­mien­to y des­mo­vi­li­za­dor. Tam­bién recla­ma­ron al Gobierno espa­ñol que per­mi­ta el desa­rro­llo de todos los pro­yec­tos polí­ti­cos y pon­ga fin a su polí­ti­ca penitenciaria.

Los fir­man­tes de Eus­kal Herria Ezke­rre­tik lla­man a la uni­dad y el tra­ba­jo en común

«Inde­pen­den­tis­tas, sobe­ra­nis­tas, sec­to­res de izquier­da, es la hora del tra­ba­jo en común, es la hora de la uni­dad». Con estas pala­bras cerró el jun­te­ro de la izquier­da aber­tza­le Aitor Beza­res el acto con­vo­ca­do a medio­día por las fuer­zas fir­man­tes del acuer­do Eus­kal Herria Ezke­rre­tik. Jun­to a él se encon­tra­ban en el estra­do Ampa­ro Lashe­ras, mili­tan­te de la izquier­da aber­tza­le, la ex dipu­tada de Cul­tu­ra, Lore­na López de Laca­lle y el con­ce­jal Antxon Bela­kor­tu, ambos de EA, y los miem­bros de Alter­na­ti­ba Jor­ge Sevi­llano y Luis María Salgado.

Cien­tos de per­so­nas asis­tie­ron al acto polí­ti­co, y entre ellas esta­ban diri­gen­tes de las tres for­ma­cio­nes con­vo­can­tes, como Rufi Etxe­be­rria y Jone Goi­ri­ze­laia, de la izquier­da aber­tza­le, Peio Uri­zar, de EA, y Oskar Matu­te, de Alternatiba.

Tam­bién asis­tie­ron víc­ti­mas del 3 de Mar­zo y la dele­ga­ción de víc­ti­mas del Bloody Sun­day que se encuen­tra estos días en Eus­kal Herria. De hecho, uno de los momen­tos más emo­ti­vos del acto fue cuan­do Anthony Doherty leyó en voz alta el nom­bre de los cator­ce muer­tos en Derry y los cin­co de Gas­teiz, en medio de aplau­sos y gri­tos como «Herriak ez du barkatuko».

Al tomar la pala­bra, Beza­res abo­gó por un esce­na­rio de «no vio­len­cia y de res­pe­to a los dere­chos civi­les y polí­ti­cos» para desa­rro­llar un pro­ce­so demo­crá­ti­co en este país, y expli­có que para la izquier­da aber­tza­le, Alter­na­ti­ba y EA es una prio­ri­ta­rio lograr «una paz jus­ta y defi­ni­ti­va». Asi­mis­mo, advir­tió de que la lega­li­za­ción de la izquier­da aberz­ta­le «es inelu­di­ble» y con­si­de­ró que no se debe dila­tar en el tiem­po «por intere­ses par­ti­dis­tas y políticos».

En este sen­ti­do, y tras reite­rar el com­pro­mi­so de estas tres fuer­zas polí­ti­cas con el Acuer­do de Ger­ni­ka, con­si­de­ró que el Gobierno espa­ñol «debe dar pasos para faci­li­tar una esce­na­rio de con­ver­sa­cio­nes, nego­cia­ción y de acuer­do mul­ti­par­ti­to». «Eus­kal Herria nece­si­ta una segun­da tran­si­ción demo­crá­ti­ca don­de se reco­noz­ca el dere­cho a deci­dir libre y demo­crá­ti­ca­men­te su futu­ro» afir­mó, valo­ran­do que «es nece­sa­rio supe­rar el actual mar­co esta­tu­ta­rio don­de los pro­yec­tos sobe­ra­nis­tas e inde­pen­den­tis­tas no tie­ne cabi­da». I. B.

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