El Rey que jamás dio gol­pe- Car­los Tena

Cae sobre noso­tros otro ani­ver­sa­rio de aque­lla inten­to­na de gol­pe de esta­do, cono­ci­da ya popu­lar­men­te por las siglas 23‑F.

Son días en los que en todos los medios de que dis­po­ne la pren­sa del cora­zón, des­plie­gan a sus hagió­gra­fos con la sana inten­ción de paliar las sos­pe­chas y mala fama de un monar­ca, que apro­ve­chó la aso­na­da que habían urdi­do sus padri­nos y men­to­res (Alfon­so Arma­daMiláns del Bosch), para que la socie­dad espa­ño­la ima­gi­na­se que el des­cen­dien­te del Bor­bón no juró jamás los prin­ci­pios del Movi­mien­to Nacio­nal (22 de Julio de 1969), base de la polí­ti­ca que han veni­do desa­rro­llan­do, con mayor o menor saña, los dife­ren­tes gobier­nos espa­ño­les, des­de el de Adol­fo Suá­rez has­ta el de José Luís Rodrí­guez Zapatero. 

El 90% de esos pro­fe­sio­na­les ofre­cen a las nue­vas y más vete­ra­nas gene­ra­cio­nes, una visión heroi­ca del jefe del esta­do, ante lo que pare­ció una rebe­lión mili­tar en la línea más zar­zue­le­ra, que hoy se nos pre­ten­de entre­gar hoy como un hito, en el que el Bor­bón rei­nan­te mos­tró al mun­do su ver­da­de­ro ros­tro: un demó­cra­ta de la plan­ta de los pies al cabe­llo ensor­ti­ja­do. Ejem…

Los acon­te­ci­mien­tos acae­ci­dos tras el Teje­ra­zo, demos­tra­ron no obs­tan­te que los terro­ris­tas del régi­men, acam­pa­dos ale­gre­men­te en los pre­dios de Fra­ga, Mar­tín Villa, Rodrí­guez Saha­gúnRosón, man­tu­vie­ron una mis­ma cota de poder bajo el man­do del delin­cuen­te Barrio­nue­vo y suce­so­res. Inte­rior era (y no hay datos que demues­tren lo con­tra­rio en la actua­li­dad) un cubícu­lo don­de la extre­ma dere­cha hacía y des­ha­cía a su anto­jo, mane­jan­do millo­nes de pese­tas (euros hoy), pro­ce­den­tes de los céle­bres Fon­dos Reser­va­dos, cuya uti­li­za­ción no se ana­li­za, dis­cu­te o reve­la en el Par­la­men­to, siquie­ra en sesio­nes cerradas.*

Pero lo into­le­ra­ble para la pren­sa del cora­zón no se refie­re a tales asun­tos. Para los medios ofi­cia­les fue que el monar­ca tuvie­ra que tra­gar­se, casi al com­ple­to, el her­mo­so himno vas­co Eus­ko Guda­riak.

En efec­to, el 4 de febre­ro de 1981, el suce­sor de Fran­co se encon­tra­ba de visi­ta en Eus­kal Herria. El esce­na­rio no era otro que la Casa de Jun­tas de Ger­ni­ka, pre­ci­sa­men­te la villa que masa­cró a bom­ba­zo lim­pio la avia­ción hitle­ria­na, por órde­nes del padrino espi­ri­tual del rey, don­de este comen­zó a pro­nun­ciar un dis­cur­so ante los par­la­men­ta­rios de la CAV (Comu­ni­dad Autó­no­ma Vas­ca). Con las pri­me­ras pala­bras, los repre­sen­tan­tes de HB y LAIA se pusie­ron en pie, puño el alto, y comen­za­ron a ento­nar aquel cán­ti­co, sien­do des­alo­ja­dos sin con­tem­pla­cio­nes por Los Hom­bres de Berro­zi, (la Ertzain­tza toda­vía no crea­da), a quie­nes pres­tó ayu­da un ser­vi­cio de orden for­ma­do por mili­tan­tes del PNV (mes­na­da dudo­sa­men­te legal), que supie­ron velar en todo momen­to por la segu­ri­dad del Bor­bón duran­te el acto oficial*.

