“Estamos muy contentos de la asesoría chilena porque Chile es muy similar al Ecuador. Hace 20
ó 30 años ellos tenían los mismos problemas que Ecuador”, dijo, optimista, el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
Esta política no es de ahora, es una de las metas iniciales del actual régimen y del ex Ministro de Seguridad y hoy asambleísta de País, Fernando Bustamante. Él inició este “proceso” de reestructuración de las fuerzas policiales con el respaldo de países como Chile, Colombia, España y, claro, Estados Unidos. La posta la han tomado los ministros de Seguridad, Homero Arellano,
y del Interior, Alfredo Vera Arrata.
A raíz de los hechos del 30‑S retoman el tema y consideran prioritaria la estructuración de la nueva Policía y han procedido a efectivizar los Convenios de Cooperación con el Gobierno de Chile,
considerando que, dicho sea de paso, el Ecuador ha tenido una relación histórica con el país sureño. Ya nuestro país tenía un convenio a través del cual unos cien policías se han capacitado, de
modo que lo que Correa quie– re es profundizar la coopera ción de Carabineros de Chile. El pasado 26 de enero, una Comisión de Alto Nivel de Carabineros de Chile, presidida por el General Gerardo González Theodor, Director de Planificación y Desarrollo de dicha institución, visitó el país.
A pretexto de la inseguridad, Correa pretende conformar una policía de investigación que dependa directamente del Ministro del Interior, es decir una policía política del gobierno de turno para perseguir a quien se oponga a sus intereses o piense distinto, lo que calza perfectamente en el esquema de un estado represor. “Vamos a hacer el modelo chileno de carabineros, ellos tienen una
Policía Judicial dentro de Carabineros, pero una Policía de Detectives fuera de Carabineros”, dijo Correa. Evidentemente estos “detectives” pueden ser agentes policiales o civiles, y eso nos trae a la memoria la época de la dictadura de Pinochet, cuando los Carabineros perfeccionaron sus técnicas aprendidas en la Escuela de las Américas, y antes y durante los años de “Concertación” torturaron a miles de chilenos, degradaron a cientos. Existen muchos recuerdos de cómo arrastraban del pelo a niñas estudiantes que protestaban por lo deficiente de la educación en esos
años.
Por otra parte, el Ministro del Interior de Chile manifiesta que la represión es la única vía para la solución de conflictos, para mantener el orden público, y digo aquí: ¿es acaso lo mismo lo que quiere Correa para el Ecuador? Ya tenemos una experiencia, el famoso SIC en la época de Febres Cordero, los escuadrones de la muerte que dieron como resultado torturas, muertes, desapariciones.
La inseguridad, pretexto para domesticar a la policíaecuatoriana, con la ayuda chilena, colombiana y española, no se combate de esta manera, sino con políticas integrales. La delincuencia es un fenómeno social, ¿dónde está el empleo? ¿La salud y educación gratuita? ¿La vivienda? Como vemos, no se han resuelto estos aspectos trascendentales para la población. Es evidente lo que busca el gobierno no solo a través de estos convenios, sino con la misma consulta popular,
es una articulación de varias instituciones estatales: disposición política a través de la Secretaría Nacional de Inteligencia, Ministerio del Interior, Ministerio de Seguridad o la misma Presidencia de la
POR YOMAR BRAVO República; posteriormente, “investigación”, mejor dicho persecución, detención, judicializacióncon jueces nombrados a dedo por el régimen de turno; resultado: condena por Sabotaje y Terrorismo. Pretenden infundir miedo yacallar el descontento popular. ¿Se los permitimos?