Tra­pos sucios- Ser­gio Labayen

Había una vez en Nava­rra una web que asu­mió el com­pro­mi­so de aven­tar los tra­pos sucios de esta demo­cra­cia tan sui gene­ris. Era un alta­voz para denun­ciar las tor­tu­ras, la gue­rra sucia, los abu­sos poli­cia­les, la cruel y chan­ta­jis­ta polí­ti­ca peni­ten­cia que se apli­ca a los pre­sos y pre­sas polí­ti­cas vascas

Y era tam­bién un foco de luz sobre este loda­zal en el que nave­gan nues­tros dere­chos civi­les y polí­ti­cos: ile­ga­li­za­cio­nes, puche­ra­zos elec­to­ra­les, prohi­bi­cio­nes de actos, cie­rre de medios de comu­ni­ca­ción, mul­tas, agre­sio­nes, vetos, censuras…Salvando las dis­tan­cias y el for­ma­to, era el wiki­leaks a la nava­rra: hablar de lo que otros callan, hur­gar en las cloa­cas del sis­te­ma, mos­trar lo que nos quie­ren ocul­tar, abor­dar los asun­tos reser­va­dos, los temas calien­tes, lo prohi­bi­do, lo polí­ti­ca­men­te incorrecto.

Todo esto en un esce­na­rio en el que la auto­ri­dad acos­tum­bra a cor­tar las alas a quie­nes cues­tio­nan la ver­sión ofi­cial. Y cla­ro, todos tene­mos la ínti­ma con­vic­ción de que los minis­tros del inte­rior mien­ten como bella­cos, pero lo com­pli­ca­do es decir­lo alto y cla­ro, sobre todo cuan­do dece­nas de miles de poli­cías y un puña­do de jue­ces estre­lla pue­den caer sobre tu pes­cue­zo y amar­gar­te la vida, o al menos una par­te de ella.Efectivamente, estoy hablan­do de Apur​tu​.org. Estoy hablan­do de Ohia­na, Edur­ne, Kol­do y Pitu, sobre quie­nes lan­za­ron todo un regi­mien­to mili­tar y una infa­me cam­pa­ña de men­ti­ras, los tuvie­ron cua­tro días inco­mu­ni­ca­dos y hace exac­ta­men­te un mes vivía­mos en la incer­ti­dum­bre de si los esta­rían torturando.

Afor­tu­na­da­men­te, en esta oca­sión no fue así, más allá de que una deten­ción en estas cir­cuns­tan­cias es ya de por sí un mal­tra­to y una agre­sión injustificable.Para redon­dear el atro­pe­llo, el juez Gran­de-Mar­las­ka emi­tió hace unos días un nue­vo auto decre­tan­do el «blo­queo pre­ven­ti­vo» de la web por espa­cio de cua­tro meses, ade­más de la clau­su­ra de los cana­les de video en You­tu­be, el per­fil de Face­book, la cuen­ta de Yahoo… De hecho, Apur​tu​.org ha des­apa­re­ci­do de la red, y en estos días irán cayen­do el res­to de las fichas de la censura.

Esta­mos pues, ante un nue­vo cie­rre “pre­ven­ti­vo” de un medio de comu­ni­ca­ción, otro alta­voz apa­ga­do por el gri­te­río ultra de que “todo es ETA”, otro sabo­ta­je al dere­cho que tene­mos todos y todas a infor­mar y ser infor­ma­das en un ámbi­to de liber­tad de expre­sión, don­de el deli­to no sea denun­ciar las tor­tu­ras sino torturar.Ante esta situa­ción, la úni­ca opción posi­ble es poner­se a tra­ba­jar en un nue­vo pro­yec­to que ocu­pe el hue­co deja­do por el ante­rior, algo que en el espa­cio comu­ni­ca­ti­vo vas­co ya se ha con­ver­ti­do en ritual, en acto reflejo.

Por eso, tras la reda­da poli­cial, un gru­po de perio­dis­tas nava­rros y varios colec­ti­vos de comu­ni­ca­ción popu­lar deci­di­mos poner en mar­cha la web atea​ki​re​ki​.com, con la que que­re­mos hacer nues­tra apor­ta­ción para la supera­ción defi­ni­ti­va de todas las situa­cio­nes de vul­ne­ra­ción de dere­chos huma­nos, civi­les y polí­ti­cos que se están pro­du­cien­do con­tra ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas nava­rras. Y si hay que cues­tio­nar las ver­sio­nes ofi­cia­les y aven­tar los tra­pos sucios, pues se hará, aun­que oja­lá lle­gue pron­to el día en que nos que­de­mos sin nada de qué hablar.Para fina­li­zar, quie­ro aña­dir otro ele­men­to que me pare­ce impor­tan­te: apar­te e inde­pen­dien­te­men­te de sus con­te­ni­dos, Apur​tu​.org ha supues­to en Nava­rra, y me atre­ve­ría a decir que en toda Eus­kal Herria, una autén­ti­ca inno­va­ción en cuan­to al esti­lo comu­ni­ca­ti­vo, al modo de enten­der la infor­ma­ción, al uso de las nue­vas tecnologías.

Pitu supo adop­tar un mode­lo que es sin duda el que mar­ca el futu­ro de esta pro­fe­sión: apa­re­cía a las rue­das de pren­sa o a los actos públi­cos con su moto y su tra­mo­ya de hom­bre orques­ta: cáma­ras de foto y video, trí­po­de, gra­ba­do­ra, por­tá­til, y a la hora siguien­te ya esta­ba toda la infor­ma­ción en la web, y al poco col­ga­ba el video. Por eso el pro­yec­to tuvo el éxi­to que tuvo.Los prin­ci­pa­les dia­rios vas­cos empe­za­ron a incor­po­rar video-repor­ta­jes en sus edi­cio­nes digi­ta­les varios años des­pués de que lo hicie­ra Apur­tu, que era siem­pre el medio más rápi­do a la hora de difun­dir la infor­ma­ción de la que se ocu­pa­ba, y el que la ofre­cía en más formatos.

Pitu nun­ca pisó una facul­tad de perio­dis­mo, y qui­zá por eso vio tan cla­ro por dón­de venían las nue­vas cla­ves: ser peque­ño, ser inme­dia­to, ser mul­ti­me­dia, tra­ba­jar y comu­ni­car en red. Esta­ba siem­pre un paso por delan­te, y aho­ra ya se esta­ba espe­cia­li­zan­do en retrans­mi­sio­nes en direc­to por Inter­net. Por todo esto se lo lle­va­ron, y lo ten­drán de rehén has­ta que les con­ven­ga. ¡Vaya triun­fo de la demo­cra­cia! ¡Vaya pírri­ca vic­to­ria! ¡Qué ver­güen­za! ¡Cuán­tos tra­pos sucios! Pitu aska­tu!Ser­gio Laba­yen, periodista

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