La monar­quía no podía con­sen­tir que, ante las mis­mas cáma­ras de la RTVE, se pro­du­je­ra tal demos­tra­ción de inde­pen­den­tis­mo y dig­ni­dad, por par­te de los repre­sen­tan­tes de una bue­na par­te de la socie­dad vas­ca, que sin duda lamen­ta­ba las accio­nes de ETA, pero se nega­ba a con­de­nar­las, has­ta que se die­ran las con­di­cio­nes impres­cin­di­bles para ase­gu­rar que Espa­ña se cons­ti­tuía en un país de dere­cho, cosa que aún no se ha demos­tra­do fehacientemente.*

Aque­lla mues­tra fue la gota que col­mó el vaso. El Jefe del Esta­do y su equi­po de ase­so­res y exper­tos en dra­ma­tur­gia, dise­ña­ron cui­da­do­sa­men­te, en solo dos sema­nas, el esper­pen­to más fan­tás­ti­co del tea­tro espa­ñol de los últi­mos años.*

Sin embar­go, en libros de tex­to, en miles de ejem­pla­res de dia­rios y revis­tas, se afir­ma que el rey detu­vo el inten­to de gol­pe de esta­do. Los mila­gros de Fáti­ma y Lour­des tam­bién dis­fru­tan de millo­nes de fie­les, de cre­yen­tes cuya mís­ti­ca supera a la los mis­mos San­ta Tere­sa de Jesús y su aman­te Juan de La Cruz, por cier­to tam­bién san­ti­fi­ca­do. Hay inclu­so quien cree en la bea­ti­tud de San Simeón el Esti­li­ta o el atrac­ti­vo de las dan­zas de San Pas­cual Bai­lón, entre zar­zas y ortigales.

Con un rey gas­ta­do físi­ca­men­te, no por la edad (ahí tene­mos a San­tia­go Carri­llo, lúci­do y sereno a sus 96 años), sino por su ten­den­cia a pasear fre­cuen­te­men­te por la ale­gría de la huer­ta, cuyo baga­je cul­tu­ral se resu­me en el Play­boy y un libro de Mon­se­ñor Escri­vá de Bala­guer; con un prín­ci­pe anhe­lan­do jurar la Cons­ti­tu­ción como here­de­ro bor­bó­ni­co, con idén­ti­ca con­vic­ción como ani­mó a su padre a hacer lo pro­pio con los Prin­ci­pios Fun­da­men­ta­les del Movi­mien­to Fran­quis­ta; con unas infan­tas que nun­ca serán rei­nas (para la Coro­na, son sim­ple­men­te muje­res), la monar­quía pre­ci­sa, más que nun­ca, de un deci­di­do apo­yo mediático.

La cam­pa­ña que dio comien­zo hace 34 años, ace­le­ró de impro­vi­so en Mayo de 2010, cuan­do se le extir­pó al monar­ca un tumor pul­mo­nar, lle­gan­do al clí­max en estos días de recor­da­to­rio, con un titu­lar de El Mun­do, más pro­pio de un espa­cio don­de Belén Este­ban fue­ra pro­ta­go­nis­ta, que un perió­di­co que bla­so­na toda­vía de pro­fe­sio­na­li­dad, rigor y serie­dad. Decía así: Bah­rein repri­me a mani­fes­tan­tes que quie­ren un rey como Juan Car­los.

