No nos sorprende a estas alturas, lo que está sucediendo con los sindicatos UGT y CCOO. Que nadie albergue ningún tipo de esperanza sobre la actitud que éstas dos centrales burocráticas, van a adoptar frente al gobierno y patronal. Sindicatos subvencionados y acostumbrados al cómodo estado del bienestar del capitalismo keynesiano. Ese mismo keynesianismo, que fomentó el Pacto social como instrumento de control sobre la clase trabajadora y arma de combate contra el socialismo, es el que se ve sometido ahora, al desmantelamiento total y acelerado por necesidades del capital.
Son momentos difíciles para el movimiento obrero, con muchos frentes abiertos, económicos, sociales, organizativos y sobre todo ideológicos. No es fácil abordar las tareas ingentes que necesitan afrontar y de manera urgente, las distintas centrales que defienden los derechos de los trabajadores.
En nuestro país, Euskal Herria, los sindicatos abertzales (LAB, ELA, HIRU, EHNE), anarquistas y otros menores, llamaban a secundar otra huelga general (y va la tercera) este 27 de Enero, para intentar frenar los recortes sociales que impone el PSOE con las inestimables ayudas de unos partidos regionalistas, PNV-UPN, que se escoran cada vez más a la extrema derecha.
Una huelga general que se preveía difícil de sacar adelante debido a una falta de tensionamiento social, un discurso pactista de UGT y CCOO, saboteada por políticos sin escrúpulos y sobre todo, por muchos medios de comunicación y periodistas serviles que pretenden hacernos aceptar las medidas llevadas a cabo por los distintos gobiernos, fieles servidores de un ente abstracto, un dios todopoderoso denominado mercado.
Contra viento y marea, a pesar de todo, estos valientes sindicatos no se pliegan ni se rinden ante una situación que se nos vende como irreversible. La huelga convocada, que parecía no tener visos de prosperar, se convirtió en un hecho exitoso dada la implicación de amplios sectores del Pueblo trabajador vasco. No pasó desapercibida la combatividad demostrada por la CNT y la CGT.
Tampoco fue una novedad la brutalidad con la que se emplearon los piquetes de la patronal liderados por la policía autonómica, autodenominada Ertzaintza.
Pero este asalto con éxito de la tercera huelga no debe desviar nuestra atención de los necesarios cambios que se deben operar en el movimiento obrero y por ende, en el ámbito sindical. Son muchos los sectores del Pueblo trabajador a los que, las actuales estructuras organizativas no son capaces de abarcar y satisfacer y eso se refleja, inevitablemente, en las respuestas que la clase trabajadora intenta articular.
Los cambios operados por la Izquierda Abertzale tienen mucho que ver con lo mencionado anteriormente y no es menos cierto que en las futuras actuaciones de las respuestas anticapitalistas dadas por el Pueblo trabajados vasco se debería ir visualizando mejoras organizativas y políticas. No es para menos dada la profundidad del ataque realizado por el capital.
Que nadie se autoengañe, la necesaria interrelación y equilibrio de los distintos frentes, el frente obrero, frente de masas, frente institucional y el frente ideológico, va a necesitar de tiempo. En ese tiempo, el Imperialismo español, el unionismo y los partidos regionalistas burgueses van a intentar destrozar los cambios que se implementen.
Las luchas proyectadas en los distintos frentes requieren de la participación de sectores sociales amplios, liderados por el Pueblo trabajador vasco y sus organizaciones de clase.
Euskal Herria está en marcha y su clase obrera al frente de ella.
JO TA KE IRABAZI ARTE!!
INDEPENDENTZIA TA KOMUNISMOA!!
EHK (Euskal Herriko Komunistak)