Hoy, 20 de febre­ro, El País riza el rizo; con­ven­cer a quie­nes aún dudan de la par­ti­ci­pa­ción del monar­ca en la inten­to­na del 23‑F, lucien­do en su por­ta­da: El Rey me puso en aler­ta: ¡Cui­da­do con Arma­da¡, pala­bras que supues­ta­men­te pro­nun­ció el Bor­bón ante Fran­cis­co Laí­na (el pre­si­den­te pro­vi­sio­nal más bre­ve de la his­to­ria espa­ño­la), que en el mejor esti­lo Cuén­ta­me, aña­de que El Rey llo­ró al oír las escu­chas sobre su ex tutor. Snif…

Resul­ta curio­so que Artu­ro Pérez Rever­te, que defi­nió a Miguel Ángel Mora­ti­nos como un mier­da (sic), cuan­do el ex minis­tro de Exte­rio­res derra­mó una fur­ti­va lágri­ma al ser sus­ti­tui­do en el car­go por una miem­bra de la Tri­la­te­ral, estu­dian­te de sevi­lla­nas (aun­que mala­gue­ña), no haya apli­ca­do el mis­mo epí­te­to al rey, que llo­ró (no lo dudo), aun­que no sepa­mos a cien­cia cier­ta si fue de pena o ale­gría. Quien no sollo­za, sino más bien son­ríen, o car­ca­jean, son los millo­nes de per­so­nas que dudan de la hones­ti­dad real, con toda la razón, en aque­llas ten­sas horas, cuan­do Alfon­so Gue­rraFeli­pe Gon­zá­lez cono­cie­ron de cer­ca, a solo milí­me­tros de su nariz, el aro­ma y tex­tu­ra de la moque­ta del hemiciclo.

Sin embar­go, la pren­sa del cora­zón tie­nen sus pro­pios recur­sos a la hora de la mani­pu­la­ción; posee medios en los que no se ha con­ce­di­do siquie­ra diez líneas a libros como el escri­to por el coro­nel Ama­deo Mar­tí­nez Inglés, titu­la­do El gol­pe que nun­ca exis­tió (Edi­to­rial Foca), aun­que la denun­cia que plan­tea el jefe mili­tar, en el caso de que resul­ta­ra cier­ta, no ser­vi­ría para juz­gar al monar­ca. La Cons­ti­tu­ción, ges­ta­da tras en 1978, según sus artícu­los 56 y 64 de la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la de 1978, la per­so­na del Rey es invio­la­ble y no está suje­ta a res­pon­sa­bi­li­dad penal. Idén­ti­ca suer­te ha corri­do nues­tro cole­ga Iña­ki Erraz­kin (Has­ta la Coro­ni­lla (His­to­ria de los Bor­bo­nes, Edi­to­rial Txa­la­par­ta), o el titu­la­do La CIA en Espa­ña, impres­cin­di­ble obra de Alfre­do Gri­mal­dos para cono­cer el desa­rro­llo con­tro­la­do de la tran­si­ción hacia el neo franquismo.

En pleno siglo XXI, pocos medios denun­cian en escan­da­lo­so hecho de que la demo­cra­cia que pade­ce el pue­blo espa­ñol, per­mi­ta que el Jefe del Esta­do robe, esta­fe, eva­da capi­ta­les, cons­pi­re, ase­si­ne o vio­le, sin que a pesar de las prue­bas que hubie­re, sea fac­ti­ble enchi­ro­nar­le, aun­que sí cons­ta­tar que sabe apli­car la máxi­ma: Todo está ata­do, y bien ata­do. Una lec­ción de liber­tad, igual­dad y fra­ter­ni­dad que arran­ca lágri­mas de emo­ción y sus­pi­ros de España.

Al Hola, Diez Minu­tos, Inter­viú, y demás publi­ca­cio­nes al ser­vi­cio de su majes­tad Juan Car­los de Bor­bón & Family, le han sali­do dos com­pe­ti­do­res de enor­me baju­ra pro­fe­sio­nal, aun­que de inne­ga­ble poder de dis­tri­bu­ción: El Mun­do de Pedro JotaEl País de Cebrián. ¿Segui­rá el Públi­co de Rou­res el mis­mo camino hacia la gloria?

No se pier­da los pró­xi­mos capí­tu­los de la tele­no­ve­la El Rey que nun­ca dio gol­pe.

Notas.-

1.-Ni s iquie­ra un man­do de la Poli­cía, como jefe supe­rior de Bil­bao, Miguel Plan­chue­lo, acce­dió a con­tes­tar a una pre­gun­ta sobre el uso de los fon­dos reser­va­dos de Inte­rior, duran­te su com­pa­re­cen­cia ante el Juz­ga­do de Ins­truc­ción núme­ro 1 de esa ciu­dad, para decla­rar en el suma­rio sobre la muer­te del doc­tor San­tia­go Brouard, ase­si­na­do por el GAL, ban­da terro­ris­ta crea­da duran­te el man­da­to de Feli­pe Gon­zá­lez, quien ase­gu­ró sobre las accio­nes de este tipo de gru­pos ampa­ra­dos en las cloa­cas del Esta­do, que “Nhay prue­bas, ni las habrá”.

2.- En los medios de difu­sión habi­tua­les, se ocul­tó el dato de que el refe­rén­dum sobre la Car­ta Mag­na de 1978, fue amplia­men­te recha­za­do en aque­lla nación. Con­vie­ne recor­dar al res­pec­to que aquel 6 de diciem­bre de 1978, en los terri­to­rios que des­pués pasa­rían a for­mar la Comu­ni­dad Autó­no­ma de Eus­ka­di, sólo con­si­guió reu­nir 479.205 votos a favor (30% de un total de 1.552.737 ciu­da­da­nos con dere­cho a voto), lo que repre­sen­ta un poco más del 30% del cen­so. El otro 70% se abs­tu­vo o se mani­fes­tó en contra.

3.- En mate­ria de dere­chos polí­ti­cos y huma­nos, la monar­quía ha sido lla­ma­da al orden por Nacio­nes Uni­das en varias oca­sio­nes. La más recien­te fue La ley de extran­je­ría 82.000 que supo­ne: La nega­ción del dere­cho de aso­cia­ción, de sin­di­ca­ción y de huel­ga a los extran­je­ros sin per­mi­so de resi­den­cia. Vio­la el Pac­to Inter­na­cio­nal de los Dere­chos Eco­nó­mi­cos, Socia­les y Cul­tu­ra­les de la ONU y los con­ve­nios 87 y 98 de la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo, sus­cri­tos por Espa­ña, que garan­ti­zan la liber­tad sin­di­cal y la pro­tec­ción del dere­cho a sin­di­car­se. La nega­ción del dere­cho de reu­nión y mani­fes­ta­ción vio­la la Decla­ra­ción Uni­ver­sal de los Dere­chos Huma­nos (artícu­lo 20) y el Pac­to Inter­na­cio­nal de los Dere­chos Civi­les y Polí­ti­cos, incor­po­ra­dos en la Cons­ti­tu­ción Espa­ño­la en su artícu­lo 96. Esa ley eli­mi­na el dis­po­si­ti­vo de garan­tías jurí­di­cas (tute­la judi­cial efec­ti­va, recur­so con­tra los actos admi­nis­tra­ti­vos y asis­ten­cia jurí­di­ca gra­tui­ta). En 2008, el infor­me que hizo públi­co ayer el Comi­té de Dere­chos Huma­nos de la ONU cen­su­ra las sal­va­guar­das de los dere­chos civi­les y polí­ti­cos en el Esta­do espa­ñol. Los exper­tos de Gine­bra reco­mien­dan al Gobierno de José Luis Rodrí­guez Zapa­te­ro, entre otros aspec­tos, que dero­gue «defi­ni­ti­va­men­te» el régi­men de inco­mu­ni­ca­ción, y mues­tra su preo­cu­pa­ción por el alcan­ce «poten­cial­men­te exce­si­vo de las defi­ni­cio­nes de terro­ris­mo en el dere­cho interno», así como por la per­vi­ven­cia de las denun­cias de tor­tu­ras y la apli­ca­ción exce­si­va de la pri­sión pre­ven­ti­va a los detenidos.

4.- Exis­ten docu­men­tos aún guar­da­dos en secre­to, cuyo con­te­ni­do ha ser­vi­do a diver­sos auto­res y perio­dis­tas, para plan­tear serias dudas acer­ca de la con­ni­ven­cia del monar­ca en la ges­ta­ción de la asonada.

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